Hebreos 10
Sobra vs Realidad (obediencia vs Sacrificio)
El sustantivo sombra, sin embargo, significa la representación opaca de las cosas verdaderas
Cuán grandes los divinos beneficios
que en Cristo hoy disfrutamos!
De culpa y vergüenza redimidos,
A santidad nos vemos convocados.
—Augustus M. Toplady
Los sacrificios del sistema levítico eran incapaces de perfeccionar al adorador. Esta observación no minimiza la ley del Antiguo Testamento, sino la eficacia de los sacrificios.
el arte de ofrecer sacrificios a Dios se había transformado en algo mecánico. Ya no se trataba de una relación personal con Dios. Un concepto rutinario, automatizado, mecánico, era lo que controlaba la mente de los adoradores. A ellos les parecía que el hecho de derramar sangre les aseguraba el perdón de los pecados.
El pacto que Dios había hecho con el pueblo de Israel tenia una seria deficiencia: no podía quitar el sentimiento de pecado. “La mayor deficiencia del antiguo pacto era que no podía lograr el perdón”. La sangre de los animales sacrificados no podía quitar el pecado. Solamente la sangre de Cristo, derramada una vez para siempre, quita el pecado y limpia de culpabilidad la conciencia del hombre. El sacrificio de Cristo puso fin a los sacrificios estipulados por la ley del Antiguo Testamento. “Cristo es el fin de la ley”, dice Pablo (Ro. 10:4). El escritor de Hebreos insinúa una variante: “Cristo es el fin de los sacrificios del antiguo pacto”. Al ofrecerse a sí mismo como sacrificio, Cristo marcó el fin del sacerdocio levítico con sus sacrificios y ofrendas, y puso fin a la validez del primer pacto.
En esta cita Cristo dice que él se ofrece para hacer la voluntad de Dios. Y ese es el significado esencial del verdadero sacrificio
22 Pero Samuel respondió:
—¿Qué es lo que más le agrada al SEÑOR:
tus ofrendas quemadas y sacrificios,
o que obedezcas a su voz?
¡Escucha! La obediencia es mejor que el sacrificio,
y la sumisión es mejor que ofrecer la grasa de carneros.
A Dios no se lo satisface sólo con sacrificios. Los sacrificios no son más que sustitutos. En vez de ellos, él desea un servicio genuino y devoto. El se deleita en la obediencia perfecta a su voluntad.
1 Por lo tanto, amados hermanos, les ruego que entreguen su cuerpo a Dios por todo lo que él ha hecho a favor de ustedes. Que sea un sacrificio vivo y santo, la clase de sacrificio que a él le agrada. Esa es la verdadera forma de adorarlo. 2 No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.
4 Fue por la fe que Abel presentó a Dios una ofrenda más aceptable que la que presentó Caín. La ofrenda de Abel demostró que era un hombre justo, y Dios aprobó sus ofrendas. Aunque Abel murió hace mucho tiempo, todavía nos habla por su ejemplo de fe.
los sacrificios ofrecidos sin fe y obediencia le son un abominación (Is. 1:11–14; Am. 5:21–22). Por medio de Oseas Dios le dice a Israel: “Porque misericordia quiero, no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos” (6:6).
Dios no se complace en sacrificios. Se complace en la inquebrantable confianza y obediencia de sus hijos. Cristo, el Hijo de Dios, vino a este mundo con el propósito de demostrar sumisión
para que, una vez perfeccionado, se convirtiese en fuente de salvación eterna para todos los que le obedecen”