La Obra de Cristo: de la Cruz al Cielo

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Los Eventos que acontecieron en la Muerte y Resurrección de Cristo son la base de nuestra fe y hay muchos conceptos asociados que nos aclaran el significado de lo que pasó ahí bíblicamente.

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Lectura Bíblica

Lucas 24:1–12 NBLA
1 Pero el primer día de la semana, al rayar el alba, las mujeres vinieron al sepulcro trayendo las especias aromáticas que habían preparado. 2 Encontraron que la piedra había sido removida del sepulcro, 3 y cuando entraron, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. 4 Aconteció que estando ellas perplejas por esto, de pronto se pusieron junto a ellas dos varones en vestiduras resplandecientes. 5 Estando ellas aterrorizadas e inclinados sus rostros a tierra, ellos les dijeron: «¿Por qué buscan entre los muertos al que vive? 6 »No está aquí, sino que ha resucitado. Acuérdense cómo les habló cuando estaba aún en Galilea, 7 diciendo que el Hijo del Hombre debía ser entregado en manos de hombres pecadores, y ser crucificado, y al tercer día resucitar» 8 Entonces ellas se acordaron de Sus palabras, 9 y regresando del sepulcro, anunciaron todas estas cosas a los once apóstoles y a todos los demás. 10 Eran María Magdalena y Juana y María, la madre de Jacobo. También las demás mujeres con ellas decían estas cosas a los apóstoles. 11 A ellos estas palabras les parecieron como disparates, y no las creyeron. 12 Pero Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Inclinándose para mirar adentro, vio* solo las envolturas de lino, y se fue a su casa maravillado de lo que había acontecido.

La Obra de Cristo: de la Cruz al Cielo.

Introducción:

Si pensamos que las cosas que pasan en el mundo son por nuestra causa y para nuestro beneficio; ¡Estamos tomando un lugar que no nos corresponde!
Si la obra más costosa de la historia del Universo tuvo como objetivo atender la causa de la humanidad y otorgarles un beneficio solamente a ellos. Esto los pone a la cabeza del Sistema que llamamos “Cosmos.”
¡Esa afirmación nos haría Dios!
Pero “¡Gracias a Dios que no es así!”
La obra más costosa en este Cosmos que conocemos se llama el Sacrificio Expiatorio de Cristo.
Y en primer lugar fue hecho para darle Gloria a Dios.
Dice el hermano MacArthur que esto se ve en:
Ef 1.3-6 Por la Elección del Padre;
Ef 1.7-12 Por la redención ejecutada por el Hijo y
Ef 1.13-14 Por el Sello del Espíritu Santo.
La obra de Cristo implica en primer lugar:

I. Glorificar a Dios

El Señor Jesús vino al mundo para cumplir la misión de Glorificar al Padre y en ese mismo acto ser glorificado por la obra que realizaría durante toda Su vida y Su sacrificio en la cruz.
Juan 17:4–5 NBLA
4 »Yo te glorifiqué en la tierra, habiendo terminado la obra que me diste que hiciera. 5 »Y ahora, glorifícame Tú, Padre, junto a Ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo existiera.
Es tan grande la gloria de Dios y de Cristo en este acto, que nos alcanza a nosotros como beneficiarios de Su obra, más no como el objetivo principal.
Jesús les anticipa a sus oyentes y los discípulos que lo que contemplarán será un acto de glorificación del Hijo hacia el Padre y un Acto de glorificación del Padre hacia el Hijo colocándolo en el lugar que merece estar.
Juan 17:24 NBLA
24 »Padre, quiero que los que me has dado, estén también conmigo donde Yo estoy, para que vean Mi gloria, la gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.
Ahora Veamos la similitud entre 2 pasajes que hablan de la Gloria mutua del Padre al Hijo en la misión de Cristo en la tierra:
(Juan 12.23-28)
Juan 12:23–28 (NBLA)
23 Jesús les respondió*: «Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. 24 »En verdad les digo que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo; pero si muere, produce mucho fruto. 25 »El que ama su vida la pierde; y el que aborrece su vida en este mundo, la conservará para vida eterna. 26 »Si alguien me sirve, que me siga; y donde Yo estoy, allí también estará Mi servidor; si alguien me sirve, el Padre lo honrará. 27 »Ahora Mi alma se ha angustiado; y ¿qué diré: “Padre, sálvame de esta hora”? Pero para esto he llegado a esta hora. 28 »Padre, glorifica Tu nombre». Entonces vino una voz del cielo: «Y lo he glorificado, y de nuevo lo glorificaré».
y
(Fil. 2.5-11)
Filipenses 2:5–11 (NBLA)
5 Haya, pues, en ustedes esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, 7 sino que se despojó a Sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. 8 Y hallándose en forma de hombre, se humilló Él mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre, 10 para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Se ve en este pasaje el camino trazado de Cristo (su humillación/exaltación) Su obra de venir a ser un representante de los hombres, a habitar y vivir como ellos, pero sin pecado y despojarse de su vida para servir a los hombres al dar Su vida por ellos, para salvarlos para la Gloria de Dios.
Él sabe y lo tiene muy claro: “Para esto ha venido” Le pide al Padre que se Glorifique (el Padre) y el Padre contesta que lo ha hecho y lo hará de nuevo.
En Fil. 2.9-11 se ve cómo el Padre exalta a Cristo por Su Sacrificio y lo coloca en el lugar que le corresponde: En el trono de Dios Hijo y todo el universo adorando y confesando Su Señorío. Y todo esto glorifica al Padre también. Esto no le resta gloria.
En Su oración por sus discípulos (incluidos nosotros) nos deja de ver que el continúa este acto de glorificación para Dios (Padre e Hijo).
Juan 17:1 NBLA
1 Estas cosas habló Jesús, y alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre, la hora ha llegado; glorifica a Tu Hijo, para que el Hijo te glorifique a Ti,

II. Salvar a los hombres

Ya estando en la cruz, lo que sucedió fue lo siguiente:
Sacrificio Sustitutivo (Vicario)
Sacrificio Expiatorio
Juicio Penal
Propiciación
Perdón y Remisión
Redención y Rescate
Reconciliación
Justificación
A todo esto en general lo conocemos como SALVACIÓN
Llévate de tarea investigar todos estos conceptos, profundizar en ellos, conocerlos de tal manera que puedas identificar en la Palabra de Dios de lo que se habla y conectarlo correctamente.
De esta manera, cuando estudies tu Biblia en el Plan de Lectura, cuando escuches un devocional, cuando asistas a un discipulado o estudio grupal; podrás obtener mayor beneficio de la Escritura al ver que cualquier libro de la Biblia habla de este Glorioso Tema: La Salvación en Cristo Jesús.
Hemos visto los años anteriores (2022) acerca del Sacrificio Sustitutivo de Cristo, su muerte por nosotros (entendiendo primero el concepto de sustitución, es decir, murió en lugar de nosotros) y también el concepto del beneficiario, es decir, (murió en favor de nosotros).
También hemos visto (2023) que la Cruz fue una vergüenza que enfrentó el Señor Jesús, porque en primer lugar, fue humillado públicamente como un pecador sin serlo, aunque como tomó el pecado de todos nosotros, cargó con la culpa y vergüenza ante el Padre, quien se encargó de ajusticiarlo, abandonarlo y condenarlo.
En ese sentido de ideas, lo que sigue es ver la implicación de esto “judicialmente”
¿Cómo la Expiación del Hijo de Dios por/en favor de todos los pecadores, fue suficiente para lograr la Satisfacción de la Justicia de Dios?

a) El Sacrificio de Cristo

Como hemos estado viendo en estos cultos anteriores, los hombres se relacionan con Dios a través de rendirle “culto” que significa, presentarse delante de Dios para ofrecerle un sacrificio, poder tener acceso a Él y poder adorarlo y también recibir algo de Él.
Pero para presentarse con un sacrificio, hemos visto los requisitos que Dios ha pedido a lo largo de la historia, y el principal es la fe.
Hebreos 11:6 NBLA
6 Y sin fe es imposible agradar a Dios. Porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que Él existe, y que recompensa a los que lo buscan.
También es necesario presentarse con una víctima “inocente y perfecta” y sacrificar una víctima (inmolarla - literalmente arrebatar una vida)
Hebreos 9:22 NBLA
22 Y según la ley, casi todo ha de ser purificado con sangre, y sin derramamiento de sangre no hay perdón.
Este sacrificio nos abre el acceso a Dios al “Expiar” o “cubrir” nuestros pecados con la sangre del sacrificio.
Lo que Cristo está realizando en esa cruz, es muchas cosas al mismo tiempo:
Se presenta como:
Sacrificio Inocente y Perfecto
Sacrificio Sustituto (Vicario)
Se le condena como culpable, por tomar sobre sí mismo los pecados de los hombres.
Presenta Su Sangre como ofrenda por el Pecado.
Aplaca la Ira del Padre hacia el ser humano pecador.
Aquí está el concepto que venimos hablando: La Propiciación.

b) Propiciación:

(Romanos 3.19-28)
Romanos 3:19–28 NBLA
19 Ahora bien, sabemos que cuanto dice la ley, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se calle y todo el mundo sea hecho responsable ante Dios. 20 Porque por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de Él; pues por medio de la ley viene el conocimiento del pecado. 21 Pero ahora, aparte de la ley, la justicia de Dios ha sido manifestada, confirmada por la ley y los profetas. 22 Esta justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo es para todos los que creen. Porque no hay distinción, 23 por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios. 24 Todos son justificados gratuitamente por Su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús, 25 a quien Dios exhibió públicamente como propiciación por Su sangre a través de la fe, como demostración de Su justicia, porque en Su tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente, 26 para demostrar en este tiempo Su justicia, a fin de que Él sea justo y sea el que justifica al que tiene fe en Jesús. 27 ¿Dónde está, pues, la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿La de las obras? No, sino por la ley de la fe. 28 Porque concluimos que el hombre es justificado por la fe aparte de las obras de la ley.
Según este texto, todo el mundo es responsable y hallado culpable ante Dios.
Si los hombres se enfrentan a un juicio penal por sus obras, nadie sería hallado justo por sus obras.
La justicia que alcanzan los hombres es por medio de la fe en Jesucristo.
En un acto de “Culto” como se ve en el Antiguo Testamento.
El concepto de Propiciación está directamente relacionado a lo que es la Expiación, que implica lo siguiente:
Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. 2a Edición. Editado por A. Ropero Berzosa. (PROPICIACIÓN)
Corresponde al heb. 3722 kaphar, כפר = «cubrir, expiar», que significa borrar las culpas, purificarse de ellas por medio de algún sacrificio; desde el punto de vista del derecho criminal, también se refiere a la aplicación de la pena impuesta a un criminal por su delito.
En el sentido particular de «propiciar», connota el significado de ablandar, aplacar, apaciguar la ira de uno, hasta el punto de eliminarla;
Dios es propiciado por la vindicación de su carácter santo y justo, por medio del sacrificio vicario y expiatorio de Cristo, ha tratado de tal manera con el pecado que puede mostrar misericordia al pecador que cree, quitándole su culpa y remitiéndole las faltas.
Wayne Grudem. “Teología Sistemática” pág 596-597.
Pablo explica que esta era la razón por la que Dios envió a Cristo: “para ser nuestra «propiciación»” (Ro 3:25); esto es, “un sacrificio que carga con la ira de Dios a fin de que Dios sea «propicio» o esté favorablemente dispuesto hacia nosotros” «Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación... para así demostrar su justicia. (1 Jn 2.2 y 1 Jn 4:10)
1 Juan 2:2 NBLA
2 Él mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no solo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.
1 Juan 4:10 NBLA
10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros y envió a Su Hijo como propiciación por nuestros pecados.
Aquí tenemos lo que algunos consideran el “centro de toda la Biblia”
Donald A. Carson (2011) Escándalo: La Cruz y la Resurrección de Jesús. 1a Edición. Traducido por G. Muñoz. Barcelona: Publicaciones Andamio, p. 67-68 Dios no presentó a Cristo como propiciación principalmente para salvarnos ni para demostrar su amor. Más bien lo hizo “para manifestar su justicia a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados” (Ro 3.25)
Los pecados cometidos en toda la historia humana no habían obtenido un “castigo final” ni quién pagara por ellos. No fue hasta la cruz que se impartió finalmente la justicia. Ro 3.26
Romanos 3:26 NBLA
26 para demostrar en este tiempo Su justicia, a fin de que Él sea justo y sea el que justifica al que tiene fe en Jesús.
“Toda la justicia de Dios se efectúa en Cristo, quien toma nuestra maldición y nuestra pena sobre su propio cuerpo en el madero. Por eso es que los cristianos hablan de satisfacer la ira de Dios. Esta frase no significa que Dios está en el Cielo con una sonrisa arrogante pensando: “Esto sí que me satisface”. Significa que las exigencias de su santidad se cumplen en el sacrificio de su propio Hijo. Su justicia se satisface en el sacrificio propiciatorio de Jesús, de manera que todos puedan ver que el pecado se merece el castigo que Él mismo ha impuesto y que dicho castigo se infligió.
Esto vindica a Dios para que Él mismo se vea como justo, así como el que justifica a los impíos.
La justificación es, ante todo, la vindicación de Dios. Dios preserva su justicia a la vez que justifica a los impíos. Éste es el corazón del evangelio.”
Esta Propiciación nos lleva a ver la Simbología de lo que está sucediendo en la Cruz.
El Santo Hijo de Dios, convertido también en Sacerdote Santo y Altísimo, está presentándose en el templo verdadero del Cielo, delante del trono de Dios Padre, rodeado de Querubines que son testigos de la Santidad y Justicia de Dios, que se simbolizan en el Arca del Pacto en el templo terrenal.
Ahí había una tapa de oro puro, (Ex 25.17) encima del Arca del Pacto, (Ex 26.34) que se le conocía como Propiciatorio, que “cubría” el arca y recibía la sangre cuando era rociada en los sacrificios de Expiación una vez al año.
Este artículo del templo recibía la sangre que cubría los pecados cometidos en contra de la Justicia y Santidad de Dios.

El sumo sacerdote hacía expiación por sus propios pecados y los del pueblo contra la Ley divina, escrita sobre las dos tablas de piedra depositadas dentro del arca. Los querubines, armados de una espada de fuego habían mantenido al hombre caído lejos del árbol de la vida y del paraíso (Gn. 3:24). En estricta justicia, deberían atravesar al pecador temerario que se introdujera en la misma presencia de Dios dentro del Lugar Santísimo. Pero aquí estaban sin armas, con la mirada dirigida hacia el propiciatorio, donde la sangre mostraba que la muerte de la víctima había dado satisfacción plena a la Ley y a la justicia de Dios (cf. Lv. 16:1–16).

En ese “Culto Especial” de aquel Viernes Santo, a las 3:00 de la tarde, el Señor Jesús fungió como Sumo Sacerdote, como el Sacrificio, Como la Ofrenda por el Pecado (la sangre) y como el Propiciatorio sobre el cual se satisfizo la Justicia de Dios.
La exigencia de sangre quedó pagada.
La Santidad y Justicia de Dios han quedado vindicadas y el Señor puede ahora perdonar a los pecadores sin ser llamado “injusto o indulgente” sino habiendo recibido el Altísimo Costo por las transgresiones cometidas desde el primer pecado de Adán hasta el último hombre adoptado por Dios en Cristo Jesús.
¿No te parece Glorioso todo esto?
El Hijo, como Primogénito, y Heredero del Padre, asume Su compromiso con el Padre, y viene a la tierra, dejando Su Trono, para dar Su vida como Propiciación (Vindicación de la Justicia y Santidad de Dios) y de paso, traer Salvación a los pecadores.
Hay una gloria especial en este “SIERVO del SEÑOR” pues todo lo hace buscando la Gloria de Dios, y Dios le honra por ello.
Jesús murió de verdad, su cuerpo se quedó sin vida, su sangre fue derramada, los soldados se cercioraron de ello antes de bajarlo de la cruz, a los otros 2 se les rompieron las piernas para que ya no pudieran respirar y murieran pronto.

III. Resurrección

Debieron ser días muy oscuros para los creyentes, a quienes se les había prometido la llegada del Reino de los Cielos, el Mesías y Salvador del mundo.
Satanás disfrutó de un momento de victoria. Pero 3 días después, el Señor fue levantado, Cristo tomó Su vida de nuevo, así como la había colocado en el altar (la cruz) así ahora la toma para Sí con gloria, poder y victoria.
1 Corintios 15:20–26 NBLA
20 Pero ahora Cristo ha resucitado de entre los muertos, primicias de los que durmieron. 21 Porque ya que la muerte entró por un hombre, también por un hombre vino la resurrección de los muertos. 22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. 23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo en Su venida. 24 Entonces vendrá el fin, cuando Él entregue el reino al Dios y Padre, después que haya terminado con todo dominio y toda autoridad y poder. 25 Pues Cristo debe reinar hasta que haya puesto a todos Sus enemigos debajo de Sus pies. 26 Y el último enemigo que será eliminado es la muerte.
Con la Muerte de Cristo, nos quedamos pensando en que el poder y la maldición del pecado han encontrado su destrucción.
Con la Resurrección nos debemos quedar con que el enemigo final “la muerte” será vencido.
Es el Comienzo del Cumplimiento de esto: Primero comenzando con Cristo, el Autor y consumador de la Fe. Quien venció la muerte en ese momento y para siempre.
Después seguirá con la resurrección de los que están en Cristo (los creyentes cuando reciban cuerpos glorificados) (Ap 20.4-6)
[y al final, todos los hombres, (Ap 20.5 y Ap 20.12-13, 15) quienes se enfrentarán al Juicio del Gran Trono Blanco delante de Dios.]
El Señor Jesucristo, fue llevado al Cielo, donde Vive y Reina por los siglos de los siglos, hasta que descienda a Establecer Su Reino Milenial y luego la Morada Eterna en la Ciudad de Dios.
En la Cruz, el Padre lo abandonó (Salmo 22.1)
Salmo 22:1 NBLA
1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación y de las palabras de mi clamor?
Y tuvo a bien Quebrantarlo (Isaías 53.6, 10
Isaías 53:6 NBLA
6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, Nos apartamos cada cual por su camino; Pero el Señor hizo que cayera sobre Él La iniquidad de todos nosotros.
Isaías 53:10 NBLA
10 Pero quiso el Señor Quebrantarlo, sometiéndolo a padecimiento. Cuando Él se entregue a Sí mismo como ofrenda de expiación, Verá a Su descendencia, Prolongará Sus días, Y la voluntad del Señor en Su mano prosperará.
Ahora, el Padre lo exalta y le concede Gloria
Filipenses 2:9–11 NBLA
9 Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre, 10 para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Hoy Celebramos al Héroe de la Historia, quien Murió para obtener la Victoria, pero también Resucitó para ser exaltado y ser el primero de la Resurrección para dar constancia y testimonio a los creyentes de que así como Él resucitó; así ellos también resucitarán.
¿Crees esto, hermano, amigo, invitado?
¡Adóralo, Agradécele y Bendice Su Nombre!
¡Gloria a Dios! ¡Aleluya!
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