UN ENCUENTRO CON EL RESUCITADO

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INTRODUCCIÓN

Queridos hermanos, hoy estamos conmemorando alrededor del mundo el acontecimiento más importante de toda la historia, no solo que Jesús nació, ni siquiera que Jesús murió, sino que el venció a la muerte y el apóstol Pablo nos dice:
1 Corintios 15:14 NVI
Y si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación no sirve para nada, como tampoco la fe de ustedes.
En otras palabras, si la resurrección de entre los muerto no sucedió, entonces la fe cristiana es una broma, no tiene sentido. Pablo, nos da una pistola cargada para destruir el cristianismo. Es una pistola cargada que a lo largo de la historia de la humanidad, muchos han intentado dispararla pero no han podido.
Y Hoy en todo el mundo hay 2300 millones. 2.3 Billones Cristianos que no solo celebramos la resurrección un día, sino todos los días de nuestra vida. Porque esa Resurección nos trajo esperanza. Jesús resucitado tuvo diferentes encuentros, primero con las mujeres, sus discípulos, luego los textos nos indican que se aparció a más de 500 personas. Pero hoy me quiero centrar en el encuentro entre el resucitado y su discípulo, Simón Pedro. He titúlado este mensaje “UN ENCUENTRO CON EL RESUCITADO”.
Juan 21:1–3 NVI
Después de esto Jesús se apareció de nuevo a sus discípulos, junto al lago de Tiberíades. Sucedió de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás (al que apodaban el Gemelo), Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos discípulos. —Me voy a pescar—dijo Simón Pedro. —Nos vamos contigo—contestaron ellos. Salieron, pues, de allí y se embarcaron, pero esa noche no pescaron nada.

1. Dios nunca nos abandona.

a) Jesús se apareció nuevamente a sus discípulos ¿A quienes? a aquellos que lo habían dejado solo en el momento más crucial de su vida. Ninguno de ellos estuvo a su lado. Pero Jesús sin embargo.
b) Así es Dios, nunca nos ha dejado. A lo mejor piensas, Luiguii tú no sabes mi vida, tú no sabes lo que he pasado. En ocasiones el sufrimiento puede quitarnos las perspectiva de darnos cuenta que Dios esta más cerca de lo que pensamos.
c) Probablemente varios de estos discípulos, estaban avergonzados porque lo habían dejado solo en la cruz, ellos sabían que Jesús no era un delincuente, para morir de esa forma.
d) Otros probablemente estan decepcionados porque Jesús no actuó como ellos esperaban, se supone que es el Mesías el hijo de Dios, le hemos visto resucitar muertos, no fue capas de salvarse y matar a los romanos.
e) Así también hoy existen dos tipos de personas, aquellos que por la culpa de lo que hicieron no son capaces de acercarse a Dios y otros por la decepción de esperar algo de parte de Dios que no ocurrió.
f) Sea cual sea la forma en la que podamos concebirlo algo si es cierto, Dios nunca nos abandona. No lo hizo con estos discípulos. Yo que Jesús los hubiera dejado solos, pero Jesús no mira lo superficial el escudriña y conoce los corazones.
Juan 21:4–8 NVI
Al despuntar el alba Jesús se hizo presente en la orilla, pero los discípulos no se dieron cuenta de que era él. —Muchachos, ¿no tienen algo de comer?—les preguntó Jesús. —No—respondieron ellos. —Tiren la red a la derecha de la barca, y pescarán algo. Así lo hicieron, y era tal la cantidad de pescados que ya no podían sacar la red. —¡Es el Señor!—dijo a Pedro el discípulo a quien Jesús amaba. Tan pronto como Simón Pedro le oyó decir: «Es el Señor», se puso la ropa, pues estaba semidesnudo, y se tiró al agua. Los otros discípulos lo siguieron en la barca, arrastrando la red llena de pescados, pues estaban a escasos cien metros de la orilla.

2. Dios siempre provee

a) Estos discípulos y sobre todo Pedro habían decidido volver a su oficio anterior. Jesús estuvo con ellos tres años, ellos vieron muchas obras de Jesús, durante esos tres años ¿Les falto algo? ¿Quien proveyó? El maestro.
b) ¿Qué oficio tenían ellos? ¿Qué sabían hacer? ser pescadores. Ahora, Estos pescadores son malos pescadores porque nunca pescan nada. Sin embargo ven una figura a la orilla y no sabes diferencias pero se trata del Maestro, y esa figura les dice ¿Tienen algo de comer? Para ellos eso era una vacilada, No habían pescado nada y encima tenían que soportar que un tipo les pida comida, pero la cosa no queda ahí. Sino que encima les dice tiren la red a la derecha de la barca. Ellos habían pescado toda la noche, y encima alguién que alrededor de 100 metros les dice como pescar a aquellos que estan en el mar. Entonces sucedio. La red empezo a explotar de peces y ahí Uno dice ¡ES EL SEÑOR! automáticamente adjudicaron la provisión al maestro. Dios siempre provee, aún en las noches más oscuras cuando parece que no hay solución Jesús llega a tiempo.
c) Entonces Pedro tan pronto oyo decir que era el Señor, se puso la ropa y entro al mar para llagar a verlo.
Juan 21:9–14 NVI
Al desembarcar, vieron unas brasas con un pescado encima, y un pan. —Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar—les dijo Jesús. Simón Pedro subió a bordo y arrastró hasta la orilla la red, la cual estaba llena de pescados de buen tamaño. Eran ciento cincuenta y tres, pero a pesar de ser tantos la red no se rompió. —Vengan a desayunar—les dijo Jesús. Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: «¿Quién eres tú?», porque sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio a ellos, e hizo lo mismo con el pescado. Ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos después de haber resucitado.

3. La invitación de Jesús es para todos.

Para aquellos que se sientan lejos, aquellos que piensen que no son dignos, todos estan invitados a la mesa de Jesús.
la pregunta es ¿Qué impide que te sientes en la mesa del resucitado? Tu orgullo, aquella experiencia traumatica, a lo mejor te hicieron daño, pero creeme Dios no es el problema de hecho es la solución.
Jesús nos llama Venid, comed, ven y sírvete, ven no me importa lo que haya sucedido te amo y eso no lo puedes cambiar. Mira, invertí una resurrección en ti, deja de creer lo que otros dicen de tí, deja de creer lo que tú mismo piensas de ti y empieza a creer lo que Dios dice de tí.

Conclusión.

Juan 21:15–19 NVI
Cuando terminaron de desayunar, Jesús le preguntó a Simón Pedro: —Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? —Sí, Señor, tú sabes que te quiero—contestó Pedro. —Apacienta mis corderos—le dijo Jesús. Y volvió a preguntarle: —Simón, hijo de Juan, ¿me amas? —Sí, Señor, tú sabes que te quiero. —Cuida de mis ovejas. Por tercera vez Jesús le preguntó: —Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? A Pedro le dolió que por tercera vez Jesús le hubiera preguntado: «¿Me quieres?» Así que le dijo: —Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. —Apacienta mis ovejas—le dijo Jesús—. De veras te aseguro que cuando eras más joven te vestías tú mismo e ibas adonde querías; pero cuando seas viejo, extenderás las manos y otro te vestirá y te llevará adonde no quieras ir. Esto dijo Jesús para dar a entender la clase de muerte con que Pedro glorificaría a Dios. Después de eso añadió: —¡Sígueme!
a) Jesús restituye, Jesús da propósito, Jesús nos agapa.
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