Renaciendo para Amar

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¡Jesus Resucito! ¡Aleluya!

El amor no es simplemente un sentimiento, sino una acción y una elección que transforma todas nuestras relaciones.
El Fundamento del Amor Cristiano
El amor proviene de Dios y que conocer a Dios es conocer el amor.
1 Juan 4: 7-12
Queridos hermanos, debemos amarnos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es hijo de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. Dios mostró su amor hacia nosotros al enviar a su Hijo único al mundo para que tengamos vida por él. 10 El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo, para que, ofreciéndose en sacrificio, nuestros pecados quedaran perdonados.
11 Queridos hermanos, si Dios nos ha amado así, nosotros también debemos amarnos unos a otros. 12 A Dios nunca lo ha visto nadie; pero si nos amamos unos a otros, Dios vive en nosotros y su amor se hace realidad en nosotros.
El amor de Dios hacia nosotros se manifiesta en el sacrificio de Jesús y esto define el amor verdadero.
Amar Como Jesús Amó
¿Como amo JESUS?
Amando a los marginados
Luke 17:11–19
11 En su camino a Jerusalén, pasó Jesús entre las regiones de Samaria y Galilea. 12 Y llegó a una aldea, donde le salieron al encuentro diez hombres enfermos de lepra, los cuales se quedaron lejos de él 13 gritando:
—¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!
14 Cuando Jesús los vio, les dijo:
—Vayan a presentarse a los sacerdotes.
Y mientras iban, quedaron limpios de su enfermedad. 15 Uno de ellos, al verse limpio, regresó alabando a Dios a grandes voces, 16 y se arrodilló delante de Jesús, inclinándose hasta el suelo para darle las gracias. Este hombre era de Samaria. 17 Jesús dijo:
—¿Acaso no eran diez los que quedaron limpios de su enfermedad? ¿Dónde están los otros nueve? 18 ¿Únicamente este extranjero ha vuelto para alabar a Dios?
19 Y le dijo al hombre:
—Levántate y vete; por tu fe has sido sanado.
Perdonando pecadores
John 8:1–11
Pero Jesús se dirigió al Monte de los Olivos, y al día siguiente, al amanecer, volvió al templo. La gente se le acercó, y él se sentó y comenzó a enseñarles.
Los maestros de la ley y los fariseos llevaron entonces a una mujer, a la que habían sorprendido cometiendo adulterio. La pusieron en medio de todos los presentes, y dijeron a Jesús:
—Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de cometer adulterio. En la ley, Moisés nos ordenó que se matara a pedradas a esta clase de mujeres. ¿Tú qué dices?
Ellos preguntaron esto para ponerlo a prueba, y tener así de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y comenzó a escribir en la tierra con el dedo. Luego, como seguían preguntándole, se enderezó y les dijo:
—Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra.
Y volvió a inclinarse y siguió escribiendo en la tierra. Al oír esto, uno tras otro comenzaron a irse, y los primeros en hacerlo fueron los más viejos. Cuando Jesús se encontró solo con la mujer, que se había quedado allí, 10 se enderezó y le preguntó:
—Mujer, ¿dónde están? ¿Ninguno te ha condenado?
11 Ella le contestó:
—Ninguno, Señor.
Jesús le dijo:
—Tampoco yo te condeno; ahora, vete y no vuelvas a pecar.]
Sirviendo a sus dicipulos
John 13:1–17
Era antes de la fiesta de la Pascua, y Jesús sabía que había llegado la hora de que él dejara este mundo para ir a reunirse con el Padre. Él siempre había amado a los suyos que estaban en el mundo, y así los amó hasta el fin.
2-4 El diablo ya había metido en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la idea de traicionar a Jesús. Jesús sabía que había venido de Dios, que iba a volver a Dios y que el Padre le había dado toda autoridad; así que, mientras estaban cenando, se levantó de la mesa, se quitó la capa y se ató una toalla a la cintura. Luego echó agua en una palangana y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura.
Cuando iba a lavarle los pies a Simón Pedro, éste le dijo:
—Señor, ¿tú me vas a lavar los pies a mí?
Jesús le contestó:
—Ahora no entiendes lo que estoy haciendo, pero después lo entenderás.
Pedro le dijo:
—¡Jamás permitiré que me laves los pies!
Respondió Jesús:
—Si no te los lavo, no podrás ser de los míos.
Simón Pedro le dijo:
—¡Entonces, Señor, no me laves solamente los pies, sino también las manos y la cabeza!
10 Pero Jesús le contestó:
—El que está recién bañado no necesita lavarse más que los pies, porque está todo limpio. Y ustedes están limpios, aunque no todos.
11 Dijo: «No están limpios todos», porque sabía quién lo iba a traicionar.
12 Después de lavarles los pies, Jesús volvió a ponerse la capa, se sentó otra vez a la mesa y les dijo:
—¿Entienden ustedes lo que les he hecho? 13 Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque lo soy. 14 Pues si yo, el Maestro y Señor, les he lavado a ustedes los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. 15 Yo les he dado un ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho. 16 Les aseguro que ningún servidor es más que su señor, y que ningún enviado es más que el que lo envía. 17 Si entienden estas cosas y las ponen en práctica, serán dichosos.
El Amor en la Comunidad
El amor se manifiesta en el perdón, la paciencia, la bondad y el apoyo mutuo dentro de la comunidad de creyentes.
John 13:35
35 Si se aman los unos a los otros, todo el mundo se dará cuenta de que son discípulos míos.
Desafíos al Amar
Jesus nos indica que no solo a la cumunidad sino tambien hacia afuera.
Matthew 5:44–48
44 Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, y oren por quienes los persiguen. 45 Así ustedes serán hijos de su Padre que está en el cielo; pues él hace que su sol salga sobre malos y buenos, y manda la lluvia sobre justos e injustos. 46 Porque si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué premio recibirán? Hasta los que cobran impuestos para Roma se portan así. 47 Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? Hasta los paganos se portan así. 48 Sean ustedes perfectos, como su Padre que está en el cielo es perfecto.
Para esto nos ha llamado el Señor
1 Peter 4:8
Haya sobre todo mucho amor entre ustedes, porque el amor perdona muchos pecados.
No es en tus fuerzas, pero si es por su gracia.
2 Corinthians 12:9
pero el Señor me ha dicho: «Mi amor es todo lo que necesitas; pues mi poder se muestra plenamente en la debilidad.» Así que prefiero gloriarme de ser débil, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
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