Buscar al Señor como Refugio (2)
Buscar al Señor como Refugio (2)
fue entonces cuando compuso este salmo de confianza: lloró y oró, lloró y cantó, lloró y creyó.
I. Comienza con un reconocimiento del problema:
A. Los adversarios se han multiplicado.
Padecía por su pecado en el asunto de Urías, pues éste era el mal por el que Dios le había amenazado con la rebelión de su misma casa (2 S. 12:11); pero no por eso perdió su confianza en el poder y en la bondad de Dios, ni desesperó de obtener su socorro. Incluso nuestro pesar por el pecado no ha de estorbar ni nuestro gozo ni nuestra esperanza en Dios.
B. Se levantan en contra y Desaniman
Pensaban que, puesto que le habían abandonado sus servidores y súbditos también Dios le había desamparado a él y había abandonado su causa y, por lo tanto, había que considerarle como un malvado y un hipócrita. Se esforzaban por sacudir la confianza que tenía él en Dios y llevarle a desesperar de recibir socorro celestial.
II. Demuestra su confianza en Dios
Con una profesión de su dependencia de Dios (v. 3). cuando sus enemigos dicen: «No hay para él salvación en Dios» (v. 2), él clama con tanta mayor seguridad (v. 3): «Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí para defenderme, ya que mis enemigos me rodean por todas partes; tú eres mi gloria y el que levanta mi cabeza». Si, en el peor de los casos, los hijos de Dios pueden levantar con gozo la cabeza, sabiendo que todo cooperará para su bien, reconocerán que es Dios quien les levanta la cabeza, dándoles motivo para alegrarse y corazón para regocijarse.