UNA FE VIVA SOPORTA LA TRIBULACIÓN
Santiago 1:2–12
Introducción
Santiago enseña siete factores que, al ser comprendidos, ayudarán a los afligidos a aguantar en medio de sus problemas. Son principios que el hombre que tiene una fe viva aplicará para pasar cualquier crisis.
Santiago empieza con una descripción de la situación de quienes, como Job, se encuentran golpeados por problemas de toda clase. El pasaje dice literalmente que los problemas “les abrazan”. Estas pruebas son diversas, vienen de todo tamaño y de todos los colores. entonce a estos hermanos Las pruebas se les amontonaban
A pesar de las circunstancias de estos hermanos, semejantes a las de Job, el contenido del libro es diferente. Job discute el porqué de las aflicciones. Santiago no se preocupa por el porqué, sino que nos quiere enseñar cómo debemos vivir en medio de ellas.
¡Pensemos!
Cuando a nosotros nos llega hoy por una cantidad de problemas serios, ¿cómo reaccionamos? ¿Cuáles son los consejos que el mundo nos da? ¿Qué consejos nos dan los hermanos?
¿Cuánta diferencia hay entre la reacción del mundo y la de la iglesia? ¿Se observa una diferencia significativa? ¡No se limite sólo a lo que debemos hacer! Los hermanos a quienes Santiago escribió no siempre respondieron como debían haberlo hecho. Nosotros tampoco reaccionamos siempre bien ¿Cómo son nuestras reacciones? Santiago nos explica con ciertos principios que toda fe viva debe tener para soportar las tribulaciones.
1) El Principio de una Actitud Positiva.
Santiago 1:2
La primera ayuda para la victoria en medio de la aflicción es una actitud positiva (1:2). Deben tener “sumo gozo”. El pasaje no indica que deban “estar conformes”, ni tener “una santa resignación”. Estos son los consejos que con frecuencia repetimos al tratar de animarnos cuando sufrimos. Tampoco es el resultado de buscar problemas o de negar que los problemas existen.
La actitud positiva indicada se basa en el reconocimiento de la realidad de los problemas. Al darnos cuenta de la realidad, podemos tener gozo verdadero, a pesar de la aflicción, cuando reconozcamos el propósito de Dios para nuestras vidas que se realiza por medio de los problemas. Esta base del gozo verdadero presenta el segundo factor para soportar la aflicción:
2) El Principio de la Perspectiva Divina.
Santiago 1:3–4
Para hacer frente con gozo al sufrimiento hay que verlo desde el punto de vista de Dios. Dios permite problemas en nuestra vida con el fin de producir madurez. Podemos regocijarnos porque nos damos cuenta del buen propósito de Dios para nuestras vidas. Dios manda tribulación para producir paciencia en nosotros. Esa paciencia sigue trabajando para producir la perfección.
Aceptamos el dolor porque entendemos Quién nos lo manda. Un Dios de amor Quien quiere perfeccionarnos, está buscando lo mejor para nosotros. El resultado del proceso es que lleguemos a la madurez, a ser todo lo que Dios quiere que seamos. Así no nos faltará nada. Al comprender esta verdad, podemos aceptar las pruebas con gozo.
PRUEBAS † PACIENCIA † PERFECCION
3) El Principio de la Paciencia.
Santiago 1:4
Al darnos cuenta de la perspectiva de Dios, es posible enfrentarnos a la aflicción con paciencia. Nosotros siempre queremos encontrar la salida más rápida del sufrimiento. Dios muchas veces quiere que esa aflicción siga hasta que nosotros recibamos todo el beneficio que Él quiere darnos. Sólo así podemos llegar a ser maduros, sin que nos falte nada.
Nosotros decimos: “Ya aprendí, Señor, ¡quítamela ya!” No comprendemos qué tan frecuentemente tenemos que “soportar” un rato para aprender toda la lección. Esta actitud de paciencia sólo es posible cuando vemos las aflicciones desde el punto de vista de Dios. Para comprender la perspectiva de Dios se requiere la sabiduría de Dios.
4) El Principio del Discernimiento.
Santiago 1:5
El hombre con una fe viva pide de Dios la sabiduría para saber cómo responder en medio de la prueba. Aunque entendemos el principio de la perspectiva divina, a veces nos cuesta entender qué nos pasa, cuando nos hallamos en medio de la prueba. Cuando no entendemos lo que Dios quiere lograr en nuestra vida, ni cómo debemos de responder en medio de circunstancias difíciles, podemos pedirle que nos dé sabiduría. Dios da sabiduría en abundancia, sin reprochar.
La pregunta indicada no es “¿Por qué?” La pregunta es: “Señor, ¿qué quieres lograr en mi vida? ¿Qué debo hacer en medio de esta situación para glorificarte?” Frente a esta petición. Dios se presenta como el Donante. El es quién da sabiduría.
La respuesta de Dios a nuestras peticiones no es como un profesor que se cansa de oír la misma pregunta repetidas veces: “¡Otra vez! ¡Hasta cuándo le va a entrar lo que le digo!” Dios no contesta así. El sigue explicando sin reproche. El es omnisciente y nuestras preguntas a veces son tontas. Sin embargo, El es paciente con nosotros. El siempre está dispuesto a darnos la respuesta que buscamos.
5) El Principio de la Confianza en Dios.
Santiago 1:6–8
Al pedir sabiduría, nuestra petición debe estar acompañada por fe. Es demasiado fácil que dudemos y discutamos. Luchamos con la esperanza de encontrar nuestra propia solución. Esta lucha produce confusión e inseguridad. Debemos dejar de luchar; debemos descansar y confiar en Dios. Cuando nosotros confiemos en Dios y esperemos Su solución, habrá paz, seguridad y estabilidad. Es la falta de esta paz que produce inestabilidad. Nos hace víctimas de las olas.
TRIBULACIÓN + FE = TODO (PERFECCIÓN)
TRIBULACIÓN - FE = NADA
6) El Principio del Contentamiento
Santiago 1:9–11
La capacidad para aguantar en medio de la aflicción no depende de lo que uno tenga. Depende del contentamiento con Dios y Su plan para la vida. El pobre puede jactarse de la vida de Dios en él. El rico tiene que reconocer que su riqueza material es temporal. Si el rico confía en sus riquezas, lo puede perder todo. Así que, ambos, tanto ricos como pobres, tienen una base igual para regocijarse en lo que Dios les ha dado.
No debemos depender de lo que tenemos, ni de las riquezas, ni de las posesiones, ni las circunstancias. Estas cosas son temporales; pronto pasan. Nuestro gozo debe depender de nuestra relación con Dios, así nunca se puede perder.
7) El Principio de la Recompensa
Santiago 1:12
Finalmente, el hombre de fe viva puede pasar las pruebas porque comprende la promesa divina de las recompensas. Puede haber satisfacción en medio del sufrimiento, porque se espera el premio prometido. Se recibirá la corona de vida. Su recompensa mayor, su corona, es la vida en sí, la vida eterna al final del camino, y una vida abundante, que vale la pena vivirla ahora.
¡Pensemos!
Son siete principios los que nos ayudarán a enfrentar las circunstancias difíciles de la vida.
Actitud Positiva
Perspectiva Divina
Paciencia
Discernimiento
Confianza en Dios
Contentamiento
Recompensa