LA IGLESIA TRIUNFANTE DE CRISTO

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Jesús anunció que con su sacrificio el mundo entraría en una nueva etapa, la era de la gracia, pues el príncipe de este mundo ya no tendría la potestad sobre todo ser humano.
Juan 16:7–11 RVR60
Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.De pecado, por cuanto no creen en mí;de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más;y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.

RESURRECCIÓN DE CRISTO

1 Corintios 15:3–6 RVR60
Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce. Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen.
La muerte no podía retener a Jesucristo y resucitó con poder el tercer día. Tal como Él lo había dicho: “Yo soy la resurrección y la vida”.

JESÚS RESUCITADO INSTRUYE A SUS APÓSTOLES

Hechos de los Apóstoles 1:1–5 RVR60
En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios. Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.
Las pruebas eran infalibles, tanto de que estaba vivo (anduvo y conversó con ellos, comió y bebió con ellos), como de que era Él mismo y no otro, pues una y otra vez les mostró las señales de las heridas en las manos, en los pies y en el costado. Eran muchas y repetidas con frecuencia. Se les apareció durante cuarenta días, y aunque no residió con ellos de continuo, sí conversó con ellos con mucha frecuencia durante esos días.
Cristo permaneció en la tierra 40 días preparando a sus discípulos, tal como nos narra el evangelista Lucas en el libro de Hechos.

EL PODER QUE VENDRÍA DE ARRIBA

Hechos de los Apóstoles 1:6–8 RVR60
Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad;pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Los apóstoles habían de recibir poder de arriba, mediante el Espíritu Santo, para predicar el Evangelio y confirmarlo con milagros y hasta con sufrimientos por el nombre de Jesús. Y, para estas cosas, ¿quién está capacitado? (2 Co. 2:16). Nadie, sino aquellos a quienes el Espíritu Santo capacita, antes de enviar a los hombres a cualquier ministerio. Por esto, había mandadoJesús a los apóstoles que no se fueran de Jerusalén hasta que recibiesen ese poder mediante el descenso del Espíritu Santo prometido.
Habían de proclamar el Evangelio de Cristo de manera abierta y solemne. Los testigos confirman su testimonio con juramento, pero estos testigos lo confirmarían mediante el sello divino de los milagros y de los dones sobrenaturales extraordinarios. El vocablo griego para “testigo” es mártir; por lo cual, se llaman mártires los que sellan su testimonio al dar la vida por la fe de Jesús.
Los apóstoles habrían de predicar el Evangelio comenzando por Jerusalén y, abriendo en círculos, hasta llegar a los últimos confines del planeta. Todo testimonio genuino ha de comenzar por “casa”. Mal puede predicar en la calle o desde el púlpito quien no da buen testimonio dentro de su familia. Antes de misionar en el extranjero, hay que misionar a los vecinos.
Hechos de los Apóstoles 1:9–11 RVR60
Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas,los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.
Así confirmaban los ángeles la promesa de la segunda venida del Señor, con lo que la fe de ellos quedaba fortalecida. Envuelto en una nube se fue, y en las nubes vendrá para ser visto física y personalmente, como lo fue antes de ocultarlo la nube. Efectivamente, le esperamos cuando venga entre las nubes. (1 Tes. 4:17)

EL DERRAMAMIENTO DEL ESPÍRITU SANTO

Hechos de los Apóstoles 1:12–14 RVR60
Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo.Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo.Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.
Esta es la última vez que María la madre de Jesús aparece por su nombre en la Biblia. Se mencionan también los hermanos de Jesús, quienes, probablemente se habían convertido después de la resurrección del Señor, ya que antes no creían en Él (Jn. 7:5).
El Pentecostés o Fiesta de las Semanas era la segunda de las tres grandes solemnidades anuales judías: Pascua, Pentecostés y Fiesta de los Tabernáculos. El pueblo las celebraba con la subida anual al Templo de Jerusalén, llevando las ofrendas por la cosecha, a los cincuenta días después de la Fiesta de la Pascua.
La fiesta se celebraba el primer día de la semana, con lo que se confirmaba el paso del día de reposo del sábado al domingo, como perpetuo memorial para la Iglesia de estos dos grandes y benditos acontecimientos: la resurrección del Señor y el descenso del Espíritu Santo.
Levítico 23:15–16 RVR60
Y contaréis desde el día que sigue al día de reposo, desde el día en que ofrecisteis la gavilla de la ofrenda mecida; siete semanas cumplidas serán. Hasta el día siguiente del séptimo día de reposo contaréis cincuenta días; entonces ofreceréis el nuevo grano a Jehová.
Hechos de los Apóstoles 2:1–4 RVR60
Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
Juan el Bautista había dicho de Cristo: «Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego» (Mt. 3:11). Todos los que hemos creído en Cristo hemos sido bautizados, inmersos, sumergidos en el Cuerpo de Cristo, por el Espíritu Santo. En Efesios 5:18 el Apóstol Pablo nos dice que seamos “llenos del Espíritu Santo”, para ser libres de toda carnalidad.
Pero además de esta llenura que el apóstol exige a todos, hay una llenura de poder, con la cual el creyente o el ministro de Dios puede hacer una obra mas allá de sus propias fuerzas, como el caso de los Apóstoles que pudieron predicar en diferentes idiomas. Las lenguas eran idiomas que hablaban los que habían venido a Jerusalén a la Fiesta de Pentecostés.
Estos ciudadanos que procedían de diferentes regiones afirmaron que escucharon el mensaje de “las maravillas de Dios” en su propio idioma.
A través de este acontecimiento se rompió la maldición de Babel y se abrió el camino de la unidad universal de todos los hombres en Cristo por el Espíritu.

VALENTÍA PARA PROCLAMAR EL EVANGELIO

Hechos de los Apóstoles 2:14 RVR60
Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.
Efectivamente este era un Simón Pedro diferente, no aquel impulsivo y cobarde que en el momento mas difícil negó conocer a Cristo. Y en este su primer discurso Pedro les exhorta a todos los que escuchaban, que debían arrepentirse.
Hechos de los Apóstoles 2:36–41 RVR60
Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo. Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.
Poco tiempo después los sacerdotes y fariseos se opusieron a la labor evangelizadora de Pedro y Juan. Ellos, en vez de acobardarse, con valentía responden:
Hechos de los Apóstoles 4:18–20 RVR60
Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús. Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.
Entonces los creyentes piden a Dios que les den confianza y valor.
Hechos de los Apóstoles 4:29–31 RVR60
Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús. Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.
Esto demostraba que era el mismo Espíritu Santo dirigiendo y animando a la obra a los Apóstoles y demás creyentes.

DISPERSADOS PARA ALCANZAR A MUCHOS MAS

Hechos de los Apóstoles 8:1–5 RVR60
Y Saulo consentía en su muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles. Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto sobre él. Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel. Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio.Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo.
Según este pasaje, los doce apóstoles permanecieron en Jerusalén y trabajaron en Palestina, si bien Pedro, como se dice expresamente, marchó “a otro lugar” (Hch. 12:17). La tradición dice que Pedro llegó finalmente a Roma donde fue martirizado. El resto desaparece del horizonte de la historia, tras ser mencionados con ocasión del llamado Concilio de Jerusalén (Hechos 15).
El NT ofrece en realidad muy pocas noticias de los apóstoles y sus actividades, a excepción de Pedro, Juan y Santiago el Menor. La única muerte de los apóstoles registrada en la biblia es la de Jacobo (Hechos 12:2). Juan fue apresado y sentenciado a las minas en la prisión de la isla de Patmos, y fue ahí donde escribió su libro profético del “Apocalipsis”.
La tradición post apostólica pretende que los Doce se diseminaron por el mundo para llevar a cabo la misión encomendada por Cristo, cada uno a un país diferente, donde murieron en martirio. El caso de Tomás, en una referencia antigua y digna de crédito, dice que llegó a la India como campo principal de su apostolado, donde fue martirizado. Hay al dia de hoy una Iglesia católica siro-malabar, «Cristianos de Santo Tomás», que afirman haber sido evangelizados por este apóstol. Es la segunda Iglesia católica oriental por número de fieles — más de 4,5 millones y la mayor comunidad de los cristianos de Santo Tomás en la India.

LA IGLESIA TRIUNFANTE DE CRISTO

Mateo 16:18 RVR60
Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
Les leeré una breve reseña histórica del Dr. Cesar Vidal y otros autores ---
Desde el primer momento el cristianismo sufrió una fuerte persecución por parte del judaísmo. Sin embargo, en poco menos de veinte años desde la muerte de Jesús, el cristianismo había arraigado y contaba con comunidades en ciudades tan importantes como Atenas, Corinto, Éfeso, Colosas, Tesalónica, Filipos, y en la misma capital del imperio, Roma.
A lo largo de tres siglos, el imperio desencadenó sobre los cristianos persecuciones que cada vez fueron más violentas. Sin embargo, no sólo no lograron su objetivo de exterminar a la nueva fe, sino que al final se impuso el cristianismo, que predicaba un amor que jamás habría nacido en el seno del paganismo, y que proporcionaba dignidad y sentido de la vida incluso a aquellos a los que nadie estaba dispuesto a otorgar un mínimo de respeto.
El cristianismo soporto y superó todas las invasiones de tribus bárbaras luego de la caida del imperio romano de Occidente en el año 476 cayó el imperio romano de Occidente. El cristianismo preservó la cultura clásica, se alentó la práctica del trabajo, la defensa de los débiles y la práctica de la caridad, y el esfuerzo misionero logró que aquellas naciones se convirtieran al cristianismo. Al llegar el año 1000, el cristianismo se extendía desde las Islas Británicas hasta el Volga y el mar Caspio en la actual Rusia.
Al concluir el siglo XX, el cristianismo había sobrevivido a dos terribles amenazas que habían puesto en peligro a todo el género humano. Tanto la dictadura nazi y el comunismo de Stalin se basaban precisamente en el rechazo de la herencia cristiana de la sociedad, en un enorme orgullo que no quería someterse a Dios, sino que pretendía crear él mismo un hombre mejor, un hombre nuevo, y transformar el “mundo malo de Dios” en el mundo bueno que surgiese del dogmatismo de su propia ideología.
Basta echar un vistazo a las culturas informadas por el Islam, el budismo, el hinduismo o el animismo –donde siguen considerándose legítimas muchas conductas degradantes para el ser humano–, para intuir lo que podría haber sido un mundo sin la influencia civilizadora del cristianismo. Y eso a pesar de que hoy día hasta la sociedad más apartada puede beneficiarse de aspectos emanados de la influencia cristiana en la cultura occidental, desde el progreso científico a la asistencia social, por citar solo dos ejemplos.
Es cierto que los cristianos muchas veces han dejado bastante que desear en el modo de vivir su fe. Con todo, la influencia humanizadora y civilizadora de la fe cristiana no cuenta con equivalentes de ningún tipo a lo largo de la historia universal. Sin la fe cristiana, el devenir humano habría estado mucho más teñido de violencia y barbarie, de guerra y destrucción, de calamidades y sufrimiento.
Pero con la influencia de la fe cristiana, el gran drama de la condición humana se ha visto acompañado de progreso y justicia, de compasión y cultura.

PUESTOS LOS OJOS EN JESÚS

Hebreos 12:1–3 RVR60
Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.
Cuando sentimos flaquear nuestra fe, cuando nos parece que la indiferencia nos domina, o cuando el pecado nos asedia, recordemos la hermosa gesta del Cristianismo en todos estos siglos.
Pon tu mirada den Cristo, así como lo hicieron los Cristianos de siglos pasados. Tienes un Señor amoroso a quien servir, a quien proclamar, un Dios que te perdona y te bendice. Un Dios que te invita a ser parte de su ejercito de salvación para este mundo perdido.
Marcos 10:28–31 RVR60
Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido. Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna. Pero muchos primeros serán postreros, y los postreros, primeros.
¿Estas siendo sal y luz para este mundo? Busquemos ser llenos del Espíritu Santo para ser de bendición a nuestra propia familia, nuestro trabajo, nuestra comunidad. Y por supuesto, ser bendecidos también.
Oremos.
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