PENTECOSTES PODER DEL ESPIRITU

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Notes
Transcript
¿Qué significa “Una vida lleva del poder de Dios”?
Hechos 2
¿Qué hace que una iglesia esté viva y saludable?
¿Qué significa hablar en lenguas?
En una ocasión, había un grupo de creyentes, eran más o menos unos 120, no tenían un edificio dedicado para tener servicios y ministerio como iglesia, así que alquilaron temporalmente un casa que tenía un espacio grande en el segundo piso.
Sabían que tenían una comisión; un trabajo que hacer, pero no sabían cómo hacerlo. Lo primero que hicieron fue establecer muy bien su liderazgo.
Se había debatido mucho sobre cómo debían cubrir un puesto de liderazgo que había quedado vacante, pero aparte de eso, no había sucedido mucho.
La tarea de llegar a su comunidad parecía estar fuera de su alcance.
Había muy poco dinero, muy poca gente, mucho miedo y fuera de su lugar de reunión, una cultura que NO tenía nada de espacio para su mensaje.
No sé si alguna vez has experimentado una iglesia así, pero era la situación de la única iglesia que existía al comienzo del libro de los Hechos.
Cuando Cristo ascendió al cielo, sólo había 120 creyentes en Jerusalén (Hechos 1:15).
Creían que Cristo había muerto por sus pecados y que había resucitado, pero se habían centrado esencialmente en ellos mismos y en su propia organización interna.
Nada de lo que estaba sucediendo entre ellos haría ninguna diferencia para el mundo fuera de las puertas de la iglesia.
Pero Cristo había hablado de un evento que cambiaría todo eso. En unos pocos días,,,,,, había dicho,,,,, serían “bautizados con el Espíritu Santo” (Hechos 1:5).
Luego dijo: “Recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (v. 8).
No tuvieron que esperar mucho. Apenas diez días después de que Jesús ascendió al cielo y cincuenta días después de la resurrección, hubo una fiesta llamada Pentecostés.
Pentecostés significa cincuenta, y en este día se cumplían 50 días de la resurrección de Jesús.
La fiesta de pentecostés era una celebración anual del comienzo de la cosecha y de la ocasión en que Dios descendió al monte Sinaí y le dio la Ley a Moisés.
Jerusalén estaba repleta de visitantes de muchos países. Lucas nos dice que la gente había venido “de todas las naciones bajo el cielo” (2:5).
En el día de Pentecostés el Espíritu Santo fue derramado sobre los primeros creyentes cristianos.
Después de eso, las cosas nunca volvieron a ser iguales.
UN SONIDO COMO EL VIENTO
Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados. (v.1-2)
En muchos idiomas antiguos, hay una palabra que puede significar viento, aliento o Espíritu. En hebreo, esa palabra es “ruach”.
Es una de esas palabras que suena como lo que significa. Si se pronuncia “ruach” correctamente, suena como el soplo del viento.
El sonido del viento es prácticamente el mismo que el de la respiración, sólo que es mucho más fuerte y dura más.
En el mundo antiguo, pensaban que el viento era como un soplo a gran escala, y es que ,,,,, usaban la misma palabra para ambos casos.
Ahora bien, ,,, esto es importante ,,,,, siempre que uno encuentra algo inusual en la Biblia, puede ser de mucha ayuda preguntar:
“¿Dónde he encontrado antes algo como esto?”
Y si preguntamos: "¿Dónde hemos encontrado antes el sonido del viento o de la respiración?" Hay dos respuestas obvias.
El primer casos está al comienzo de la historia bíblica, donde leemos cuando Dios le vida a Adán.
Dios formó un cadáver sin vida del polvo de la tierra. Ahí estaba el cuerpo; el cadaver; la forma de un hombre pero si vida.
Tenía corazón, cerebro, tejidos, pulmones, sistema nervioso, respiratorio y todos los componentes de un ser humano.
Un cuerpo “nuevecito y perfecto” pero si uso; sin vida. Faltaba algo importante: la vida
Entonces Dios sopló a ese cadaver. Dios le dio a Adán el beso de la vida y el primer hombre se convirtió en un ser viviente.
Y lo primero que hizo fue respirar. Desató un sonido de viento; suave.
Veamos este dato importante ,,,,
El nombre de Dios en Hebreo es “YHWH”; todas consonantes. Sin vocales es imposible pronunciar Su nombre.
Los eruditos rabinos notaron que las letras YHWH en realidad suenan como una respiración. YH (inhalar); WH (exhalar).
De esa forma el primer llanto de un bebé, en su primer aliento, pronuncia el nombre de Dios. Ese fue el primer sonido de Adán cuando abrió los ojos a la vida.
No era un bebé, era un hombre joven adulto. Su primer palabra fue a la misma vez su primer aliento de vida. YH (inhalar); WH (exhalar).
Es interesante que un ateo pronuncia Su nombre, sin darse cuenta de que su propio aliento está dando un reconocimiento constante a Dios.
Así mismo, una persona deja esta tierra con su último aliento, cuando el nombre de Dios ya no llena sus pulmones.
El libro de los salmos termina con esta frase: Todo lo que respira alabe a Jehová.
Después de la Resurrección, Jesús “sopló sobre [los discípulos] y dijo: 'Recibid el Espíritu Santo' " (Juan 20:21-22).
“Como me envió el Padre, así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.”
Jesús estaba explicando lo que sucedería en el día de Pentecostés.
Les estaba diciendo a sus discípulos: “Así será: voy a subir al cielo, pero cuando lo haga, les soplaré mi vida desde arriba”.
Luego respiró hondo y sopló hacia ellos, con un sonido como el del viento.
Entonces, cuando los discípulos escucharon un sonido como el del viento que soplaba unas semanas más tarde, inmediatamente lo asociaron con el sonido de Jesús soplando sobre ellos y reconocieron que este era el cumplimiento de lo que Jesús había prometido.
Hay un maravilloso paralelo entre Dios que sopla vida en Adán ,,,,, y Cristo que sopla vida en la iglesia.
En Génesis 2, había un cuerpo sin vida. Dios sopló en ese cuerpo y Adán se convirtió en un ser viviente.
En Hechos 2, hay otro cuerpo. La iglesia es el cuerpo de Cristo, pero al comienzo del libro de los Hechos, también estaba sin vida.
Así como el cuerpo de Adán, la iglesia estaba organizada con toda su complejidad pero si vida.
Permanecía a puertas cerradas y no había nada en ella para tener impacto en el mundo que la rodeaba.
Pero ahora el Cristo ascendido sopla Su aliento, viento o Espíritu (recuerda, es la misma palabra) sobre ellos.
Este no fue un pequeño respiro. Era el sonido de un viento huracanado. Dios sopló vida en estas personas.
Piensa en un corredor olímpico, que toma grandes bocanadas de aire que pulsan a través de su pecho mientras el oxígeno llena sus pulmones y le da energía a su cuerpo.
Para brincar diez pasos gigantes toman mucho aire con una respirada.
Otros subimos tres graditas y tenemos que tomar aire.
Jesús sopló vida a su iglesia.
Eso es lo que pasó en Pentecostés. Dios les dio nueva vida y nunca más volvieron a ser las mismas personas; ahora estaban llenos del poder de Dios.
Por supuesto, el Espíritu de Dios había estado obrando en las vidas de los discípulos antes.
Jesús los había enviado al ministerio. No habrían podido hacer lo que hicieron sin el poder del Espíritu Santo.
El Espíritu Santo vino sobre muchas personas en el Antiguo Testamento, ungiéndolas para tareas específicas, y la experiencia de los discípulos antes de Pentecostés había sido similar.
Pero esto era algo completamente nuevo. El Espíritu de Dios no sólo estaba con ellos, sino en ellos.
Jesús lo había dicho antes.
“El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará EN vosotros.”
LENGUAS COMO DE FUEGO
Y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. (v.3)
Imagínese usted,,,, estar ,,, entre estas 120 personas cuando esto sucedió.
Lo que vieron al principio debió parecer absolutamente aterrador.
Una tremenda columna de fuego se acercaba directamente hacia ellos.
A medida que la columna de fuego se acercaba, se dividía en llamas individuales, ,,,,, o “lenguas de fuego”,,,,, de modo que una llama de este fuego se posó sobre cada persona en la habitación.
Lo sorprendente fue que ninguno de ellos resultó quemado.
Una vez más, ,,,,, la mejor manera de entender esto es preguntarse en qué parte de la Biblia hemos visto algo parecido antes.
¿Dónde nos hemos encontrado con un fuego que se posó sobre algo pero no lo quemó?
La respuesta:
en la historia de Moisés y la zarza ardiente.
“El ángel del Señor se le apareció en llamas de fuego desde dentro de una zarza. Moisés vio que la zarza, aunque ardía, no se consumía”. (Éxodo 3:2).
Entonces Dios le dijo a Moisés: "Yo soy el que soy", y Moisés se dio cuenta de que estaba en la presencia inmediata de Dios.
El fuego no dependía del arbusto como combustible. Era un incendio auto sostenible.
El fuego normalmente depende del combustible que consume. Cuando se quema el combustible, el fuego se apaga.
Pero este fuego no dependía de la zarza para sostenerlo, y por eso la zarza no se quemaba.
El fuego en el que Dios hizo conocer su presencia estaba auto sostenido y no se apagaba.
Dios tiene vida en sí mismo. No depende de combustible; no depende de nada y no necesita a nadie.
Cuando se reveló a Moisés, optó por darse a conocer a través de un fuego que reposaba sobre una zarza pero no la consumía; no hacía daño, no la quemaba.
Ahora, en el Día de Pentecostés,,,,,,, Dios dio la misma señal de Su presencia inmediata con los primeros discípulos. Esto fue totalmente extraordinario.
Cuando Dios se apareció a Moisés, éste ya era un hombre creyente cuya vida no tenía ninguna actividad significativa.
Había construido una vida exitosa en Egipto y luego, después de algunos problemas, abandonó el país y se instaló en una especie de semi retiro en el desierto. Por 40 años!!!!
Su vida no contaba para hacer avanzar los propósitos de Dios en el mundo.
Dios vino a él en un fuego especial para darle una nueva comisión.
“Moisés, tengo un trabajo que tú hacer. He oído los gritos de los que sufren y te envío al Faraón para que des libertad a mi pueblo”.
Así que Dios llamó a este hombre a que saliera de su rutina, de su monotonía y vida inútil ,,,,, y le dio un ministerio que resultó ser para la gloria de Dios.
Antes del Día de Pentecostés, la iglesia era como Moisés en el desierto.
Estaba formada por un grupo de creyentes que disfrutaban de sus reuniones de oración y pasaban mucho tiempo planificando cómo elegir a sus líderes.
Pero a través de ellos no sucedía nada que hiciera avanzar el propósito de Dios en el mundo. Entonces descendió el fuego de Dios.
Imaginemos ese cuadro. Miras hacia arriba y ves el fuego sobre ti descendiendo lentamente hasta el centro de la habitación.
Te das cuenta de lo que está sucediendo: la presencia de Dios viene entre su pueblo.
Estás lleno de una sensación de asombro. El Dios que se apareció a Moisés está dando a conocer Su presencia nuevamente, y tú estás allí en la habitación.
Recuerda que cuando el fuego llegó a Moisés, se le encargó un trabajo y el plan para avanzar el propósito de Dios.
Entonces uno se pregunta sobre quién reposará el fuego ahora.
Lo primero que piensas es: Será Pedro, o quizás Santiago y Juan. Quizás sean los tres.
¿A quiénes les dará e encargo?
Miras hacia arriba mientras la columna de fuego se mueve sobre la habitación, y luego, para tu absoluto asombro, se separa en lenguas de fuego,,,,,
,,,,, hay más llamas de las que puedes contar en ese momento, y a medida que las llamas se separan, parecen caer hacia muchos en el cuarto.
De pronto te das cuenta de que una de las llamas viene hacia ti. Miras a los demás en la habitación y una llama de fuego se posa sobre cada uno de ellos.
Dios está encargando a cada creyente que avance Su propósito en el mundo.
La presencia y el poder de Dios Todopoderoso descansan sobre nosotros; cada uno de nosotros.
La evidencia de que eres salvo y eres hijo o hija de Dios es que Dios pone dentro de ti su Espíritu y te capacita para servirle de la forma que Él te va a estar indicando.
En el Antiguo Testamento vimos profetas, sacerdotes y reyes ungidos por Dios para el ministerio.
Esto sucedió con unas pocas personas que ocupaban puestos especiales.
Pero en el Nuevo Testamento es completamente diferente.
El fuego de Dios cae no sólo sobre Pedro, Santiago y Juan, sino también sobre aquellos creyentes anónimos, que no aspiraban a puestos de liderazgo, pero que amaban a Jesús y querían seguirlo.
El Espíritu de Dios descansó sobre ellos, y cada uno tenía un papel que desempeñar en el avance del propósito de Dios para el mundo.
OTRAS LENGUAS
Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.. (v.4)
A este día extraordinario le siguió un tercer acontecimiento notable.
De repente y de forma espontánea, 120 creyentes descubrieron que podían hablar en idiomas que nunca habían aprendido.
Una vez más, la mejor manera de entender esto es preguntar dónde hemos visto algo parecido antes.
¿En qué parte de la Biblia hemos visto a un grupo de personas que de repente comenzaron a hablar en idiomas que nunca habían aprendido?
Eso es exactamente lo que sucedió en la Torre de Babel (Génesis 11).
Al principio de la historia bíblica, a medida que la rebelión del hombre contra Dios cobraba impulso, la gente decidió construir una ciudad con una torre muy alta; el inicio de las famosas pirámides.
Querían asegurarse su propia estabilidad y proclamar su propia grandeza en una ciudad ,,,,, donde no había lugar para Dios.
Dijeron: “no queremos a Dios, vamos a hacer nuestra propia religión.
Fue otro ejemplo del hombre queriendo usurpar trono de Dios.
No querían adorar a Dios ni creer en Dios, sino adorarse a sí mismos y creer en sí mismos.
Entonces Dios descendió y destruyó esa obra perversa al introducir la confusión de múltiples idiomas por primera vez en la raza humana (Génesis 11:1-9).
Debió haber sido muy extraño. Una mañana, llegas al trabajo; a la construcción de la torre, el colega con el que trabajas desde hace semanas empieza a hablarte y no le entiendes nada.
Descubres que toda la fuerza laboral está confundida mientras la gente balbucea todo tipo de sonidos incomprensibles.
Al final encuentras a alguien más que habla tu idioma.
Inmediatamente se identifican y se quedan juntos.
"Me alegro mucho de encontrar a alguien más que hable con sentido común", dices. "¡El resto de esta gente se ha vuelto loca!"
Por toda la obra se reúnen pequeños grupos de personas, unidas por la identidad de un lenguaje común.
Todos llegan a la misma conclusión: es hora de dejar el manicomio y empezar una nueva vida con personas cuyo idioma puedan entender.
Cuando no te entiendes con los demás es imposible hacer un proyecto juntos.
Así fue que se dispersaron hacia el norte, el sur, el este y el oeste.
Estos pequeños grupos de personas se entendían entre sí pero no podían entender a nadie más.
El Día de Pentecostés fue exactamente lo contrario. Personas de todas las naciones bajo el cielo se habían reunido en Jerusalén (Hechos 2:5),
… y cuando vino el Espíritu de Dios, los apóstoles se encontraron hablando espontáneamente en idiomas que nunca habían aprendido,
,,,,, para que todo el pueblo pudiera oír y entender las buenas noticias de Jesucristo en su propio idioma.
En Babel, las lenguas eran un juicio de Dios que llevó a la confusión y a la dispersión de la gente.
En Pentecostés, las lenguas fueron una bendición de Dios que llevó al entendimiento y a la reunión de las personas.
Aunque a la vez también fue un juicio para el pueblo de Israel, ya que el reino se les quitaba a ellos y se ofrecía a todas las demás naciones del mundo.
En Babel, Dios utilizó la maldición del lenguaje para frenar el avance de la ciudad del hombre.
En Pentecostés, Dios usó el regalo del lenguaje para acelerar el avance del reino de Cristo.
A CADA TRIBU Y NACIÓN
Poco después del desastre de la Torre de Babel, Dios le hizo una maravillosa promesa a Abraham.
“Te bendeciré. . . y en ti serán benditas todas las familias (naciones) de la tierra” (Génesis 12:2-3).
Es interesante que las familias que se habían rebelado contra Dios seguían siendo el objeto de la bendición de Dios.
“En ti serán benditas todas las familias”.
“Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.” (Gálatas 3:8-9).
El juicio de Dios sobre las naciones en Babel no fue Su última palabra.
Dios determinó que Su bendición llegaría a través de Abraham a todos los pueblos y grupos de diferentes idiomas dispersos por todo el mundo.
El día de Pentecostés sopló el viento de Dios y su fuego cayó sobre 120 creyentes.
Dios estaba llenando a estas personas con nueva vida y ungiéndolas para el ministerio.
Estas personas se encontraron hablando en idiomas que nunca habían aprendido porque el propósito de Dios era comunicar las buenas nuevas,,,,,
,,,, Comunicar el evangelio de Jesús a personas de todos los grupos étnicos de la tierra.
Ese mismo día, Dios había reunido a una gran multitud de todas las naciones bajo el cielo.
Cuando la multitud en la ciudad escuchó el sonido del viento (Hechos 2:6), se dirigieron en dirección de donde venía el ruido para ver qué estaba pasando.
Cuando llegaron, encontraron a los 120 creyentes declarando las grandes cosas que Dios había hecho en diferentes idiomas.
“Les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios”.
EL don de lenguas siempre fue para proclamar las maravillas de Dios.
No para presumir que tiene un don especial, ni para llamar la atención a si mismo.
Jesús no sufrió ni derramó su preciosa sangre para que los arrogantes religiosos quieran lucirse y adjudicarse fama, poder, crédito o gloria para si mismos.
Los creyentes no deben exaltar a los hombres. A veces dicen: “Wow!! Ese predicador tiene unción!! Que palabra poderosa!!! Y otros dichos.
Más bien deberían decir: “Gloria a Dios por su palabra, que el Señor me ayude a ponerla en práctica.
Recordemos que Dios no comparte su gloria con nadie.
“Yo Soy Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria”. (Isaías 42:8).
EL gran poder que Dios da a su iglesia es para vivir en humildad, para servirle con efectividad y para que Cristo brille con esplendor; no para que otro brille.
Entonces aquí tenemos el don de lenguas; el regalo de los idiomas.
Si hubieras estado de visita ese día en Jerusalén, habrías buscado a alguien que hablara tu idioma. ,,,,, Eso es exactamente lo que pasó.
Pequeños grupos se reunieron alrededor de cada uno de los creyentes y escucharon las grandes cosas que Dios había hecho en su propio idioma. Era Babel ,,,, pero al revés.
Dios había determinado que personas de cada nación y grupo lingüístico escucharan las buenas nuevas de Jesucristo.
El idioma ya no sería una barrera para el evangelio. Jesús había dicho que cuando viniera el Espíritu, los discípulos serían sus testigos en Jerusalén, Judea, Samaria y hasta los confines de la tierra.
De manera extraordinaria, eso comenzó el primer día. El día que nació la iglesia de Cristo. Jesús sopló aliento de vida en su iglesia y le dio poder para llevar a cabo Su obra.
Finalmente, Pedro llamó a la multitud al orden. Algunas personas que vieron todo aquello habían sugerido que los creyentes estaban borrachos.
Así que ,,,,, Ya era hora de dar una explicación.
Pedro habló de Jesús y le contó a la gente cómo había sido crucificado poco más de siete semanas antes.
Pero Dios lo había resucitado de entre los muertos. Fue exaltado a la diestra del Padre y ahora había derramado el Espíritu Santo sobre su pueblo.
Esa era la explicación de lo que la multitud veía y oía.
El punto de Pedro no pasó desapercibido para la multitud.
Si Jesús era en verdad el que Dios había prometido desde el principio de los tiempos, y el pueblo lo había matado, ¿qué debían hacer?
Estas personas claramente creyeron lo que Pedro había dicho acerca de Jesús, así que les dijo el siguiente paso:
“Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.. (v. 38-39)
Tres mil personas respondieron a la invitación de Pedro.
Entendieron desde el principio que estas buenas nuevas eran para personas de todas las naciones.
En los próximos días, estos hijos de Abraham (por la fe) regresarían a sus hogares y llevarían las buenas noticias, ,,,,,, el evangelio de salvación de Jesús a personas cuyo idioma ya conocían.
Así como los 120 habían comunicado las buenas noticias a los grupos que se reunieron a su alrededor el día de Pentecostés,
,,,,,, así ahora los tres mil regresaron a sus hogares y comenzaron a comunicar el evangelio de Jesús a las ciudades y naciones de donde habían venido.
Dios tomó una iglesia que era como un cadáver sin vida y le dio nueva vida.
La presencia de Dios vino y descansó sobre todo Su pueblo, mientras les comisionaba para avanzar Su propósito en el mundo.
El día de Pentecostés nació una iglesia misionera.
Personas de muchas culturas llegaron a la fe en Cristo y luego regresaron a sus hogares para difundir el evangelio entre su propia gente,,,,,,
,,,,, para que personas de todos los idiomas y culturas descubrieran la bendición del evangelio.
¿QUÉ TIENE QUE VER TODO ESTO CON NOSOTROS?
Al estudiar la Biblia, hemos visto varias ocasiones en las que la presencia de Dios se hizo conocida de manera visible.
Dios nos está enseñando a través de lo que hizo una vez de manera visible, lo que siempre quiere hacer de manera invisible entre Su pueblo.
La llegada permanente del Espíritu Santo a la tierra es un evento ,,, de una ocasión. No se vuelve a repetir, ya que vino para quedarse.
Cuando una personase convierte a Cristo, es abrazada (invisiblemente) por el Espíritu Santo y es colocada dentro de la iglesia de Cristo de forma permanente.
Es bautizada en Cristo.
Dios sopla nueva vida a su pueblo y la convierte en un cuerpo viviente lleno de la vida de Dios.
Dios unge no sólo a unos pocos líderes sino a cada uno de su pueblo para el ministerio.
La presencia y el poder de Dios todopoderoso descansan sobre cada creyente en el Señor Jesucristo.
El gran propósito de Dios es que su bendición fluya a través de su pueblo hacia todas las naciones de la tierra.
Usted y yo estamos llenos del poder de Dios para seguir bendiciendo a otras familias de la tierra.
Cada uno somos misioneros donde Dios nos coloca, en medio de la gente que Él nos pone.
Cada cristiano y cada iglesia local tiene un papel que desempeñar en ese propósito.
Para algunas personas eso significará ir a otra cultura para aprender otro idioma, para que otros conozcan el evangelio de Jesús.
Para otros, el llamado de Dios puede ser encontrar nuestra voz en el lenguaje que Dios ya nos ha dado.
Dios pone grupos de personas alrededor de cada creyente para que él o ella pueda comunicar el evangelio en su idioma.
Quizás puedas hablar el idioma de los estudiantes de secundaria o de los niños.
Hacerse entender con otros no necesariamente significa hablar en otro idioma. Puede ser entender su contexto, cultura, situación, etc.
Dios te ha conectado de una manera que te permite comunicarte con cierto grupo de personas.
Descubre quiénes son ellos, trabaja entre ellos y háblales de Jesús.
Al considerar el Día de Pentecostés, no nos perdamos con las señales o el drama de la historia.
Es fácil interesarse tanto en el poder de las ayudas visuales de Dios (el viento, el fuego y las lenguas) que no entendemos que Él nos está enseñando a través de ellas.
Las ayudas visuales son una forma maravillosa de comunicarse, pero el problema es que las personas pueden fácilmente interesarse tanto en la ilustración que olvidan el objetivo que se les dio.
No son las ilustraciones o los objetos lo que es importante, sino los principios y verdades detrás de ellos.
Hay gente que hasta provoca tener una experiencia de sentir fuego cayendo sobre ellos, como apelando al poder de Dios, pero no pueden ni quieren dar testimonio de una vida trasformada por ese poder.
Es muy parecido a las escrituras. Si tuviéramos los manuscritos originales y en exhibición en algún lugar, habría lineas de miles de personas arrodilladas besando esos documentos.
No son los escritos los dignos de adoración, sino la obediencia a la Palabra lo que importa ,,,,, y que vivamos vidas de adoración para Dios cada día ,,,,, eso es lo que cuenta.
Los acontecimientos de Pentecostés demuestran estas verdades acerca de Dios: Él quiere llenar nueva vida a Su iglesia; Él quiere ungir y comisionar a cada creyente; ,,,,,,
y quiere movilizar a la iglesia para llevar la buena noticia de Jesucristo hasta los confines de la tierra para que la bendición de Dios llegue a todas las naciones. De eso se trata Pentecostés.
APLICACIÓN
La vida de la iglesia depende enteramente de la presencia y obra del Espíritu Santo.
Cuando Dios sopló en el cadáver sin vida de Adán en la creación, Adán se convirtió en un ser viviente. De la misma manera es el Espíritu de Dios quien trae vida espiritual a la iglesia.
El Espíritu Santo equipa y capacita a cada creyente para el servicio y el ministerio.
En el Antiguo Testamento, Dios capacitó y usó a algunas personas para ministerios particulares, pero en el Nuevo Testamento, el Espíritu Santo vive y obra a través de cada creyente.
La iglesia ha recibido el encargo de proclamar el evangelio de Jesucristo a las naciones.
El Espíritu Santo equipa y envía a los creyentes a comunicarse a través de barreras culturales y lingüísticas para que el pueblo de Dios provenga de cada tribu, idioma, nación y pueblo sobre la faz de la tierra.
¿Quiere usted ser usado con gran poder para la gloria de Dios?
ORACIÓN
Padre celestial,
Gracias por el don del Espíritu Santo a todos Tus hijos. Sigue fluyendo de tu vida y tu poder sobre nosotros por medio de tu Santo Espíritu
Abre nuestros ojos para ver a las personas que has puesto a nuestro alrededor y danos valentía para hablar de Ti de una manera que puedan entender.
Úsanos para avanzar tu reino y para llevar Tu bendición a los demás.
En el nombre de Jesús.
Amén.
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