PELEANDO LA BUENA BATALLA - Parte I

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INTRODUCCIÓN

El año 2001 fue el último año en el que el servicio militar era obligatorio en España. Esto de “hacer la mili” finalizó en Marzo de 2001, cuando quienes gobernaban entonces en el país optaron por tener unas fuerzas armadas profesionales. Como consecuencia de esto, las nuevas generaciones no han tenido mucho contacto con la vida militar.
En mi caso, nunca presté servicio en mi país, pero sí crecí muy cerca de la vida militar, pues mi padre es coronel de la Guardia Nacional venezolana. Tal fue la influencia en mi vida que de pequeño quería ser militar, y de hecho, aún en la adultez mis películas favoritas son las películas de guerra.
Particularmente creo que la carrera militar puede llegar a ser muy atractiva para algunos de nosotros, porque da una identidad y un sentido de propósito muy fuertes y claros. Permite defender, proteger y luchar contra la maldad en el mundo, o al menos éste es el deber ser. Hay una disciplina y un estilo de vida que son necesarios para todo aquel que quiere pertenecer a las fuerzas armadas.
De hecho, no todo el quiere puede ser parte del ejército, ni siquiera de la policía. Incluso, para los cuerpos de seguridad de menor alcance hay una serie de requisitos tanto físicos como académicos que se deben cumplir para poder ser apto y formar parte de las fuerzas de seguridad.
Y esto se debe, amados, a que todo soldado debe estar en óptimas condiciones para responder ante cualquier situación de amenaza.
De hecho, en los tiempos que estamos viviendo actualmente a nivel mundial con tantas guerras que están teniendo lugar, tanto Rusia con Ucrania, Irán que ahora ha atacado a Israel, China con sus intenciones de invadir Taiwán, todos estos rumores de guerra hace que los países estén en situación de alerta y preparados para cualquier combate, y esto se traduce en soldados equipados y preparados.
La vida militar, amados, no es nada fácil ni cómoda. De hecho, quienes están en ella generalmente lo hacen por una fuerte vocación. Nadie está dispuesto a arriesgar su vida a menos que sea por vocación.
Y amados, la verdad es que es posiblemente tú no hayas hecho la mili y hayas tenido poco contacto con la vida militar. Sin embargo, déjame decirte que la vida cristiana es en muchos aspectos igual a la vida de un soldado. De hecho, en el Nuevo Testamento se usan dos figuras para describir al cristiano, una de ellas es la de un deportista, y la otra es la de un soldado. Y ambas figuras tienen muchas similitudes entre sí. En ambas, tanto el objetivo como la disciplina juegan un papel fundamental. En ambas, es necesario abstener se cualquier cosa que distraiga del objetivo.
Por esta razón, Pablo habla con Timoteo en términos militares en su primera y segunda carta. Pablo le escribe a Timoteo con la misma urgencia y autoridad que lo haría un general hacia un soldado joven. Le manda y ordena que prosiga a la meta y cumpla con su llamado al deber que ha recibido de parte de Dios.
La vida cristiana es sin duda una vida militar.
Argumento: “La vida cristiana es una batalla que debe pelearse manteniendo la fe y la buena conciencia
Y éste sermón es el primero de una mini serie de tres sermones en los que estaremos abordando el tema de la buena batalla en la vida cristiana. Comenzaremos hoy hablando acerca del llamado a pelear la buena batalla de la fe, y luego seguiremos en los dos sermones siguientes, hablando sobre cómo pelear esa buena batalla abordando al fe y la conciencia.
Lectura: 1 Timoteo 1:18-20.
Oración.

I. LA MISIÓN DE TIMOTEO

El apóstol Pablo vuelve a hacer referencia a la misión que había encargado a Timoteo.
1 Timoteo 1:18Esta comisión te confío, hijo Timoteo, conforme a las profecías que antes se hicieron en cuanto a ti, a fin de que por ellas pelees la buena batalla.
Es es el mismo encargo del que Pablo habla al inicio de su carta en los versículos del 3-4 (1 Timoteo 1:3-4). Timoteo tenía la misión de corregir lo que estaba mal en la iglesia en Éfeso, debía mandar a quienes estaban enseñando una doctrina extraña a que se arrepintieran y usaran la ley legítimamente. Tenía que enseñarles el uso correcto de la ley que lleva a la conversión en Cristo, y no la justificación por obras, como pretendían los malos maestros que estaban en Éfeso.
Timoteo debía enseñarles cuál era la correcta interpretación y propósito de la ley, tanto en su ministerio público como en privado, Timoteo debía corregir y enseñar. Lo que estaba en juego, no era una doctrina secundaria, sino el evangelio mismo. Por eso Pablo muestra que un correcto uso de la ley siempre llevará al individuo a Cristo, y no a buscar su propia justificación.
En otras palabras, lo que estaba en juego era el destino eterno de los oyentes. Siendo desviados del evangelio por un mal uso de la ley, lo que les esperaba era la condenación eterna. Por eso, este mandato tiene un tono un tanto militar.
El encargo de Pablo a Timoteo era como el encargo de un general a un soldado. Una orden de la cual dependían las vidas de los demás soldados, y que Timoteo debía cumplir considerando el riesgo que había. Esta es la urgencia que Pablo transmite en sus palabras. Este es el tono que hay en todo el capítulo 1. Es el mandado a cumplir su deber como soldado que forma parte de las filas del ejército de Cristo.
Pero, este encargo no se limita a lo que Pablo dice en los primeros versículos de su carta, sino que, en un sentido, toda la carta representa el encargo de Pablo a Timoteo en el que su hijo en la fe debía corregir y enseñar. Si leemos especialmente el capítulo 4, vemos a Pablo enfatizando este mandato a Timoteo de corregir y enseñar:
1 Timoteo 4:11Esto manda y enseña.
1 Timoteo 4:13Entretanto que llego, ocúpate en la lectura de las Escrituras, la exhortación y la enseñanza.
1 Timoteo 4:16Ten cuidado de ti mismo y de la enseñanza. Persevera en estas cosas, porque haciéndolo asegurarás la salvación tanto para ti mismo como para los que te escuchan.
Y, en general, en toda la carta Pablo está dando instrucciones a Timoteo sobre qué y cómo enseñar. En muchas oportunidades le dice que debe ser ejemplo con su vida de lo que enseña.
En el capítulo 5 le manda a cómo tiene que enseñar a cada persona en la iglesia.
La enseñanza, corrección y exhortación son centrales en el ministerio de Timoteo en Éfeso, y también son centrales en todo ministerio pastoral en toda iglesia local.
De hecho, amados hermanos, la predicación y la enseñanza son tan vitales en el ministerio pastoral, que sin la enseñanza el ministerio pastoral simplemente no existiría.
El pastor Mark Dever menciona en su libro “La iglesia deliberante” que cuando fue entrevistado por la iglesia Capitol Hill en Washington para ser el pastor de la iglesia, le preguntaron cuál sería su plan o programa para la congregación, a lo cuál él respondió que no tenía ninguno, y añadió “no le importaría fracasar en todo aspecto de mi ministerio público, excepto la predicación pública de la Palabra de Dios.”
Su intención era hacerle entender a la congregación que lo único que es bíblicamente indispensable en el ministerio pastoral es la predicación y enseñanza bíblica.
Es lo miso que Pablo está encargando a Timoteo, ésta era su misión como pastor. Y amados, sigue siendo la misión de todo pastor alrededor del mundo.
No quiero decir con esto que los demás aspectos del ministerio pastoral no sean importantes, o deban ser descuidados. En absoluto, pero cuando de prioridades se trata, lo único que no debe descuidar un pastor, debe ser la predicación de la Palabra, amados, eso es lo más importante en el ministerio. Y de hecho, todo lo demás en el ministerio pastoral, es un medio para la enseñanza.
Éste era el encargo de Pablo a Timoteo, que corrigiera y enseñara en la iglesia de Éfeso.

II. EL LLAMADO DE TIMOTEO

Ahora bien, amados, esta misión no estaría libre de dificultades, persecución ni desánimo. De hecho, en su segunda carta a Timoteo, Pablo parece estar animándolo a que no deje el ministerio, porque al parecer, las persecuciones y desafíos del ministerio pastoral estaban teniendo un efecto negativo en Timoteo, por eso Pablo le anima a que cobre ánimo y sea valiente.
De hecho, sabemos que Timoteo fue encarcelado por el evangelio. En Hebreos 13:23Sepan que nuestro hermano Timoteo ha sido puesto en libertad, con el cual, si viene pronto, he de verlos.
Por esta razón, a la luz de todas estas dificultades que Timoteo iba a enfrentar, Pablo quiere recordarle cuál ha sido su llamado, y cuáles han sido las profecías que fueron dichas acerca de Timoteo.
1 Timoteo 1:18Esta comisión te confío, hijo Timoteo, conforme a las profecías que antes se hicieron en cuanto a ti, a fin de que por ellas pelees la buena batalla.
Mucho se ha dicho acerca de cuáles son posiblemente estas profecías, pero la verdad es que en la Escritura solo tenemos un par de referencias a este evento que Pablo menciona, no solo en este pasaje, sino también más adelante en esta carta.
Timoteo fue un joven que se convirtió al cristianismo gracias al ministerio de Pablo en Listra en su primer viaje misionero. Para su segundo viaje misionero, Pablo vuelve a pasar por Listra, pero esta vez recluta a Timoteo como su colaborador para que lo acompañe en su segundo viaje. Es muy probable que este proceso de reclutar a Timoteo haya sido parecido al que el mismo Pablo experimentó cuando fue llamado por Dios a predicar.
En Hechos 13:1–3En la iglesia que estaba en Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simón llamado Niger, Lucio de Cirene, Manaén, que se había criado con Herodes el tetrarca, y Saulo. Mientras ministraban al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: «Aparten a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado» Entonces, después de ayunar, orar y haber impuesto las manos sobre ellos, los enviaron.
Es posible que lo mismo ocurriera con Timoteo, quien después de su conversión, fuese llamado por el Señor al ministerio, al igual que Pablo. De hecho, tenemos buena evidencia bíblica para creer esto. Lea conmigo 1 Timoteo 4:14No descuides el don espiritual que está en ti, que te fue conferido por medio de la profecía con la imposición de manos del presbiterio.
Estas profecías que Pablo menciona, son la evidencia de que Timoteo había sido llamado y apartado para la obra del ministerio. De hecho, el encargo de Pablo a Timoteo, era en realidad el encargo de Dios a Timoteo, pues había sido Dios quien lo había llamado y designado para el pastorado.
Timoteo había sido convocado para ser parte de las filas de un ejército mayor que el Romano.
Este texto tiene especial significado para mí personalmente, Como sabéis, en el 2023 me vi en la necesidad de tomar un tiempo fuera del ministerio por motivos de agotamiento físico, emocional y espiritual, como consecuencia de la indisciplina en algunas áreas de mi vida que no me permitieron tener un servicio sostenible, sino que me llevó al agotamiento extremo. Y amados, durante este tiempo hubo mucha duda en mi corazón sobre si seguir o no en el ministerio, sobre si realmente el pastorado que estaba llamado a ejercer o no. Pero una de las cosas que me permitió recuperarme y volver, fue reflexionar sobre el llamado que Dios me ha hecho de servirle en la forma y medida que Él en su soberanía me permita hacerlo.
Recuerdo en una conversación con mi amado amigo y pastor Plinio Orozco en la que me exhortó de una manera muy similar a 1 Timoteo 4:14 a no descuidar ni el don ni el llamado que Dios me ha hecho para su gloria y el beneficio de su iglesia.
En el caso de Timoteo, este llamado que había recibido por medio de las profecías y la imposición de manos debía servir como un recordatorio en momentos de dificultad. Más adelante, en su segunda carga, Pablo va a volver a recordarle esto. En 2 Timoteo 2:3Sufre penalidades conmigo, como buen soldado de Cristo Jesús.” Timoteo debía recordar que formaba parte de un ejército especial, y que servía a un Rey que era mucho mayor que el emperador romano. El hecho de que fue llamado a ser soldado de Cristo, debía ser una motivación especial en los momentos de dificultad.
Así también ha sido en mi vida, cuando el desánimo viene a mi puerta, recordar porqué y para quién hago lo que hago, es un gran motivador para perseverar. Y sé que también ha sido así en la vida de Peter y de muchos otros que han servido en el pastorado en medio de gran dificultad y oposición. Este mismo propósito y sentido del deber que da la carrera militar a las personas, es el que Pablo tiene en mente cuando llama a Timoteo a recordar las profecías y los dones que le han sido dados.
Y aunque, ciertamente este pasaje habla sobre el ministerio pastoral, y el llamado específico de Timoteo, también sirve para todo creyente ya que cada uno de nosotros ha sido llamado por Dios, primero para la vida eterna, pero también para formar parte de su ejército sirviendo con los dones y talentos que nos ha dado. No todos tienen llamado pastoral, pero todos tienen el llamado a servir en la manera y medida que Dios les permita.
Timoteo debía recordar esto con el fin de perseverar en la lucha de la buena batalla.

III. LA PELEA DE TIMOTEO

Al inicio de este sermón mencionamos cuál era nuestro argumento, y es buen momento para recordarlo. Argumento: “La vida cristiana es una batalla que debe pelearse manteniendo la fe y la buena conciencia.
Esto aplica no solo para los pastores, sino para todo creyente. Todo creyente es un soldado en el ejército del Señor. Todo creyente tiene el mismo deber de no enredarse en cosas que puedan distraerlo de su misión y llamado en este mundo. Evidentemente los pastores debemos ser un ejemplo esto, pero no es un llamado exclusivo para los pastores.
De hecho, Pablo usa este mismo lenguaje en su carta a los corintios, 2 Corintios 10:3–5Pues aunque andamos en la carne, no luchamos según la carne. Porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas; destruyendo especulaciones y todo razonamiento altivo que se levanta contra el conocimiento de Dios, y poniendo todo pensamiento en cautiverio a la obediencia de Cristo,
Precisamente a la iglesia de Éfeso, antes de que Timoteo fuese pastor de la congregación, les escribe los siguiente Efesios 6:10–12Por lo demás, fortalézcanse en el Señor y en el poder de su fuerza. Revístanse con toda la armadura de Dios para que puedan estar firmes contra las insidias del diablo. Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales de maldad en las regiones celestes.
Entender que la vida cristiana es como una batalla, implica que todo cristiano debe vivir la vida militar espiritualmente hablando, y no se preocupen, enseguida vamos a ver qué significa eso.
Pero el primer paso es entender que pelear la buena batalla es un deber cristiano. Tan important es, que no solo ahora en el capítulo 1 sino que al final de su carta volverá a llamar a Timoteo a lo mismo. 1 Timoteo 6:12Pelea la buena batalla de la fe. Echa mano de la vida eterna a la cual fuiste llamado, y de la que hiciste buena profesión en presencia de muchos testigos.
Amado, si has sido llamado a la vida eterna, entonces ha sido llamado a la pelear la buena batalla.
Ahora bien, la buena batalla o la batalla de la fe no tiene nada que ver con la mal denominada guerra espiritual que muchos predicadores carismáticos enseñan. La guerra espiritual no tiene que ver con declarar ni desatar, ni mucho menos romper maldiciones generacionales en tu vida. Nada de esto es bíblico. Tampoco tiene que ver con arrebatarle cosas al diablo.
ENTONCES, ¿QUÉ SIGNIFICA PELEAR LA BUENA BATALLA?
Esto tiene varios ángulos, ya que la buena batalla, o la batalla de la fe como también la expresa Pablo, es una batalla personal contra el pecado, pero también es una batalla por la verdad. Es una batalla que luchamos contra nosotros mismos, pero también contra los enemigos de Cristos que pretenden infectar la iglesia con doctrinas extrañas.
De hecho, hay dos aspectos que se mencionan en este texto en relación a pelear la buena batalla:
La fe.
La buena conciencia.
Un tiene un aspecto doctrinal y otro tiene un aspecto moral. Hablaremos de esto en los próximos dos sermones.
Quizás, lo primero que debemos decir acerca de la buena batalla es que implica perseverar hasta el final. El apóstol Pablo, al final de su vida, cuando ya sabía que sería ejecutado a manos del emperador romano, vio en retrospectiva su propia vida y afirmó lo siguiente: 2 Timoteo 4:7He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe.
Amado hermano, lo primero que debes entender es que esta es una batalla hasta la muerte. No habrá en ningún momento de tu vida en esta tierra en el que puedas descansar de la batalla. El reposo para el cristiano no está en este mundo, sino en el venidero. Este es el momento de luchar y estar atento a la batalla.
Es tu deber luchar contra el error doctrinal y contra el pecado y la tentación.
APLICACIONES
Evita las distracciones: 2 Timoteo 2:4El soldado en servicio activo no se enreda en los negocios de la vida diaria, a fin de poder agradar al que lo reclutó como soldado.” Así como un soldado está separado de los asuntos de la vida civil, un cristiano debe evitar los asuntos del mundo que puedan distraerlo o apartarlo de su misión, ¿qué significa no enredarse en los negocios de la vida diaria? Tiene que ver con fomentar un amistad con el mundo, y no me refiero a las personas, sino al pensamiento y forma de ver la vida del mundo. El mundo te ofrecerá cosas que no son malas en sí mismas pero que te enredan y te desvían de tu meta como creyente. Hebreos 12:1Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestro tan gran nube de testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.” Más adelante, en Hebreos 12:4Porque todavía, en su lucha contra el pecado, ustedes no han resistido hasta el punto de derramar sangre.” El autor de Hebreos usa tanto el lenguaje de deportista como el lenguaje militar para describir la vida cristiana. Habla de una lucha hasta la muerte. La mejor forma de luchar, es quitando de ti todo aquel peso y toda aquella tentación que te afecte en tu lucha. Amados, tu mente y tu corazón son el terreno en el que más debes estar preparado. Por eso la Biblia nos llama a guardar nuestros y renovar nuestros pensamientos. Parte de evitar las distracciones y de no enredarse en los negocios de la vida diaria, tiene que ver con estar constantemente preparado en tu mente para la batalla. Una mente ociosa o distraía es una mente que no podrá pelear bien la buena batalla. No te distraigas, entrena tu mente.
Conocer y usar las armas para la batalla: Primero, debes entender contra qué luchas, es lo que hemos descrito hace unos minutos, en primer lugar, el error doctrinal, y en segundo lugar, el pecado y la tentación. Luego, tienes que conocer las armas que Dios pone a tu disposición, en Efesios 6:10–12 Pablo nos da un preámbulo a la batalla. En este texto nos dice: “Por lo demás, fortalézcanse en el Señor y en el poder de su fuerza. Revístanse con toda la armadura de Dios para que puedan estar firmes contra las insidias del diablo. Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales de maldad en las regiones celestes.” Seguidamente, describe cuáles son los recursos que Dios pone a nuestra disposición para la lucha. Una armadura no se usa a menos que estemos en batalla. Quisiera tener suficiente tiempo para predicar más, pero un buen recursos es el libro “El Cristiano con toda la Armadura de Dios”, William Gurnall. Es un libro de 865 páginas, y usted podrá decir “wow, eso es mucho”, y yo te diré “bueno, depende, ¿quieres pelear la buena batalla?, te animo a leerlo.” Luego de conocer los recursos que Dios pone a tu disposición para la batalla, amado, tendrás que decidir usarlo. Y esto, debemos responsabilizarte por tu lucha, debes decidir accionar. Si estás en un momento en el que no sabes cómo accionar, pide a otro miembro que camine contigo para que te ayude y rindas cuentas.
Se ejemplo en la batalla: Esta aplicación va para la iglesia y para los candidatos al ministerio:
Para los aspirantes al ministerio: debe ser ser ejemplo.
Para la iglesia: La iglesia debe evaluar si son ejemplo.
Amados, la vida cristiana es una batalla, y quiera Dios que podamos luchar la batalla como un soldado lo hace en la guerra.
Oremos
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