El hambre y la sed del alma.

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ENTRADA:

Una de las decisiones más importantes de la vida SINO la más importante es el lugar que cada persona le dará a La Palabra de Dios.
La persona que disponga su corazón para en primer lugar leer su biblia, segundo procurar entenderla y tercero obedecerla disfrutará de las bendiciones que Dios ha prometido en su Palabra.
Salmo 119:11 NTV
11 He guardado tu palabra en mi corazón, para no pecar contra ti.
Uno solo guarda cosas importantes, cosas útiles, cosas de valor, etc.
Así que para nosotros los creyentes nuestra Fe y Conducta es definida únicamente por lo que Dios ha revelado en su palabra.

DESARROLLO:

Así que nuestra esencia y existencia serán definidos únicamente por lo que Dios revela en su Palabra.
1 Tesalonicenses 5:23 RVR60
23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
En este versículo Dios Padre nos está revelando nuestra esencia, como fuimos y estamos formados desde el momento de la concepción.

Somos un espíritu, que poseemos un alma y vivimos en un cuerpo.

Eclesiastés 12:7 NTV
7 Pues ese día el polvo volverá a la tierra, y el espíritu regresará a Dios, que fue quien lo dio.
Mateo 10:28 NTV
28 »No teman a los que quieren matarles el cuerpo; no pueden tocar el alma. Teman sólo a Dios, quien puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el infierno.
La esencia de nuestro ser es espiritual.
El espíritu y el alma son intangibles y el cuerpo si lo es, es material por lo tanto para su existencia necesita cosas materiales. (sustento y abrigo)
En 1850, Ludwig Feuerbach, dijo o se le atribuye a el “Somos lo que comemos”
Hablando del cuerpo gran parte del estado de salud pasa por la forma de alimentarnos.
Una gran parte de las enfermedades que sufrimos son tratadas con medicamentos y una dieta alimenticia.
Ahora bien, con la parte inmaterial no pasa de manera diferente.

Dios en su palabra nos revela que nuesta alma tambien tiene hambre y sed.

Mateo 5:6 NTV
6 Dios bendice a los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.

Está no es habre de alimentos, es hambre del alma, hambre de ser tratados justamente.

Salmo 42:1–3 RVR60
1 Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. 2 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? 3 Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?
David logró identificar de alguna manera seguramente con la ayuda de Dios La sed de su alma.
Juan 7:37–38 NTV
37 El último día del festival, el más importante, Jesús se puso de pie y gritó a la multitud: «¡Todo el que tenga sed puede venir a mí! 38 ¡Todo el que crea en mí puede venir y beber! Pues las Escrituras declaran: “De su corazón, brotarán ríos de agua viva”».
Jesús es la respuesta a la pregunta de David, cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?
Jesús dice: Todo el que cree en mi puede venir y beber y no solo beber él sino que de su corazón brotaran rios de agua viva para que beban los demás.

Hay dos preguntas importantes que debemos responder.

Somos conscientes de la sed de nuestra alma. somos conscientes de esa insatisfacción que continuamente tenemos con las cosas materiales.
A donde estamos yendo a beber? porque en algún lugar estamos bebiendo.
Juan 4:1–17 NTV
1 Jesús sabía que los fariseos se habían enterado de que él hacía y bautizaba más discípulos que Juan 2 (aunque no era Jesús mismo quien los bautizaba sino sus discípulos). 3 Así que se fue de Judea y volvió a Galilea. 4 En el camino, tenía que pasar por Samaria. 5 Entonces llegó a una aldea samaritana llamada Sicar, cerca del campo que Jacob le dio a su hijo José. 6 Allí estaba el pozo de Jacob; y Jesús, cansado por la larga caminata, se sentó junto al pozo cerca del mediodía. 7 Poco después, llegó una mujer samaritana a sacar agua, y Jesús le dijo: —Por favor, dame un poco de agua para beber. 8 Él estaba solo en ese momento porque sus discípulos habían ido a la aldea a comprar algo para comer. 9 La mujer se sorprendió, ya que los judíos rechazan todo trato con los samaritanos. Entonces le dijo a Jesús: —Usted es judío, y yo soy una mujer samaritana. ¿Por qué me pide agua para beber? 10 Jesús contestó: —Si tan sólo supieras el regalo que Dios tiene para ti y con quién estás hablando, tú me pedirías a mí, y yo te daría agua viva. 11 —Pero señor, usted no tiene ni una soga ni un balde —le dijo ella—, y este pozo es muy profundo. ¿De dónde va a sacar esa agua viva? 12 Además, ¿se cree usted superior a nuestro antepasado Jacob, quien nos dio este pozo? ¿Cómo puede usted ofrecer mejor agua que la que disfrutaron él, sus hijos y sus animales? 13 Jesús contestó: —Cualquiera que beba de esta agua pronto volverá a tener sed, 14 pero todos los que beban del agua que yo doy no tendrán sed jamás. Esa agua se convierte en un manantial que brota con frescura dentro de ellos y les da vida eterna. 15 —Por favor, señor —le dijo la mujer—, ¡déme de esa agua! Así nunca más volveré a tener sed y no tendré que venir aquí a sacar agua. 16 Jesús le dijo: —Ve y trae a tu esposo. 17 —No tengo esposo —respondió la mujer. —Es cierto —dijo Jesús—. No tienes esposo

Antes de que el Señor le diera el agua viva le iba a quitar el agua muerta, el agua de viuelve a a dar sed, el agua que no sacia.

La va a poner a dieta del pan que no sacia, del agua que no calma la sed.
La mujer samaritana al parecer estaba buscando el agua de vida, la vida plena en otra persona.
La mujer samaritana busco la plenitud en el matrimonio, en una relación con otra persona, sea cual sea el nivel de relación que sea.
Jeremías 2:1–5 NTV
1 El Señor me dio otro mensaje y me dijo: 2 «Ve y anuncia a gritos este mensaje a Jerusalén. Esto dice el Señor: »“Recuerdo qué ansiosa estabas por complacerme cuando eras una joven recién casada, cómo me amabas y me seguías aun a través de lugares desolados. 3 En esos días Israel estaba consagrado al Señor, el primero de sus hijos. Todos los que lastimaron a su pueblo fueron declarados culpables, y sobre ellos cayó la calamidad. ¡Yo, el Señor, he hablado!”». 4 ¡Escuchen la palabra del Señor, pueblo de Jacob, todas las familias de Israel! 5 Esto dice el Señor: «¿Qué mal encontraron en mí sus antepasados que los llevó a alejarse tanto de mi lado? Rindieron culto a ídolos inútiles y ellos mismos se volvieron inútiles.

Mientras más inutil es nuestro idolo más inutiles nos volvemos nosotros.

Nuestro Dios es grande y fuerte y al confiar en Él su grandeza y poder se manifiestan en nuestras vidas.

Jeremías 2:6–13 NTV
6 No preguntaron: “¿Dónde está el Señor que nos sacó a salvo de Egipto y nos guió a través del árido desierto, por una tierra desolada y llena de hoyos, una tierra de sequía y muerte, donde no vive ni viaja nadie?”. 7 »Cuando los traje a una tierra fértil para que disfrutaran de sus bienes y de su abundancia, contaminaron mi tierra y corrompieron la posesión que les había prometido. 8 Los sacerdotes no preguntaron: “¿Dónde está el Señor?”. Aquellos que enseñaron mi palabra me ignoraron, los gobernantes se volvieron en mi contra, y los profetas hablaron en nombre de Baal, perdiendo su tiempo con ídolos inútiles. 9 Por lo tanto, presentaré mi acusación en su contra, —dice el Señor—. Aun presentaré cargos contra los hijos de sus hijos en los años venideros. 10 »Vayan al occidente y miren en la tierra de Chipre; vayan al oriente y busquen en la tierra de Cedar. ¿Acaso alguien ha oído algo tan extraño como esto? 11 ¿Alguna vez una nación ha cambiado sus dioses por otros, aun cuando no son dioses en absoluto? ¡Sin embargo, mi pueblo ha cambiado a su glorioso Dios por ídolos inútiles! 12 Los cielos están espantados ante semejante cosa y retroceden horrorizados y consternados —dice el Señor—. 13 Pues mi pueblo ha cometido dos maldades: me ha abandonado a mí —la fuente de agua viva— y ha cavado para sí cisternas rotas ¡que jamás pueden retener el agua!
Dos maldades:
Abandonarlo a Él fuente de agua viva
Cavar cisternas rotas que jamás pueden retener el agua.

CIERRE:

Estamos cavando cisternas, debe ser cansado cavar cisternas y esperar encontrar agua
Es importante entender la fuente y la cisterna en conjuto.
De la fuente era donde se llenaba la cisterna.
La palabra hebrea traducida “cisterna” también puede ser traducida como “pozo”. Los judíos en los tiempos Bíblicos cavaban estas cisternas en la piedra. El agua almacenada en estas cisternas se guardaba para ser usada después.
Tener una cisterna tenía dos problemas.
Que la cisternas al cavarlas por lo general se rompías y no podian retener el agua
Que el poco de auga que retenian era agua estancada era agua muerta. El agua no era fresca como la que fluía sabrosa de una fuente.
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