La esperanza de su regreso
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En esta ocasión, nos sumergimos en un tema que ha cautivado la imaginación y el corazón de creyentes a lo largo de la historia: la venida del Señor Jesús.
Acompáñenme en un viaje a través de las Escrituras y la vida diaria para entender mejor este evento prometido, dividido en cuatro puntos esenciales, y culminando con una exégesis que nos ayudará a profundizar en el mensaje bíblico.
1. La Promesa de Su Venida
1. La Promesa de Su Venida
Nuestro primer punto comienza con una promesa, una esperanza dada directamente por Jesús.
Juan 14:3 (RVA 2015)
Y si voy y les preparo lugar, vendré otra vez y los tomaré conmigo para que donde yo esté ustedes también estén.
Esta promesa de retorno no es meramente un consuelo, sino una garantía de un futuro encuentro.
Imaginen que un ser querido parte lejos prometiendo volver; nos aferramos a esa promesa, viviendo en la expectación alegre de su regreso.
Así es como los creyentes esperan a Jesús, con la confianza puesta en su palabra infalible.
Aquí algunas de las promesas de Jesús en la Biblia sobre su regreso:
»Entonces se manifestará la señal del Hijo del Hombre en el cielo, y en ese tiempo harán duelo todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria. Él enviará a sus ángeles con un gran sonar de trompeta, y ellos reunirán a los escogidos de él de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.
Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
2. La Incertidumbre del Tiempo
2. La Incertidumbre del Tiempo
El segundo punto nos confronta con un misterio: el tiempo de la venida del Señor.
»Pero acerca de aquel día y aquella hora, nadie sabe; ni siquiera los ángeles de los cielos, ni aun el Hijo, sino solo el Padre.
Esta incertidumbre no es un llamado a la especulación, sino a la vigilancia.
Es como cuando sabemos que un evento importante puede ocurrir en cualquier momento; nos mantiene en un estado de preparación constante, centrados en lo que realmente importa, sin distraernos con las trivialidades de la vida.
En realidad, no es que el Señor sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Al contrario, es paciente por amor a ustedes. No quiere que nadie sea destruido, quiere que todos se arrepientan.
3. Como será Su Venida
3. Como será Su Venida
El tercer punto se centra en cómo será la venida de Jesús
y les dijeron: —Hombres galileos, ¿por qué se quedan de pie mirando al cielo? Este Jesús, quien fue tomado de ustedes arriba al cielo, vendrá de la misma manera como le han visto ir al cielo.
Esto señala un regreso visible y glorioso.
En nuestra vida cotidiana, cuando despedimos a alguien en el aeropuerto, sabemos que la próxima vez que lo veamos, será llegando por la puerta de llegadas.
De la misma forma, la venida de Jesús será un evento inconfundible y esperado con gran anticipación.
Pues, así como el relámpago destella en el oriente y brilla en el occidente, así será cuando venga el Hijo del Hombre.
He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá: aun los que le traspasaron. Todas las tribus de la tierra harán lamentación por él. ¡Sí, amén!
Luego nosotros, los que vivimos y habremos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para el encuentro con el Señor en el aire; y así estaremos siempre con el Señor.
En aquel entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra dejada. Velen, pues, porque no saben en qué día viene su Señor.
4.Debemos estar preparados para Su Venida
4.Debemos estar preparados para Su Venida
Nuestro punto final habla de cómo debemos prepararnos para ese día.
»Entonces, el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron a recibir al novio.
Cinco de ellas eran insensatas, y cinco prudentes.
Cuando las insensatas tomaron sus lámparas, no tomaron consigo aceite;
pero las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.
Y como tardaba el novio, todas cabecearon y se quedaron dormidas.
A la medianoche se oyó gritar: “¡He aquí el novio! ¡Salgan a recibirle!”.
Entonces, todas aquellas vírgenes se levantaron y alistaron sus lámparas.
Y las insensatas dijeron a las prudentes: “Dennos de su aceite, porque nuestras lámparas se apagan”.
Pero las prudentes respondieron diciendo: “No, no sea que nos falte a nosotras y a ustedes; vayan, más bien, a los vendedores y compren para ustedes mismas”.
Mientras ellas iban para comprar, llegó el novio; y las preparadas entraron con él a la boda, y se cerró la puerta.
Después vinieron también las otras vírgenes diciendo: “¡Señor, señor, ábrenos!”.
Pero él respondiendo dijo: “De cierto les digo que no las conozco”.
Velen, pues, porque no saben ni el día ni la hora.
Nos presenta la parábola de las diez vírgenes, enseñándonos la importancia de estar listos.
Las vírgenes prudentes tenían aceite de reserva; en nuestra vida, esto se traduce en mantener nuestra fe y nuestro compromiso con Dios frescos y activos.
Es como estudiar para un examen final o prepararse para una gran presentación en el trabajo; no podemos simplemente esperar que las cosas salgan bien, debemos poner de nuestra parte activamente.
Porque ustedes mismos saben perfectamente bien que el día del Señor vendrá como ladrón de noche.
“He aquí vengo pronto, y mi recompensa conmigo, para pagar a cada uno según sean sus obras.
El Espíritu y la esposa dicen: “¡Ven!”. El que oye diga: “¡Ven!”. El que tiene sed, venga. El que quiera, tome del agua de vida gratuitamente.