Sermón sin título
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Velen y oren para que no cedan ante la tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil».
La palabra velar puede interpretarse como “estar alerta”. Así que la primera parte del texto puede interpretarse como la necesidad que todo cristiano tiene de estar alerta y mantenerse en oración con el fin de no caer en la tentación. Cirilo de Alejandría un cristiano que jugó un papel muy importante en el primer concilio de Éfeso dijo que “Si no eres tentado, no tienes esperanza: si no estás tentado, es porque estás acostumbrado a pecar. El hombre que no lucha contra el pecado en la etapa de la tentación, peca en su cuerpo. Y el hombre que peca en su cuerpo no tiene problemas de tentación”. La tentación siempre nos vencerá mientras que nosotros no estemos alertas a ella. Pero, a su vez, de nada sirve que la detectemos si no estamos en constante relación con Dios como para que él nos ayude a salir vencedores. En el caso de los discipulos de Mateo 26 su pecado implicaba el quedarse dormidos e incumplir con el llamado de Jesús a velar junto con Él. En nuestro caso, el pecado puede implicar el no soportar la carga del estres que manejamos en el trabajo o ministerio, el no cumplir con los mandatos de Dios en nuestra familia o con simplemente caer continuamente en un pecado en específico.
El espíritu está dispuesto:
El espíritu está dispuesto:
El Cuerpo Débil:
El Cuerpo Débil: