Reavivamiento y Reforma

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Mostrar las reformas que son necesarias para consagrarnos a Dios de una forma real

Notes
Transcript

I. INTRODUCCIÓN

Saludos
Cierta mujer fue a ver un fotógrafo para que la retratara. La señora se había arreglado lo mejor que había podido y la fotografía salió buena. Pero el fotógrafo se dijo: “Tengo que retocar estos retratos porque si los dejo como están, esa señora no quedará contenta.” En efecto, cuando ella regresó a ver al fotógrafo para reconocer los retratos, quedó muy satisfecha: creyó que era más bonita de lo que en realidad era. Primero se engañó a sí misma; después se dejó engañar por el fotógrafo.
Objetivos
Conocer en qué consiste un verdadero reavivamiento
Desear tener un verdadero reavivamiento
Actuar de acuerdo a lo que me exhige un verdadero reavivamiento en Cristo Jesús.

II. INTRODUCCIÓN AL LIBRO

El libro de Nehemías es la continuación de la historia que se inició en el libro de Esdras. La mayoría de los acontecimientos descritos en Esdras vuelven a suceder en el libro de Nehemías. Algunos estudiosos los vinculan como un solo libro y hasta suelen llamar al libro de Nehemías “el segundo libro de Esdras”. El libro de Nehemías comienza en el año veinte del rey Artajerjes de Persia, unos veinte años después de la reforma que Esdras condujo. La situación espiritual de Judá decayó durante algún tiempo, lo que se ve a lo largo de la historia bíblica y lo cual siempre conducía a una catástrofe espiritual, social y económica. Es probable que Esdras haya regresado a Persia para presentarse ante el rey o para reanudar sus oficios.
El libro de Nehemías contiene el registro de la reconstrucción en dos partes principales. Los capítulos 1 al 7 nos dan el informe sobre la restauración de la seguridad física de Jerusalén por medio de la reconstrucción de los muros de la ciudad y los capítulos 8 al 13 nos dan el informe sobre la restauración de la seguridad espiritual de Israel mediante las reformas que llevaron a cabo Esdras y Nehemías.
III. RECONSTRUCCIÓN DE LOS MUROS FÍSICOS
Los muros físicos fueron reconstruídos al verse una necesidad (cap. 1)
Nehemías no fue el primer cautivo en regresar a Jerusalén. Zorobabel había liderado el primer grupo de regreso en el año 538 a.C., más de noventa años antes (Esdras 1, 2). Posteriormente, Esdras llevó un segundo grupo en 458 a.C. (Esdras 7), y Nehemías se preparó para guiar al tercer y mayor contingente de regreso en 445 a.C. Después de un viaje de tres meses, Nehemías llegó y encontró el templo ya reconstruido y se reunió con otros que ya habían vuelto a su tierra natal. Sin embargo, Nehemías también se encontró con una población desorganizada y una ciudad desprotegida, ya que los muros de Jerusalén no existían. Antes del exilio, Israel contaba con su propio idioma, su rey, su ejército y su identidad. Todo esto se había perdido. Lo que más necesitaban era un líder que los guiara sobre cómo empezar y qué dirección tomar al intentar reconstruir su ciudad. Tan pronto como Nehemías llegó, inició un programa enfocado en lo básico. Ayudó a satisfacer las necesidades físicas al establecer un sistema de gobierno justo y al reconstruir los muros de Jerusalén. También atendió las necesidades espirituales, reconstruyendo las vidas destruidas. Nehemías es un ejemplo de liderazgo comprometido que honra a Dios, y su libro contiene valiosas lecciones para nuestros días.
Nehemías estaba muy afligido por la condición de Jerusalén, pero no lo dejó así. Después de su pena inicial, volcó su corazón en Dios (1.5-11) y buscó la forma de mejorar la situación. Recurrió a todos sus recursos de conocimiento, experiencia y organización para determinar qué se debía hacer.
Los muros físicos fueron reconstruídos porque alguien se hizo responsable de su labor (cap. 2)
A Nehemías no le dio pena confesar su temor, y no permitió que el temor le impidiera hacer las cosas que Dios lo había llamado a realizar. Cuando permitimos que nuestros temores gobiernen nuestra vida, los hacemos más poderosos que Dios. ¿Hay alguna tarea que Dios quiere que usted haga y el temor lo detiene? Dios es mayor que todos nuestros temores. Reconocer la razón de su miedo es el primer paso en entregar ese miedo a Dios. Tome conciencia de que si Dios lo ha llamado para alguna tarea, El lo ayudará a realizarla.
Cuando Nehemías llegó a Judá, tuvo que enfrentar oposición. Durante más de noventa años, los que se habían establecido en la región cuando los judíos fueron llevados cautivos se oponían a la reconstrucción de Jerusalén. En toda generación existen los que odian al pueblo de Dios y tratan de obstaculizar el propósito divino. Cuando trate de hacer la obra de Dios, alguien se opondrá, e incluso algunos desearán que fracase. Si sabe que habrá oposición, estará preparado y no sorprendido (1Jo_3:13). Saber que Dios respalda lo que usted hace es el mejor incentivo para seguir adelante a pesar de la oposición.
Nehemías llegó calladamente a Jerusalén y pasó varios días observando y evaluando cuidadosamente el daño de los muros. Después de este tiempo de consideración y análisis, presentó su plan con determinación. Nehemías demostró un excelente enfoque para la solución del problema. Obtuvo información de primera mano y consideró con cuidado la situación. Luego presentó una estrategia práctica.
Los muros físicos fueron reconstruídos porque hubieron personas que se involucraron (cap. 3)
El primer individuo mencionado que se dedicó con empeño al trabajo fue el sumo sacerdote. Los líderes espirituales deben guiar no solo con palabras, sino también mediante sus acciones. La Puerta de las Ovejas era utilizada para llevar los corderos a la ciudad y transportarlos al templo para los sacrificios. Nehemías asignó a los sacerdotes la tarea de reparar esta puerta y la sección del muro correspondiente, lo que respetaba su área de interés y subrayaba la relevancia de la adoración.
Todos los ciudadanos de Jerusalén hicieron su parte en la enorme obra de reconstrucción del muro de la ciudad. De manera similar, el trabajo de la iglesia requiere del esfuerzo de cada miembro para que el cuerpo de Cristo funcione con eficacia (1Co_12:12-27). ¡El cuerpo lo necesita! ¿Está usted haciendo su parte? Busque un lugar para servir a Dios y comience a contribuir con cualquier cosa que se requiera (tiempo, talento, dinero, etc.).
Los muros físicos fueron reconstruídos a pesar de la oposición (cap. 4 y 6)
Neh 4:1 Cuando oyó Sanbalat que nosotros edificábamos el muro, se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio de los judíos. Neh 4:2 Y habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios? ¿Acabarán en un día? ¿Resucitarán de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas?
Sanbalat era gobernador de Samaria, la región justo al norte de Judea, donde Jerusalén estaba ubicada. Probablemente, Sanbalat había esperado ser gobernador de Judea también, pero la llegada de Nehemías echó a perder sus planes. Sanbalat y Tobías utilizaron el ridículo para tratar de disuadir a los judíos de construir el muro. En vez de intercambiar insultos, sin embargo, Nehemías oró y la obra continuó. Cuando se burlen de usted por su fe o lo critiquen por hacer lo que es correcto, absténgase de responder de la misma manera y no se desaliente. Dígale a Dios cómo se siente y recuerde que El prometió estar con usted. Esto le animará y fortalecerá para continuar.
La obra de reconstrucción del muro progresó bastante bien debido a que el pueblo había puesto su corazón en realizar la tarea. No perdieron la esperanza ni se rindieron, sino que perseveraron en el trabajo. Si Dios lo ha llamado para que lleve a cabo una tarea, determínese a finalizarla, aun cuando tenga que enfrentar oposición o desaliento. Las recompensas de un trabajo bien hecho valen el esfuerzo.
Los muros físicos fueron reconstruídos por medio de la reforma de todas las injusticias (cap 5)
Muchos de los desterrados que regresaron estaban sufriendo a manos de algunos de sus compatriotas ricos. Estas personas prestaban grandes sumas de dinero. Luego, cuando los deudores se atrasaban en un pago, tomaban sus campos. Sin fuentes de ingreso, los deudores se veían forzados a vender a sus hijos como esclavos, una costumbre común en esa época. Nehemías estaba enojado con aquellos judíos que estaban aprovechándose de su propio pueblo para enriquecerse. Usura es el cobro excesivo de intereses. Estas prácticas violaban la ley (Exo 22:25). Para poder llevar hacia adelante una gran obra en favor de la causa divina es nnecesario de deshacer todas aquellas cosas injustas que impiden que recibamos las bendiciones de nuestro amado Dios.
IV. RECONSTRUCCIÓN DE LOS MUROS ESPIRITUALES
La reconstrucción de la vida espiritual se inicia con una verdadera tristeza (Cap 1, cap. 8:8, 9.)
Una tristeza que produce humillación ante Dios: Nehemías 1:4 Nehemías, al enterarse de la desolación de Jerusalén, se sentó, lloró y ayunó durante varios días. Esta tristeza no fue superficial; lo llevó a un profundo estado de humillación ante Dios. Reconoció su impotencia frente a la magnitud del problema y se postró en oración, mostrando una dependencia total en Dios.
Una tristeza que produce arrepentimiento: Nehemías 1:6-7 En su oración, Nehemías confesó los pecados de Israel, incluyendo sus propios errores y los de su familia. Su tristeza lo llevó al arrepentimiento, reconociendo que las dificultades enfrentadas eran consecuencia de su desobediencia a los mandamientos de Dios.
Una tristeza que lleva a una acción: Nehemías 1:11; Nehemías 2:17-18 Después de orar y ayunar, Nehemías no se quedó inactivo. Su tristeza se transformó en una resolución firme de actuar. Obtuvo el permiso del rey para ir a Jerusalén y organizó al pueblo para reconstruir los muros, mostrando que la verdadera tristeza nos impulsa a tomar medidas concretas para solucionar los problemas.
La reconstrucción de la vida espiritual se inicia con la verdadera adoración (cap. 9)
Una adoración que echa afuera todo lo que contamine (vers:1, 2): Nehemías 9:1-2: "El día veinticuatro del mismo mes, los israelitas se reunieron para ayunar, vestir de cilicio y echarse polvo sobre la cabeza. Los de ascendencia israelita se separaron de todos los extranjeros, y se pusieron de pie para confesar sus pecados y las iniquidades de sus padres."
Los israelitas mostraron un profundo acto de arrepentimiento al ayunar y vestirse de cilicio, un símbolo de humillación y lamento. Además, se separaron de los extranjeros, reconociendo la necesidad de purificar su comunidad de influencias externas que podrían contaminarlos espiritualmente.
Confesión de Pecados: La separación también fue acompañada de la confesión de sus pecados y las iniquidades de sus antepasados, indicando un reconocimiento de las áreas de sus vidas que necesitaban ser limpiadas.
Renovación Espiritual: Este acto de purificación preparó el camino para una renovación espiritual, estableciendo un entorno donde la verdadera adoración puede florecer sin las cargas del pecado y la contaminación.
b. Una adoración que tenga en cuenta la palabra de Dios (vers. 3)
Nehemías 9:3: "Permanecieron de pie en su lugar y leyeron en el Libro de la Ley de Jehová su Dios durante la cuarta parte del día, y durante otra cuarta parte confesaron y adoraron a Jehová su Dios."
Centralidad de la Palabra: Los israelitas dedicaron una parte significativa del día a la lectura del Libro de la Ley, mostrando que la verdadera adoración está profundamente enraizada en la Palabra de Dios.
Instrucción Divina: La lectura de la Ley permitió que el pueblo entendiera los mandamientos y las instrucciones de Dios, lo cual es esencial para una adoración informada y dirigida por la verdad bíblica.
Reflexión y Adoración: Después de escuchar la Palabra, el pueblo pasó otra parte del día confesando y adorando a Dios, demostrando que la comprensión de la Palabra lleva a una respuesta de adoración auténtica y profunda.
c. Una adoración que nos motive a confesar nuestras faltas (vers. 3)
Nehemías 9:3: "Permanecieron de pie en su lugar y leyeron en el Libro de la Ley de Jehová su Dios durante la cuarta parte del día, y durante otra cuarta parte confesaron y adoraron a Jehová su Dios."
Confesión Colectiva: La adoración llevó al pueblo a una confesión colectiva de sus pecados, reconociendo que habían fallado en cumplir con los mandamientos de Dios.
Arrepentimiento Genuino: Esta confesión no fue superficial; fue un acto de arrepentimiento genuino que buscaba la misericordia y el perdón de Dios.
Purificación del Corazón: Confesar nuestras faltas ante Dios limpia nuestro corazón y nos prepara para una adoración más sincera y comprometida.
d. Una adoración que venga como resultado del reconocimiento de lo que Dios ha hecho en nuestro favor (Vers. 6-35)
Versículo 6: "Tú solo eres Jehová; Tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército; la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos. Y Tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran."
Reconocimiento de la Grandeza de Dios: Los israelitas reconocieron la grandeza y la soberanía de Dios en la creación y en su historia, lo cual es un componente esencial de la adoración.
Recordatorio de las Bendiciones: Hicieron memoria de las muchas bendiciones y actos poderosos de Dios en favor de Israel, desde la liberación de Egipto hasta su provisión en el desierto.
Gratitud y Alabanza: La adoración se convirtió en una expresión de gratitud por todo lo que Dios había hecho por ellos, moviéndolos a alabar y adorar con corazones agradecidos.
Compromiso Renovado: Este reconocimiento también llevó a un compromiso renovado de seguir a Dios y obedecer Sus mandamientos, fortaleciendo su relación con Él.
3. La reconstrucción de la vida espiritual inicia con una reforma desde arriba hacia abajo (Cap. 9)
Una reforma que inicia con los líderes (vers. 1-25)
Los líderes y sacerdotes se pusieron al frente, ayunando, vistiéndose de cilicio y confesando los pecados de la nación. Este acto de humillación ante Dios mostró su compromiso con la renovación espiritual.
Los líderes se volvieron modelos a seguir, demostrando que el cambio verdadero comienza con aquellos en posiciones de influencia, inspirando así al resto del pueblo a seguir su ejemplo.
Se recordó la fidelidad de Dios y las transgresiones del pueblo a lo largo de la historia, estableciendo un contexto para el arrepentimiento y la reforma.
Una reforma que alcanza al pueblo en general (vers. 28)
La reforma no se limitó a los líderes; se extendió a todo el pueblo, fomentando una participación inclusiva y colectiva en la confesión y adoración.
Todo el pueblo se unió en la confesión de sus pecados y en el compromiso de volver a los caminos de Dios, demostrando que la verdadera reforma es comunitaria.
Una reforma que lleva a tomar decisiones (Vers. 29)
Decidieron guardar la ley de Dios de forma integral (Vers. 29)
El compromiso no fue parcial; el pueblo decidió seguir la ley de Dios en su totalidad, entendiendo que la obediencia integral es esencial para la bendición y protección divinas.
Decidieron cuidar a sus hijos del yugo desigual (Vers. 30)
Tomaron la decisión de proteger a sus hijos del yugo desigual, asegurándose de que sus matrimonios y relaciones estuvieran alineados con los principios de la fe.
Este compromiso reflejó una dedicación a criar a la próxima generación en los caminos del Señor, evitando influencias que pudieran alejarlos de Dios.
Decidieron Guardar el sábado como era debido (Vers. 31)
La decisión de guardar el sábado adecuadamente mostró un reconocimiento de la importancia del descanso y la adoración según los mandamientos divinos.
Al observar el sábado, renovaron su pacto con Dios, recordando y honrando Su obra creadora y redentora.
Decidieron apoyar la causa de Dios en todas su areas (Vers. 32)
Decidieron apoyar la obra de Dios en todas sus áreas, incluyendo el mantenimiento del templo, el servicio de los levitas y las festividades religiosas.
Este apoyo no solo fue individual, sino que se trató de un compromiso comunitario para asegurar que la adoración y el servicio a Dios fueran sostenibles y efectivos.
Decidieron dar a Dios lo que le pertenece en cuanto a sus diezmos y ofrendas (vers. 35-39)
El pueblo se comprometió a dar a Dios lo que le pertenecía, incluyendo sus diezmos y ofrendas, asegurando el funcionamiento del templo y el sustento de los que servían en él.
Este acto de dar reflejó su gratitud por las bendiciones recibidas y su reconocimiento de la soberanía de Dios sobre todas las cosas materiales.
V. RENOVACIÓN DE LOS VOTOS
Sería una escena muy agradable para Dios y los ángeles el que sus seguidores de esta generación se unieran como lo hizo el Israel de antaño [se refiere especialmente al reavivamiento de los días de Nehemías], en un pacto solemne, para guardar y cumplir “todos los mandamientos, decretos y estatutos de Jehová nuestro Señor” (SW 7-6-1904).

CONCLUSIÓN

Sumario
Pizarro, en sus primeros intentos para conquistar el Perú, unas veces tuvo el problema de que todos sus seguidores querían desertar. Por lo mismo en una ocasión sacó su espada y trazó con ella una línea de oeste a este. Luego, volviéndose hacia el sur, dijo: “Amigos y camaradas: en este lado están los afanes, el hambre, la desnudez, la tempestad destructora y la muerte … Allí está Perú con todas sus riquezas; aquí Panamá y su pobreza. Escoja cada hombre lo que corresponde a un valiente castellano; por mi parte, voy hacia el sur.” Diciendo esto cruzó la línea. Sus soldados le siguieron uno tras otro. Esta fue la crisis de la suerte de Pizarro. En la vida de los hombres hay momentos que, según sean aprovechados o desechados, deciden su destino futuro.—Prescott.
Llamado
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