Dios envio a su hijo no para condenar
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Cuando dice que Dios no envió a su hijo para que el mundo se condenara, no quiere decir que no hay una condenación, sino que la primera intención es salvarlo, pero para quien lo rechaza si hay una condenación, porque no ha querido aceptar la salvación.
La condenación es algo real, y poco se habla de esto, hoy parece que todas las personas son buenas, y cuando mueren van todos al cielo.
Eso no es verdad, quien rechaza a Dios en la vida no vivirá con el eternamente.
Hay un infierno y es Real Dios todos los Días nos envía gracias para invitarnos a la conversión, y todos los días y lo aceptamos o lo rechazamos.
Hay el caso de una persona que estaba rezando por su amiga, y le dice por favor ya no reces me hace más fuerte mi dolor…
Dios todos los días nos llama, hay que abandonar la vida y de pecado y volver a Dios.
Si es grande el castigo, por el pecado más grande es su misericordia, no hay pecado por más grande, que no puede ser perdonado si la persona se arrepiente.
Por último quieres experimentar la misericordia de Dios en tu vida, comienza a practicar la misericordia ahora.
"Oh Señor, deseo transformarme toda en Tu misericordia y ser un vivo reflejo de Ti. Que este supremo atributo de Dios, es decir su insondable misericordia, pase a través de mi corazón al prójimo.
Ayúdame, oh Señor, a que mis ojos sean misericordiosos para que yo jamás recele o juzgue según las apariencias, sino que busque lo bello en el alma de mi prójimo y acuda a ayudarla.
Ayúdame, oh Señor, a que mis oídos sean misericordiosos para que tome en cuenta las necesidades de mi prójimo y no sea indiferente a sus penas y gemidos.
Ayúdame, oh Señor, a que mi lengua sea misericordiosa para que jamás hable negativamente de mis prójimos sino que tenga una palabra de consuelo y perdón para todos.
Ayúdame, oh Señor, a que mis manos sean misericordiosas y llenas de buenas obras para que sepa hacer sólo el bien a mi prójimo y cargue sobre mí las tareas más difíciles y más penosas.
Ayúdame, oh Señor, a que mis pies sean misericordiosos para que siempre me apresure a socorrer a mi prójimo, dominando mi propia fatiga y mi cansancio. (...)
Ayúdame, oh Señor, a que mi corazón sea misericordioso para que yo sienta todos los sufrimientos de mi prójimo (...)
Que Tu misericordia, oh Señor mío, repose dentro de mí".