Todo ojo le verá
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Introducción
Introducción
4 Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono;
5 y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre,
6 y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.
7 He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.
Cuando comenzamos nuestro estudio libro, aprendimos que
La palabra Apocalipsis; se deriva del termino griego que se traduce al español como: Revelación;
“El Apocalipsis (revelación) de Jesucristo”
Este término griego tiene el sentido de descubrir, desvelar, expresando la idea de quitar un velo que oculta algo para hacerlo visible
La finalidad del libro de Apocalipsis, de acuerdo a esta definición, es dar a conocer, manifestar, mostrar; la Gloria de Cristo.
Es en El en quien debemos de fijar nuestra mirada, este libro nos revela a Cristo en toda su gloria;
como bien anotó un comentarista:
“Cada visión y descripción de Él en Apocalipsis es de majestad, poder y gloria”
Pudiéramos decir que en el libro de Apocalipsis encontramos la Gloria de Cristo manifestada de una forma INCONFUNDIBLE;
Esta es precisamente la finalidad de este libro, nos exige contemplar la Gloria de Cristo en todo su esplendor;
mas de 20 veces en este libro se Encuentra la frase “He aquí”
En el verso 7, encontramos la primera instancia de todas.
Apocalipsis 1:7 (RVR60)
7 He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.
“He aquí” es una frase que tiene como INTENCIÓN capturar nuestra atención.
Es una mandato para que prestemos atención; PORQUE lo que esta a punto de ANUNCIARSE es de Suma IMPORTANCIA;
En otras palabras es como si el apóstol Juan estuviese diciendo;
Deténganse Todos! Poned mucha atención! Esto es muy Importante!
Algo Glorioso y Extraordinario Va a Suceder:
Este Anuncio es Digno de nuestra Consideración! Se Trata de una Noticia que Todos debemos de Escuchar Y Entender;
Lo que se nos presenta en este versículo es una Verdad que Exige nuestra mas PROFUNDA y Seria Atención;
¿Y que anuncio puede ser tan IMPORTANTE, tan urgente que todos debemos de prestar nuestra máxima atención?
“7 He aquí que viene con las nubes”
He aquí El viene; ¿Quien viene?
“El Cristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. El que nos amó, y nos a lavado de nuestros pecados con su sangre”
Este es una gloriosa declaración profética, Un anuncio de algo que Todavía no Sucede pero que PRONTO SUCEDERÁ.
Este es el primer anuncio en este libro del INMINENTE REGRESO DE CRISTO a este mundo;
Una verdad central en TODO EL NUEVO TESTAMENTO, pero que sin lugar a duda; PRINCIPALMENTE EN ESTE LIBRO;
Este anuncio, no debe de ser ninguna sorpresa para cualquier lector del Nuevo Testamento,
Por así decirlo, todo el Nuevo Testamento, Los evangelios, el libro de hechos y las cartas paulianas como también las generales, han preparado el escenario para el cumplimiento de este suceso tan Glorioso, EL RETORNO DE CRISTO A ESTE MUNDO.
Es en este libro donde se nos presenta la consumación de todas las promesas del evangelio;
Este es un mandato a contemplar esta maravillosa promesa;
29 E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas.
30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.
31 Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.
32 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.
33 Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas.
34 De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.
35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
36 Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.
37 Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.
38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca,
39 y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.
40 Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado.
41 Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada.
42 Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.
43 Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa.
44 Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.
31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria,
32 y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.
33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.
34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis;
36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.
37 Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber?
38 ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos?
39 ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?
40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.
41 Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
42 Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber;
43 fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.
44 Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?
45 Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis.
46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.
Hechos de los Apóstoles 1:6–11 (RVR60)
6 Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?
7 Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad;
8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
9 Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.
10 Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas,
11 los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.
1 Tesalonicenses 5:12–24 (RVR60)
12 Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan;
13 y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra. Tened paz entre vosotros.
14 También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos.
15 Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos.
16 Estad siempre gozosos.
17 Orad sin cesar.
18 Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
19 No apaguéis al Espíritu.
20 No menospreciéis las profecías.
21 Examinadlo todo; retened lo bueno.
22 Absteneos de toda especie de mal.
23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
24 Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.
1 Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento,
2 para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles;
3 sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias,
4 y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.
5 Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste,
6 por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua;
7 pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.
8 Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.
9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
10 Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.
11 Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir,
12 esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!
13 Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.
14 Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz.
“viene con las nubes”
Sin lugar a duda una referencia a la profecia dada por Daniel en:
Daniel 7:13 (RVR60)
13 Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él.
Mateo 24:30 (RVR60)
30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.
TODO OJO LE VERA:
La primera vez que nuestro Señor vino a este mundo, Fue abofeteado, golpeado y lastimado. Fue crucificado y levantado como un criminal ante la mirada DE TODOS. La última vez que este mundo vio a Jesús fue cuando lo hizo colgando en aquella cruz. La última vez que este mundo incrédulo vio a Jesús fue cuando lo hizo como un malhechor, como un criminal, crucificado en una cruz romana.
Eso era parte del plan de Dios, parte de la gracia y amor de Dios que son inmensurables e ilimitados.
“Por su llaga fuimos nosotros curados”.
Pero entonces, ¿es que todo el mundo siempre debe ver a nuestro Salvador, muriendo como un malechor en una cruz:
Como lo indica un comentario:
¡No! Es también parte del plan de Dios que un día este mundo blasfemo, incrédulo e impío vea al Hijo de Dios en toda su personalidad, en gloria, en majestad, en toda la maravilla y portento de su divinidad. Entonces todos los hombres mirarán a Él como realmente es. Lo verán sosteniendo en sus manos el título de propiedad del universo, sosteniendo en sus manos la autoridad de toda la creación en el universo sobre nosotros, en el universo que nos rodea, y en el universo debajo de nosotros; sosteniendo este mundo y su destino en sus horadadas y amorosas manos
5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Nadie sabe cuándo vendrá el Señor, pero todos nosotros sabemos que su venida es INMINENTE;
Este anuncio debe de:
• Impulsarnos a vivir vidas piadosas en temor y reverencia a Dios
12 He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.
• Crear una urgencia en las misiones
19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
• Cultivar el amor y la armonía en la iglesia de Cristo;
23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.
24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras;
25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
• Infundirnos esperanza aun en medio de las circunstancias mas dificiles
18 Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.