La restauración del profeta Elías
Dominical • Sermon • Submitted • Presented
0 ratings
· 44 viewsEl desgaste emocional y físico de Elías le hacían renegar de su ministerio y con deseos de renunciar. Dios con amor lo restaura y le comisiona para continuar su ministerio.
Notes
Transcript
La restauración de Elías
La restauración de Elías
1º Reyes 19:1–4
1Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho, y de cómo había matado a espada a todos los profetas. 2Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos. 3Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado.
4Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres.
Introducción
Introducción
Elías es uno de los profetas más conocidos de la Biblia el cual encierra misterio porque no se conoce sus orígenes.
Dios lo usó con milagros poderosos, por la palabra profética:
No llovió por tres años y medio.
Descendió fue del cielo, no solo frentes a los profetas de Baal, sino también sobre los escuadrones enviados por Ocozías hijo de Acab.
Proveyó alimento a la viuda de Sarepta
Resucitó a su hijo.
Ascendió al cielo en un torbellino sin ver muerte.
Un hombre admirable, sin embargo con debilidades humanas. Santiago 5:17 “Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.”
Veremos como el profeta Elías, después de una gran victoria sobre los profetas de Baal cae en desanimo y depresión, a tal punto que Dios tuvo que intervenir.
La victoria de Elías
La victoria de Elías
Dios llama a Elías durante el reinado de Acab en Israel.
Acab fue el séptimo rey de Israel desde la división del país, su reinado fue prospero desde el punto de vista económico y político.
Sin embargo, para mantener estas buenas relaciones diplomáticas, Acab contrae matrimonio con una princesa fenicia, hija de Etbaal, sacerdote de Baal. Su nombre Jezabel.
Israel había caído en manos de esta mujer cuyo interés era erradicar el culto a Jehová e implantar el culto a Baal.
Con amenazas y opresión había logrado que Israel rindiera culto a Baal, asesinaba a los que se rebelaban.
Es aquí donde Elías aparece profetizando la sequía en Israel (1 Reyes 17)
Luego, por orden de Dios se va a Sidón (irónicamente la tierra de Jezabel) a la ciudad de Sarepta.
Allí multiplica la harina y el aceite de una viuda.
Regresa a Israel para enfrentar a los 450 profetas de Baal.
A la vista de Acab y de miles de israelitas, con una oración Elías hizo descender fuego del cielo (1 Reyes 18), mata a los 450 profetas de Baal.
Posteriormente ordena a Acab regresar a su casa porque comenzará a llover.
Esta victoria debería haber fortalecido a Elías y con deseos de continuar combatiendo a Baal, pero no es así.
Con estas manifestaciones del poder de Dios Elías esperaba que Acab e Israel se volvieran a Dios.
Pero no fue así
El desánimo de Elías
El desánimo de Elías
Elías debe huir porque Jezabel manda a amenazarlo.
1º Reyes 19:2 “Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos.”
Es difícil de creer que después de tan tremenda demostración del poder de Dios, Elías huya de la amenaza de Jezabel.
Sin embargo, el desánimo de Elías no es únicamente por la amenaza de Jezabel.
1º Reyes 19:10 “El respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida.”
Elías le desanimó ver que, después de la manifestación del poder de Dios en la sequía, el fuego del cielo y el regreso de la lluvia, Acab y el pueblo no se volvieron a Dios.
Isaías 30:9 “Porque este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quisieron oír la ley de Jehová;”
Romanos 1:21–22 “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.Profesando ser sabios, se hicieron necios,”
La manifestación del poder de Dios no es garantía para que la gente se vuelva a Dios, es necesario que se les predique el evangelio:
Romanos 10:17 “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.”
Que El Espíritu Santo convenza de pecado:
Juan 16:8 “Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.”
Elías veía su esfuerzo en vano,
En ese momento Elías creía que su ministerio era el fin y no el medio para el cumplimiento del propósito de Dios.
De hecho, el reino de Israel no se volvería a Dios y su caía fue unos 70 años después por los Asirios.
La restauración
La restauración
Mientras Elías estuvo en este estado de depresión bajo un enebro, Dios lo alimentó y fortaleció.
Sin embargo, le ordena que se dirija al monte Horeb, un recorrido que le llevo 40 días y 40 noches sin detenerse.
Estando en Horeb, Dios trata con él.
1º Reyes 19:11–13 “11El le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto. 12Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado. 13Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí vino a él una voz, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías?”
Sal fuera: debe salir de su estado de ánimo para que vea que las cosas no son tan malas con él las ve.
Presenta cuatro escenarios, un viento fuerte, un terremoto, un fuego y un silbo apacible:
Los primeros tres representa las tormentas que estaba enfrentando Elías, y que estas no provenían de Dios.
Pero la cuarta, un silbo apacible que traía paz y restauración a la vida de Elías, tras esta experiencia, entonces Elías salió de su estado de animo, de su depresión.
Dios no consintió su lástima, tampoco lo justificó, le recordó su llamado y responsabilidad profética.
Lo envía nuevamente a cumplir su llamado.
1º Reyes 19:15–16 “Y le dijo Jehová: Ve, vuélvete por tu camino, por el desierto de Damasco; y llegarás, y ungirás a Hazael por rey de Siria. A Jehú hijo de Nimsi ungirás por rey sobre Israel; y a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, ungirás para que sea profeta en tu lugar.”
Conclusión
Conclusión
Dios consuela a Elías mostrándole que su trabajo no había sido en vano, había influenciado a siete mil que no se habían inclinado ante Baal.
1º Reyes 19:18 “Y yo haré que queden en Israel siete mil, cuyas rodillas no se doblaron ante Baal, y cuyas bocas no lo besaron.”
Por mucho que parezca que nuestro trabajo tiene poca repercusión, a pesar del desgaste y el esfuerzo, Dios se encarga que produzca el fruto.
Isaías 55:11 “así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.”
No te desanimes, sigue adelante, tu esfuerzo en la obra del Señor dará fruto en abundancia.
Si estás en esa situación de decepción, desánimo o conformismo, el Señor te dice hoy: “sal de ahí”, el tiene un propósito glorioso para tu vida que traerá bendición, satisfacción, gozo y paz.