Maravillas para recordar (Josué 3-4)
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· 32 viewsEl pueblo de Israel se introduce por primera vez en la tierra prometida. No obstante, dicho acontecimiento sucede de forma milagrosa para fortalecer el ánimo del pueblo de Israel y para que el poder de Dios fuera notorio en ese sitio.
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Introducción
Introducción
En este momento nos encontramos la narrativa de uno de los momentos más importantes que ha tenido el pueblo de Israel. Después de que Dios diera la promesa a Abraham de que su descendencia sería errante durante un largo periodo de tiempo y sería también esclava y oprimida por otra nación durante 400 años, luego regresaría para juzgar a las naciones paganas y establecerse en la tierra prometida tal y como aparece en Génesis 15:13–16 “Entonces Jehová le dijo: —Ten por cierto que tu descendencia habitará en tierra ajena, será esclava allí y será oprimida cuatrocientos años. Pero también a la nación a la cual servirán juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza. Tú, en tanto, te reunirás en paz con tus padres y serás sepultado en buena vejez. Y tus descendientes volverán acá en la cuarta generación, porque hasta entonces no habrá llegado a su colmo la maldad del amorreo.”
Sin embargo, antes de avanzar como estamos realizando una serie de este libro recapitulemos lo que sabemos hasta ahora. En primer lugar tenemos un relevo en el liderazgo, recientemente había fallecido Moisés y se encuentra Josué ocupando dicho cargo, por otra parte el pueblo de Israel se encuentra al este del río Jordán y ha recibido la buena noticia por parte de los 2 espías de que los enemigos están asustados del pueblo de Israel porque les han llegado las noticias acerca de todas las obras y maravillas que Dios hizo en el desierto.
Hasta este momento, desde que falleció Moisés el pueblo sigue estando en el mismo lugar que lo había dejado. Así que el inicio del capítulo es un hito muy importante para el pueblo de Israel, después de muchos días se ponen manos a la obra se ponen a caminar para ir hacia Jericó. Pero la aventura terminaría pronto dado que muy temprano se encontraron con un gran obstáculo, si querían conquistar la ciudad de Jericó, primero tendrían que cruzar el rio Jordán. Para mayor dificultad nos encontramos en el mes donde más caudal tiene este rio, nos encontramos en primavera, aproximadamente en los meses de Marzo o Abril dado que la Biblia nos lo dice en Josué 4:19 “El pueblo partió del Jordán el día diez del primer mes y acamparon en Gilgal, al oriente de Jericó.” Para esa fecha se produce el deshielo de la nieve de los montes que hay en Hermón y también es cuando más precipitaciones hay en la zona, recordad que nos encontramos en primavera.
Obstáculo
Obstáculo
Se puede observar que esta no es la misma generación que encontramos 40 años atrás con Moisés. Dado que el pueblo de Israel al ver el mar Rojo desfalleció el ánimo y empezaron a murmurar contra Dios. En esta ocasión nos encontramos con una generación más madura y más trabajada por Dios dado que cuando vieron el Jordán no pusieron ningún tipo de excusas.
El pueblo de Israel estuvo allí durante 3 días, y pasado ese tiempo Josué tuvo una revelación de Dios. Dios le dijo que el pueblo de Israel tendrían que seguir al Arca del pacto ya que iban a regresar a un lugar que ellos nunca antes habían estado así que el arca les sería como guía. Durante el tiempo en el desierto era una columna de fuego y una nube lo que guía al pueblo, pero en esta ocasión sería la misma arca. Los ojos de los israelitas no tendrían que estar puestos en el río bravo del Jordán sino, que tendrían que poner sus ojos en el arca si querían llegar al destino deseado.
Lo que Dios está pidiendo al pueblo es que la guía de ellos no sea los impulsos naturales, los instintos, lo que su corazón les marque, lo que les diga sus sexto sentido, ni su sabiduría, sino que el arca de Dios sería sus guías. Dios va a ir al frente del pueblo para abrirles el camino y para guiarles. Israel no debería de tener ningún temor dado que Dios estaría delante de ellos.
Sin embargo, estas palabras que tenían que poner en práctica el pueblo de Dios, también sigue siendo una lección para nuestras vidas. De la misma forma que el pueblo de Dios tenía que poner su mirada en el arca, nosotros tenemos que poner nuestros ojos en Jesús para que no nos desanimemos en nuestro caminar cristiano, dado que al igual Israel se encontró con obstáculos, nosotros también nos lo vamos a encontrar, dicha enseñanza la podemos encontrar recogida en Hebreos 12:2–3 “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar,” Seguramente en algún momento de nuestra vida nos tocara pasar por nuevas etapas como estaba sucediendo con Israel al cruzar el rio, seguramente tengamos experiencias que nunca antes hayamos tenido, como el inicio de una vida matrimonial, el inicio de la paternidad, el inicio de la pérdida de un ser querido, el inicio de un nuevo trabajo laboral, el inicio de un puesto nuevo en tu empresa, el inicio de una casa nueva, el inicio de un proyecto nuevo, el inicio de una empresa nueva. Y todos esos inicios nos puede causar estrés y ansiedad porque no sepamos que cosas pueden sucedernos o acontecernos, pero no debemos de preocuparnos porque la presencia de Dios estará con nosotros y nos capacitará para poder hacer frente a cualquier desafío o reto que se presente delante, solo no dejes de mirar el arca, no dejes de mirar a Jesús, en el momento en el que Pedro apartó su mirada de Jesús y la puso sobre la tormenta y las olas es que comenzó a hundirse Mateo 14:30 “Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: —¡Señor, sálvame!” , Aprendamos la lección que nos deja la Biblia y no apartemos nuestra mirada de Jesús.
Así que dadas esas instrucciones lo que tendría que hacer ahora el pueblo era santificarse, porque Dios tenía preparado para el día de mañana una obra maravillosa. Que intriga habría seguramente esa noche en el campamento. Pero sigan conmigo en la historia e intentamos ponernos en los pies de uno de los israelitas de esa época. Sabemos que cuando crucemos el río Jordán nos vamos a encontrar con muchas naciones enemigas que tendremos que conquistar y por lo tanto tendremos que pelear para echarlos fuera del territorio, sino ellos acabarán con nuestras vidas. Si nuestra preparación es para una conquista de territorio lo más normal es que nos preparemos militarmente. Sin embargo, lo que Dios le está queriendo enseñar a su pueblo a través de Josué es que su principal preparación ha de ser espiritualmente y no militarmente si querían poseer la tierra prometida. Mientras nosotros esperaríamos que Josué diera las instrucción de «afilen las espadas y preparen los escudos» lo que les pide es que se santifiquen.
En ocasiones a nosotros nos pasa lo mismos queremos prepararnos para el día a día, queremos prepararnos para cualquier contratiempo que se nos pueda presentar en nuestra rutina, nos llenamos de todo tipo de conocimiento sobre como defender nuestra fe y nos capacitamos para estar preparados para cualquier pregunta que nos haga. Aunque está bien que estemos preparados para todo ello, nuestra principal carencia de capacitación no es intelectual, ni física, sino que es espiritual. Tenemos que santificarnos. Dios quería darles una perspectiva real del problema ante los ojos de Dios. El enemigo no está realmente en Canaán, sino que el enemigo está en sus propios corazones, de la misma manera que nuestro mayor enemigo no es otro que nosotros mismo, ya Jesús nos lo enseñó en Mateo 15:19 “porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.” Para poder tener éxito los israelitas tendrían que santificarse, si quieres tener éxito en tus luchas no hay otra forma que santificándose y
eso no es otra cosa que entregándonos por completo a Dios. El Señor puede hacer muy poco por las personas que se niegan a presentarle una vida totalmente consagrada. Así que no te demores más y si quieres ver las maravillas que Dios tiene preparado para ti, santifícate por completo.
Dios tuvo diferentes razones para señalar esta fecha en concreto para cruzar el río Jordán, pero desde luego nada es casualidad y que Dios hiciera este milagro en este momento oportuno tenía diferentes propósitos.
Uno de esos propósitos lo vemos en el versículo 7 que consistía en reforzar el liderazgo de Josué, el pueblo debía de obedecer a Josué porque era el líder establecido por Dios. Aquí no tenemos a un Josué exaltándose a sí mismo, sino que está siendo exaltado por Dios. Que pena da cuando los líderes se tienen que exaltar a sí mismo para conseguir la autoridad del pueblo, en esta historia es Dios quien exaltó a su siervo. Después de este acontecimiento que va a suceder nadie podría acusar a Josué de ser un oportunista o de promoverse y aprovechar el vacío del liderazgo que dejó Moisés al morir.
El segundo propósito por el cual Dios obró de esta forma en ese momento en concreto lo encontramos en el versículo 10 y era para que el pueblo de Israel entendiera que Dios tenía suficiente poder como para expulsar a todas las naciones que habitaban en Canáan y por lo tanto no debían de preocuparse por nada. Si Dios era capaz de detener el fuerte torrente del Jordán, cómo no sería capaz de derrotar a sus enemigos. Por lo tanto el pueblo de Dios comprendería que ellos no estaban solos, sino que Dios estaría con ellos.
Que importante es ese versículo 10 dado que el éxito de la conquista radicaba en la base de que el Dios viviente estaba en medio de su pueblo. No hay herramienta más poderosa para nosotros afrontar una prueba o tentación que Dios esté con nosotros. El argumento de Pablo en Romanos 8:18-31 es que en medio de este mundo caótico y sujeto a vanidad y sufrimiento, la herramienta que Dios nos da para hacer frente a ello, no es más fuerzo, no es más resiliencia, no es más sabiduría, no es más coraje, la mejor y mayor herramienta que Dios nos puede dar para afrontar este mundo roto con un cuerpo roto es su misma presencia. En ocasiones pedimos más fuerzas, más coraje, más sabiduría, más misericordia, más paciencia y no está mal pedir estas cosas a Dios todo lo contrario la Biblia incluso nos anima a ello, pero no podemos pensar que lo que necesitamos para afrontar este mundo son esas herramientas, lo que se necesita es la presencia de Dios en nosotros, por eso es muy importante la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas. Es el Espíritu Santo quien nos garantiza que su presencia está en nosotros ya que es el mismo espíritu de Dios obrando en nuestras visas, así que en cualquier situación que nos toque vivir, aquellos que somos hijos de Dios y hemos sido bautizados por el Espíritu Santo, es decir, aquellos que hemos nacido de nuevo espiritualmente porque nos hemos arrepentidos de nuestros pecados ante Dios, nunca estaremos solos, aunque no notes su presencia predícate a tu propia alma que Dios está contigo, como el David se predicaba a sí mismo en el Salmo 23:4 “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.” El ánimo de David no era que esa aflicción fuera temporal y se terminara algún día, sino que Dios estaba con él. Su temor no era disipado porque tendría la esperanza de salir de ese valle, sino porque sabía que en ese valle no estaba solo, sino Dios estaba con él. Más tarde también tuvo que aprender esta situación en 2 Corintios 12:9 “Y me ha dicho: «Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad». Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.”
Milagro
Milagro
Pues una vez dado los mandamientos ya solo quedaba ponerse manos a la obra, y parte del éxito de la misión no solo radicó en la santificación por parte del pueblo de Dios, sino también por la obediencia.
En el capítulo 4 podemos ver como una repetición constante para que nos quede claro que todo se hizo según la voluntad de Dios y no según los criterios humanos. En el versículo 8 dice «hicieron tal como Josué les mandó» en el 10 «Se hizo todo lo que Dios había mandado» y «Conforme a todas las cosas que Moisés había mandado a Josué» y en el versículo 12 «Según Moisés les había dicho». Que importante es la obediencia. En medio de un mundo en rebeldía, la clave al éxito sigue siendo la misma la obediencia. Quieres seguir experimentando el obrar de Dios en tu vida pues no solo te santifiques, sino también se obediente. La rebeldía está en el adn de nuestro corazón, nos rebelamos a nuestros padres, nos rebelamos a nuestros maridos, nos rebelamos a nuestros jefes, nos rebelamos a la autoridad de la iglesia, nos rebelamos a nuestros políticos y como no en ocasiones hasta nos rebelamos a Dios.
Pero el pueblo de Dios se destaca en este momento por justamente todo lo contrario, si la generación anterior había sido rebelde, esta la vemos más sumisa y obediente a los líderes. Por lo que hicieron tal y como se les había ordenado. Los sacerdotes estaban al principio con el arca del pacto y al pisar los pies de los sacerdotes el río Jordán el río se secó y el pueblo pudo pasar desde el más grande hasta el más pequeño. Tremenda lección de la gracia de Dios. Dios se encargará a llevar a la ciudad celestial desde el más pequeño al más grande no se dejará ninguno por el camino, ningún cayó ahogado en las aguas del Jordán, todo el pueblo nos dice Josué 3:17 “Pero los sacerdotes que llevaban el Arca del pacto de Jehová, permanecieron firmes sobre suelo seco en medio del Jordán, hasta que todo el pueblo acabó de pasar el Jordán. Y todo Israel pasó por el cauce seco.” Dios a los que salva los salva para siempre, al igual que no se dejó ninguna persona para cruzar el Jordán todo Israel pasó por el cauce seco, así todos aquellos que Dios llama por nombre los conducirá hasta el reino celestial. Dios culminará su obra en ti tal y como vemos en Filipenses 1:6 “estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.” y en palabra de Jesús en Juan 18:9 “Esto dijo para que se cumpliera aquello que había dicho: «De los que me diste, no perdí ninguno».” Jesús no se dejará ninguno por el camino, Jesús no te dejará tirado por el camino.
Recordatorio
Recordatorio
Y por último, antes de terminar la historia, Josué decide realizar un acto conmemorativo para recordar perpetuamente la obra de Dios en ese día. Para que ese día tan maravilloso y extraordinario no cayera en el olvido.
Mientras están cruzando el Jordán, Josué da la orden de seleccionar a 1 hombre de cada una de las 12 tribus que componía el pueblo de Israel. Y cada hombre lo que tenía que hacer era coger una piedra del fondo del Jordán para más adelante hacer con esas piedras un monumento en Gilgal. Estos 12 hombres están representando a todo el pueblo de Dios, aunque ya había una tribu que se tenía que dedicar a tiempo completo al servicio de Dios en el templo, aquí vemos que el resto de tribus no han de estar de observadores, sino que han de servir a Dios en sus diferentes áreas. Dios quiere que todo el pueblo se ponga a servirle. Dios tiene una obra preparada para este mundo en el que vivimos, Dios tiene una misión y él no quiere que solo se involucre en esa misión gente profesional de la iglesia, sino que quiere que todo el pueblo se involucre como sucedió en aquella ocasión. Dios quiere que no solo los diáconos o los ancianos se pongan a servir a Dios, sino que quiere ver a todo su pueblo sirviéndolo.
El objetivo, el propósito de crear ese monumento en Gilgal era para recordar las maravillas de Dios en las generaciones futuras. Cuando los hijos preguntaran acerca de ese monumento los padres tendrían ocasión de hablar acerca del gran milagro que Dios realizó en ese día.
Nos podría parecer esto un poco extraño y hasta incluso arcaico, pero el hecho de recordar lo podemos ver como una costumbre de la humanidad. Tenemos la costumbre de recordar y celebrar los acontecimientos importantes. Celebramos los cumpleaños, nuestros aniversarios de boda, también celebramos los acontecimientos importantes de nuestra historia y también celebramos el cumplimiento de un año completo solar. Pues el pueblo de Israel quería hacer este memorial porque habían conseguido un hito muy importante Génesis 15:13-16 se había cumplido después de tanto tiempo y Dios había sido fiel con su pueblo. De no ser por Dios el pueblo de Israel seguiría siendo esclavo del faraón en Egipto, de no haber sido por Dios habrían muerto en el desierto y de no haber sido por Dios seguirían deambulando por el desierto.
Hoy en día por mandato de Dios, tenemos un memorial mucho mayor que esas 12 piedras del Jordán y es la Santa Cena. En la Santa Cena encontramos a un Dios justo expresando su amor a un ser tan pecador como lo soy yo, no hay mayor milagro que exista en el universo que Dios nos ame. No existe ninguna explicación fuera de Dios en la que podamos decir que Dios debería de amarnos. Durante mucho tiempo hemos vivido en rebeldía contra Dios y en ocasiones seguimos revelándonos a sus mandamiento, pero Dios por su naturaleza amoroso como Él es amor, Él aún a pesar de todo lo que hemos hecho nos sigue amando y no quiere que ninguno de nosotros perezca en el castigo eterno. En la Santa Cena se nos recuerda lo que costó abrir no el Jordán para entrar en Canaán, sino lo que costó abrir el camino al cielo a la nueva Jerusalén.
Hermanos termino recordándoos de la importancia de levantar simbólicamente monumentos conmemorativos cuando Dios haga cosas magníficas en nuestras vidas, para que cuando la gente nos pregunte que significa ese monumento podamos testificar del poder de Dios y a la misma vez nos sirva como recordatoria que como Dios ha sido fiel con nosotros así lo será hasta que nos lleve a la tierra prometida a la ciudad celestial. Y no hay mayor monumento conmemorativo que nuestras propias vidas, que nuestras propias vidas puedan hablar de las maravillas de Dios, que nuestros testimonios puedan glorificar a Dios allí donde estemos, que nuestras vidas sean como dice Pedro piedras vivan y que dichas piedras puedan conmemorar la gracias salvadora y restauradora de Dios en nuestra vidas 1 Pedro 2:5 “vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.”