Buscar al Señor como Refugio (3)
Buscar al Señor como Refugio (3)
v. 1: El salmo comienza con un petición clara y directa: El salmista está en medio de una gran crisis personal e invoca la justicia divina, al desconfiar de los procesos jurídicos humanos. Clama en medio de la angustia, y afirma que en situaciones anteriores de dolor el Señor se ha manifestado con justicia, alivio y misericordia. ¡El Dios del salmista escucha sus oraciones!
El que Dios se digne escuchar nuestras oraciones y las responda se debe, no a nuestro esfuerzo ni a nuestros méritos, sino únicamente a su gracia. A dos cosas apela aquí David: 1. A la justicia de su causa. «Dios de mi justicia» (v. 1) «no equivale aquí a Dios justo, sino al Dios que conoce mi justicia y conforme a ella me trata»
La referencia a Dios como «justicia mía» alude al poder divino de vindicar y hacer justicia a personas que han sido procesadas de manera injusta y calumniosa. Y las manifestaciones de apoyo y misericordia son expresiones claras del poder liberador de Dios, que se manifiestan de manera gratuita.
II. Luego se dirige a los hombres, a fin de convencerles de pecado y exhortarles a volverse a Dios.