SER MINISTROS DE JESÚS, IMPLICA SEGUIRLE Y SERVIRLE.

Ministros de Jesucristo.  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
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La muerte de Jesús trajo frutos a nosotros, pero Él espera que nosotros también demos frutos, de nuestra salvación, le sigamos y le sirvamos.

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INTRODUCCIÓN:

En el contexto, Jesús ha hecho su entrada triunfante a Jerusalen, montado en un burro, mucha gente le seguía, y mucha gente daba testimonio de las cosas que había hecho,
El pasaje que leímos está antes de el anuncio de parte del mismo Jesús acerca de su muerte.
Vemos que hay interés de algunos griegos que habían subido a adorar en la fiesta por conocer a Jesús, y el texto dice que se acercaron a algunos de sus discípulos.
Juan 12:20–22 RVR60
20 Había ciertos griegos entre los que habían subido a adorar en la fiesta.21 Estos, pues, se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaron, diciendo: Señor, quisiéramos ver a Jesús.22 Felipe fue y se lo dijo a Andrés; entonces Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús.
La respuesta de Jesús ante tal petición fue sorprendente, pues a primera vista no parece responder la solicitud de reunión con los griegos. De hecho, Juan ni siquiera los vuelve a mencionar (aunque pudieron estar entre la multitud que oyó hablar a Jesús, como enseña el versículo 29.
Juan 12:29 RVR60
29 Y la multitud que estaba allí, y había oído la voz, decía que había sido un trueno. Otros decían: Un ángel le ha hablado.
Ahora la repuesta del Señor, no estaba dirigida ni a los judíos ni a los gentiles, sino a quienes escogieron seguirlo.
Aun así, la venida de estos gentiles provocó la declaración del Señor en el versículo 23. Juan 12:23
Juan 12:23 RVR60
23 Jesús les respondió diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado.
En este momento Jesús afirma que la hora en tiempo presente), había llegado, lo que está diciendo, que de este momento en adelante lo que venía anunciando era inminente.
Es probable que en el contexto que Jesús dice estas palabras, la gente interpretó que era la hora en que Jesús iba a derrocar a los romanos y establecer su reino terrenal.
Sin embargo, la siguiente declaración de Jesús acabó con las ilusiones de los dos hombres, cambió sus sueños de conquista en una visión de muerte.
Recuerde que Jesús está hablando a los que decidieron seguirle.
Estamos hablando de aquellos que estuvieron con él, que aprendieron de él, que fueron sus siervos, aquellos que decidieron seguirle hasta la muerte.
Jesús enseña TRES lecciones para aquellos que le siguen, que han decidido, ser sus ministros, ser sus siervos.
La primera Lección es que:

I. LA MUERTE ES EL CAMINO HACIA LA VIDA.(Vv.24).

Juan 12:24 RVR60
24 De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.
Jesús había hablado antes de que era la hora de ser glorificado, pero ahora, explica mejor el asunto, usando la analogía del trigo.
No sería glorificado en el hecho de ser un libertador para el pueblo como ellos pensaban, sino en su muerte y su resurrección.
Jesús sabía que era en la cruz y después de la cruz, que produciría fruto y mucho fruto.
Su muerte y su resurrección daría salvación a muchas tribus y lenguas.
Mateo 20:28 RVR60
28 como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
Apocalipsis 5:9 RVR60
9 y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;
Ese fruto, la salvación dada por su muerte y su resurrección, incluiría a incontables gentiles como los griegos que querían conocerle.
Toda persona que pone su fe en Jesucristo recibe el fruto de su muerte.
Perdón por sus pecados. Justificados en Cristo.
Aceptos en la presencia de Dios.
Somos llamados hijos de Dios.
Salvación.
Vida eterna.
Vida abundante en esta tierra.
Heredero y coherederos con Cristo.
El ser humano, el hombre, necesitaba que Cristo muriera en la Cruz y resucitara para ser participe del fruto, “mucho fruto” de su muerte.
Su muerte le dio vida al hombre, su muerte, nos dio esperanza, su muerte nos mostró el camino al padre, por donde estamos yendo cada día, mientras estamos en este cuerpo.
Tuvimos que morir a la vida muerta que antes teníamos, para que él nos diera una vida nueva. Así lo dice Pablo a los efesios.
Efesios 2:1 RVR60
1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
Ahora, somos nuevas Criaturas en Cristo.
2 Corintios 5:17 RVR60
17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Si alguien hoy no tiene los beneficios de la muerte y resurrección de Cristo, si aún sigues muerto en tus delitos y pecados, hoy ven a Cristo, y comienza a vivir con Él y para Él, comienza a experimentar ser una nueva criatura en Cristo y a gozar de los beneficios de su muerte y su resurrección.
Pero también debemos reflexionar, los que ya hemos creído y entregado nuestra vida a Cristo:
Si he muerto y resucitado con Cristo, ¿Qué fruto estoy dando?
¿Estoy dando frutos dignos de arrepentimiento?
¿Cómo está actuando el fruto del Espíritu en mi vida?
¿Estoy trayendo frutos para el Señor, a través de mi testimonio, y la predicación de su palabra?
La segunda lección que aprendemos en esta tarde es:

II. EL FRUTO DE LA MUERTE DE CRISTO, PRODUCIRÁ TAMBIÉN UNA ACTITUD CORRECTA HACIA ÉL(Vv.25).

Juan 12:25 RVR60
25 El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.
Ahora Jesús aplica la verdad de su muerte y resurrección, con una invitación general que ilustraba la actitud del corazón requerida de quien recibe su regalo de la salvación.
Jesús dice. “El que ama su vida “, como una referencia a su vida en este mundo, está diciendo que los que prefieren los intereses de este mundo, en lugar de preferir los intereses del reino de Dios, al final perderá su vida.
Esto está relacionado con lo que Juan también enseña en 1 Juan 2: 15-17
1 Juan 2:15–17 RVR60
15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 17 Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
Es importante destacar que Jesús está estableciendo que si si somos verdaderamente sus seguidores, debemos despreciar nuestra vida respecto a lo que el mundo propone, porque no proviene de Dios, si no hacemos así, perderemos nuestra vida porque el mundo pasa, y sus deseos; pero sólo el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
Por eso Jesús establece la segunda parte del versículo 25 que, el que aborrece su vida en este mundo, y hace de Cristo —no de sí mismo— su primera prioridad, para vida eterna la guardará.
Es interesante que Jesús destaca una actitud del corazón para sus seguidores, “Deben aborrecer su vida en este mundo”, deben preferir a Cristo, antes que todas las cosas que tenemos en este mundo, y que son pasajeras, o que son finitas.
Esto incluye, aún nuestras familia, las posesiones, las metas, los planes y los deseos; incluso la vida propia.
Jesús incluso advirtió de un costo extremo para quienes lo seguían, este implicaría dejar muchas cosas.
Mateo 10:37–39 RVR60
37 El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; 38 y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. 39 El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.
Nuestro corazón no puede estar dividido, entre lo que hay en este mundo, lo que podemos tener en él y Cristo. Nuestro corazón no puede tener dos señores.
Lucas 16:13 RVR60
13 Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
Sólo Dios, solo Jesucristo puede ser el Señor de nuestras vidas, sólo él puede se el Señor de nuestros corazones.
Cuando venimos a Cristo debemos estar dispuestos a dejarlo todo, por él.
El llamado de Jesús es a tener la actitud de aquel hombre que vendió todo para comprar la perla, para adquirir el tesoro.
Mateo 13:44–46 RVR60
44 Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. 45 También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas,46 que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.
Debemos estar dispuestos a perderlo todo a entregarlo todo por causa del Señor, esa es la actitud de nuestro corazón que él espera.
Lucas 9:23–24 RVR60
23 Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. 24 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará.
Tal nivel de exigencia, solo viene de alguien que se dio todo por cada uno de nosotros.
La tercera lección que Jesús nos da en esta tarde es que:

III. EL QUE QUIERE SERVIR A JESÚS DEBE SEGUIRLE(Vv. 26).

Juan 12:26 RVR60
26 Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.
Ahora Jesús lleva la enseñanza a un tercer nivel, él en su muerte y resurrección nos ha dado frutos, la vida eterna y muchos frutos, nosotros por eso, debemos estar dispuesto a dejar a un lado nuestra vida en este mundo, y entregar nuestra vida a Él, a sus propósito a su reino.
Pero habla ahora de aquellos que le servimos, el Señor dice que, el que quiere servir a Jesús debe seguirlo.
Que interesante, un seguidor, también es un discípulo.
El Señor, dice: “Si alguno me sirve, sígame”, esto, habla de un compromiso mayor con Él, porque muchas veces, estamos pensando en “Servir al Señor”, pero no tenemos ni queremos tomar el compromiso de “seguirle”, de ser verdaderamente sus discípulos.
Seguirlo, implica como Juan dice en 1 Juan 2.6 , permanecer en él y andar cómo él anduvo.
1 Juan 2:6 RVR60
6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
No se trata nada más de ser salvos por efecto, es decir, porque hice una demostración pública de que recibí a Cristo, sino de seguir la dirección que Jesús trazó para nosotros.
Él dijo en.
Juan 15:8 RVR60
8 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.
Cada discípulo del Señor dará evidencia de realmente serlo, a través de su fruto, ya vimos a que se refiere este fruto, pero también lo podemos aplicar a la obediencia, al sufrimiento por causa de Cristo,a la negación misma.
Lucas 14:27 RVR60
27 Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.
No se trata de hacer cosas, y #Servir al Señor”, se trata de cargar nuestra propia cruz cada día, y ser sus discípulos, y servirle.
Es una relación de doble vía, “Servirle porque soy su discípulo”, y “ser su discípulo, me lleva servirle”
Seguirle implica vivir nuestra vida bajo la dirección de la palabra de Dios y del Espíritu Santo que mora en nosotros.
Ahora tener una vida así, trae consigo dos promesas que Jesús dice acá en este versículo.
Primero, donde Él está, allí también estarán sus servidores.
Esto no es otra cosa que la promesa del cielo eterno. En Juan 14:3 Jesús dijo a sus discípulos:
Juan 14:3 RVR60
3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
En contraste, sus enemigos no sabían adónde iba Él y no podían ir allá (Jn. 7:34; 8:21).
Juan 7:34 RVR60
34 Me buscaréis, y no me hallaréis; y a donde yo estaré, vosotros no podréis venir.
Juan 8:21 RVR60
21 Otra vez les dijo Jesús: Yo me voy, y me buscaréis, pero en vuestro pecado moriréis; a donde yo voy, vosotros no podéis venir.
Y ala segunda promesa es promesa de bendición para quien sirve a Jesús es que el Padre le honrará.
No es cualquier promesa, imagine a Dios honrandole, reconociendo su servicio a Jesús como seguidor suyo.
Esa promesa es para cumplimiento aquí en la tierra y cumplimiento eterno.
Salmo 25:12–13 RVR60
12 ¿Quién es el hombre que teme a Jehová? El le enseñará el camino que ha de escoger. 13 Gozará él de bienestar, Y su descendencia heredará la tierra.

CONCLUSIÓN:

La muerte de Jesús, trajo consigo frutos, muchos frutos.
Principalmente la salvación y vida eterna a aquellos que decidimos creer en él y entregar nuestra vida a él.
Ahora él sigue invitando a todo aquel que quiera, a recibir el fruto de su muerte la salvación.
Todos aquellos que hemos recibido este fruto, estamos llamados a dar fruto también, fruto abundante.
Todos estamos llamados a aborrecer nuestra vida en este mundo, para ganar nuestra vida en él.
Estamos llamados a servirle, como producto de que le estamos siguiendo.
Quiero preguntarte esta tarde: ¿Ya recibiste el fruto de la muerte de Cristo, su salvación?, si no lo has hecho te invito a hacerlo hoy.
Si ya eres salvo, ¿Estas aborreciendo tu vida en este mundo para seguir a Jesús y servirle?, ¿Cómo le estas sirviendo, cómo un seguidor, o simplemente como un activista?
Nuestra reflexión deberá llevarnos a hacer cambios en nuestra vida Cristiana, y tomar compromisos genuinos de una vida consagrada a Cristo.
Vamos a orar.
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