Rescatados con la Palabra

Texto bíblico: Lc 15:8

Introducción

Una moneda

La moneda conocida como dracma era griega, más o menos equivalente al denario de los romanos.

Por lo regular, se consideraba como pago por un día de trabajo. [EB ELA TII: 41]

El valor de la moneda

Los maridos tenían la costumbre de dar a su esposa como regalo de boda una cadena con diez monedas que la mujer se ponía alrededor de la cabeza, con los dijes colgando sobre la frente.

La estimación por ese artículo es equivalente al del anillo de casados.

Por lo tanto, para ella era muy preocupante haber perdido una de las monedas.

Inclusive, algunos dicen que podría reflejar poca fidelidad al esposo. [EB ELA TII: 42; CBA 5:796]

Énfasis de la parábola

Esta parábola realza el valor intrínseco de un alma.

Resalta el hecho de que un pecador perdido tiene tanto valor a la vista de Dios que él la buscará diligentemente hasta recuperarla. CBA 5:796

Perdida en la casa: La tarea del Ministerio infantil

Barna Group comenta que,

Casi dos tercios de los líderes del ministerio infantil (64%) llegan incluso a estar totalmente de acuerdo en que las iglesias no pueden crecer sin un ministerio infantil eficaz.

Incluso en las decisiones sobre instalaciones, plantación de iglesias o ampliación de edificios, los espacios para el ministerio infantil son, con diferencia, la principal consideración.

La mayoría entre los padres de niños de 5 a 14 años que asisten a la iglesia dicen que el ministerio infantil fue “muy” importante en la selección de su iglesia (62%).

Suponiendo que su iglesia sólo pueda centrarse en un par de programas, una mayoría similar (61%) dice que el ministerio de niños sería el más importante (comparativamente, el ministerio de jóvenes es seleccionado por el 48% y el ministerio de adultos por el 38%).

Aunque este porcentaje disminuye un poco cuando la muestra incluye a personas que no son padres (que, naturalmente, están más interesadas en el ministerio de adultos), el ministerio de niños todavía es elegido por la mitad de todos los feligreses (51%) como el enfoque más importante de una iglesia, lo que hace que este la respuesta principal en general en una lista de programas de iglesias por afinidad o específicos por edad.

Eso no quiere decir que los padres no tengan prioridades en el contexto más amplio de una iglesia, incluida su propia experiencia.

Más bien, la mayoría (54%) está totalmente de acuerdo en que el tiempo de un niño en el ministerio infantil es tan importante como el tiempo de un padre en el santuario.

Cuerpo

“Pierde una moneda” (Luc 15:8)

Su descuido ocasionó la pérdida.

La moneda no sabía que estaba perdida.

Además, se había perdido dentro de la casa, no en los montes, como la oveja, ni en una “provincia apartada” como el hijo pródigo. [CBA 5:796–797].

¿Quién tiene exactamente la mayor responsabilidad por la tarea del discipulado infantil, ya sea en su éxito o en su fracaso?

Para los líderes del ministerio infantil, la respuesta parece clara.

Un dominante 95 por ciento de estos líderes dice que el hogar debería ser el entorno principal para el discipulado.

Por lo tanto, cuando los niños abandonan su fe cristiana, los líderes del ministerio infantil a menudo asumen que los padres y tutores se quedaron cortos de alguna manera.

¿Qué hace la mujer por lo que se perdió en su casa?

Esta mujer no escatima tiempo ni esfuerzo para encontrar la dracma perdida: “Enciende una lámpara, y barre la casa” (v. 8).

Esto representa los varios medios y diversos métodos que usa Dios para atraer hacia Sí (v. Jn. 6:44) a las almas perdidas. [Matthew Henry y Francisco Lacueva, CBMH, 1314].

El amor por el objeto perdido, en este caso, es el motor que impulsa la búsqueda y explica la explosión de júbilo por el encuentro. [CBMH 16:249]

Dos acciones que hace la mujer

Enciende la luz.

Las casas de Palestina tenían comúnmente una sola habitación, y la única luz natural entraba por la puerta o por ventanas enrejadas. El ama de casa necesitaba seguramente luz artificial, aunque fuera de día, para hallar un objeto pequeño. CBA 5:797

La luz del Evangelio, es encendida, no para que Dios nos encuentre, sino para que nosotros encontremos el camino.

Dios ha puesto en su corazón el traernos a su casa. [Matthew Henry y Francisco Lacueva, CBMH, 1314].

¿Qué podría representar la lampara que enciende la mujer?

“Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.” (Sal. 119:105);

“y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.” (2 Tim 3:15).

Los padres duermen y no saben que Satanás ha plantado su bandera infernal en su propio hogar. Fui inducida a preguntar, ¿qué llegará a ser de la juventud en esta era corrupta? Repito, los padres están durmiendo. Los hijos están infatuados con un sentimentalismo enfermizo y la verdad no tiene poder para corregir lo equivocado. ¿Qué se puede hacer para detener la marea del mal? Los padres pueden hacer mucho si así lo determinan.. CN 428.

Barre la casa.

Muchas de las casas de campo en Palestina aún tienen piso de tierra. En una habitación oscura con piso de tierra sería fácil perder una moneda y difícil encontrarla. Probablemente habría sido necesario buscarla cuidadosamente para hallarla. CBA, 5:797.

Barrer la casa es, desechar lo malo.

Barrer es buscar por debajo de lo que vemos para limpiar lo que está sucio.

Barrer, no es superficial, ni siquiera una sola parte, es hacer un limpieza profunda para encontrar la suciedad.

Barrer lo que contamina

Desechar las cosas que pueden contaminar a la familia.

Desechar las hábitos que contaminan a los hijos.

Sacar los medios que pervierten a la familia.

Conclusión

Con gozo inenarrable, los padres ven la corona, el manto, el arpa que son dados a sus hijos. Han terminado los días de espera y de temor. La semilla sembrada con lágrimas y oraciones pudo haber parecido ser sembrada en vano, pero la cosecha es recogída al fin con gozo. Sus hijos han sido redímidos. Padres, madres, ¿henchirán el canto de alegría en aquel día las voces de vuestros hijos?. CN 539.2

“Cuando el Juez se siente, y se abran los libros; cuando el gran Juez pronuncie el “bien, buen siervo y fiel”, y la corona de gloria inmortal se coloque sobre la cabeza del vencedor, muchos levantarán sus coronas a la vista de todo el universo y se las colocarán a sus madres diciendo: “Ella hizo de mí lo que soy por la gracia de Dios. Su instrucción, sus oraciones, fueron bendecidas para mi salvación eterna” DNC 369.4