PRINCIPIOS DE MAYORDOMÍA. ESTUDIO 10. LA BÚSQUEDA DE LA PROSPERIDAD.
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INTRODUCCIÓN:
INTRODUCCIÓN:
Tristemente, la iglesia ha caído presa de la misma búsqueda implacable materialista mundana. Algunos cristianos ven la riqueza como señal de la bendición divina y, por lo tanto, consideran que el éxito económico es una calificación esencial para ser líderes eclesiales.
El ejemplo más escandaloso de materialismo en nombre del cristianismo es, sin duda alguna, el movimiento herético Palabra de Fe o evangelio de la prosperidad.
¿Qué enseñan?
1. Proclaman descaradamente que la voluntad de Dios para todos los creyentes es que sean ricos.
2. Si reclaman las riquezas con fe y hablan positivamente de tenerlas, la sola confesión verbal creará la riqueza.
3. Insisten en que Dios está obligado a entregar los bienes cuando los creyentes los pidan.
4. Reemplazan al Dios soberano de las Escrituras ( Sal. 103:19; 1 Ti. 6:15) con la soberanía del creyente, que tiene el poder creador para hacerse rico y sano por medio de su propia fe.
5. Dios se convierte en un genio de la lámpara utilitario que concede todos los deseos de los creyentes.
Pero a pesar de este tipo de enseñanza, llena de deseo orgullosos y egoístas , eso no caracteriza al creyente genuino.
Los creyentes genuinos, entendemos que, Dios tiene un plan de estabilidad económica muy diferente al del mundo o al del materialismo pseudocristiano.
El plan de Dios requiere trabajo duro, inversiones sabias y ahorro cuidadoso. En contraste con la auto-indulgencia de quien se centra en sí mismo, el medio para la prosperidad no está en la acumulación ambiciosa, sino en lo opuesto: dar con generosidad.
Muchos son los textos que nos enseñan esto,
9 Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos; 10 Y serán llenos tus graneros con abundancia, Y tus lagares rebosarán de mosto.
24 Hay quienes reparten, y les es añadido más; Y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza. 25 El alma generosa será prosperada; Y el que saciare, él también será saciado.
27 El que da al pobre no tendrá pobreza; Mas el que aparta sus ojos tendrá muchas maldiciones.
10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
38 Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.
Este es el tema central en estos versículos:
¡Cuanto más da alguien, más le devuelve Dios!
Ahora aprendemos de estos versículos dados por Dios a través del apóstol Pablo, que Dios establece TRES formas de alcanzar la prosperidad según Dios, cuando somos generosos en dar.
I. DAR DE FORMA GENEROSA PRODUCE RIQUEZAS. (Vv. 6-10).
I. DAR DE FORMA GENEROSA PRODUCE RIQUEZAS. (Vv. 6-10).
6 Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. 7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.
Aquí, Pablo expresó tal principio usando una imagen conocida de la agricultura:
Este es el principio: “Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará”.
¿Cómo lo entendemos?
Todo agricultor reconoce que el tamaño de la cosecha es directamente proporcional a la cantidad de semilla sembrada.
El agricultor que siembra escasamente, también segará una cosecha escasa; y el que siembra generosamente, segará también una gran cosecha.
En el reino espiritual, el principio es que dar a Dios resulta en bendición de Dios.
La palabra generosamente es traducción de eulogia que literalmente significa “bendición”.
Los dadores generosos cosecharán bendiciones generosas de Dios, mientras que los que retengan lo que dan temerosos a perder por el egoísmo, se perderán la ganancia.
Este es el principio:
“Dios en su gracia promete una cosecha de acuerdo con lo que los creyentes siembren”
Ahora esto no tiene que ver con principios egoístas.
La promesa no es que Dios recompensará a los dadores generosos para que puedan gastar todo en sus propios deseos.
El propósito real de la recompensa que Dios da en su gracia a los creyentes se hará evidente en los siguientes versículos:
A. Dios ama al dador alegre.(Vv. 7).
7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.
Hermanos, es un privilegio, contar con el amor de Dios en nuestras vidas.
Ahora, Dios ama la generosidad, Él premia no el tamaño de nuestra ofrenda, sino la sinceridad del dador.
Esta sinceridad es mostrada cuando:
No damos con tristeza.
Cuando damos espontáneamente(no por necesidad).
Cuando damos con gozo(con alegría).
Ahora Dios enseña en su palabra que dar de esta manera, viene de adentro, del corazón; no es coerción externa. Comienza por dar como se propuso en el corazón.
Una vez más, Pablo enfatiza la verdad de que el dar cristiano es estrictamente voluntario.
La palabra proaireō (propuso) solo se utiliza aquí en el Nuevo Testamento y tiene la idea de predeterminación.
Es decir que cuando hay en nosotros una alegría espontanea de dar, es es algo que debe ser planeado y sistemático.
El no dar, también viene de un corazón que se ha propuesto no hacerlo.
Ahora, en la frase “dador alegre”, la palabra “alegre”, es traducción de hilaros, de donde se deriva la palabra española hilarante(que inspira alegría).
Un asunto importante es que, Los dadores felices y alegres, quienes se alegran por el privilegio de dar, son objeto especial del amor de Dios.