Tres verdades inminentes
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1.0 Introducción
1.0 Introducción
La vida del cristiano es física y también espiritual. Pero en un aspecto muy real, también es eterna:
el cristiano no existe solamente para esta vida presente. De hecho, una vez que Dios:
Zacarías 12:1 “Profecía de la palabra de Jehová acerca de Israel. Jehová, que extiende los cielos y funda la tierra, y forma el espíritu del hombre dentro de él, ha dicho:” el hombre llega a ser inmortal, teniendo comienzo, aunque no final
Eclesiastés 3:11 “Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.”
2.0 Desarrollo
2.0 Desarrollo
2.1 La Fragilidad de la Vida
2.1 La Fragilidad de la Vida
Nadie que haya vivido algunos años en la tierra puede negar que hay un «tiempo de morir»
Eclesiastés 3:2 “Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado;”
Al final de cuentas, el hombre que nace de mujer también es «corto de días»
Job 14:1 “El hombre nacido de mujer, Corto de días, y hastiado de sinsabores,”
El escritor de Hebreos describió la realidad de la muerte al decir que
Hebreos 9:27 “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,”
Se estima que alrededor de sesenta millones de personas mueren cada año. La muerte visita a todos —ancianos y jóvenes, pobres y ricos, enfermos y sanos—; y si este mundo permanece por cien años más, el que escribe esta lección (y muy probablemente el que la lee) habrá pasado a la historia. Por tanto, en vista de la realidad de la muerte, el hombre debe meditar en lo que está más allá de la tumba
Eclesiastés 7:2 “Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del banquete; porque aquello es el fin de todos los hombres, y el que vive lo pondrá en su corazón.”
2.2 La realidad inminente de la Segunda Venida de Cristo
2.2 La realidad inminente de la Segunda Venida de Cristo
Existe otra realidad igualmente inminente y es la segunda venida del Señor Jesus
Hechos de los Apóstoles 1:11“los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.”
Apocalipsis 1:7 “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.”
1 Tesalonicenses 4:16–17“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.”
2.3 La trascendencia del Juicio Final.
2.3 La trascendencia del Juicio Final.
En este ultimo pasaje el apóstol se refiere específicamente a los creyentes, sin embargo la escritura, igualmente se refiere a todo el mundo cuando dice:
Juan 5:28–29“No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.”
Sobre esto, el ser humano es algo que le agrada minimizar e incluso tomar a broma, sin embargo, es algo que de acuerdo a la palabra de Dios, debemos considerar seriamente.
Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento, para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles; sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias,y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación. Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste,por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos. Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.
Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.
Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz. Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición. Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
3.0 Conclusión
3.0 Conclusión
Ya que la muerte, la Segunda venida de Cristo y el Juicio final son una realidad, y ya que este mundo no es nuestro hogar permanente, entonces el cristiano debe prepararse para el encuentro con su Dios.
El Señor no quiere que nadie perezca en el infierno
2 Pedro 3:9 “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.”
sino desea que todos disfruten Su comunión eterna en el cielo
1 Tesalonicenses 4:17 “Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.”
La Biblia habla del hecho de que cuando Cristo regrese, el mundo será destruido, y toda persona será juzgada para habitar uno de dos lugares: el cielo o el infierno. ¿Dónde habitará usted?