La tierra y sus recursos

¿Que es la mayordomía?

La mayordomía en el cristianismo se refiere a la responsabilidad que los creyentes tienen de administrar y cuidar los recursos que Dios les ha dado. Esto incluye no solo los recursos materiales como el dinero, la propiedad y el tiempo, sino también los talentos, habilidades y oportunidades que cada persona posee.

El mayordomo en la antigüedad era muy importante, porque el era el administrador de todos los bienes del Señor o Amo, el podía hacer buen uso de ellos aun para su beneficio pero sin ser de él.

A nosotros se nos llama a ser administradores de los bienes que Dios a puesto a nuestro cuidado y hoy empezaremos por uno que dejo en manos no de los cristianos, sino de la humanidad.

La tierra

La Bibla de estudio: Dios habla hoy - Salmo 24

1 Del Señor es el mundo entero, con todo lo que en él hay, con todo lo que en él vive.

2 Porque el Señor puso las bases de la tierra y la afirmó sobre los mares y los ríos.

El planeta en el que vivimos, a pesar de nuestra manera antropocéntrica de pensar, no nos pertenece; le pertenece a Jehová, y nosotros vivimos en él como invitados en su casa.

Génesis 1:26–31

En Génesis 1:26-31, se establece claramente que Dios creó al ser humano a su imagen y semejanza, dándole dominio sobre toda la tierra y sobre todas las criaturas que la habitan. Esta idea de ser creados a imagen de Dios implica una responsabilidad y privilegio únicos. Al ser mayordomos de Dios, tenemos la responsabilidad de cuidar y administrar sabiamente todo lo que Dios nos ha dado en la creación. Esto incluye no solo los recursos naturales como el aire, el agua, la tierra y los animales, sino también nuestras habilidades, talentos y relaciones. Como administradores, debemos tomar decisiones conscientes que reflejen el cuidado de la creación de Dios y el respeto por todas las formas de vida. Esto implica practicar la sostenibilidad, cuidar de los necesitados, y preservar la belleza y diversidad de la creación. Además, ser mayordomos de Dios significa reconocer que todo lo que tenemos y somos pertenece a Dios, y que debemos usarlo todo para su gloria y para el bien de los demás. Esto nos llama a una vida de generosidad, gratitud y humildad, reconociendo que todo lo que tenemos es un regalo de Dios que debemos administrar con sabiduría y amor.

Romanos 8:18–22“Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora;”

Siendo buenos Mayordomos

Mat. 25:14-30

La distribución de los talentos (versículos 14-15)

El amo entrega talentos a sus siervos según su habilidad.

Los talentos representan los recursos y habilidades que Dios nos da.

El uso sabio de los talentos (versículos 16-23)

Dos siervos invierten y duplican sus talentos.

Son alabados y recompensados por su fidelidad.

Ejemplo de administración responsable y diligente de los recursos de Dios.

La negligencia y consecuencias (versículos 24-30)

Un siervo entierra su talento por miedo.

Es reprendido por su falta de fe y mala administración.

Su talento le es quitado y dado al siervo más fiel.

Dios nos ha confiado recursos que debemos administrar con sabiduría, incluyendo nuestro entorno, el agua y los vehículos que utilizamos. Ya sea que seamos propietarios o no, tenemos la responsabilidad de cuidar y mantener adecuadamente nuestro entorno, así como de ser conscientes de la contaminación que generamos, especialmente a través de nuestros vehículos y de nuestro uso del agua. Es importante adoptar prácticas sostenibles y buscar alternativas que reduzcan nuestro impacto ambiental, como el uso eficiente del agua, el uso de transporte público, vehículos eléctricos o compartir viajes, como parte de nuestra responsabilidad como mayordomos de la creación de Dios.

Rendición de Cuentas

En Lucas 16 se nos cuenta la historia de un mayordomo que tuvo que dejar su trabajo porque olvidó que solo era administrador de los bienes que tenía a su cargo. Tú y yo no somos dueños absolutos de lo que tenemos, y debemos ser sabios en nuestro manejo de los recursos, no sea que un día se nos pida cuentas y nos sea quitado lo que tenemos.

Romanos 14:7–9“Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos. Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven.”

Aun nuestras propias decisiones no son nuestras; un día habremos de dar cuenta de ellas. Dice el pasaje que si vivimos, para El vivimos, y si hemos de morir, para El debemos morir. En el versículo 10, se nos dice que no debemos menospreciar a nadie que esté haciendo algo para el Señor, porque no lo hace para nosotros.