En coherencia con lo que nos dice san Juan, la verdadera y profunda frontera no es la que separa la creencia de la increencia, sino la que separa el amor del desamor. Pues, como dice san Juan de la Cruz, “a la tarde te examinarán en el amor”. La razón nos la da también san Juan: “Dios es amor”. El amor no sólo define a Dios, sino que es el motivo último de todo su Proyecto de salvación y la impronta de toda la creación.