GUÍA BÍBLICA PARA LA CRIANZA DE LOS HIJOS
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Introducción
Introducción
Salmo 127:3 (RVR60)
3 He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre.
“He aquí, don del Señor son los hijos; y recompensa es el fruto del vientre” (LBLA)
El criar hijos es una bendición de Dios, un privilegio único para disfrutarlo y a su vez deleitarnos en Dios. Por consecuencia, la crianza de los hijos no debería ser una carga agobiante, sino que es una bendición de Dios.
¿POR QUÉ AVECES PARECE DIFICIL CRIAR A LOS HIJOS?
El criar a los hijos es difícil en un sentido, cuando nosotros como padres lo hacemos difícil al no seguir los principios bíblicos que Dios ha establecido.
La mayoría del tiempo los padres no siguen los principios bíblicos establecidos por la simple razón que los ignoran (no los conocen).
Muchas veces a pesar de conocer los principios bíblicos, desconfiamos de ellos al sobreponer nuestros principios por buscar una solución inmediata.
Frecuentemente pensamos que la forma correcta en que debemos criar a nuestros hijos es aquella en la cual nosotros fuimos criados por nuestros padres.
La negligencia ante la inmensa responsabilidad que tenemos como padres en la crianza de nuestros hijos, es una garantía para el fracaso y una vida llena de miseria.
Proverbios 29:15 (NVI)
15 La vara de la disciplina imparte sabiduría, pero el hijo malcriado avergüenza a su madre.
Proverbios 17:25 (RVR60)
25 El hijo necio es pesadumbre de su padre, Y amargura a la que lo dio a luz.
(Proverbios 19:13)
“Dolor es para su padre el hijo necio” RVR “El hijo necio es la ruina del padre” “el hijo necio es la calamidad de su padre”
Un hijo desobediente y manipulador es una de las peores pesadillas de un padre y una madre.
Un hijo REBELDE succiona por completo el alma de sus padres. Desgarra su corazón y su espíritu.
La Reina Valera 1960 Traduce
Proverbios 29:15 (RVR60)
15 La vara y la corrección dan sabiduría; Mas el muchacho consentido avergonzará a su madre.
Se nos exhorta a corregir y evitar un Gran mal: “un hijo consentido”.
Un hijo consentido es aquel a quien SE LE DA TODO LO QUE PIDE, a quien con facilidad sabe MANIPULAR con lágrimas y enojo CON EL FIN DE OBTENER SIEMPRE lo que dice querer y necesitar.
En pocas palabras; Un hijo consentido es el que IMPONE sus condiciones en el hogar
Se le da todo lo que pida, EN EL MOMENTO QUE LO PIDA; NO IMPORTANDO LA FORMA EN QUE LO HAGA.
Necesitamos entender que en la relación padres e hijos, desde el mismo comienzo, se forman patrones y, por supuesto, nuestros hijos intentaran siempre establecer sus PROPIAS CONDICIONES:
“Yo lloro, tú me das lo que pido”.
Si PERMITIMOS que esto se establezca, así será.
Nosotros seremos los culpables de que nuestros hijos IGNOREN Y DESPRECIEN LA OBEDIENCIA.
Necesitamos entender que los niños forman hábitos que nosotros permitimos. Lamentablemente, muchas veces como padres somos culpables de participar en sus errores, al no corregirlos.
Proverbios 22:1–16 (RVR60)
1 De más estima es el buen nombre que las muchas riquezas, Y la buena fama más que la plata y el oro.
2 El rico y el pobre se encuentran; A ambos los hizo Jehová.
3 El avisado ve el mal y se esconde; Mas los simples pasan y reciben el daño.
4 Riquezas, honra y vida Son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová.
5 Espinos y lazos hay en el camino del perverso; El que guarda su alma se alejará de ellos.
6 Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.
7 El rico se enseñorea de los pobres, Y el que toma prestado es siervo del que presta.
8 El que sembrare iniquidad, iniquidad segará, Y la vara de su insolencia se quebrará.
9 El ojo misericordioso será bendito, Porque dio de su pan al indigente.
10 Echa fuera al escarnecedor, y saldrá la contienda, Y cesará el pleito y la afrenta.
11 El que ama la limpieza de corazón, Por la gracia de sus labios tendrá la amistad del rey.
12 Los ojos de Jehová velan por la ciencia; Mas él trastorna las cosas de los prevaricadores.
13 Dice el perezoso: El león está fuera; Seré muerto en la calle.
14 Fosa profunda es la boca de la mujer extraña; Aquel contra el cual Jehová estuviere airado caerá en ella.
15 La necedad está ligada en el corazón del muchacho; Mas la vara de la corrección la alejará de él.
16 El que oprime al pobre para aumentar sus ganancias, O que da al rico, ciertamente se empobrecerá.
Como padres, Dios nos a delegado esta enorme responsabilidad de “INSTRUIR, ENSEÑAR, ENTRENAR, DISCIPULAR” a nuestros hijos;
Tristemente muchas veces; Exigimos de nuestros hijos cosas que nosotros mismos no cumplimos.
Nuestro ejemplo como padres es la mayor influencia y tiene el mayor impacto en el carácter de nuestros hijos.
La disciplina en el hogar es fundamental, muchas veces nos negamos a disciplinar a nuestros hijos por evitar confrontaciones o disgustos. También la disciplina mal aplicada es indudablemente la llave para el fracaso.
Somos padres pecadores criando a hijos pecadores, no olvidemos este factor tan determinante, nuestra naturaleza pecaminosa luchara por no conformase a los principios bíblicos que Dios ha establecido; La obra del Espíritu Santo operando tanto en padres como hijos es fundamental y esencial.
Esta TALLER no tiene como propósito delinear cada factor que contribuye para dificultar nuestra labor como padres, pero si encierra generalmente factores muy comunes en nuestros hogares que indudablemente han impactado nuestras familias.
En esta introducción tenemos como propósito el que usted como padres puedan comprometerse en asumir la responsabilidad que se les ha delegado por Dios en la crianza de sus hijos:
“Corrige a tu hijo, y te dará descanso, Y dará alegría a tu alma” (Proverbios 29:17)
Como padres tendemos a hacer de la crianza de nuestros hijos algo complicado, complejo, difícil.
Abundan los libros, seminarios y programas en como criar a nuestros hijos.
El miedo que existe en muchos padres es Irreal.
Existe una fobia peligrosa en los padres cuando se trata de la crianza de los hijos.
“Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (Prov. 22:6)
¿Que les vamos a enseñar?
2 Timoteo 3:15 (RVR60)
15 y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.
2 Timoteo 3:16 (RVR60)
16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,
Deuteronomio 6:1–9 (RVR60)
1 Estos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová vuestro Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra a la cual pasáis vosotros para tomarla;
2 para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados.
3 Oye, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y os multipliquéis, como te ha dicho Jehová el Dios de tus padres.
4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.
5 Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.
6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;
7 y las repetirás a tus hijos,
(LBLA “y diligentemente las enseñarás a tus hijos”) (NVI “Incúlcaselas continuamente a tus hijos”)
y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.
8 Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos;
9 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.
Los padres SOMOS los principales responsables de enseñar a NUESTROS hijos a amar a Dios “con todo su corazón, con toda su alma y con todas sus fuerzas”; esto significa que los padres ESTAMOS llamados a ser un vivo ejemplo de este mandato, la implicación de esta verdad es muy clara;
Para que los padres podamos ser capaces de enseñar a nuestros hijos a Amar a Dios con todo su ser, es NECESARIO e INDISPENSABLE que primeramente nosotros AMEMOS a Dios con todo nuestro ser.
Tal encomienda debía de ser tomada con mucha seriedad y diligencia;
porque como la misma Escritura nos revela,
La negligencia ante la inmensa responsabilidad , en la crianza de los hijos, era una garantía para el fracaso y una vida llena de miseria.
Notemos las fuertes palabras que encontramos en:
Proverbios 19:18 (NVI)
18 Corrige a tu hijo mientras aún hay esperanza; no te hagas cómplice de su muerte.
¿Como Corregir a nuestros hijos?
La biblia enseña la necesidad de corregir a hijos desobedientes. La disciplina es parte de la vida de todos, y aquellos que se rebelan contra la autoridad de los padres, deben ser castigados.
18 Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza; Mas no se apresure tu alma para destruirlo.
18 Corrige a tu hijo mientras aún hay esperanza; no te hagas cómplice de su muerte.
En este versículo, se presenta la disciplina de un niño como un asunto de vida o muerte.
Cuando no se le pone freno a la desobediencia, conducirá a un niño a una eventual ruina.
Proverbios 13:24 (RVR60)
24 El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige.
Aquí, el amor y la disciplina cuidadosa van de la mano.
Se refuta la idea de que un padre "amoroso" nunca disciplinará a un hijo. Hacerse el ciego ante la rebelión es aborrecer al hijo rebelde.
7 Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?
8 Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.
9 Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?
10 Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad.
11 Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.
NO TE HAGAS CÓMPLICE DE SU RUINA.
NI TAMPOCO CAIGAMOS EN EL ERROR DE CAER EN MALAS SOLUCIONES
DEÍSMO TERAPÉUTICO MORALISTA
El fin de la crianza es tener un Buen Hijo o Hija (Comportamiento).
Los padres muchas veces ponemos todo nuestro enfoque y su esfuerzo en el comportamiento externo. (Disciplina, Castigo, Prohibiciones)
INDUDABLEMENTE LA DISCIPLINA ES ESCENCIAL Y BIBLICA PARA LA CRIANZA DE LOS HIJOS, PERO CUAL ES EL FIN DE MI DISCIPLINA.
ESTO ES LA MEJOR MANERA PARA ENTRENAR HIPÓCRITAS.
Puedes lograr tu objetivo de externamente tener Hijos educados, exitosos, bien portados, Pero si no todo tu esfuerzo y tiempo es hacer de tu Hijo una buena persona hamos fallado trágicamente como Padres.
AISLAMIENTO NO ES LA RESPUESTA (MENOS EL LIERTINAJE)
Muchos padres piensan que ha tenido éxito si han logrado aislar a sus hijos de las malas influencias y del mal del mundo. (Todo es malo, todo es del diablo, todo es pecado)
Debemos de proteger a nuestros hijos. (Internet, Televisión, Redes Sociales, Películas)
Crianza de los hijos es entrenamiento.
Nuestros Hijos estarán expuestos y si no los preparamos serán VULNERABLES.
“El simple todo lo cree; Mas el avisado mira bien sus pasos” (Proverbios 14:15)
PADRES TIENEN MIEDO DE HABLAR DE SUS HIJOS DE MUCHOS TEMAS PENSANDO.
EL AUTOESTIMA DE TU HIJO.
Los padres son culpables por la autoestima bajo de nuestros Hijos. Hoy El Señor de la casa es el niño.
NUESTROS HIJOS SON PECADORES
5 He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.
Génesis 8:20–21 (RVR60)
20 Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar.
21 Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho.
“la inclinación del corazón del ser humano es perversa desde su juventud”
REGENERACION.
“Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu,[a] espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento[b] sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu” (Juan 3:6-8)
“Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.” (Romanos 8:7-8)
“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente” (1 Corintios 2:14)
“¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?” (Jeremias 13:23)
NUESTROS HIJOS NECESITAN EL EVANGELIO.
“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17)
la CONVERSIÓN de los hijos no depende de los padres, en otras palabras; los padres no tenemos la capacidad ni el poder de producir el nuevo nacimiento en nuestros hijos; Es Dios el que Salva,
Somos padres pecadores criando a hijos pecadores, no olvidemos este factor tan determinante, nuestra naturaleza pecaminosa luchara por no conformase a los principios bíblicos que Dios ha establecido;
Aquí radica la importancia de nuestra total y absoluta dependencia de Dios;
Los padres debemos de reconocer urgentemente que la mayor necesidad de nuestros hijos no son las cosas materiales, (por su puesto que debemos de esforzarnos para poder proveer lo necesario para su sustento), sin embargo,
Un padre cristiano reconoce que la mayor necesidad en la vida de su familia es Espiritual y no Material.
Es por esta razón que los padres cristianos debemos de estar comprometidos seriamente con nuestra RESPONSABILIDAD MAS PRIMORDIAL;
como dice:
6 Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.
Y como tambien leímos al principio, El Nuevo testamento no reduce ni rebaja la importancia de este principio;
Pablo escribe esta hermosa carta a los Efesios, donde de una manera muy detallada y precisa, el apóstol describe la manera en que los cristianos debemos de vivir en medio de una generación perversa,
y en el capitulo 5, Pablo se concentra en la familia, comenzando con el matrimonio;
y nos revela el orden que Dios ha establecido en la relación matrimonial,
una armonía gloriosa en la que la esposa al someterse voluntariamente como ayuda idónea de su esposo, demuestra las virtudes de una mujer piadosa, respetando y honrando a su marido, su lealtad y prudencia son los rasgos que la distinguen de todas las mujeres gentiles las cuales no conocen a Dios.
Y el marido cristiano, quien voluntariamente; asume su responsabilidad como cabeza de su hogar, cuidando y guiando con amor a su esposa, con un amor paciente, sacrificial; un amor como el que Cristo ha manifestado por su amada iglesia, demostrando así las virtudes de un hombre piadoso, que toma la iniciativa en su hogar por servir y buscar a Dios, asumiendo su responsabilidad como pastor y sacerdote de su hogar, nutriendo con la palabra de Dios su matrimonio; su entrega y amor a Dios y su esposa; son rasgos que lo distinguen de todos los hombres gentiles los cuales no conocen a Dios.
En este pasaje Pablo eleva al matrimonio por encima de toda opinión y tradición superficial, con esta palabras; el apóstol enfatiza la Santidad del matrimonio al demostrar que el matrimonio debe de ser una imagen viva del evangelio de la gracia de Cristo.
32 Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.
33 Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.
Tanto el esposo como la esposa deben de reflejar con su conducta y carácter las verdades gloriosas del Evangelio de Cristo,
El matrimonio cristiano tiene el deber de manifestar al mundo el poder transformador del evangelio; siendo su HOGAR EL QUE PRINCIPALMENTE recibe el impacto de su manera de Vivir.
Es por esta razón que el apóstol Pablo, una vez que ha explicado con precisión la naturaleza sagrada del matrimonio, ahora continua enfocándose en el hogar pero ahora en la relación de Padres e Hijos;
Al inicio del capitulo 6, el apóstol Pablo hace eco del 5 mandamiento:
12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.
1 Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.
2 Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa;
3 para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.
y en el verso 4, encontramos la siguiente encomiendo a los padres cristianos
Efesios 6:4 (RVR60)
4 Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
notemos como la Escritura; tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento es consistente en cuanto a esta verdad;
Los padres somos los principales responsables en la instrucción y discipulado de nuestros hijos,
El mandato de Pablo es claro, los padres deben de (Críar, Instruir, Enseñar a sus hijos en la “disciplina y amonestación del Señor”)
Esta ha sido la voluntad de Dios desde el principio, esta verdad se encuentra entretejida en la misma esencia de esta institución tan sagrada creada por Dios llamada la Familia.
Los padres debemos de ser la mayor influencia de piedad en nuestros hijos;
NO HAY PADRES QUE PUEDAN DESPOJARSE DE ESTA RESPONSABILIDAD.
¿Como aprenderán nuestros hijos a vivir una vida piadosa, a deleitarse en la palabra de Dios, a comprender la importancia de congregarse en la iglesia, a saber escuchar atentamente la palabra de Dios, a adorar a Dios entonando himnos con regocijo en su corazón, a servir a Dios fielmente, a encontrar su plena satisfacción en Dios y no en los deleites pasajeros del mundo?
¿Como lo van a aprender?
Si aquellos a los cuales se les ha delegado la responsabilidad de instruirlos en todos estos principios tan fundamentales, somos incapaces de vivirlo en nuestras propias vidas.
El problema es que Exigimos de nuestros hijos cosas que nosotros mismos no cumplimos. Debemos Urgentemente darnos cuenta de que el ejemplo como padres es la mayor influencia y tiene el mayor impacto en el carácter de nuestros hijos.
NO SEAS UN CÓMPLICE DE SU PERDICIÓN SINO AL CONTRARIO SE UN CÓMPLICE DE SU SALVACIÓN.
Es hora de Recuperar la Seriedad de lo que representa ser Padre y Madre;
Incluso; en cuanto a la maternidad, existe un pasaje muy fuerte al respecto a este tema, se encuentra en:
1 Timoteo 2:8–15 (RVR60)
8 Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.
9 Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos,
10 sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.
11 La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción.
12 Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio.
13 Porque Adán fue formado primero, después Eva;
14 y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión.
15 Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia.
Las madres cristianas tienen la responsabilidad fundamental de educar hijos piadosos, ese es su ministerio; SU GRAN LLAMADO, solo así podrán redimir su FEMINIDAD; contrario a las acciones de Eva, cuya influencia terminó en la caída del hombre en pecado; Las madres cristianas Revierten este daño al asumir su Responsabilidad de criar hijos piadosos,
Pero como lo podemos ver claramente revelado en este pasaje, tal encomienda no puede llevarse cabo, si la mujer no es capaz de permanecer
“EN FE, AMOR Y SANTIFICACION”
Padres piadosos, generalmente resultarán en Hijos piadosos;
no podemos subestimar este principio revelado en la Escriutra; por el otro lado;
Padres tibios, generalmente resultaran en hijos tibios;
Padres no descuidemos ni menospreciemos la responsabilidad que se nos ha delegado por Dios mismo.
Recuperemos la devoción familiar; Fomentemos hogares verdaderamente cristianos; familias que oran, que leen la escritura; que se esfuerzan con sinceridad por agradar a Dios.
Padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
Nadie que comprenda la depravación humana, la misión de la iglesia y la comisión de Cristo cuestiona la grande y apremiante necesidad de instruir a los niños en el camino de Cristo:
“Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones” (Marcos 16:15a).
“Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque de los que son como éstos es el reino de Dios” (Lucas 18:16).
“No lo ocultaremos a sus hijos, sino que contaremos a la generación venidera las alabanzas del Señor, su poder y las maravillas que hizo. Porque él estableció un testimonio en Jacob, y puso una ley en Israel, la cual ordenó a nuestros padres que enseñaran a sus hijos, para que la generación venidera lo supiera, aun los hijos que habían de nacer, y éstos se levantaran y lo contaran a sus hijos, para que ellos pusieran su confianza en Dios” (Salmos 78:4-7a).
La importancia de enseñar a los niños es clara. Pero inmediatamente surgen dos preguntas:
¿Cómo debemos hacerlo para ser eficaces?
¿Cómo debe ser el proceso de evangelización en los hogares cristianos, en la iglesia, las escuelas, y en la comunidad?
Lo que nunca debemos olvidar
Antes de adentrarnos a consejos más específicos, debemos establecer algunas verdades básicas que jamás debemos olvidar.
Las iglesias pueden y deben instruir a los niños que asisten semana tras semana. Al mismo tiempo, es importante dejar claro que la instrucción en casa es fundamental. Es ahí donde los pequeños pasan más tiempo y aprenden no solo con palabras, sino también observando a sus padres. Ambas cosas son imprescindibles.
Todo el contenido de la Biblia es importante. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento son Palabra de Dios y en ambos podemos encontrar el evangelio de Jesucristo. Es esencial siempre tener en mente que toda la Escritura se trata de Dios. Está bien enseñar las historias bíblicas de manera creativa, pero no cometamos el error de enfocarnos tanto en los personajes humanos que Dios termine pasando a segundo plano. Queremos sembrar en nuestros hijos el conocimiento y temor de Dios.
Tampoco olvidemos darles a nuestros niños la oportunidad de ir a los pies de Cristo en arrepentimiento y fe. Nuestro objetivo principal en la evangelización es que los niños se encuentren con Cristo y que tengan la oportunidad de volverse a él. Oremos y confiemos en Dios, quien hace la obra.
¿Cómo evangelizar a los niños de pecho?
Los niños entre cero a tres años de edad son como una esponja; tienen una mente óptima para aprender. Esta es una edad crucial para instruir a nuestros niños, así que no perdamos el tiempo y sembremos en ellos la semilla del conocimiento de Dios.
Los niños de pecho aprenden por los sentidos, principalmente la vista. Podemos mostrarles las historias más puntuales del plan redentor de manera gráfica y con frases cortas. La repetición es clave. A nuestros hijos les enseñamos la mayoría de los versículos que se saben repitiéndoselos muchas veces y pidiéndoles que los articularan una y otra vez a la medida que crecían y aprendían a pronunciar.
El objetivo en esta edad es enseñarles que Dios es el Creador de todo, que debemos cuidar de lo creado y orar en agradecimiento a Dios. Hay que llevarlos a la iglesia, leerles (puede ser útil usar biblias ilustradas), orar por ellos y con ellos para que vean cómo se hace en privado y en público, y cantar con ellos. Escojamos un repertorio de recursos sencillo y enfocado en que comprendan la doctrina de Dios, la creación, la caída y la redención.
¿Cómo evangelizar a los niños que comienzan a leer y a escribir?
Con los niños más grandecitos (de 4 a 7 años) no podemos desaprovechar la oportunidad de responder sus preguntas acerca de Dios. Ellos ya han pasado la etapa de mera observación, y ahora son más lógicos en sus razonamientos. En esta edad es un poco más sencillo enseñar extendidamente con palabras, ya que su tiempo de atención es más prolongado. Podemos ir a través de las historias bíblicas y mostrarles la gran obra de Dios para mantener su relación con el hombre caído y su plan salvador que Cristo consumó.
En esta etapa, las doctrinas bíblicas pueden y deben ser tratadas con ellos: la Trinidad, la autoridad de las Escrituras, la vida y obra de Cristo, y la relación de Dios con su creación; claro, todo con terminología a un nivel apropiado. Para esto se pueden utilizar traducciones en lenguaje sencillo, dosificando las historias para contarlas en períodos breves (por ejemplo, de 10 a 15 minutos).
Como en la etapa anterior, debemos seguir orando por y con ellos, y llevándolos a la iglesia con nosotros.
Niños de ocho años en adelante
Un niño de ocho años ya resuelve problemas matemáticos con cierto nivel de complejidad y suele manejar muy bien el lenguaje. Obviamente hay diferencias de aprendizaje entre un niño de 8 años y uno de 18. El punto es que de aquí en adelante, los niños son capaces de lidiar con temas más complejos, son más independientes, y toman más iniciativa en aprender sobre lo que les interesa.
En términos de contenido, este nivel no es tan diferente a los niveles anteriores. Con estos niños navegaremos a través de la Biblia, mostrando las historias ordenadas que nos muestran desde la creación, la caída, los actores reveladores y redentores de Dios hasta llegar a Cristo en el Nuevo Testamento. En este nivel podemos extender el tiempo de exposición y utilizar un nivel terminológico más alto.
También, como en la etapa interior, no debemos olvidar el rol de la oración y de la iglesia local.
En resumen, las verdades bíblicas que debemos enseñarles son las mismas; la diferencia es que tienen que ser adaptadas según la edad y el nivel de los niños. Esa es la parte que nosotros jugamos, junto con extenderles la invitación al arrepentimiento y la fe en Cristo. El fruto de nuestra evangelización está en las manos de Dios. Nosotros evangelizamos a nuestros hijos confiando en la gracia y el poder de Dios.