Serie: Los requisitos del oficio pastoral - 1 Ti. 3:1–7 (4)
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Tema: No un neófito (v. 6)
Tema: No un neófito (v. 6)
Iniciaremos analizando el verso en su estructura y definiendo algunos términos que nos ayuden a esclarecer la intención del autor.
1 Tm. 3:6
6no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo.
Aquí encontramos una caracteristica restrictiva.
Para conocer con precisión a quien se refiere el texto como “neófito” o neófutos en griego, esta palabra es compuesta.
Proveniente de néos que se aplica a personas como “nuevo” y a cosas como “fresco”.
Figurativamente se llega a utilizar con el término “regenerar”.
Así mismo, proviene de fúo que se traduce como germinar o crecer, aplicándose como brotar o nacer.
Como resultado, podríamos traducir la palabra como plantado recientemente, convertido joven o nuevo/recién nacido.
Es aquí donde debemos contextualizar el asunto y la importancia de imponer las manos, dicho de otra forma, nombrar al liderazgo a ciertos varones.
1 Timoteo 5:22 (RVR60)
22 No impongas con ligereza las manos a ninguno, ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro.
Debemos entenderlo a la luz de la Palabra de Dios, yéndonos al AT encontramos lo siguiente en:
Números 27:18–23 (RVR60)
18 Y Jehová dijo a Moisés: Toma a Josué hijo de Nun, varón en el cual hay espíritu, y pondrás tu mano sobre él;
19 y lo pondrás delante del sacerdote Eleazar, y delante de toda la congregación; y le darás el cargo en presencia de ellos.
20 Y pondrás de tu dignidad sobre él, para que toda la congregación de los hijos de Israel le obedezca.
21 El se pondrá delante del sacerdote Eleazar, y le consultará por el juicio del Urim delante de Jehová; por el dicho de él saldrán, y por el dicho de él entrarán, él y todos los hijos de Israel con él, y toda la congregación.
22 Y Moisés hizo como Jehová le había mandado, pues tomó a Josué y lo puso delante del sacerdote Eleazar, y de toda la congregación;
23 y puso sobre él sus manos, y le dio el cargo, como Jehová había mandado por mano de Moisés.
Hechos de los Apóstoles 8:17 (RVR60)
17 Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo.
Referente a la cita ya mencionada (1 Tm. 5:22), cuando habla de no imponer manos a la ligera, el Ps. John MacArthur menciona lo siguiente, y cito:
Biblia de estudio MacArthur (Chapter 5)
“Con ligereza” se refiere a proceder con esta ceremonia sin haber hecho una investigación juiciosa ni pasar por un período de preparación para asegurarse de las calificaciones del candidato (como en 1 Tm. 3:1–7).
Fin de la cita.
Regresando a nuestro texto de estudio, debemos señalar que este es un mandato y no una opción o consejo.
No existe posibilidad, a la luz de la Palabra, que un recien convertido pueda o deba ocupar una función de liderazgo en la iglesia.
1 Tm. 3:6
6no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo.
Ahora, permitame poner un ejemplo referente a un niño y un hombre:
Imagina una situación en la que un niño y un hombre enfrentan un problema en el trabajo o en la escuela:
El niño, al encontrarse con un problema en su tarea escolar o en un proyecto, se siente abrumado y frustrado de inmediato.
En lugar de buscar ayuda o intentar resolver el problema de manera racional, el niño puede llorar, enojarse o incluso ignorar el problema por completo, esperando que desaparezca por sí solo.
No tiene la madurez para enfrentar el problema de manera objetiva.
Por otro lado, el hombre adulto se encuentra con un problema similar en su trabajo.
Aunque también siente frustración inicial, él tiene la madurez para abordar el problema de manera objetiva y reflexiva.
Analiza la situación, busca soluciones posibles y, si es necesario, busca orientación o consejo de colegas.
En lugar de dejarse llevar por las emociones negativas, el hombre busca activamente resolver el problema de manera eficiente.
No es algo muy lejano de lo que sucede en la iglesia, es algo habitual que el nuevo creyente, identificado en el texto como neófito, es una persona que apenas inicia a ejeritarse en la piedad bíblica, por lo que no se espera que sea una persona madura espiritualmente.
No ha sido ejercitada ni aprobada como se espera de quien ocupa el oficio del anciano.
Efesios 4:11–14 (RVR60)
11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,
12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,
Me gustaría incertar una cita a Spugeon en uno de sus escritos llamado “Discursos a mis estudientes, Platica 1”, donde dice, y cito:
Todos nosotros hemos oído referir la historia del hombre que predicaba tan bien, y vivía tan mal, que cuando estaba en el púlpito no había quien no dijera que nunca debía salir de él, y cuando lo dejaba, todos a una declaraban que no debía volverlo a ocupar jamás.
Fin de la cita.
Podemos saber cuando un niño se convierte en hombre por su teología práctica, pues un hombre es definido por la vida teológica que sostiene día a día y no tanto por sus palabras elocuentes.
Vemos que el mandato es claro y tiene mucho peso en las Escrituras el motivo por el cual es establecida esta restricción, aunque no tenemos tiempo de ver más ejemplos e impactos que ha tenido el mal gobierno de la iglesia y nación de Israel cuando un neófito toma el liderazgo.
1 Tm. 3:6
6no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo.
Ahora continuemos con la advertencia inmediata a la restricción.
Envanecerse se refiere a “inflar con arrogancia”.
Vemos entonces, que un neófito corre un gran riesgo de inflarse con arrogancia en el ministerio.
A pesar que poder imaginar todo lo que esta actitud y comportamiento podría traer a la salud de la iglesia, además de las malas prácticas en las que caería, el texto nos proporciona una advertencia contundente de la persona (neófita), y no tanto de la iglesia, aunque si existen consecuencias congregacionales.
Además que las advertencias congregacionales se encuentran en el verso anterior e implícitas en la lista que hemos analizado en 1 Tm. 3.
La consecuencia a la que nos referimos en el contexto es el caer en la condenación del diablo.
Aquí es donde entramos a una frase un tanto discutida o mal interpretada, pues la razón nos indica que caeremos “en manos” del diablo, dicho de alguna forma.
Otros podrían pensar en que caeremos en las acusaciones del diablo, o quizá, que serán atacados por el diablo.
Ahora, me gustaría que me acompañe a analizar el texto no solo en el contexto inmediato, sino a la luz de toda la Escritura.
Primero hagamos lo sencillo que es observar el texto sin adjudicar interpretación:
envaneciéndose caiga en la condenación del diablo.
Vemos que el caer es “en la condenación”.
El caer en dicha condenación es por envanecerse o inflarse con arrogancia, como ya lo vimos.
Por tanto, ese es el motivo que lleva a caer.
Con lo ya dicho concluimos que, el diablo no es quien hace caer ni quien condena, más bien, nuestro propio corazón nos hace caer en dicha condenación.
Cuando leemos “la condenación del diablo” podríamos entenderlo como “la condenación en que el diablo cayó”.
Ahora, estudiemos esto un poco.
Isaías 14:12–14 (RVR60)
12 ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones.
13 Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte;
14 sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.
[Va dirigido al rey de Babilonia]
Lucas 10:18 (RVR60)
18 Y les dijo [Jesús]: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.
Ezequiel 28:11–19 (RVR60)
11 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
12 Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura.
13 En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación.
14 Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas.
15 Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad.
16 A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector.
17 Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti.
18 Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran.
19 Todos los que te conocieron de entre los pueblos se maravillarán sobre ti; espanto serás, y para siempre dejarás de ser.
Proverbios 16:18 (RVR60)
18 Antes del quebrantamiento es la soberbia, Y antes de la caída la altivez de espíritu.
Esta es la caída que puede llegar a tener un nuevo creyente, no tiene que ver con que Satanás haga caer a tales personas, sino que es un simil de como un neófito puede llegar a caer como el diablo.
Esto más que algo preocupante con respecto a Satanás, debe tomarse como una fuerte advertencia.
No se debe imponer las manos a la ligera, porque llevaremos a los nuevos creyentes al riesgo inminente de inflarse en orgullo o caer en algún pecado de los ya mencionados.
Veamos algunas consideraciones respecto al orgullo y la humildad delante de Dios.
Dios aborrece a los altivos.
Proverbios 6:16–17 “16 Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma: 17 Los ojos altivos, la lengua mentirosa, Las manos derramadoras de sangre inocente,”
Dios aborrece al altivo de corazón.
Proverbios 16:5 “5 Abominación es a Jehová todo altivo de corazón; Ciertamente no quedará impune.”
Proverbios 8:13 “13 El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, el mal camino, Y la boca perversa, aborrezco.”
El orgulloso no busca a Dios.
Salmo 10:4 “4 El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios; No hay Dios en ninguno de sus pensamientos.”
Cristo es ejemplo de humildad.
Filipenses 2:6–11 (RVR60)
6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Dios exalta a los humildes.
Santiago 4:10 “10 Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.”
2 Pedro 3:17–18 (RVR60)
17 Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza.
18 Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
Conclusión:
¿Soy orgulloso?
¿En qué áreas puedo identificar facilmente mi orgullo?
¿Cómo reacciono cuando soy orgulloso?
¿De qué forma afecta mi orgullo a mi fe?
¿Qué piensan las personas cercanas de mi?
¿Qué estoy haciendo para despojarme del orgullo?
¿Es suficiente lo que hago actualmente?
¿Qué más debo hacer?
¿Cómo ve Dios al orgulloso y altivo de corazón?
Salmo 119:10–16 (RVR60)
10 Con todo mi corazón te he buscado; No me dejes desviarme de tus mandamientos.
11 En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.
12 Bendito tú, oh Jehová; Enséñame tus estatutos.
13 Con mis labios he contado Todos los juicios de tu boca.
14 Me he gozado en el camino de tus testimonios Más que de toda riqueza.
15 En tus mandamientos meditaré; Consideraré tus caminos.
16 Me regocijaré en tus estatutos; No me olvidaré de tus palabras.