Buen Siervo y Fiel en el mundo
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Introducción:
Introducción:
Dos cosas que el Señor nos encarga como sus administradores son:
Nuestro corazón.
El evangelio.
Estas dos cosas se relacionan con la actitud con la cual debemos ver el mundo. A veces cometemos el error de darle un lugar incorrecto al mundo en nuestras vidas. Buscamos en el mundo el amor, la satisfacción, el sentido que solo debemos recibir de Dios. Y juntamente con eso llegamos a valorar el mundo y la vida que nos ofrece olvidándonos que está en tinieblas y que nada bueno se puede esperar de aquello que no ama a Dios.
¿Cómo debe ser el siervo de Dios con relación al mundo?
Dos cosas debemos aprender hoy:
No debemos poner nuestro corazón en el mundo.
Debemos ver el mundo como un campo misionero.
I. No debemos poner nuestro corazón en el mundo.
I. No debemos poner nuestro corazón en el mundo.
Definición de mundanalidad:
Definición de mundanalidad:
“La mundanalidad ocurre cuando absorbo y abrazo una forma de pensar y de vivir que no se somete a Dios, sino que más bien es contraria a Dios” Joel Beeke.
¿Que nos dice la Escritura con respecto a esto?
1 Juan 2:15–17 “15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 17 Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.”
1. ¿Qué es lo que Dios nos dice acerca del mundo?
1. ¿Qué es lo que Dios nos dice acerca del mundo?
Que no le amemos.
2. ¿Cual es el problema con amar al mundo?
2. ¿Cual es el problema con amar al mundo?
Amar al mundo es una señal de no ser hijo de Dios.
3. ¿Qué quiere decir Dios con el mundo?
3. ¿Qué quiere decir Dios con el mundo?
A los deseos de la carne.
A los deseos de los ojos.
A la vanagloria de la vida.
4. ¿Porqué no debemos amar estas cosas?
4. ¿Porqué no debemos amar estas cosas?
Porque esas cosas provienen del mundo y no de Dios.
Porque el mundo no permanecerá, mas los que hacen la voluntad de Dios permanecerán para siempre.
II. Debemos ver el mundo como nuestro campo misionero.
II. Debemos ver el mundo como nuestro campo misionero.
Conclusión:
Conclusión: