Morir Antes que fallarle a Dios
Weekdays Homily • Sermon • Submitted • Presented
0 ratings
· 8 viewsNotes
Transcript
Hay refranes que circulan en nuestros pueblos, llenos de sabiduría, otros llenos de mundanidad y otros tantos llenos del pensamiento del Diablo. Por ejemplo, no sabemos que hay en la otra vida o como creer en Dios si no lo vemos.
Pues ante el tribunal de Dios ninguno de nosotros tendrá excusas, Señor como creer en ti, si no te habíamos visto, si nunca te conocimos.
La respuesta esta hoy en el Evangelio Jesús es la Imagen del Padre, quien ha visto a Jesús ha visto al Padre…
¿Pero ustedes podrán responder? Bueno pero nosotros no hemos visto a Cristo ni ha sus obras…
¿Qué vemos nosotros que no veían ellos? La Iglesia presente en todos los pueblos. ¿Qué no vemos nosotros que veían ellos?
A Cristo en la carne. Del mismo modo que ellos le veían a él y creían lo referente al cuerpo, así nosotros que vemos el cuerpo creamos lo referente a la Cabeza.
Es decir, debemos creer porque hemos visto a Cristo, que es su cuerpo la Iglesia presente en todo mundo, y más grande aun hemos visto sus obras, sus milagros…
-Siempre perseguida y nunca vencida…
De modo que no tenemos excusas, quien ha visto a los milagros de la Iglesia ha visto el cuerpo de Cristo, quien ha visto el cuerpo ha visto a Cristo, quien ha visto a Cristo ha visto a Dios.
Esto lo han testificado los mártires, en todas las épocas, siguen firmando con su sangre que la Iglesia es Dios presente en la tierra…
Aquí está la relicta de un Mártir que hace 97 años dio fe de Cristo, San Jose Isabel flores, originario de Zacatecas, y muerto en Jalisco.
Cuando se desato la persecución prefirió quedarse con los pobres a pesar del martirio.
Por 26 años derramó la caridad de su ministerio en esa capellanía, siendo para todos un padre bondadoso y abnegado que los edificó con su pobreza, su espíritu de sacrificio, su piedad y su sabiduría. Un antiguo compañero, a quien el Padre Flores había protegido, lo denunció ante el cacique de Zapotlanejo y fue apresado el 18 de junio de 1927, cuando se encaminaba a una ranchería para celebrar la Eucaristía. Fue encerrado en un lugar degradante, atado y maltratado; el cacique le hizo escuchar música al mismo tiempo que le ofrecía: «Oye, qué bonita música, si afirmas acatando las leyes, te dejo en libertad». Sin alterarse, el mártir le expresó: «Yo voy a oír una música mejor en el cielo».
El 21 de junio de 1927 fue conducido, en la noche, al camposanto de Zapotlanejo.
Intentaron ahorcarlo pero no pudieron. Ordenó el jefe que le dispararan, pero el soldado, que reconoció al sacerdote que lo había bautizado, se negó a hacerlo, entonces enfurecido el verdugo asesinó al soldado. Misteriosamente las armas no hicieron fuego contra el Padre Flores por lo que uno de aquellos asesinos sacó un gran cuchillo y degolló al valeroso mártir.
Su lema fue, antes morir que fallarle a Dios, no teneos pretexto hemos visto las obras de la Iglesia, regada por la Sangre de sus Mártires.
Ellos con su sangre nos han mostrado a Dios, nosotros como miembros de la Iglesia debemos de reflejar todos los días en nuestras acciones que somos Cristianos, de modo que quien nos vea Diga hemos visto a Cristo.