Una oracion apostolica
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I. Acción de gracias.
II. Peticiones
I. Acción de gracias.
Idea exegética principal
En esta oración de gracias e intercesión, Pablo expresa gratitud a Dios tras escuchar la vitalidad espiritual de los lectores. Esto le conduce a orar intensamente para que el Espíritu les revele su esperanza y el gran valor que tienen para Dios, y en especial para que sean aún más conscientes del extraordinario e insuperable poder que Dios ha manifestado en su favor. Comentario exegético-práctico.
En estos versículos encontramos dos elementos de una oración apostólica que sirven como modelo en nuestras oraciones diarias
Como con toda la Escritura, esta oración esta escrita para que nosotros aprendamos a orar correctamente. Así que el contenido de esta oración debe ser un modelo para nosotros cuando oramos por nuestros hermanos.
¿Que elementos contiene esta oración apostólica?
¿Cuales son los elementos que deben estar presentes en nuestras oraciones?
I. Acción de gracias/ Debemos dar gracias a Dios por la obra que ha hecho en nuestros hermanos. (Efesios 1: 15-16).
A. V. 15ª. La gratitud que se despierta en el corazón de Pablo es debido a las bendiciones enumeradas y descritas en los vv. 3–14 y además por las noticias que le han llegado, según lo menciona ahora.
1. El motivo de su agradecimiento es haberse enterado que estos hermanos están firmes en el Señor porque se manifiestan en ellos las dos virtudes esenciales de la vida cristiana: fe y amor. Eterno.
B. Habiendo oído de su fe
1. En el Señor Jesucristo.
a. El apóstol se regocija al saber que esta iglesia permanece en la fe. Muchos de ellos son judíos; otros provienen de un ambiente pagano. Pero en todos ellos se ha producido el milagro: ahora creen que Jesús es el Señor, el Mesías, el Salvador del mundo. La fe en el Señor Jesús es el principio y el fundamento de la nueva vida. Eterno.
2. No era una fe ciega sino una fe en una persona viviente.
C. De su amor para los cristianos (Santos).
1. La fe, si es auténtica, va acompañada de amor puesto que el Imán que atrae a los pecadores hacia sí hace que ellos se atraigan también entre sí. Stott.
2. El amar a los hermanos es el principal mandamiento de Cristo a sus discípulos (Juan 13:34–35). Si realmente Cristo es nuestro Señor, éste es el primer mandato que debemos obedecer. El amar a todos los santos es la evidencia de que hemos pasado de muerte a vida (1 Juan 3:14–18). Eterno.
3. El amor es principalmente una acción. Si decimos que amamos a nuestro hermano, pero no le ayudamos en sus necesidades ni perdonamos sus faltas entonces no es amor. Si usted es una persona que tiene bienes materiales y no ayuda a su hermano, usted no lo ama. De igual manera, si usted no perdona a sus hermanos tampoco los ama como debe amarlos. Nain.
D. Pablo ha incluido aquí toda la regla de vivir bien y santamente, a saber, que, en primer lugar, debemos estar totalmente entregados a nuestro Dios para adherirnos plenamente a él. Y después, en segundo lugar, comportarnos con nuestros prójimos en equidad y rectitud, absteniéndonos de toda malicia e intentando según nuestra medida y facultad hacer bien a todos. Calvino.
E. No ceso de dar gracias por ustedes (v16). Debemos orar y agradecer siempre.
1. ¡Al que honra, honra! A Dios se debía gratitud por aquellos maravillosos cambios que por su gracia se habían operado en Efesios y las regiones circundantes.
a. Se observa que Pablo fue hombre que creyó de todo corazón en la necesidad de dar gracias y esto fue un elemento esencial en toda oración que brotaba de su corazón.
Aplicación:
I. En estas dos cosas que hace Pablo demuestra claramente que la salvación es una obra solamente de Dios y no del hombre, aun la misma fe con que respondemos a Dios es un regalo de Dios y que si tenemos amor por los hermanos se debe a la obra que Dios ha hecho en nosotros. Esto demuestra lo inútiles que somos para creer y para amar a nuestro hermano. Somos completamente incapaces. La fe y el amor no proceden de nosotros. Nain.
A. Esto muestra que la fe y el amor son verdaderos dones de Dios y no como los hombres siempre se lo imaginan por un orgullo diabólico, que esto procede de nosotros. Calvino.
II. Cada vez que alguien cree el evangelio debemos maravillarnos y agradecer a Dios por hacer un milagro tan grande en el corazón de un pecador. Nosotros somos mas malos de lo que pensamos. Si estuviéramos consciente de que la salvación es un milagro seriamos mas agradecidos. Pero somos tan ignorantes y ciegos que pensamos que las personas pueden hacerse cristiano cuando ellos quieran. Es su decisión decimos y si se hacen cristianos los alabamos a ellos. Que maldad tan grande la que hacemos. Le quitamos a Dios la honra y la gloria y se la damos a un inmundo pecador. Nain.
III. Pocas cosas hay en este mundo que le den más alegría a un pastor que saber que sus oyentes tienen fe y amor por los santos. Pero pocas cosas hay que desanimen más a un pastor que saber que sus oyentes no tienen fe ni amor. Nain.
IV. Pablo no es hipócrita al dar gracias a Dios por la fe y el amor de los efesios. Si cada uno se pudiera dar la fe, y que la tuviera de su propia capacidad, y que la adquiriera por alguna virtud, no sería necesario que la alabanza fuera dada a Dios, porque no sería más que una mentira si atribuyéramos a Dios lo que tenemos por otra parte que no fuera de él. Calvino.
V. Dios merece ser glorificado cuando hay alguna Iglesia en este mundo. Cuando escuchamos que otras iglesias prosperan debemos dar gloria a Dios, porque es una obra de Dios. Calvino.
1:17.
II. Peticiones/ Debemos pedir que nuestros hermanos conozcan mejor las bendiciones que Dios nos ha dado (Efesios 1:17
La palabra de Dios enseña que nosotros tampoco podemos entender a no ser que el Espíritu Santo haga un milagro e{[[n nosotros. El salmista oraba: abre mis ojos y mirare las maravillas de tu ley y cada vez que hablamos de hacer nuestro devocional diario, comenzamos diciendo: Señor ten piedad de mí y ayúdame a entender tu palabra.
Aquí el apóstol hace tres peticiones
A. Hace una oración pidiendo que podamos tener un conocimiento profundo de Dios (Efesios 1:17)
a. Espíritu, este es el Espíritu Santo, solo el Espíritu Santo puede dar revelación y sabiduría divina. NVI y otras versiones traducen Espíritu.
i. Sabiduría
a. en Is. 11:2 se le menciona como el primero entre varios dones impartidos por el Espíritu de Jehová. (Jn. 14:26; 16:13). Hendriksen
b. sabiduría (característica) sust. — la característica de utilizar conocimiento y experiencia con sentido común y discernimiento. Diccionario de sentidos bíblicos.-
b. Revelación.
i. La raíz de la palabra revelar es velo. Revelación es la acción de quitar el velo; entonces lo que estaba encubierto por el velo se ve claramente. La revelación de la palabra de Dios tiene dos aspectos: el objetivo y el subjetivo.
El aspecto objetivo sería al enunciado, la proclamación de la revelación. En este sentido podemos decir que es la palabra de Dios escrita. El misterio de Cristo y de su iglesia ya fue revelado una vez y para siempre a los apóstoles y profetas del primer siglo.
Esa revelación está registrada en el Nuevo Testamento y constituye el fundamento inmutable de la verdad objetiva de Dios para todos los siglos.
Es nuestra responsabilidad leerla, oírla, creerla, obedecerla, estudiarla, meditarla y proclamarla con unción y fidelidad.
El lado subjetivo es nuestra comprensión de esa revelación.
Esta revelación subjetiva ocurre en nosotros cuando recibimos la palabra de Dios como niños, cuando la recibimos con fe y mansedumbre, sin mezclarla con nuestros razonamientos humanos, sin pasarla por el tamiz de nuestra lógica, sin condicionarla a la realidad circundante. Ocurre cuando le creemos a Dios. Esa revelación no se produce por un esfuerzo intelectual sino por la operación del Espíritu Santo en nuestro interior.
c. En el pleno cocimiento de Él.
Este acto de conocer (epignōsei) no se refiere al conocimiento teórico de Dios, o a los hechos objetivos acerca de él, sino a conocerle personal e íntimamente(cf. “conocimiento”, epignōseōs, en 4:13).
Incluye tener conciencia íntima del carácter y voluntad de Dios. La filosofía dice: “conócete a ti mismo”, mientras que la cristiandad dice: “conoce a Dios por medio de Jesucristo”. CCB.
Aplicaciones del segundo punto.
I. El apóstol Pablo pide a Dios que los efesios puedan comprender lo que ya esta revelado en la palabra de Dios. No pide nuevas revelaciones porque lo que esta revelado es mas maravilloso que cualquier otra revelación. Nada se compara con la revelación que Dios ha dado en su palabra. Jesús nos trajo la última revelación de Dios al hombre. Esta revelación no es automática, debemos seguir estudiando la palabra y clamando a Dios que revela esa palabra a nuestro corazón. Hay mucha gente que quiere nuevas revelaciones, pero nunca ha leído ni siquiera el nuevo testamento.
Aplicación de los dos puntos anteriores:
I. Para llevar hoy una vida cristiana saludable es de suma importancia seguir el ejemplo de Pablo y mantener juntas la alabanza y la oración cristianas. Stott
a. Muchas personas no alcanzan a mantener este equilibrio. Algunos cristianos parecen no hacer otra cosa que orar por nuevas bendiciones espirituales, olvidando aparentemente el hecho de que Dios ya los ha bendecido en Cristo con toda bendición espiritual.
b. Otros ponen tal énfasis en la verdad de que todo les pertenece en Cristo, que llegan a hacerse complacientes y parecen no tener deseos de saber o experimentar más profundamente sus privilegios cristianos.
i. Crecí en una iglesia donde se creía que no debíamos orar por tener mas del Espíritu Santo, no se debía orar por más revelación de la palabra, ellos se reían de eso. Y esa iglesia era una iglesia fría y muerta.
c. Lo que Pablo hace en Efesios 1 y que nos alienta a imitar, seguir alabando a Dios porque en Cristo todas las bendiciones espirituales son nuestras y seguir orando para que podamos conocer la plenitud de lo que nos ha dado. Si mantenemos juntas la alabanza y la oración, la bendición y la petición, es poco probable que lleguemos a perder nuestro equilibrio espiritual.
Aplicación final:
“¿pero cómo puede ser posible que Pablo haya orado para que el Espíritu de sabiduría y revelación “sea dado” a los que ya poseían tal Espíritu y que en realidad, según el v. 13, habían sido sellados por él?”
Lo que Pablo enseña aquí es que lo que ya está presente, debe ser fortalecido. El Espíritu Santo está en ellos, indudablemente; sin embargo, el apóstol ora para que los efesios “sean fortalecidos con poder por medio de su Espíritu en el hombre interior” La obra que había comenzado en los corazones debía continuar hasta su perfección (El amor y los demás frutos debían “abundar más y más” (Colosenses. 1:9-11).
B. Hace una oración para podamos tener un conocimiento profundo de la obra que esta haciendo en nosotros. 1:18 23.
B. Hace una oración para que podamos tener un conocimiento profundo de (tres) las bendiciones que Dios nos ha dado.
Proposición: El apóstol junta ahora tres grandes verdades que quiere que sus lectores (por medio de la iluminación del Espíritu Santo) conozcan en su mente y por experiencia.
1. La esperanza a la que hemos sido llamados (Efesios 1:18).La esperanza a la que hemos sido llamados por Dios. Así Hendriksen. La esperanza es algo seguro, no como en español (Efesios 1:18).
a. Fuimos llamados.
i. Dios nos ha llamado eficazmente.
a. La invitación urgente del evangelio (que es el llamado externo) fue aplicada a sus corazones por el Espíritu Santo, produciendo el llamado interno (Ro. 11:29; 1 Co. 1:26; 7:20; Ef. 4:1, 4 (además del presente 1:18); Fil. 3:14; 2 Ti. 1:9; Heb. 3:1; 1 P. 2:9; 2 P. 1:10).
b. La pregunta es ahora ¿para qué nos llamó Dios? Su llamado no fue algo imprevisto o carente de propósito. Tenía un objetivo cuando nos llamó. Nos llamó a algo y para algo. Y esto es lo que quiere decir ‘la esperanza de su llamado’ (literalmente el v. 18) también se habla de ella en Efesios 4:4. Es la expectativa que disfrutamos como resultado del hecho de que Dios nos ha llamado. Stott.
i. El resto del Nuevo Testamento nos dice qué es esto. Es una expectativa variada y rica.
a. Nos ha llamado: a tener comunión con … Jesucristo’ (1 Co. 1.9).
b. Nos ha llamado ‘a ser santos’ o ‘a una vida santa’, ya que aquel que nos ha llamado es santo en sí mismo y nos dice ‘sean santos, porque yo soy santo’ (1 Co. 1.2; 1 Ts 4:7).
c. Hemos sido ‘llamados a ser libres’ (Gálatas 5.13)
i. Una de las características del pueblo ‘santo’ o pueblo especial de Dios, es quedar libres del juicio de la ley de Dios.
ii. Nunca seremos esclavos del pecado, cada día estamos siendo libres. Nain.
d. Hemos sido llamados a vivir de una manera digna de nuestro llamado.(Ef. 4.1-2).
e. Fuimos llamados a tener paz (Co. 3:15).
f. Fuimos llamados a sufrir. (1 P. 2.21). En el mundo tendremos aflicciones y oposición.
g. Por otro lado, sabemos que más allá de este sufrimiento está la gloria. (1 P. 5.10).
3. Más sencillamente, fue un llamado a una vida nueva en la que conocemos, amamos, obedecemos y servimos a Cristo, disfrutamos de comunión con él y con los demás, y miramos más allá de nuestros sufrimientos presentes hacia la gloria que será revelada algún día. Esta es la esperanza [a la que] él los ha llamado. Pablo ora para que nuestros ojos puedan abrirse para conocerla. Stott.
Aplicación:
La esperanza que tenemos es una esperanza gloriosa. No tiene que ver con cosas materiales. Nain.
Hay muchos cristianos que viven buscando riquezas, fama y gloria en esta tierra, tienen su esperanza en las cosas terrenales. Qué triste. Nain.
La vida cristina tiene que ver con cosas eternas. Las cosas terrenales, aunque parezcan tan buenas, tan importantes, tan lindas, tan deliciosas y apetecibles, son solamente cosas pasajeras, una ilusión, una trampa del Diablo que nos llevara al infierno o nos quitara el tiempo y la comunión con el Señor. Nain.
2. La gloria de nuestra herencia. (La gloria de la herencia de Dios Stott). (Efesios 1:18).
a. La segunda petición del apóstol a Dios es que podamos saber cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos (v. 18b).
El pasaje paralelo de Colosenses 1:12, ‘la herencia de Dios’ se refiere aquí a lo que él nos dará, Stott. “Su” herencia significa aquella dada por él, tal como “su” llamado es el que él pronunció e hizo a la vez efectivo. Hendriksen.
1. En este caso, si el ‘llamado’ de Dios se remonta a los comienzos de nuestra vida cristiana, la ‘herencia’ de Dios apunta a su final, a esa herencia final de la cual el Espíritu Santo es la garantía (Efesios 1.14) y que Pedro describe como (1 P. 1.4
para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,
2. Porque los hijos de Dios son sus herederos, en realidad ‘coherederos con Cristo’, (Romanos 8. 17). y un día, por su gracia, la herencia será nuestra. Cómo será exactamente excede nuestra imaginación.
a. El mundo
i. Primero, la herencia es el mundo. Romanos 4:13; 1 Corintios 3:21–23.
ii. ¿Y cuál es nuestra herencia? El mundo, la Tierra y todo lo que en ella hay, las naciones y todo lo demás.
iii. Pero, en la práctica, ¿qué quiere decir todo esto? Al menos quiere decir que todo lo que existe estará a disposición de nuestra felicidad. Nada tendrá el privilegio final de vencer nuestro gozo.
iv. “Todo es vuestro”, quiere decir que, en el fin, incluso lo negativo (Pablo menciona la vida y la muerte en 1 Corintios 3:22) estará a nuestra disposición.
b. Dios Mismo.
i. La gran esperanza de la iglesia cristiana se describe en Apocalipsis 21:3.
“Salmo 73:25–26: Esta es nuestra gran herencia: ¡el mismo Señor! ¡Oh, cuanto necesitamos desarrollar una pasión por Dios y por nuestros hermanos! Si él no es precioso para usted, ¡cuán lejos está usted de su herencia! Si usted ama los regalos de Dios, piense en lo hermoso que es quien da los regalos. Y piense cuán insultante debe ser tomar un regalo de la mano de alguien y deleitarse más en el regalo que en quien nos da el regalo. Dios mismo es nuestra porción. Fuimos hechos para él, y todo lo bueno que él ha hecho por nosotros es para revelarnos más de él y para instar a nuestros corazones a cantarle a Dios (1 Timoteo 4:1–5). Piper.
ii. Veremos a Dios. (Ap. 22:3–4; 1 Jn. 3:2).
c. Cuerpos Redimidos y Glorificados. Romanos 8:22–23 dice:
i. Tercero, hay un aspecto más de nuestra herencia que aparece en los siguientes versículos de Romanos 8, es decir, que tendremos cuerpos redimidos y glorificados.
ii. Este aspecto es crucial, porque si vamos a disfrutar del mundo y de todo lo que en él hay, y si las buenas posesiones de este mundo no van a competir con Dios y a convertirse en ídolos, entonces debemos tener un gozo más profundo, más excelente, más completo que el que tenemos en el presente. Y debemos deshacernos de todo el dolor, el llanto, y las lágrimas de este mundo.
3. La grandeza del poder que está a nuestro favor. (La grandeza del poder de Dios Stott) (Efesios 1: 19-23).
Cuando un jugador está a punto de lanzar el penal, el portero trata de intimidarlo, moviéndose de lado a lado o gritándole o quizá viéndole fijamente a los ojos de una manera desafiante. Lo que el portero busca es que el jugador entre en pánico y piense que es imposible meterle el gol. Si el portero le hace creer eso al jugador es posible que el jugador pierda el penal.
La intimidación puede paralizarnos. Cuando estaba en la escuela había un niño que me intimidaba, me miraba a los ojos y me decía cosas. Yo le tenia mucho miedo y me paralizaba. Pero un día decidí pelear conta él y ¿Qué creen? Me dio una paliza que nunca más quise pelear contra él. Me dejo un ojo morado y llore desde la escuela hasta la casa.
Una de las tácticas que satanás usa para amedrentarnos y hacernos vivir en pecado y tristes es hacernos creer que somos débiles y que estamos solos. También hace que el pecado, las tentaciones y aflicciones de este mundo sean vistas gigantes.
Nos hace ver mas nuestros pecados y debilidades que a la obra que hizo Cristo por nosotros. Nos muestra los pecados pasados y nos dice que no podremos vencerlos por mas que oremos. Nos muestra cuan pecadores e indignos de la gracia del Señor somos.
Satanás es el padre de la mentira, él nos miente y siempre distorsiona la realidad. Pero Jesús dijo que conoceríamos la verdad y esa verdad nos liberaría.
La verdad en cuanto a nosotros es que no estamos solos ni somos débiles, somos fuertes en el Señor. Filipenses 4:13 dice:
La última petición que Pablo hace en esta oración es que conozcamos el gran poder de Dios que esta en nosotros y a nuestra disposición.
A. El ‘llamado’ de Dios se remonta al comienzo, la herencia de Dios apunta hacia el final, y el ‘poder’ de Dios cubre el período intermedio entre ambos. En esto se concentra el apóstol, porque sólo el poder de Dios puede llenar la expectativa que pertenece a su llamado y llevarnos con seguridad a las riquezas de la gloria de la herencia final que nos dará en los cielos.
1. Pablo está convencido de que el poder de Dios es suficiente y acumula palabras para convencernos.
2. Escribe no sólo acerca del ‘poder’ de Dios.
3. Sino también: RVA: inmensurable grandeza de su poder. BLA: extraordinaria grandeza de su poder. NVI: incomparable es la grandeza de su poder.
4. Pero también dice: RVA: Operación del domino de su fuerza. LBA: conforme a la eficacia de la fuerza de su poder. NVI: Ese poder es la fuerza grandiosa y eficaz.
1. enérgeia(de donde viene la palabra “energía”), esto es, actividad, operación, manifestación.
2. krátos: fortaleza ejercida;
3. e ischús: poder, gran fortaleza inherente.
5. El apóstol hace uso de más de un término para indicar la plenitud y certeza de este poder” (op. cit., p. 30). Hendriksen.
B. Ora para que podamos conocer cuán incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos.
1. ¿A favor de quien esta ese poder?
a. Las palabras “con respecto a nosotros los que creemos” muestran que tal poder se ejerce en beneficio de los creyentes, y de nadie más. Solamente ellos reciben la herencia.
C. ¿Cómo llegaremos a conocer la inmensa grandeza del poder de Dios?
1. En virtud de la demostración pública de su poder a través de la resurrección y exaltación de Cristo sobre todo y la entronización de Cristo sobre la iglesia. (vv. 20–23). Pablo se refiere a tres hechos sucesivos:
Estas tres cosas van juntas. Es debido a la resurrección de Cristo de entre los muertos y su entronización sobre los poderes del mal que ha recibido la misión de ser cabeza de la iglesia. La resurrección y la ascensión fueron una demostración decisiva de poder divino. Porque si hay dos poderes que el hombre no puede controlar y que lo esclavizan, ellos son la muerte y el mal. El hombre es mortal, no puede evitar la muerte. El hombre ha caído, no puede vencer al mal. Pero Dios, en Cristo, ha conquistado a ambos y, por lo tanto, puede rescatarnos de ambos. Stott.
I. La resurrección de Cristo. el primero cuando lo resucitó de entre los muertos (v. Efesios 1. 20a);
II. La entronización de Cristo. el segundo, lo sentó a su derecha en las regiones celestiales, muy por encima de todo competidor (Efesios 1. 20b, 21), y sometió todas las cosas al dominio de Cristo (Efesios 1. 22a).
III. La autoridad de Cristo sobre la iglesia. y el tercero, lo dio como cabeza de todo a la iglesia. Ésta, que es su cuerpo … (Efesios 22b, 23).
I. La resurrección de Jesucristo de los muertos.
a. La muerte es un enemigo amargo e implacable. A todos habrá de llegarnos algún día. Stott.
i. No importa cuantas veces escapemos un día nos llegara. Mi padre tuvo varios accidentes en motos y no murió. Le dispararon en el ojo, después le dispararon aquí en la mera garganta y el tiro salió por la espalda y no murió. Según me conto, estuvo en muchos tiroteos y no murió, mato muchas personas, pero un día cuando menos se lo esperaba un asesino le disparo varias veces y su cuerpo cayó al suelo sin vida. Tena una gran habilidad usando una tres cincuentaisiete, pero la muerte le llego. Nain.
b. En la palabra de Dios está escrito: Genesis 3:19. Ningún poder humano puede evitar esto, ni tampoco traer a la vida a una persona muerta. Stott.
c. Pero Dios ha hecho lo que el hombre no puede hacer. Levantó a Jesucristo de la muerte. Primero, evitó el proceso natural de descomposición, no permitiendo que el Santo vea corrupción. Luego, no sólo revertió el proceso, restaurándole la vida al Jesús muerto, sino que lo hizo trascender esta vida que conocemos. Levantó a Jesús a una vida nueva (inmortal, gloriosa, libre), que nadie había experimentado antes y que nadie ha experimentado desde entonces todavía. Stott.
d. Esta fue la primera parte de la demostración pública del poder de Dios. Levantó a Jesús de la muerte a una nueva dimensión de experiencia humana. La tumba vacía y las apariciones de la resurrección fueron las evidencias.
Aplicación:
El principal pensamiento expresado por estas palabras vistas a la luz de lo que inmediatamente precede es este: el apóstol ora para que se conceda a los efesios ojos esclarecidos de modo que puedan ver y discernir que, para que se haga posible la transformación de su firme esperanza en una gloriosa realidad de modo que puedan recibir la totalidad de su herencia, Dios tiene a su disposición un poder tan grandioso como el que exhibió cuando levantó a su Hijo de entre los muertos y le sentó a su misma diestra. Es como si el apóstol dijera, “no desesperéis, podéis confiar en el infinito poder de Dios. Llegará el día en que la herencia aguardada para vosotros será enteramente vuestra”. Hendriksen.
Así como Dios levanto a Cristo de los muertos también nos levantara a nosotros.
Este poder también está obrando en nosotros para transformarnos día a día.
II. La entronización de Jesucristo, sobre todo.
a. Habiendo levantado a Jesús de entre los muertos y fuera del dominio de la muerte, Dios lo sentó a su derecha en las regiones celestiales (v. 20). Es decir, lo promovió al puesto de honor supremo y de autoridad ejecutiva.
i. Al hacerlo, cumplió la promesa mesiánica del Salmo 110:1: “Así dijo el Señor a mi Señor: ‘Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies’.” Se encuentran reminiscencias de este versículo no sólo en las referencias que hace a ‘la derecha’ de Dios y a Cristo ‘sentado’ allí, sino también en la última afirmación de que Dios ha puesto todas las cosas ‘debajo de sus pies’ (v. 22, rvr), es decir, haciéndolas su estrado. En el Salmo 110 el estrado de sus pies está formado por sus ‘enemigos’.
ii. Podemos dar por sentado, por lo tanto, que todo gobierno y autoridad, poder y dominio sobre el que ha sido exaltado no son los ángeles, sino los demonios, aquellas ‘potestades que dominan este mundo de tinieblas’ o ‘fuerzas espirituales malignas’ contra las cuales Pablo luego nos exhorta a luchar, ya que aún no le han concedido la victoria final a Cristo.19La expresión más generalizada que sigue a continuación, cualquier otro nombre que se invoque, no sólo en este mundo sino también en el venidero (v. 21b), puede haberse añadido para incluir también a los ángeles, inclusive a todo ser inteligente concebible, sobre los cuales Cristo reina con absoluta supremacía. Stott.
iii. La enumeración de los poderes “muy por encima” de los cuales se asigna a Cristo lugar preeminente, es casi lo mismo que hallamos en Col. 1:16. Considerando este pasaje a la luz de Col. 2:18, como también el pasaje presente de Efesios, y comparándolo con 3:10, resulta evidente que las referencias son primariamente a los ángeles. Hendriksen.
1. Los falsos maestros promovían la adoración a los ángeles.
b. El hecho de que todas las cosas están ahora bajo los pies de Jesús es, probablemente, una alusión a otra hebra de la enseñanza bíblica. Adán, hecho a la semejanza de Dios, recibió dominio sobre la tierra y sus criaturas, y no lo perdió totalmente al caer en desobediencia. Por el contrario, en su meditación sobre el registro de la creación del hombre de Génesis, el salmista se dirige a Dios con estas palabras: ‘Lo entronizaste sobre la obra de tus manos, ¡todo lo sometiste a su dominio! Todas las ovejas, todos los bueyes, todos los animales del campo, las aves del cielo, los peces del mar, y todo lo que surca los senderos del mar (Gn. 1:27, 28; Sal. 8:6–8.)’ Pero el dominio del hombre ha sido limitado por la caída, y está distorsionado cuando explota o poluciona el medio ambiente, de quien fue designado originariamente como mayordomo responsable. Así que el dominio completo que Dios intentaba hacer gozar al hombre es ejercido ahora sólo por el hombre Cristo Jesús: ‘Todavía no vemos que todo le esté sujeto [al hombre]. Sin embargo, vemos a Jesús … coronado de gloria y honra (He. 2:8–9.) Jesús ya ha destronado a la muerte y un día el ‘último enemigo’ será destruido finalmente (He. 2:14, 15; 1 Co. 15:25–27)
III. Jesucristo, cabeza de la iglesia. (La entronización de cristo sobre la Iglesia). (Efesios 1. 22-23).
a. Pablo no ha terminado aún con su relato de la exaltación soberana de Jesús. Ya ha escrito sobre su resurrección de entre los muertos (v. 20) y sobre su entronización encima de todo (v. 21).
i. El poder de Dios no está inactivo. En forma que fue claramente exhibida en la exaltación de Cristo se está utilizando en el gobierno del universo, en beneficio de la iglesia. Hendriksen.
ii. Ahora continúa relatando el significado de este triunfo doble para la iglesia (v. 22).
b. Esta verdad está bosquejada en dos expresiones sugerentes, La primera es que Dios dio a Jesús como cabeza de todo a la iglesia. Ésta, que es su cuerpo (vv. 22–23a), y la segunda es la frase la plenitud de aquel que lo llena todo por completo (23b). Si bien ambas cláusulas son difíciles, son tan importantes que debemos emplear algo de tiempo para buscar su sentido. Stott.
i. La primera habla de Jesús como cabeza, y lo ubica con un poderío que se extiende sobre todas las cosas. La idea de ‘todo’ se menciona dos veces en el versículo 22, y en ese contexto incluye no solamente el universo material, sino también, y especialmente, a todos los seres inteligentes que lo pueblan, buenos y malos, angélicos y demoníacos. Este universo y estos seres son los que Cristo gobierna. Ya que todas las cosas han sido puestas bajo sus pies por Dios, él es por lo tanto cabeza de todo. Las expresiones ‘cabeza’, ‘pies’, ‘encima’ (y ‘debajo’ en rvr) son obviamente complementarias.
1. Pero Pablo va más allá de esto. Su tema no es sólo que Dios ha hecho a Jesús cabeza sobre todas las cosas, sino que lo ‘dio’ (edōke) como cabeza-sobre-todas-las-cosas ‘a la iglesia’, la cual es su cuerpo. Porque aquel a quien Dios dio a la iglesia para que fuera su cabeza, ya era cabeza del universo. Por lo tanto, el universo y la iglesia tienen ambos la misma cabeza en Jesucristo. Stott.
2. y le constituyó cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, puesto que43 es su cuerpo …; vale decir, ya que se halla tan íntima e indisolublemente unido a ella y la ama con amor profundo, ilimitado, e inmutable. Lo que se enfatiza por medio de este simbolismo de cabeza-cuerpo es la intimidad del lazo, el insondable carácter del amor entre Cristo y la iglesia, según se indica claramente en 5:25–33. En relación a esto no debemos pasar por alto un hecho importante, es decir, que a través de la epístola Pablo hace énfasis en el gran amor de Dios (o de Cristo) hacia su pueblo, y el amor que sus hijos en respuesta deben a él y se deben entre sí (1:5; 2:4; 3:19; 4:1, 2; 5:1, 2ss; 6:23, 24). No hay ni un capítulo donde no se enfatice este tema. ¡Quien no haya captado este punto aún no entiende Efesios! Hedriksen.
3. El significado, entonces, viene a ser este: ya que la iglesia es el cuerpo de Cristo, con la cual él está orgánicamente unido, su amor por ella es tan grande que hace uso de su poder infinito para que el universo entero con todo lo que en él hay coopere en beneficio de ella, sea de buen grado o no. En consecuencia, el concepto Cristo cabeza gobernante sobre todas las cosas (Cf. Co. 2:10) no anula sino más bien fortalece y adorna la doctrina claramente implicada Cristo cabeza gobernante (y orgánica) de la iglesia (cf. Ef. 4:15; 5:23; Col. 1:18; 2:19). Por tanto, cuando muchos comentaristas, dogmatistas, y también el Catecismo de Heidelberg (Domingo 19, edición con referencias textuales, P. y R. 50) apelan a Ef. 1:20–23, entre otros pasajes, para apoyar la posición de que Cristo es cabeza de la iglesia, no están cometiendo ningún error. Con respecto a otras observaciones acerca de Cristo como cabeza, véase más arriba, sobre v. 10; también C.N.T. sobre Colosenses pp. 93–95, especialmente éste en lo relativo a la distinción entre cabeza gobernante y orgánica. Hendriksen.
ii. La plenitud de aquel.
1. NVI: Ésta, que es su cuerpo, es la plenitud de aquel que lo llena todo por completo.
2. la iglesia es el complemento de Cristo. En otras palabras: “Es el más alto honor para la iglesia, que el Hijo de Dios se considere a sí mismo en cierto grado imperfecto en tanto que no esté unido a nosotros. Qué consuelo es para nosotros el saber que no será hasta que estemos ante su presencia, que él tendrá todos sus elementos constitutivos, o que él desee ser considerado como completo”. (Juan Calvino en su comentario acerca de este pasaje. Véase en la bibliografía el título de la obra). Este punto de vista, con ciertas variaciones en cuanto a detalles, a saber, que la iglesia, sin duda, está presentada aquí como llenando y completando a Aquel que lo llena todo en todo, es defendido por Abbott, Barry, Bruce, Grosheide, Hodge, Lenski, Simpson, y muchos otros. Hendriksen.
a. Por supuesto, en lo referente a su esencia divina no es en sentido alguno ni dependiente ni posible de ser complementado por la iglesia. Pero como esposo sí está incompleto sin la esposa; no se puede pensar en él como vid sin sus pámpanos; como pastor, no le podemos imaginar sin las ovejas; y así también, como cabeza halla su total expresión en su cuerpo, la iglesia. Hendriksen.
b. Al interpretar la metáfora cabeza-cuerpo con el significado de que el cuerpo llena o complementa la cabeza, resultando así una unidad orgánica en que el cuerpo lleva a cabo la voluntad y propósito de la cabeza, se obtiene un sentido equilibrado de la figura. Cristo utiliza a la iglesia para la realización de sus planes en el gobierno del mundo y para la salvación de los pecadores. Hendriksen
iii. Que lo llena todo en todo” significan que Cristo llena todo el universo en todos los aspectos; esto es, que el universo entero no solamente depende de él para la provisión de lo necesario, sino que además es gobernado por él en beneficio de la iglesia, la cual, a su vez, debe servir al universo y se halla henchida de sus generosos dones. Así pues, está constantemente impregnando a todas las cosas con su amor y poder (cf. Jer. 23:24; 1 R. 8:27; Sal. 139:7). Concuerdo con la declaración de Roels, “Lo más probable es que Pablo se refiera al hecho de que Cristo, exaltado, sobre todo, está ahora implicado en la realización histórica de la reconciliación ya efectuada del universo dirigiendo todas las cosas hacia lo determinado, que es, su meta divinamente designada” (op. cit., p. 248). Hendriksen.
Conclusión:
Hace una oración para podamos tener un conocimiento profundo de la obra que está haciendo y hará en nosotros (Ef. 1. 18-23).
I. La esperanza a la que hemos sido llamados.
II. La gloria de nuestra herencia. (II. La gloria de la herencia de Dios Stott).
III. La grandeza del poder que está a nuestro favor. (La grandeza del poder de Dios Stott).
Hermano, hermana ¿Cuánto sabes de estas cosas? ¿Cuánto te esfuerzas por saber más?
Conclusión del último punto:
Podríamos alegar como réplica: «¿Y cómo? ¿Dónde están estas riquezas de Dios?». Porque no solo estamos desnudos de los bienes de este mundo, sino que somos como una tierra seca y estéril, en cuanto a las gracias del Espíritu Santo. Si hay alguna porción en nosotros, ella es tan pequeña que deberíamos tener vergüenza. Y, sin embargo, estamos hundidos en nuestras enfermedades. Si se nos habla del poder de Dios, él debe ser victorioso en nosotros por encima del pecado. Pero somos tan débiles que estamos aquí como abatidos. Después, la imagen de Dios debería relucir en nosotros, y llevamos tantas inmundicias y tantas manchas que da pena. Deberíamos estar del todo consagrados a Dios, pero el mundo nos retiene y estamos como cubiertos en él. Calvino.
Pero ahora recojamos, en suma, lo que S. Pablo ha querido decir. Dice que Dios ha manifestado su alto poder e infinito en nosotros; pero porque esto no es suficiente a causa de las enfermedades que sentimos, y que aún hay tanto a criticar en nosotros, y que no hemos llegado a la medida plena, ni siquiera de la centésima parte; he aquí por qué, a fin de que estemos más asegurados, debemos conocer en Jesucristo lo que nos falta. ¿Estamos aún sujetos a la muerte? He aquí Jesucristo que ha sido recibido en vida eterna; porque por esta causa se ha hecho hombre mortal como nosotros, a fin de que la vida que tiene nos pertenezca. ¿Aún habita el pecado en nosotros? He aquí Jesucristo que no tiene ni mancha ni mácula. ¿Somos débiles? Él es el poder de Dios su Padre; y hasta lo que ha recibido en esta humanidad que ha tomado de nosotros ha sido en nuestro nombre y para nuestro beneficio. En una palabra, todo lo que nos falta, y lo que nos podría regocijar y vivificar, lo hallaremos en nuestro Señor Jesucristo, a fin de que nos estemos con preocupaciones ni perplejos, como si estuviéramos excluidos de los bienes que S. Pablo mencionó anteriormente. Calvino.
Conclusión
Ahora es tiempo de dejar las cuestiones detalladas que nos han estado ocupando para examinar en conjunto la plegaria que Pablo eleva por sus lectores. Una de sus características más impresionantes, para mí, es su énfasis sobre la importancia del ‘conocimiento’ (‘para que sepan’) para la madurez cristiana, junto con su enseñanza de cómo se obtiene el conocimiento y cómo se relaciona con la fe. Para dar esta instrucción apostólica Pablo une lo que nosotros, con consecuencias desastrosas, separamos demasiado a menudo. Stott.
Vemos, pues, ahora la intención de S. Pablo, por cuanto podemos ser abatidos y que nuestra fe por lo menos estuviera muy sacudida, si no nos miramos más que a nosotros, he aquí por qué nos propone a Jesucristo como el verdadero patrón en quien podemos ver lo que aún está escondido en nosotros, a saber, el poder inestimable de Dios que sobrepasa todo el mundo. Porque, en primer lugar, él ha resucitado de los muertos, y después se ha sentado a la diestra de su Padre. Pero es un símil tomado de los hombres, cuando se habla de la diestra de Dios; es cierto que Dios no tiene lado derecho ni lado izquierdo, porque es infinito, él llena el Cielo y la tierra; y después no tiene cuerpo, es de una esencia espiritual. No hay que imaginar, pues, algún cierto lugar cuando se habla de la diestra de Dios. Y cuando se dice que Jesucristo está sentado, es para mostrar que por su poder llena todo el mundo. Calvino.
a. Iluminación y pensamiento
Toda la confianza de la oración de Pablo estriba en que sus lectores puedan tener un conocimiento acabado del llamado de Dios, su herencia y su poder, especialmente de este último. ¿Pero cómo esperaba que fuera respondida su oración? ¿Cómo crecen los cristianos en conocimiento? Algunos responderán que el conocimiento depende de la iluminación del Espíritu Santo. Y están en lo cierto, al menos en parte. Porque Pablo ora para que el Espíritu de sabiduría y de revelación (v.17) pueda acrecentar su conocimiento de Dios y alumbrar los ojos de su entendimiento. Sin embargo, no tenemos libertad para inferir de esto que nuestra responsabilidad consiste solamente en orar y esperar la iluminación, y no pensar para nada. Otros cometen el error opuesto: utilizan su mente y piensan, pero dejan poco lugar a la iluminación del Espíritu Santo. Stott.
El apóstol Pablo reúne ambos. Primero ora para que los ojos del entendimiento de sus lectores sean alumbrados para conocer el poder de Dios. Luego enseña que Dios ya ha provisto evidencia histórica de su poder al resucitar y exaltar a Jesús. Por lo tanto, Dios ha revelado su poder objetivamente en Jesucristo, y ahora ilumina nuestra mente por medio de su Espíritu para captar esta revelación. La iluminación divina y el pensamiento humano van unidos. Todo nuestro pensamiento es improductivo sin el Espíritu de verdad; sin embargo, su iluminación no tiene intenciones de ahorrarnos el trabajo de utilizar la mente. Es precisamente cuando examinamos lo que Dios hizo en Cristo que el Espíritu abrirá nuestros ojos para comprender sus implicaciones. Stott.
b. Conocimiento y fe
Se da por sentado comúnmente que la fe y la razón son incompatibles. No es así. En las Escrituras nunca se las opone, como si tuviéramos que elegir entre ambas. La fe va más allá de la razón, pero descansa sobre ella. El conocimiento es la escalera por la cual la fe se eleva, el trampolín desde el cual puede saltar más lejos aún. Stott.
Así oraba Pablo: para que sepan … cuán incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos … que Dios ejerció en Cristo … (vv. 18–20). Es vital ver cómo Pablo une los verbos ‘saber’ y ‘creer’. Exactamente el mismo poder de resurrección que Dios exhibió en Cristo está ahora a nuestra disposición. Primero debemos conocer su grandeza sorprendente según fue demostrada en la resurrección y entronización de Cristo, y luego debemos asirnos en forma práctica de ella por nosotros mismos, y por la fe. Por supuesto que ya somos creyentes. Nuestra fe ya ha sido mencionada en los versículos 1, 13 y 15. Pero ahora el presente participio pisteuontas (v. 19) enfatiza la necesidad de un ejercicio continuo de la fe en la aprehensión del poder de Dios. Por lo tanto, la fe y el conocimiento se necesitan uno al otro. La fe no puede crecer sin una firme base de conocimiento; el conocimiento es estéril si no trae aparejada la fe. Stott.
¿Cuánto sabemos del poder de Dios que levantó a Jesús de los muertos y lo exaltó sobre el mal? En verdad, el mismo poder de Dios nos ha resucitado a nosotros con Jesús de la muerte espiritual y nos ha entronizado con Jesús en los lugares celestiales, como Pablo lo demostrará en 2:1–10. Pero ¿cuánto de esto es mera teoría y cuánto es experiencia? No resulta difícil pensar en nuestra debilidad humana: nuestra lengua o nuestro temperamento, nuestra malicia, codicia, lujuria, envidia y orgullo. Estas cosas, por cierto, están más allá de nuestro poder de control. Y debemos humillarnos para admitirlo. ‘Las palabras que el apóstol utiliza aquí son como truenos y rayos para derrotar y someter todo el orgullo del hombre.’ Pero ¿están nuestras debilidades más allá del poder de Dios? Pablo pronto nos asegurará que Dios es capaz en grado sumo de sobrepasar nuestros pensamientos y oraciones ‘por el poder que obra eficazmente en nosotros’ (3:20), y finalmente nos exhortará para que nos fortalezcamos ‘con el gran poder del Señor’ (6:10). Éste es el poder de Dios que levantó a Jesús de la muerte y nos levantó con él. Ha puesto todas las cosas debajo de los pies de Cristo y puede poner cualquier mal debajo de los nuestros. Stott.