Simón el mago
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· 49 viewsSimón el mago aunque aceptó a Cristo, su conversión no fue genuina porque sus intenciones no eran honestas.
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Simón el mago
Simón el mago
Hechos de los Apóstoles 8:18–23 (RVR60)
18Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, 19diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo. 20Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. 21No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. 22Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón; 23porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás.
Introducción
Introducción
La persecución de la iglesia en Jerusalén provocó que los cristianos huyeran a otras ciudades, donde predicaron el evangelio.
Felipe, uno de los siete diáconos viajó a Samaria donde predicó el evangelio. Las almas comenzaron a entregar su corazón a Cristo, Felipe liberó endemoniados y sanó enfermos por el poder de Dios.
En Samaria Simón el mago tenía engañada a la ciudad con sus trucos.
Simón también creyó en el mensaje de salvación, aceptó a Cristo y fue bautizado.
Sin embargo, había un interés especial en Simón por el ministerio de Felipe: Hechos de los Apóstoles 8:13 “También creyó Simón mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito.”
Siendo un hombre que hacía trucos mágicos, estaba asombrado e interesado en los milagros de Felipe.
Pero cuando llegaron los apóstoles Pedro y Juan, y viendo que al imponer las manos las personas recibían el Espíritu Santo, quizo también ese poder.
Las señales
Las señales
El libro de los Hechos revela los inicio de la iglesia, de la obra evangelística, del derramamiento del Espíritu Santo, de los milagros y liberaciones.
Esto fue profetizado por el Señor Jesús:
Marcos 16:15–18 “15Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. 16El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. 17Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; 18tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.”
Las señales y milagros se dan en el marco de la obra evangelística.
La meta de Felipe fue predicar el evangelio de Jesucristo: Hechos de los Apóstoles 8:5 “Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo.”
Como evidencia del poder del Cristo resucitado, Dios obró sanidades y milagros. El Espíritu Santo usó a Felipe como un instrumento.
Es posible que la ciudad de Samaria estaba bajo el dominio de una potestad demoniaca representada en Simón, quien tenía engañada a la gente.
Pero el arma que derribó esa potestad demoniaca fue la obra evangelística.
Los dones del Espíritu Santo realizan estos milagros, sin embargo, es el Espíritu Santo quien los administra: 1 Corintios 12:11 “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.”
Las señales y milagros son recursos que respaldan el trabajo evangelístico, no se van a manifestar porque nosotros queremos o exigimos, tampoco por nuestros méritos.
Muchos hoy en día, como Simón el mago, desean el poder de Dios, pero no quieren hacer la obra evangelística.
Bautismo en el Espíritu Santo
Bautismo en el Espíritu Santo
Hechos de los Apóstoles 8:14–16 “14Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; 15los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo; 16porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús.”
La Biblia enseña que, la conversión es una serie de pasos que se llevan a cabo voluntaria, natural y fluidamente.
Consiste en el dolor por haber ofendido a Dios (compungimiento), el arrepentimiento por los pecados, la confesión de los pecados y la confesión de Jesucristo como Señor y Salvador; posteriormente viene el bautismo en agua y el bautismo en El Espíritu Santo.
Los unicista usan textos como Hechos de los Apóstoles 8:16 “porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús.” Para fundamentar su doctrina.
Pero la Biblia habla de la autoridad de Jesús cuando habla de su nombre (Filipenses 2:9), por tanto, cuando menciona el bautismo en el nombre de Jesús se refiere al bautismo en su autoridad. Mateo 28:19 “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.”
Los samaritanos se habían convertido a Cristo, se habían bautizado pero no habían recibido el bautismo en el Espíritu Santo. Pedro y Juan oran por ellos y recibieron el Espíritu Santo.
El Bautismo del Espíritu Santo es para todos y es la evidencia de una genuina conversión.
El error de Simón
El error de Simón
Es difícil juzgar si Simón se había convertido genuinamente o no, la Biblia dice que Simón creyó: Hechos de los Apóstoles 8:13 “También creyó Simón mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito.”
Y la Biblia dice: Marcos 16:16 “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”
Simón necesitaba ser discipulado, instruido en la Palabra para la renovación de su mente y la santificación.
Aun tenia pensamientos y deseos carnales a los que debía renunciar. Efesios 4:22–23 “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,y renovaos en el espíritu de vuestra mente.”
Cuando vio que por la imposición de manos de Juan y Pedro los cristianos recibían el Espíritu Santo, también los deseó: Hechos de los Apóstoles 8:18 “Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero.”
Es bueno desear los dones del Espíritu Santo, el problema de Simón fue que quería depender del dinero para obtenerlo y además que sus intenciones eran egoístas.
Simón creyó que el dinero le podía dar el poder de Dios y no El Espíritu Santo.
Creía que el dinero era superior al poder de Dios.
El dinero se ha convertido en el dios de la mayoría de las personas, aunque muchos niegan esta realidad. Creen que el dinero lo arregla todo y que trae la felicidad.
Pero esa es una trampa mortal: 1 Timoteo 6:10 “porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.”
Nuestro Dios es el dueño del oro y de la plata, es El Señor de todo.
Para acceder a su poder y sus dones, debemos tenerlo a Él, y lo haremos en su autoridad.
La condena de Simón
La condena de Simón
Hechos de los Apóstoles 8:20–23 “Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón. porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás.”
Pedro, pudo discernir las intenciones de Simón. El corazón de Simón no era recto delante de Dios.
Posiblemente deseaba el don para seguir cautivando la atención de la gente, lucrar con el don y eventualmente recuperar el dinero invertido en Pedro. (Simonia)
El deseo de obtener el poder de Dios no consistía en hacer la obrad de Dios y rendir su voluntad a Él, sino la de acrecentar su ego, su fama y poder. Este fue el pecado de Satanás al querer tomar el lugar de Dios. Isaías 14:14 “sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.”
Pedro ve que hay amargura en su corazón, que tenían aprisionada su alma en la maldad. Quizá porque sentía celos por Felipe, Pedro y Juan. Posiblemente su intención era competir con ellos o quizá hasta superarlos.
El poder de Dios nunca se prestará para nuestras intenciones egoístas, de venganza o vanagloria.
Pedro lo invita a rogar a Dios y arrepentirse, quizá Dios tenga misericordia de él.
Conclusión
Conclusión
La vida del evangelio es aprender a depender totalmente de Dios, rendir nuestra vida y voluntad a Él, pues nuestra naturaleza humana está contaminada de pecado.
Si no rendimos nuestro corazón a Cristo cada día, nuestros actos piadosos estarán contaminados de ego, vanagloria y orgullo, pecados que no son percibidos por el ojo humano pero si por Dios.
Cuan necesario es llenar nuestra mente y corazón de la Palabra de Dios, estudiarla y conocerla para que no cometamos errores que parecieran insignificantes, pero que son graves.
¿Deseas ver milagros? recuerda que estos se manifiestan en en marco de la evangelización, son señales que siguen a los que creen y proclaman el mensaje de Dios.
La manifestaciones de los dones son dados por el Espíritu Santo, y no pertenecen a nadie en particular, los que anhelan ser usados por Dios deben examinar su corazón y eliminar de su vida toda envidia, ego, ambición, para que su vida sea un instrumento útil en las manos de Dios.