ANHELA A DIOS Y ESPERA EN DIOS (RV60)
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· 14 viewsDios es la verdadera necesidad y esperanza del creyente cuando en tiempos de tristeza.
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INTRODUCCIÓN: Dificultades inesperadas
INTRODUCCIÓN: Dificultades inesperadas
Es inevitable en este mundo que la mayoría de las personas vivamos en algun momento situaciones inesperadas que nos sumergen profundamente en la tristeza, estas situaciones llegan y cambian repentinamente nuestras vidas conduciéndonos hacia la tristeza sin que podamos evitarlo, y en ocasiones esta tristeza aumenta de tal manera que sentimos como si estuviéramos en un hoyo sin fondo, intentando salir pero los esfuerzos son inútiles porque en vez de salir sentimos que nos hundimos cada vez más.
Por ejemplo:
Al experimentar un divorcio “repentino” cuando parecía que era el mejor momento del matrimonio,
Vivir una perdida “repentina” de un embarazo cuando todo avanzaba satisfactoriamente,
Sufrir la muerte de un familiar amado que aparentemente gozaba de buena salud,
Padecer de una enfermedad “inesperada” que cambiará para siempre nuestra rutina familiar,
Experimentar la ruptura de una buena relación que de un momento a otro,
Padecer una escases económica agobiante por la perdida repentina de un empleo o negocio,
Enfrentar el abandono inesperado de un conyugue, etc.
Ahora bien,
¿Puede un hijo de Dios experimentar una tristeza extrema ?
¿Es pecado que un hijo de Dios sienta que no puede soportar más la aflicción que enfrenta?
¿Que necesitamos cuando enfrentamos la tristeza profunda?
La respuesta a las 2 primeras pregunta es sí, el cristiano puede experimentar tristezas profundas y no necesariamente Dios ve ese sentimiento como un pecado. De hecho, la Escritura presenta a varios personajes bíblicos piadosos que vivieron tiempos de profundo desaliento y de profunda tristeza:
Jeremias deseó abandonar el ministerio (Jer. 20:7.), Elias pidió morirse (1R. 19:4.), Job deseó haber muerto al nacer (Job 3:11.), Moisés sintió la carga tan pesada que pidió a Dios que lo matara (Num. 11:14-15.), David lloró junto a sus hombres cuando Absalon su propio hijo lo persiguió (2S. 15:23,30.), Ana tenia amargura en su alma (1S. 1:10,15.), Pedro lloró después de negar al Señor (Lc. 22:62), Pablo perdió en un momento las esperanzas de seguir viviendo (2Co. 1:8.).
Y en el texto de hoy puede ayudarnos a responder la tercera pregunta ¿que necesitamos cuando enfrentamos la tristeza profunda o tiempos de depresión?
Primero algunos datos del contexto:
Este salmo es un “masquil” (instrucción). Es decir, este salmo tenia como propósito ser un cántico que instruyera al pueblo en lo que debía recordar en tiempos de tristeza extrema.
¿Quien es?
En este pasaje encontramos a un salmista, que posiblemente sea un levita o incluso un sacerdote Sal. 42:4
4 Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí; De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta.
¿Que esta experimentando?
El salmista esta experimentando un tiempo de tristeza extrema (su alma esta abatida). la ciencia hoy le diagnosticaría esta en depresión (enfermedad o trastorno mental que se caracteriza por una profunda tristeza, decaimiento anímico, baja autoestima, pérdida de interés por todo y disminución de las funciones psíquicas).
¿Cual es la razón de su sentimiento?
Lejos de su tierra, del templo, de sus hermanos y experimentando la opresión y las burlas de sus enemigos. posiblemente se encuentre exiliado.
¿Qué hace el salmista?
Busca a Dios con anhelo. Sal. 42:1
1 Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
Argumento: Anhelemos a Dios porque Él es la verdadera necesidad de nuestras almas abatidas.
Quiero mostrarles 3 ideas que nos instruyen este masquil:
Anhelemos a Dios porque somos débiles.
Anhelemos a Dios porque somos necios.
Anhelemos a Dios porque Él es nuestra verdadera necesidad.
1. Anhelemos a Dios porque somos débiles:
1. Anhelemos a Dios porque somos débiles:
Argumentación: La tristeza es una emoción que nos hace sentir que no podemos mas y esto revela la realidad de que somos débiles.
Argumentación: La tristeza es una emoción que nos hace sentir que no podemos mas y esto revela la realidad de que somos débiles.
Por eso sentirse en la tristeza debemos buscar a Dios y expresar esa sentimiento a Él o incluso a otros hermanos, esto nos hace conscientes de que no somos fuertes, nos recuerda que somos seres demasiado débiles, demasiado frágiles.
Por eso sentirse en la tristeza debemos buscar a Dios y expresar esa sentimiento a Él o incluso a otros hermanos, esto nos hace conscientes de que no somos fuertes, nos recuerda que somos seres demasiado débiles, demasiado frágiles.
Miremos como el salmista busca a Dios para expresar lo que siente:
“Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?” (Salmo 42:3, RVR60)
“Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí; De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta.” (Salmo 42:4, RVR60)
“Dios mío, mi alma está abatida en mí… (Salmo 42:6, RVR60)
“Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas; Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.” (Salmo 42:7, RVR60)
“Como quien hiere mis huesos, mis enemigos me afrentan, Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?” (Salmo 42:10, RVR60)
El salmista se encuentra en un estado de tristeza profunda y no oculta a Dios lo que siente, sino que se lo da a conocer.
Ilustración:
Crecer en una familia disfuncional por la separación de mis padres me llevo por mucho tiempo a vivir pensando que, como me tocó salir adelante solo en muchas maneras, debía demostrar que yo era una persona fuerte, que nunca debía mostrar mostrar debilidad. Esto fue un simple auto-engaño, porque cuando enfrentaba momentos tristes aunque se lo ocultara a los demás yo no podía evitar estar triste.
Si al igual que yo por cualquier circunstancia has abrazado ese pensamiento de “yo no soy débil, yo soy fuerte”, recuerda que eso es una mentira, un simple auto-engaño que no cambia la realidad de la tristeza.
Aplicación:
- No esta mal estar triste. No esta mal expresar tristeza al Señor. De hecho, según este masquil eso es justo lo que Dios espera que haga Su pueblo cuando experimenta la tristeza.
- En medio de la tristeza profunda necesitamos reconocer y expresar a Dios lo que sentimos, no tenemos que hacernos los fuertes porque no lo somos.
- Gloria a Dios por la tristeza que permite en nuestras vidas, porque a través de ella derriba el engaño y la mentira de nuestros corazones de creernos fuertes. de hecho, ¡¡Es liberador reconocer nuestra debilidad y fragilidad!!
- A veces la verdad bíblica del gozo y el contentamiento nos lleva al pensamiento equivocado de que somos mas santos si nos negamos a expresar la tristeza profunda que sentimos a Dios y los hermanos. Hermanos, la biblia no prohíbe al creyente estar triste, tampoco prohíbe llegar a la presencia de Dios a expresar nuestras tristezas.
- Al contrario, es necesario que confesemos en la presencia de Dios esas emociones en reconocimiento de que somos débiles.
- También debemos ser cuidadosos de juzgar a otros porque se encuentren en tristeza profunda o depresión y expresen debilidad.
- Recordemos el caso del “apóstol Pablo”:
“Porque no queremos que ignoren, hermanos, acerca de nuestra aflicción sufrida en Asia. Porque fuimos abrumados sobremanera, más allá de nuestras fuerzas, de modo que hasta perdimos la esperanza de salir con vida. De hecho, dentro de nosotros mismos ya teníamos la sentencia de muerte, a fin de que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos,” (2 Corintios 1:8–9, NBLA)
Así como Pablo, cuando lleguen esas situaciones inesperadas y la tristeza nos atrape, podemos y debemos reconocer nuestra debilidad ante de Dios y también ante nuestros hermanos.
Pero, lo que sentimos en medio de la tristeza no es lo único que resalta el salmista. También nos llama la atención acerca de nuestra forma de pensar cuando estamos en medio de profunda tristeza, que es nuestro segundo punto
2. Anhelemos a Dios porque somos necios:
2. Anhelemos a Dios porque somos necios:
Argumentación: La tristeza es una emoción que produce en nosotros millones de pensamientos al tiempo que nos dificulta distinguir entre lo correcto e incorrecto.
Argumentación: La tristeza es una emoción que produce en nosotros millones de pensamientos al tiempo que nos dificulta distinguir entre lo correcto e incorrecto.
Es como una montaña rusa de pensamientos, algunos son acertados y otros bien desenfocados.
Es como una montaña rusa de pensamientos, algunos son acertados y otros bien desenfocados.
En otras palabras, los tiempos de tristeza extrema o depresión desafían nuestro intelecto, revelan que no somos tan sabios como pensamos, o mejor que no somos sabios, mas bien necesitamos la sabiduría.
Fijémonos un momento en el dialogo del salmista consigo mismo:
“Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?” (Salmo 42:9, RVR60)
“Ya que Tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has rechazado? ¿Por qué ando sombrío por la opresión del enemigo?” (Salmo 43:2, NBLA)
Hermanos, la depresión suele impulsar la mente a afirmar que Dios no esta con nosotros, no cuida de nosotros, en otras palabras nos abandonó. si no expresamos los pensamientos que tenemos (que equivocados usualmente en medio de estas emociones), perderemos una oportunidad enorme de hablar a nuestras mentes las verdades de Dios y ser instruidos correctamente, necesitamos considerar lo que hace el salmista:
“¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío. ” (Salmo 42:5, RVR60)
“Pero de día mandará Jehová su misericordia, Y de noche su cántico estará conmigo, Y mi oración al Dios de mi vida.” (Salmo 42:8, RVR60)
“Diré a Dios: Roca mía... (Salmo 42:9, RVR60)
Ilustración: Lo han experimentado grandes hombres de Dios
Jeremias en su tristeza no se expreso bien ante Dios:
“Me persuadiste, oh Señor, y quedé persuadido; Fuiste más fuerte que yo y prevaleciste. He sido el hazmerreír cada día; Todos se burlan de mí.” (Jeremías 20:7, NBLA).
Los amigos de Job hablaron erradamente de Dios al ver la aflicción de su amigo:
“Después que el Señor habló estas palabras a Job, el Señor dijo a Elifaz el temanita: «Se ha encendido Mi ira contra ti y contra tus dos amigos, porque no han hablado de Mí lo que es recto, como Mi siervo Job.” (Job 42:7, NBLA)
Hermanos, yo mismo he vivido situaciones (que no necesariamente han sido estados de tristeza profunda) y he dejado que mi mente se nuble con pensamientos coherentes, confusos que me hacen tomar decisiones equivocadas y aceleradas (la hospitalización repentina de mi esposa hace unos años) .
Aplicación:
Hermanos, cuando la tristeza profunda golpee la puerta de nuestras casas, debemos reconocer nuestra falta de sabiduría, no importa cuantos estudios teológicos hayamos realizado, ni en cuantos ministerios hemos participado. La montaña rusa de pensamientos llegará y nos agobiará hasta nublarnos revelando nuestra ignorancia. Nos hace bien recordar las palabras de Santiago:
“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.” (Santiago 1:2–6, RVR60).
Hermanos, hasta este momento hemos podido analizar la tristeza del salmista sin embargo, creo que la instrucción del salmo apunta a las conclusiones que ha llegado este siervo de Dios. El es débil y falto de sabiduría, por eso necesita al Dios fuerte (Roca mía), a la sabiduría misma (1 Co. 1:24).
Pero mucho mas alla de esto la conclusión del salmista es que en medio de la profunda tristeza anhela a Dios porque el es su única esperanza, el es su salvación y con esto vamos a pasar a nuestro ultimo punto.
3. Anhelemos a Dios porque Él es nuestra verdadera necesidad:
3. Anhelemos a Dios porque Él es nuestra verdadera necesidad:
Argumentación: La tristeza nos recuerda los efectos de la caída y la única esperanza para revertir estos efectos.
Argumentación: La tristeza nos recuerda los efectos de la caída y la única esperanza para revertir estos efectos.
Recordando que el salmo es una instrucción para el pueblo mientras estos entonaban este cántico, la idea principal no era demostrar lo que no tenia el pueblo (fuerza y sabiduría) sino la esperanza necesidad y podían tener en el Señor.
Creo que este salmo podría entenderse muy sencillamente si consideramos que los versículos Sal. 42:1-2. son la introducción en donde el salmista expresa anhelar profundamente a Dios y Su presencia, abriendo una expectativa al preguntar ¿Cuando estará nuevamente en la presencia de Dios? y luego de esto tenemos una conclusión repetida en los versículos Sal. 42:5, 11, 43:5.
De manera que, una actitud razonable del pueblo de Dios al experimentar profunda tristeza es anhelar con paciencia la presencia de Dios.
Una vez mas miremos el texto:
Introducción o expectativa:
“Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?” (Salmo 42:1–2, RVR60)
Respuestas concluyentes:
“¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.” (Salmo 42:5, 11, 43:5 RVR60).
De hecho, es curioso ver el cambio de enfoque del salmista al llegar a los versículos del salmo 43, aquí ya no esta enfocado en expresar sus sentimientos o pensamientos equivocados sino en lo que el sabe que Dios es y hace:
Solo Dios puede hacer justicia ente sus enemigos:
“Pues que tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has desechado? ¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?” (Salmo 43:2, RVR60)
Solo Dios es su fortaleza:
“Ya que Tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has rechazado? ¿Por qué ando sombrío por la opresión del enemigo?” (Salmo 43:2, NBLA)
Solo Dios y Su Palabra pueden guiarlo a Su presencia:
“Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán; Me conducirán a tu santo monte, Y a tus moradas.” (Salmo 43:3, RVR60)
Necesitamos de Él porque es nuestro gozo (alegria):
“Entraré al altar de Dios, Al Dios de mi alegría y de mi gozo; Y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío.” (Salmo 43:4, RVR60)
Esto mis hermanos nos recuerda algo muy importante: debemos anhelar a Dios y su presencia, porque la tristeza nos recuerda el estado caído de este mundo y que solo cuando estemos en la presencia perfecta y gloriosa de Dios, toda tristeza acabará para siempre:
“Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.” (Apocalipsis 21:1–4, RVR60)
CONCLUSIÓN:
CONCLUSIÓN:
El salmista (un levita posiblemente sacerdote (Sal. 42:4). Quien esta experimentando un tiempo de tristeza extrema, la ciencia hoy le diagnosticaría: esta en depresión (Enfermedad o trastorno mental que se caracteriza por una profunda tristeza, decaimiento anímico, baja autoestima, pérdida de interés por todo y disminución de las funciones psíquicas).
Este salmista se encuentra en el exilio: lejos de su tierra, del templo, de sus hermanos y experimentando la opresión y las burlas de sus enemigos.
Sin embargo, esta tristeza o depresión produjo algo extraordinario en su corazón en esos momentos: anhelo de Dios
“Como el ciervo anhela las corrientes de las aguas, así te anhelo a ti, oh Dios. Tengo sed de Dios, del Dios viviente. ¿Cuándo podré ir para estar delante de él?” (Sal. 42:1-2, NTV).
Es posible que no todos los creyentes experimenten este tipo de tristeza tan profunda (depresión), sin embargo, todo creyente esta expuesto a que el cualquier momento la tristeza intensa o la depresión toque neutra puerta, en esos momentos debemos recordar que, Dios es nuestra única necesidad, que debemos ir a su presencia y expresemos lo que sentimos y pensamos (reconocer nuestra debilidad, fragilidad y falta de sabiduría), debemos ir a Su verdad para que informe cada pensamiento, que podamos recordar que solo en él hay esperanza en medio de la tristeza Sal. 43:4. Que nuestra alma anhele y espere la presencia de Dios Sal. 43:5.
Así como el salmista anhelaba en su alma estar de nuevo en el templo en la presencia de Dios con sus hermanos, Anhelemos también nosotros la presencia de Dios prometida a su pueblo en la nueva Jerusalen.
Porque aunque de este lado de la eternidad no cambie esa circunstancia que esta provocando nuestra tristeza, estamos seguros de que un día toda tristeza llanto y dolor acabará, para aquellos que se refugian y ponen su esperanza en Dios.
Todo esto esta garantizado gracias a la obra de nuestro Señor Jesucristo en la cruz del calvario y para aquellos que ponen su fe en Él.
Él es nuestra esperanza y verdadera necesidad en la tristeza.