El propósito de Dios en la tormenta. Hechos 27

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Introducción:

¿Cuál es el propósito de su vida? ¿Para qué vive?
"La mayor tragedia de la vida no es la muerte de un hombre, sino que ese hombre nunca descubra el propósito de su vida". - William Barclay
Vemos en esta historia de la Escritura cómo Dios va cumpliendo su propósito de enviar a Pablo a Roma para que testifique de Cristo.
Todo en la vida del creyente debe girar en el propósito de Dios de que seamos testigos de Cristo. Cuando el Señor dijo: Hechos de los Apóstoles 1:8 “8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” Quiso decir que toda nuestra vida, una vez que conocemos a Cristo, debe ser un mensaje viviente del evangelio. Esto es lo que ocurría en la vida de Pablo, por eso pudo soportar todas estas adversidades, en El vivía con un propósito mayor que si mismo, él vivía para dar a conocer a Cristo al mundo.

Desarrollo:

Tres cosas importantes vemos en este relato:

I. El cuidado de Dios para con su siervo.

Vemos que aun en el estado de humillación y de prueba que enfrentaba el apóstol Dios tenía cuidado de él. Esto se ve de varias maneras:
Dios obró para que Pablo tuviera el acompañamiento y la ayuda de otros creyentes. Hechos de los Apóstoles 27:2–3 “2 Y embarcándonos en una nave adramitena que iba a tocar los puertos de Asia, zarpamos, estando con nosotros Aristarco, macedonio de Tesalónica. 3 Al otro día llegamos a Sidón; y Julio, tratando humanamente a Pablo, le permitió que fuese a los amigos, para ser atendido por ellos.” Lucas se incluye en este relato, de modo que al menos Pablo fue acompañado por Lucas y por Aristarco. Además de eso Dios obró en el corazónJulio, el centurión, para que este fuera bondadoso con Pablo y le permitiera visitar a los hermanos de Sidón y ser atendido por ellos. También al darle un cuidado especial al apóstol, Hechos de los Apóstoles 27:42–43 “Entonces los soldados acordaron matar a los presos, para que ninguno se fugase nadando.Pero el centurión, queriendo salvar a Pablo, les impidió este intento, y mandó que los que pudiesen nadar se echasen los primeros, y saliesen a tierra;”
Dios le reveló a Pablo los problemas que tendrían en el viaje pero también le dio tranquilidad. Pablo, habiendo recibido conocimiento de parte de Dios, advierte de lo que acontecería Hechos de los Apóstoles 27:9–10 “9 Y habiendo pasado mucho tiempo, y siendo ya peligrosa la navegación, por haber pasado ya el ayuno, Pablo les amonestaba, 10 diciéndoles: Varones, veo que la navegación va a ser con perjuicio y mucha pérdida, no sólo del cargamento y de la nave, sino también de nuestras personas.” Lamentablemente el centurión y los demás del barco no hicieron caso a Pablo y cuando ya estaban en la tormenta Pablo vuelve a hablar con la tripulación acerca de lo que Dios le había revelado, Hechos de los Apóstoles 27:21–26 “21 Entonces Pablo, como hacía ya mucho que no comíamos, puesto en pie en medio de ellos, dijo: Habría sido por cierto conveniente, oh varones, haberme oído, y no zarpar de Creta tan sólo para recibir este perjuicio y pérdida. 22 Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave. 23 Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, 24 diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo. 25 Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho. 26 Con todo, es necesario que demos en alguna isla.” En esta última referencia vemos los siguientes aspectos importantes: 1. Dios le acompañó para fortalecerle; 2. Dios le asegura que llegará a Roma para comparecer ante Cesar; 3. Dios le asegura que ninguna vida se perderá.
Finalmente Dios preservó la vida de todos. La historia de este capítulo termina de esta manera: Hechos de los Apóstoles 27:44 “…Y así aconteció que todos se salvaron saliendo a tierra.”

II. El amor de los creyentes hacia el apóstol.

Hechos de los Apóstoles 27:2 “2 Y embarcándonos en una nave adramitena que iba a tocar los puertos de Asia, zarpamos, estando con nosotros Aristarco, macedonio de Tesalónica.”
En primer lugar se ve el amor de Lucas y Aristarco que estuvieron dispuesto a acompañar a Pablo en el viaje. Estos eran hombres que conocían al apóstol y habían aprendido de él.
Hechos de los Apóstoles 27:3 “3 Al otro día llegamos a Sidón; y Julio, tratando humanamente a Pablo, le permitió que fuese a los amigos, para ser atendido por ellos.”
Los creyentes de Sidón
La Escritura habla acerca del amor y cuidado que se debe tener por los siervos de Dios: Filipenses 2:19–22 “19 Espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo al saber de vuestro estado;20 pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interese por vosotros.21 Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús.22 Pero ya conocéis los méritos de él, que como hijo a padre ha servido conmigo en el evangelio.” También la Escritura dice en 1 Tesalonicenses 5:12–13 “12 Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan;13 y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra. Tened paz entre vosotros.”

III. El testimonio de Pablo a la tripulación del barco.

Algo maravillo que vemos en este capítulo es la forma en que Pablo enfrentó toda esta prueba.
En todo momento estuvo en una intima comunión con Dios de modo que Dios le reveló lo que acontecería.
Animó a la tripulación en base a su confianza e el Señor. Hechos de los Apóstoles 27:22 “22 Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave.” ; Hechos de los Apóstoles 27:25 “25 Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho.”
Se preocupó del bienestar de la tripulación. Hechos de los Apóstoles 27:33–38 “33 Cuando comenzó a amanecer, Pablo exhortaba a todos que comiesen, diciendo: Este es el decimocuarto día que veláis y permanecéis en ayunas, sin comer nada. 34 Por tanto, os ruego que comáis por vuestra salud; pues ni aun un cabello de la cabeza de ninguno de vosotros perecerá. 35 Y habiendo dicho esto, tomó el pan y dio gracias a Dios en presencia de todos, y partiéndolo, comenzó a comer. 36 Entonces todos, teniendo ya mejor ánimo, comieron también. 37 Y éramos todas las personas en la nave doscientas setenta y seis. 38 Y ya satisfechos, aligeraron la nave, echando el trigo al mar.” esto provocó que la tripulación hiciera caso a Pablo.

Conclusión:

Todo esto nos lleva a las primeras palabras pronunciadas en este sermón. Pablo vivía no para si mismo, si no para dar testimonio de Cristo. Vio en esta dificultad una oportunidad para glorificar a Dios y ser su testigo; vio en las personas de la tripulación almas necesitadas de confiar en el verdadero Dios.
¿Porqué propósito vivirás tu de ahora en adelante? ¿Qué cosas Dios quiere hacer a travez de ti en las personas que te rodean?
¿Serás capaz de ver el propósito mayor detrás de las circunstancias que estas viviendo?
¿Cómo la gente verá a Cristo en tu vida en el día de hoy?
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