Sepultados con Él Parte II

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Para Pablo el bautismo era una manera de afirmar la muerte a la vieja manera de vivir (el viejo hombre) y la libertad de la nueva vida (nueva criatura), para servir y vivir para Dios. Nuestro servicio a Dios y nuestro vivir para Dios es como un acto de retribución coherente, de alguien que entiende lo que Él ha hecho por salvarle. Y decide con su propia vida agradar y servir a Dios alegremente.

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Colosenses 2:12 RVR60
12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.

INTRODUCCIÓN

En el mensaje anterior hablábamos del bautismo Bíblico, el cual decíamos que es el acto simbólico por medio del cual el creyente expresa su fe en aquella obra de Cristo.
Veíamos en nuestro texto, el bautismo como sepultura y mencionábamos lo que es obvio en la enseñanza, que antes de ser sepultados con Cristo, los colosenses fueron muertos con Él. Ahora el creyente esta muerto, pero no en sus pecados, sino muertos al pecado.
Y finalmente hablábamos de las implicaciones practicas que trae esta verdad.
El creyente debe considerarse muerto al pecado y vivo para Dios.
El creyente debe esforzarse por hacer morir en la práctica lo que ya está muerto. Pues se supone que si está muerto al pecado ya no debe vivir en el pecado.
El creyente ha sido capacitado para vivir una vida en santidad mediante el don de su Espíritu Santo. El cual está en nosotros, el cual tenéis de Dios y que no sois vuestros.
Así que, ya hemos visto el bautismo como sepultura, ahora veremos el bautismo como resurrección.

EL BAUTISMO COMO RESURRECCIÓN

Colosenses 2:12 RVR60
12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.
Si usted nota en el texto, Pablo no solo dice que los creyentes hemos sido sepultados con Cristo en el bautismo, sino que continúa diciendo; en el cual (bautismo) fuisteis también resucitados con Él.
Es decir, con Cristo no solamente morimos, sino que también resucitamos a una vida nueva potenciada por el Espíritu Santo.
El bautismo simboliza no sólo nuestra sepultura, sino también nuestra resurrección y salida del sepulcro. Es símbolo de muerte, pero también de vida.
Representa no sólo el fin de nuestro viejo hombre, sino también el comienzo de nuestro nuevo hombre en Cristo.
Por eso, ¡no dejamos al candidato al bautismo «sepultado» bajo las aguas!, sino que lo sacamos de ellas para que viva en lo sucesivo una vivencia nueva y santa.
Gálatas 2:20 RVR60
20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
2 Corintios 5:17–18 RVR60
17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación;
Romanos 6:4 RVR60
4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
Para Pablo el bautismo era una manera de afirmar la muerte a la vieja manera de vivir (el viejo hombre) y la libertad de la nueva vida (nueva criatura), para servir y vivir para Dios.
Gálatas 6:15 RVR60
15 Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación.
1 Pedro 2:24 RVR60
24 quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
Cristo llevó nuestros pecados sobre el madero, para que nosotros, (los creyentes) estando muertos al pecado, vivamos a la justicia;
Ahora quiero que note el verbo vivir, que está en lo que la gramática llama subjuntivo, el cual es un modo verbal que expresa una acción.
Y el sustantivo justicia, habla de rectitud, de buenas obras y de generosidad. Y tiene el sentido de adherencia a aquello que es obligatorio de acuerdo a cierta norma, por ejemplo, una norma moral, aunque no siempre.
Hay muchos usos de esta palabra en el Nuevo Testamento y quiero que veamos algunos para que podamos entender el texto y de esta manera la aplicación sea más fácil y usted la pueda captar.
Romanos 6:13 RVR60
13 ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.
Romanos 6:18–19 RVR60
18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. 19 Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.
De manera que nosotros, los que estamos muertos a los pecados, estamos llamados a vivir a la justicia o para la justicia, haciendo lo que es correcto siempre, en buenas obras, en generosidad. No para ser salvo, no para alcanzar salvación, sino porque ya soy salvo. Mi vida ahora debe ser diferente.
Ya no soy un esclavo del pecado, ahora soy un esclavo o siervo de la justicia, ahora debemos vivir continuamente para la justicia, la generosidad, la amabilidad, la humildad, las buenas obras, ahora debemos vivir en el ornato de un espíritu afable, apacible, llenos de misericordia, y dispuestos para toda buena obra, dispuestos a utilizar nuestras manos, nuestros pies, nuestra boca y todo nuestro ser al servicio de nuestro buen Dios que llevó en sí mismo el pecado de todos nosotros sobre el madero.
Nuestro servicio a Dios y nuestro vivir para Dios es como un acto de retribución coherente, de alguien que entiende lo que Él ha hecho por salvarle. Y decide con su propia vida agradar y servir a Dios alegremente.
Así que el bautismo, símbolo de nuestra sepultura con Cristo, marca el hito de separación entre nuestra vieja vida carnal y nuestra nueva vida en Cristo.
Por medio del bautismo manifiesto públicamente que mi vieja vida ha acabado y ahora empiezo una nueva vida. He muerto a mis pecados y he salido de la sepultura para vivir y servir a mi Dios.
Y para ir terminando observe en el texto lo que Pablo continua diciendo:

FE EN EL PODER DE DIOS

Colosenses 2:12 RVR60
12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.
El bautismo en sí no nos resucita ni nos concede nueva vida. Como ya vimos es un símbolo.
Se nos concede vida cuando el bautismo es una verdadera expresión de nuestra fe en el poder de Dios para vivificar a los muertos. Es decir, una fe fundada en la resurrección de Cristo mismo.
Por eso dice el texto, mediante, esto es a través dela fe en el poder de Dios que le resucitó de los muertos.
Estamos acostumbrados a hablar de la fe como algo que depositamos en Cristo mismo y en su muerte, eso es correcto. Pero debemos recordar que las Escrituras también nos hablan de la necesidad de creer en su resurrección.
Romanos 4:24 RVR60
24 sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro,
Aquí Pablo nos dice que la fe nos es contada por justicia a los que creemos en aquel que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro.
En otro pasaje Pablo nos dice que, Serán salvos aquellos que confiesan con su boca que Jesús es el Señor y creen en su corazón que Dios le resucitó de entre los muertos. Romanos 10:9.
Dudar de la realidad de la resurrección de Cristo es dudar del poder de Dios para vivificarnos y transformar nuestras vidas, pues su resurrección es la garantía de la nuestra.
El poder de Dios en nuestra vida actual y su poder en la resurrección de Cristo son inseparables.
Y es de ese poder de Dios que damos fe por medio del bautismo.

CONCLUSIÓN

El creyente que se bautiza está afirmando; Creo que Dios actuó con poder levantando a Jesucristo de entre los muertos. Creo que aquel mismo poder de Dios me concede ahora nueva vida en Él y mi firme convicción y esperanza es que, en el día final, Dios me resucitará y así estaré para siempre con el Señor.
Cuando me bautizo celebro simbólicamente mi resurrección con Cristo. Por el poder divino ahora mi vida la viviré para la gloria de Dios.
Está es la fe que identifica al creyente con la muerte y la resurrección de Cristo y se hace eficaz en la circuncisión de Cristo, es decir el día que escuche el evangelio, creí el evangelio y me arrepentí de mis pecados.
La pregunta para terminar el mensaje es la siguiente:
¿Cuántos de los que están presentes escucharon el evangelio, creyeron el evangelio y se arrepintieron de sus pecados? levante su mano sin miedo.
Ahora, ¿Cuántos de los que están presentes ya se bautizaron? levante su mano.
Ahora yo le pregunto mi querido hermano y hermana, ¿para quien vives? ¿Estás viviendo tu vida para la gloria de Dios?
Háblame de tus miembros, ¿para qué los usas? Todavía fumas, todavía tomas alcohol, todavía dices malas palabras, todavía eres un orgulloso, petulante y pendenciero, eres de los que en la iglesia siembras discordia entre los hermanos?
Si esa es la forma en la que vivimos nuestro cristianismo estamos lejos de estar viviendo una vida nueva agradable a Dios. Y debemos arrepentirnos y cambiar nuestra manera de vivir y usar nuestros miembros como instrumentos de justicia. Dispuestos para toda buena obra.
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