¿QUÉ HARÉ DE JESÚS, EL CRISTO?
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15 Ahora bien, durante la fiesta el gobernador acostumbraba soltar un preso que la gente escogiera. 16 Tenían un preso famoso llamado Barrabás. 17 Así que cuando se reunió la multitud, Pilato, que sabía que le habían entregado a Jesús por envidia, les preguntó: —¿A quién quieren que les suelte: a Barrabás o a Jesús, al que llaman Cristo? 19 Mientras Pilato estaba sentado en el tribunal, su esposa le envió el siguiente recado: «No te metas con ese justo, pues por causa de él, hoy he sufrido mucho en un sueño.» 20 Pero los jefes de los sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud a que le pidiera a Pilato soltar a Barrabás y ejecutar a Jesús. 21 —¿A cuál de los dos quieren que les suelte?—preguntó el gobernador. —A Barrabás. 22 —¿Y qué voy a hacer con Jesús, al que llaman Cristo? —¡Crucifícalo!—respondieron todos.
INTRODUCCIÓN.
INTRODUCCIÓN.
No existe una pregunta más importante que esta, pues de acuerdo a la respuesta que demos, será designado nuestro destino eterno.
Pilato fue quien realizó esta gran pregunta, él era un hombre inteligente, escéptico, conocedor de muchas religiones, que posiblemente había llegado a dudar de todas y de todo. Por esto, cuando Jesús le fue presentado y oye de sus labios palabras jamás oídas, comprende que aquel acusado es justo. Su esposa se lo ha advertido
Mateo 27:19 (RVR60)
...No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él.
Por eso trata de librarle, primero apelando a la compasión popular; después a la costumbre establecida de soltar un preso por la Pascua. Ambas estrategias le salen mal y se queda con Jesús frente a frente; aquel Jesús con quien su esposa y su conciencia le han advertido no tener que ver nada en su juicio. La sombra de aquel preso le persigue; ha intentado echarlo sobre Herodes, y allí está otra vez. Entonces se da la paradoja de que el juez pregunta a los acusadores: ¿Qué, pues, haré? El temeroso Pilato se halla entre dos aguas, teniendo por un lado la conciencia que le indica liberar a Jesús y por el otro los fariseos con sus amenazas.... Y aquel justo le estorba.... Pilato, inquieto y perturbado tal vez dice: ¡Ojala nunca me lo hubiesen puesto delante, ojalá hubiese estado ausente, que nunca hubiese escuchado de Él! Pero no, allí está, y no puede evadir la responsabilidad de tomar una decisión. Y Pilato tiene que hacer algo: condenarle o soltarle.
PROPOSICIÓN.
PROPOSICIÓN.
Esta pregunta se presenta a cada ser humano. Cuando tú y yo hemos escuchado de Jesús y llegamos al momento en el cual lo hemos encontrado, entonces tenemos que tomar una decisión. Nuestra conciencia nos dice: Es justo, es el Hijo de Dios, sus doctrinas son hermosas; sus ofertas responden a las necesidades de mi alma; pero en algunas cosas este Jesús y sus doctrinas se oponen a mis conveniencias, a mis intereses. El dilema que Cristo presentó a otras mentes y corazones en siglos pasados se presenta de nuevo en nuestra mente.
ORACIÓN T.
ORACIÓN T.
¿Qué voy a hacer con Jesús y su Evangelio? ¿Qué harás? No puedes decir: No haré nada, tienes que tomar una decisión. Veamos cómo algunos han reaccionado a esta pregunta:
ALGUNOS DICEN: NEGARÉ SU EXISTENCIA; DIRÉ QUE ES UN MITO.
ALGUNOS DICEN: NEGARÉ SU EXISTENCIA; DIRÉ QUE ES UN MITO.
Esta actitud es absurda. Si existió, negarlo no cambiará los hechos.
Su lugar en la historia está bien definido (Lucas 3:1-2). Estos son personajes históricos.
Tácito, Suetonio y Josefo, en sus narraciones históricas mencionan la existencia de Jesús y el martirio de los cristianos.
Nadie hubiera dado la vida por un Cristo inexistente.
OTROS DICEN: EXISTIÓ, PERO ERA UN HOMBRE COMÚN.
OTROS DICEN: EXISTIÓ, PERO ERA UN HOMBRE COMÚN.
Era un hombre notable, pero no divino.
La divinidad de Jesús es aceptada y defendida por sus discípulos. Mateo 26:64-66 .
64 Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo. 65 Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia. 66 ¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: ¡Es reo de muerte!
3. Si Cristo hubiese sido solamente un hombre, ¿cómo hubiera levantado fe en su divinidad en sus días? ¿Cómo demostraría su resurrección? ¿Cómo habría logrado justificar su profecía de que el Evangelio sería predicado por todo el mundo?
Un hombre inteligente dijo que él podría hacer su propia religión, al tiempo se quejaba con un pastor del poco éxito que había tenido su religión, a pesar de haber escogido para su iglesia la mejor ética contenida en el cristianismo y en otras religiones, y le pidió consejo sobre cómo podría tener éxito. Es muy sencillo dijo el pastor. Haga usted unos cuantos milagros aquí y en otras ciudades; después, déjese crucificar, resucite al cabo de tres días, y verá usted cómo muchas personas creerán en su religión.
4. Tú y yo tenemos más motivos para creer que Pilato ¿Qué harás de Jesús?
HAY QUIENES DECIDEN IGNORAR A JESÚS
HAY QUIENES DECIDEN IGNORAR A JESÚS
No quieren afirmar ni negar.
Pero, amigo, no puedes evadir así la cuestión.
No hacer caso es declararte su enemigo. Es lo que quería hacer Pilato, pero no lo logró.
Temen las consecuencias de tomar una decisión.
Se convence de que Jesús es real y de que lo necesitan.
Lo aceptaré dicen, en el momento que me interese.
Sus doctrinas son demasiado justas para comprometerme con ellas ahora.
¿Es esto lo que piensas hacer con Cristo, ignorarlo?
HAY QUIENES DECIDEN ACEPTARLO, AMARLO Y SERVILE
HAY QUIENES DECIDEN ACEPTARLO, AMARLO Y SERVILE
Esta es la mejor decisión que muchos han tomado.
Si tú eres el Redentor ensamble para una humanidad pecadora, de tal modo que no fue posible al Padre celestial librarte de la muerte.... Si eres el Hijo de Dios que has de venir a juzgar a los hombres.... Si eres el hombre-Dios, perfecto, el único y supremo modelo....
No puedo, ni quiero hacer otra cosa contigo, que aceptar y amarte como Tú me has amado.
CONCLUSIÓN.
CONCLUSIÓN.
Un día el que fue humillado y despreciado, será el Juez de vivos y muertos. Y la misma pregunta será repetida a la inversa, siendo tú el reo. El tendrá que decir acerca de ti lo que tú, indiscutiblemente, tienes que preguntarte hoy acerca de El. ¿Qué haré de esta alma pecadora? ¿Cómo he de sellar su destino? Pero la respuesta no está en su decisión sino en la tuya. Su decisión depende enteramente de lo que tú decidas responder.