Buen Siervo y Fiel en Su Familia.

Introducción:

Para comenzar quiero compartirles algunas estadísticas:

Aproximadamente, el 32% de los niños viven sin su padre.

De los hogares que viven con sus dos padres, el 53% son encabezados y sostenidos por las madres.

En un pequeño estudio hecho de 10 hombres de una Iglesia se llegó a la siguiente información:

4 de ellos vivieron con su padre.

5 de ellos vivieron sin su padre.

1 de ellos tubo un padre que se iba y regresaba a la casa.

De estos que si vivieron con su padre. ¿Cuántos recibieron realmente cariño de parte de ellos? ¿Cuántos de estos, a pesar de tener a su padre en casa, recibieron violencia o abuso de parte de ellos?

Estas estadísticas nos muestra la triste realidad, no solo del ecuador si no de Latinoamérica, de que los hombres no saben amar ni cuidar a sus familias. Esto es una consecuencia del estado caído del hombre.

Como administradores de Dios, algo valioso que Dios nos encarga es nuestra familia.

¿Cómo debe ser el siervo de Dios con relación a su familia?

Desarrollo:

I. El hombre que cuida bien a su familia será bendecido.

Salmo 128 “Cántico gradual. 1 Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, Que anda en sus caminos. 2 Cuando comieres el trabajo de tus manos, Bienaventurado serás, y te irá bien. 3 Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa. 4 He aquí que así será bendecido el hombre Que teme a Jehová. 5 Bendígate Jehová desde Sion, Y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida, 6 Y veas a los hijos de tus hijos. Paz sea sobre Israel.”

Hablando especialmente de la familia este salmo dice, acerca del hombre que cuida a su familia, lo siguiente:

Su mujer será como vid que lleva fruto a los lados de su casa. De la vid, o de las uvas se produce el vino, que como dice la Escritura, alegra el corazón del hombre (Salmo 104.15) Así la mujer de este hombre bienaventurado y sabio es alegría para él.

Sus hijos serán como plantas de olivo alrededor de su mesa. Del olivo se extrae el aceita que, juntamente con el vino y la harina, es un elemento valorado en el hogar y cuya presencia en este es signo de la bendición de Dios, Salmo 104.15, Por tanto los hijos aquí son representados como una bendición y como personas que llevarán una vida de productividad, es decir su vida no será vana o disipada.

Que verá a sus nietos. Es decir que vivirá mucho tiempo, tanto que podrá ver a sus nietos.

Pero, estas bendiciones no vienen meramente por la suerte, si no que tienen su origen. ¿Donde parte esa bendición?

La respuesta es el v. 1: “El temor a Dios y andar en sus caminos”

Temer a Dios tiene que ver con el lugar que le damos al Señor en nuestra vida.

Y andar en sus caminos tiene que ver con el compromiso de hacer las cosas bien, como el dice en su Palabra.

El cuidado de nuestra familia comienza cuando el varón del hogar teme a Dios y anda en sus caminos.

II. Cómo el siervo de Dios debe cuidar de sus hijos.

1. Debe enseñarles la Palabra de Dios.

Deuteronomio 6:6–7 “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.”

2. Debe disciplinar a sus hijos en amor.

Proverbios 22:15 “La necedad está ligada en el corazón del muchacho; Mas la vara de la corrección la alejará de él.” Proverbios 13:24 “El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige.”

3. Debe dar a sus hijos consejos sabios.

Proverbios 1:8 “8 Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre;”

Proverbios 22:6 “6 Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.”

4. Debe ser un ejemplo de piedad.

Mateo 23:3 “3 Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen.”

Filipenses 4:9 “9 Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.”

Conclusión:

¿Estas cuidando de tu familia? ¿Puedes presentarte hoy ante Dios y tener la conciencia tranquila de qué has estado trabajando en la vida de tus hijos para conducirles a Dios?

¿Qué es lo que Dios quiere de ti?