¿POR QUIÉN VOTAR?

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INTRODUCCIÓN

Una vez más, en nuestro país, nos encontramos en la víspera de las elecciones presidenciales y congresuales. Ya hemos sido víctimas de tapones interminables por causas de caravanas, estamos cansados de las promesas de siempre… que nunca se cumplen, y sobre todo, nos sentimos indecisos, no por lo muchos o pocos candidatos, sino porque no hay opciones convincentes que cumplan con un perfil que honre al Señor.
Pero esta es nuestra realidad, y tenemos que hablar sobre esto y verlo a la luz de las Escrituras. Votar no es un acto sin importancia. Es tan importante que votando o no haciéndolo, como quiera, estaremos aportando para el futuro de nuestra nación, para bien o para mal.
Según la prensa local, el nivel de abstención electoral real en los pasados comicios municipales fue de 47.82 %.[1] Prácticamente, la mitad de nuestro país no ejerció su derecho al sufragio. Esto revela el abismal descontento que tenemos con la clase política que nos ha estado, tanto gobernando como haciendo oposición.
Como creyentes, tenemos que ser responsable y hacer nuestro aporte. Por eso, deseo compartir con ustedes algunas instrucciones bíblicas que pueden tomar en cuenta a la hora de ejercer su derecho y deber al voto en las elecciones de mañana.

PERFIL QUE DIOS NOS DA DE UN GOBERNANTE EN SU PALABRA

Un buen gobernante es un hombre apto para gobernar.
“Da, pues, a Tu siervo un corazón con entendimiento para juzgar a Tu pueblo y para discernir entre el bien y el mal. Pues ¿quién será capaz de juzgar a este pueblo Tuyo tan grande?». Fue del agrado a los ojos del Señor que Salomón pidiera esto.” (1º Reyes 3:9–10, NBLA)
Lyndon Baines Johnson, fue el trigésimo sexto presidente de los Estados Unidos y él dijo: “La tarea más difícil de un presidente no es hacer lo correcto; la tarea más difícil es saber qué es lo correcto.”
Como muchos de los gobernantes no pedirán a Dios la sabiduría que se requiere para gobernar bien la nación, nosotros como creyentes debemos orar por ellos.
Un buen gobernante es un hombre comprometido con la justicia.
“A demás, escogerás de entre todo el pueblo hombres capaces, temerosos de Dios, hombres veraces que aborrezcan las ganancias deshonestas, y los pondrás sobre el pueblo como jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez.” (Éxodo 18:21, NBLA)
“Nombrarás jueces y oficiales en todas las ciudades que el SEÑOR tu Dios te da, según tus tribus, y ellos juzgarán al pueblo con justo juicio. No torcerás la justicia; no harás acepción de personas, ni tomarás soborno, porque el soborno ciega los ojos del sabio y pervierte las palabras del justo. La justicia, y solo la justicia buscarás, para que vivas y poseas la tierra que el SEÑOR tu Dios te da.” (Deuteronomio 16:18–20, NBLA)
Un buen gobernante es un hombre que no se sitúa por encima de la ley.
Ningún ser humano puede estar por encima de la ley; ni los líderes civiles ni los líderes religiosos.
“Si soy, pues, un malhechor y he hecho algo digno de muerte, no rehúso morir. Pero si ninguna de esas cosas de que estos me acusan es verdad, nadie puede entregarme a ellos. Apelo a César.” (Hechos de los Apóstoles 25:11, NBLA)
Un buen gobernante se rodea de hombres íntegros y competentes.
“Quita al malo de delante del rey, Y su trono se afianzará en la justicia.” (Proverbios 25:5, NBLA)
No es posible que una persona pueda gobernar solo; se requiere de hombres y mujeres que estén a su lado para servirle y ayudarle a llevar a cabo esta responsabilidad.

CONSEJOS PARA ELEGIR CANDIDATO EN LAS PRÓXIMAS ELECCIONES.

Que la palabra de Dios sea tu guía primaria a la hora de votar.
“Lámpara es a mis pies Tu palabra, Y luz para mi camino.” (Salmo 119:105, NBLA)
A la hora de votar debemos de hacerlo con una conciencia informada por las Escrituras y no por las preferencias partidistas.
Ora por sabiduría antes de votar
“Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócelo en todos tus caminos, Y Él enderezará tus sendas. No seas sabio a tus propios ojos; Teme al SEÑOR y apártate del mal.” (Proverbios 3:5–7, NBLA)
1 Timoteo 2:1–4 (NBLA) — 1 Exhorto, pues, ante todo que se hagan plegarias, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres, 2 por los reyes y por todos los que están en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y sosegada con toda piedad y dignidad. 3 Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, 4 el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad.
El comentarista Williams Hendrix dice este texto de Pablo: “Pablo ciertamente no quiere fomentar la vida fácil, sus propósitos no son nunca egoístas, más buen la idea es esta: es estar libre de molestias, tales como guerras, persecuciones, para que faciliten la extensión del evangelio de la salvación en Cristo para la gloria de Dios”.
Vota por el candidato que de acuerdo a la gracia común de Dios, parece tener la agenda más alineada con los valores fundamentales de nuestra cosmovisión cristiana.
No tenemos que estar totalmente de acuerdo con todo lo que hará o plantea hacer el candidato, pero sí tenemos que tener coincidencia de los aspectos fundamentales.
Por ejemplo:
¿Ese candidato promueve la libertad religiosa?
¿Existe la posibilidad que en el ejercicio de su poder limite al cristiano a la predicación de la palabra de Dios?
¿Está en la agenda de este candidato proteger la vida desde la concepción hasta la tumba? O ¿es un promotor del aborto o tal vez de la eutanasia (Acto de provocar intencionadamente la muerte de una persona que padece una enfermedad incurable para evitar que sufra)?
¿Respetará el candidato la definición bíblica del matrimonio como la unión de un hombre y una mujer, o tratará de echar por tierra la Palabra de Dios para dar lugar a otros tipos de uniones que destruirán el concepto de familia que consecuentemente contribuirá a un mayor deterioro de la sociedad?
Cada candidato debe evaluado a la luz de estas y otras cuestiones morales. Como seguidores de Cristo, no podemos dar nuestra aprobación a estas cuestiones que Dios ha declarado como inmorales y perversas.
Romanos 1:29–32 (NBLA) — 29 Están llenos de toda injusticia, maldad, avaricia y malicia, llenos de envidia, homicidios, pleitos, engaños, y malignidad. Son chismosos, 30detractores, aborrecedores de Dios, insolentes, soberbios, jactanciosos, inventores de lo malo, desobedientes a los padres, 31 sin entendimiento, indignos de confianza, sin amor, despiadados. 32 Ellos, aunque conocen el decreto de Dios que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no solo las hacen, sino que también dan su aprobación a los que las practican.
Hecha tu voto con una limpia conciencia.
Si has considerado este asunto en oración y con las Escrituras en las manos, aunque haya algunas cosas en el candidato que te causen dudas:
Recuerden que estamos escogiendo al candidato que, según la información que tenemos, parecer ser el más idóneo para ocupar el cargo público.
Procura votar con conciencia, no por conveniencia.
Vota por valores, no por colores.
Haz la tarea de conocer a los candidatos.
Vota por convicción, no por tradición.
Considera cómo debe ser el candidato ideal.
Vota confiando plenamente en la soberanía de Dios.
Nosotros, que vivimos en un país democrático, somos instrumentos en sus manos para llevar a cabo sus propósitos.
El medio para llevar a cabo su propósito de poner y quitar reyes, en este país democrático, es a través del ‘voto’.
Debemos votar con la confianza de que gane quien gane, él cumplirá sus propósitos eternos para su gloria y su honra.
Si algunos de los candidatos que ganen son inmorales, recuerda que Dios, en su sabiduría, puede usar líderes corruptos para llevar a cabo sus planes.
“Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan. Porque no hay autoridad sino de Dios, y las que existen, por Dios son constituidas.” (Romanos 13:1, NBLA)
Pablo habla de someterse a las autoridades en un contexto en el que Roma, un gobierno impío y corrupto, está gobernando.
Gane quien gane, nuestro Dios hará que todas las cosas obren para bien, para aquellos que les aman.
“Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a Su propósito.” (Romanos 8:28, NBLA)

CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN

Debemos tener una perspectiva realista de la labor que los candidatos electos realizarán. No debemos ser fatalistas, pero tampoco ilusos.
No olvidemos que nuestra esperanza está en Dios, no en los hombres.
Gane quien gane, sea o no, el candidato de nuestra preferencia, estamos llamados a someternos a las autoridades siempre que no interfiera con nuestra obediencia a Dios.
Nosotros los cristianos no podemos dividirnos por las preferencias políticas.
El único soberano digno de toda nuestra confianza y digno de todo nuestro honor es nuestro gran Dios y salvador Jesucristo.
[1] https://www.diariolibre.com/actualidad/politica/2024/02/19/elecciones-municipales-de-cuanto-fue-la-abstencion/2618715
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