La gran cosecha que viene: Verdaderos adoradores

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Estamos viviendo en el tiempo más glorioso de la historia de la humanidad. Está a la puerta el más profundo mover del Espíritu Santo, el mejor vino espiritual de todas las edades, la mayor cosecha de almas de todos los tiempos.

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La gran cosecha que viene: Verdaderos adoradores
Domingo 19 de Mayo 2024 - Iglesia Senda Antigua & Transmisión en vivo Bethel La Paz
LECCIÓN 05
ORACIÓN
“Señor, Tú, el Todopoderoso, el Dios que creó este universo con Sus dedos, que puede lograr cualquier cosa con facilidad te suplicamos que seas Tú el Maestro en esta iglesia y que Tus Palabras penetren nuestros corazones hasta lo más profundo y que veamos con claridad Tu voluntad, Tu plan, Tu deseo, Tu gran misericordia para con nosotros Señor.
Gracias Cristo. Amén.”
SOMOS TEMPLOS U HOTELES
2 Corintios 6:16 dice:
“16¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos?
Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:
Habitaré y andaré entre ellos,
Y seré su Dios,
Y ellos serán mi pueblo.”
Para tener una iglesia que sepa adorar al Señor se necesita tener adoradores.
Para tener adoradores, se necesitan líderes que tengan una vida diaria de alabanza y adoración.
Si los líderes de la iglesia no son adoradores, la congregación no llegará a serlo.
No consiste en una fórmula.
Es una manera de vivir.
Si el único tiempo que dedicamos para alabar a Dios es cuando asistimos a la iglesia (una, dos, tres, etc veces por semana), ésta se convierte en un rito.
La alabanza en la iglesia será un rito si no es nuestra forma de vida, aunque la realicemos correctamente.
Decimos que somos el templo, la casa de Dios, porque la Biblia lo dice (2 Corintios 6:16).
Pero si un inconverso lee ese versículo, podría decir que él también es un templo: “Porque lo leí en la Biblia”.
De manera que se necesita algo más que nacer de nuevo para hacer un templo o una morada de Dios, en todo el sentido de la palabra.
En el antiguo testamento Dios no vivía en todas las tiendas que se encontraban en Israel, sólo en Su tienda, Su tabernáculo, hecho conforme a Su diseño y a Su gusto.
¿Qué sucede si no ordenamos nuestra vida conforme a Su patrón?
Jeremías 14:8 dice:
“8Oh esperanza de Israel, Guardador suyo en el tiempo de la aflicción, ¿por qué te has hecho como forastero en la tierra, y como caminante que se retira para pasar la noche?”
En este verso que acabamos de leer dice que Dios se hizo como forastero al visitar a Su pueblo sólo por una noche.
¿Por qué? Nos hemos convertido en hoteles del Señor.
Para eso sirve un hotel, para pasar la noche.
Él entra, nos visita, nos llena de Su gloria, pero por la mañana se va, porque somos hoteles.
La casa se utiliza constantemente.
En cambio un hotel, sólo sirve para pasar alguna noche, de vez en cuando.
Hay una razón por la cual somos hoteles; esta es la misma que hace diferente una casa de un hotel.
Uno tiene arreglada su casa como desea, y conoce cómo y dónde está ubicado todo.
Podemos entrar en ella por la noche a oscuras, sin encender la luz, y llegar al dormitorio sin tropezarnos, porque conocemos la ubicación de cada mueble en ella.
Un hotel no está arreglado como deseamos, es sólo un lugar de paso.
Es lo que sucede cuando queremos arreglar la casa del Señor (que somos nosotros), y decimos: “Así quiero tenerla, así quiero vivir, así quiero alabar a Dios”.
Entonces el Señor dice: “Está bien, no se mira mal esta casa, Voy a visitarla, pero no voy a quedarme allí; es tu casa, no la mía; si tú arreglas tu vida según tus propias ideas y conceptos, Yo no voy a morar allí”.
Un misionero que visita y ministra de grupos de indígenas en el norte de Canadá, cerca de las regiones donde nieva durante todo el año, llegó a una iglesia a la cual fue invitado para enseñar.
Él les enseñó acerca de la alabanza, su importancia, como alabar en espíritu y verdad, el patrón bíblico, etc.
Al terminar el curso, los líderes de la iglesia le dijeron: “Hermano, entendemos el mensaje; otros han venido y nos han enseñado lo que la Biblia dice acerca de la alabanza, su importancia, etc.; pero nosotros, como líderes de esta iglesia, hemos tomado una decisión: Vamos a seguir en nuestra nuestra tradición, porque eso es lo que nos gusta”.
Esa es la razón por la que muchos llegan a ser únicamente hoteles.
El que quiere ser visitado por Dios en ocasiones, puede seguir con sus propias tradiciones e ideas.
Pero si queremos ser moradas verdaderas del Señor, debemos escudriñar el diseño y edificar la casa según lo que Él dice.
El señor nos dio en el Antiguo Testamento de las claves, el patrón, la figura de lo que es Su morada, y como Él desea tener Su casa.
Quiero ver con ustedes ver el aspecto principal de la morada del Dios para ser conformados a él y llegar a ser templos del Señor.
EL HOLOCAUSTO CONTINUO
El Holocausto Continuo era el centro de la adoración y del sacerdocio en el Antiguo Testamento.
Era el rasgo principal de la casa del Señor, Su morada.
Si no tenemos esto, podemos engañarnos a nosotros mismos, pero no somos Su morada.
Recordemos que el holocausto o sacrificio continuo es una sombra de lo que el Señor quiere en nuestra vida.
Éxodo 29:38-43 dice:
“38Esto es lo que ofrecerás sobre el altar: dos corderos de un año cada día, continuamente.
39Ofrecerás uno de los corderos por la mañana, y el otro cordero ofrecerás a la caída de la tarde.
40Además, con cada cordero una décima parte de un efa de flor de harina amasada con la cuarta parte de un hin de aceite de olivas machacadas; y para la libación, la cuarta parte de un hin de vino.
41Y ofrecerás el otro cordero a la caída de la tarde, haciendo conforme a la ofrenda de la mañana, y conforme a su libación, en olor grato; ofrenda encendida a Jehová.
42Esto será el holocausto continuo por vuestras generaciones, a la puerta del tabernáculo de reunión, delante de Jehová, en el cual me reuniré con vosotros, para hablaros allí.
43Allí me reuniré con los hijos de Israel; y el lugar será santificado con mi gloria.”
En el contexto de esta ofrenda diaria, el Señor nos ofrece tres bendiciones:
1- Reunirse con nosotros,
2- Hablarnos y
3- Santificarnos.
Si Israel ofrecía este sacrificio cada mañana y cada tarde, ellos tenían la bendición del Señor.
Si no lo ofrecían, perdía la bendición.
El holocausto continuo es un secreto para tener encuentros con Dios, oír oír Su voz y tener nuestra vida santificada con Su gloria.
1- El holocausto continuo en el Tabernáculo de Moisés
En el Tabernáculo de Moisés había dos altares: El altar bronce y el altar de oro (o de incienso).
Cada día se ofrecía en ellos el holocausto o sacrificio continuo.
Éxodo 29:38-39 dice:
“38Esto es lo que ofrecerás sobre el altar: dos corderos de un año cada día, continuamente.
39Ofrecerás uno de los corderos por la mañana, y el otro cordero ofrecerás a la caída de la tarde. ”
Sobre el altar de bronce se ofrecían dos corderos diariamente.
Sobre el altar de oro se quemaba incienso cada mañana y cada tarde:
Éxodo 30:1, 6-8 dice:
“1Harás asimismo un altar para quemar el incienso; de madera de acacia lo harás.
6Y lo pondrás delante del velo que está junto al arca del testimonio, delante del propiciatorio que está sobre el testimonio, donde me encontraré contigo.
7Y Aarón quemará incienso aromático sobre él; cada mañana cuando aliste las lámparas lo quemará.
8Y cuando Aarón encienda las lámparas al anochecer, quemará el incienso; rito perpetuo delante de Jehová por vuestras generaciones.”
Cada mañana y cada tarde ascendía un olor grato delante de la presencia del Señor, cuando se ofrecían los dos corderos y el incienso en el tabernáculo.
De la historia sabemos que cada mañana los sacerdotes entraban por la puerta del atrio, iban a la fuente, se lavaban, y después se dirigían al altar de bronce donde el sacerdote encargado degollaba el cordero, derramaba la sangre y la aplicaba a los cuernos del altar.
Al mismo tiempo, otro sacerdote entraba en el lugar santo y se colocaba en el altar de incienso, mientras un tercer sacerdote se ubicaba en la entrada del lugar santo con una campana.
Cuando el sacerdote empezaba a ofrecer el cordero en el altar de bronce y subía la nube del sacrificio quemado, el de la entrada del Lugar Santo tocaba la campana para que el otro sacerdote en el altar de incienso, supiera que el sacrificio era ofrecido.
Entonces quemaba el incienso sobre el altar de incienso.
Esto se hacía en el templo, al iniciar el día, y antes de cerrar las puertas al final del día, de manera que del templo de Dios ascendían dos nubes cada mañana y cada tarde; al empezar y al terminar el día todos los días.
2- El holocausto continuo en el Tabernáculo de David
Cuando David trasladó el arca a la ciudad de David, tuvo un problema: Lo único que tenía en su tabernáculo era el Lugar Santísimo.
Una cosa era poner el arca en su jardín, pero otra cosa es reconstruir sus propios muebles y armar otro tabernáculo, porque el Tabernáculo de Moisés estaba levantado en Gabaón, donde funcionaba.
Hago un paréntesis, al tabernáculo en Gabaón sólo le faltaba el arca del pacto, la gloria de Dios.
Que nuestra vida e iglesias no lleguen a estar en esa condición.
David podía haber trasladado el Tabernáculo de Moisés completo a su jardín jardín, pero obviamente Dios no le había hablado acerca de eso; o podía haber construido otros altares, pero tampoco eso era la voluntad del Señor.
¿Cómo administrar al señor con dos nubes cada mañana y cada tarde?
No tenía ni el altar de bronce ni el de oro.
Su problema era ¿Cómo agradar al Señor con los sacrificios que Él había ordenado para Su templo?
¿Cómo levantar las dos nubes cada mañana y cada tarde conforme al patrón de la morada de Dios?
David buscó al Señor y encontró la respuesta de lo que Dios había pedido, sin embargo él descubrió el cumplimiento y no la sombra; recordemos que David es un ejemplo de la iglesia:
Salmo 141:2 (LBLA) dice:
“2Sea puesta mi oración delante de ti como incienso,
el alzar de mis manos como la ofrenda de la tarde.”
La nube de incienso
En vez de la nube de incienso, David le ofrecía a Dios oración.
El incienso del Nuevo Testamento es la oración de los santos (Apocalipsis 8:4 dice: “ 4Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos.”)
David entendía que el incienso es espiritual y celestial es la oración e intercesión.
La nube de la ofrenda quemada
En vez de la nube del holocausto, David le ofrecía a Dios el alzar de sus manos.
Eso no quiere decir sencillamente que él levantaba sus manos y después de unos minutos las bajaba en vez de holocausto.
Con una ayuda de otra escritura relacionada con David, el holocausto continuo y el templo del Señor, entendemos a qué se refiere David con esto.
En todo el capítulo 23 de 1 Crónicas, David dio varias instrucciones acerca del templo de Salomón, que era una combinación de la sombra (los sacrificios de la ley), y el cumplimiento (el Tabernáculo de David).
En ese templo se ofrecían los sacrificios conforme a la ley de Moisés, pero con gozo conforme a la disposición de David.
Una de las instrucciones giradas a los sacerdotes del templo fue la siguiente:
1 Crónicas 23:30 dice:
“30y para asistir (pararse) cada mañana todos los días a dar gracias y tributar alabanzas a Jehová, y asimismo por la tarde;”
Según David, los sacerdotes debían pararse (que es la traducción de la palabra hebrea) delante del Señor, para tributarle acciones de gracias y alabanzas.
Esto debían hacerlo cada mañana y cada tarde que, como ya sabemos, son el momento de holocausto continuo.
Al encajar este verso con el Salmo 141:2, entendemos que la nube del holocausto continuo consiste en separarnos como sacerdotes delante del Señor, levantar nuestras manos, y darle a Él alabanzas y acciones de gracias.
Al parafrasear el Salmo 141:2, David dice: “Señor, que de este templo (él mismo), mi oración sea una nube y que el levantamiento de mis manos (alabanza) sea la otra nube de Tu morada”.
El sacrificio de la mañana y de la tarde para David era Oración y Alabanza.
Éste es el cumplimiento espiritual del holocausto continuo en el templo de Dios en el Nuevo Testamento, como quiero que miremos finalmente en esta lección del día de hoy.
3- El Holocausto Continuo en la vida del cristiano
Hay varias Escrituras en el Nuevo Testamento donde se nos exhorta a acercarnos a Dios por medio de los sacrificios espirituales del Tabernáculo de David.
Romanos 12:1 dice:
“1Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.”
Nuestros mismos cuerpos deben ser ofrecidos a Dios como culto racional.
Nuestra vida presentada a Dios a través de Jesucristo, es el cumplimiento de los dos corderos que se ofrecían cada cada mañana y cada tarde.
Hebreos 13:10 y 15 (LBLA) dice:
“10 Nosotros tenemos un altar del cual no tienen derecho a comer los que sirven al tabernáculo.
15 Por tanto, ofrezcamos continuamente mediante Él, sacrificio de alabanza a Dios, es decir, el fruto de labios que confiesan su nombre.”
En el libro de hebreos recibimos una revelación del cambio del tabernáculo, sacerdocio y sacrificios físicos, al tabernáculo, sacerdocio y sacrificios espirituales.
Por eso, en el versículo 10 dice que tenemos un altar para ofrecer sacrificios continuamente, ya no de animales, sino espirituales, el sacrificio de alabanza, tal como David dijo en 1 Crónicas 23 respecto al holocausto continuo.
1 Timoteo 2:8 dice:
“8Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.”
Éste es el deseo del espíritu Santo expresado a través del apóstol Pablo: Que oremos en todo lugar, constantemente, y levantemos nuestras manos al Señor.
Éste es el holocausto continuo.
Salmo 50:5 dice:
“5Juntadme mis santos,
Los que hicieron conmigo pacto con sacrificio.”
Es el pacto de David.
¿Cómo podemos hacer un pacto con sacrificio?
Salmo 50:14 dice: “14 Sacrifica a Dios alabanza,
Y paga tus votos al Altísimo;”
Si usamos nuestras bocas para ministrar al Señor cada mañana y cada tarde, día tras día, el pacto de David llegará a ser una realidad en nosotros, y la vida de Cristo se manifestará a través de nuestra vida para este mundo necesitado y moribundo.
CORO: Haya una morada - C.
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