Agradecidos con Dios
Los colosenses temían a las fuerzas invisibles de las tinieblas, pero Pablo dice que los creyentes verdaderos son trasladados de las tinieblas a la luz, de la esclavitud a la libertad, de la culpa al perdón y del poder de Satanás al poder de Dios. Fuimos rescatados de un reino rebelde para servir a un Rey justo. Nuestra conducta debe reflejar nuestra lealtad
Una vez liberado del poder del pecado, el creyente está sujeto al señorío de Jesús, y tiene asegurada su participación en el futuro reino del Señor.
Pablo no enseña que debemos dar gracias a Dios por cada cosa que nos sucede sino en todo. Lo malo no viene de Dios, por lo tanto, no debiéramos agradecerle por lo malo. Pero cuando lo malo nos ataca, podemos sentirnos agradecidos a Dios por su presencia y por lo bueno que puede darnos a través del sufrimiento