LIDIANDO CON LOS FALSOS MAESTROS
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INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
Lectura: 1 Timoteo 1:1-20.
Oración
“No juzguen para que no sean juzgados. Porque con el juicio con que ustedes juzguen, serán juzgados; y con la medida con que midan, se les medirá”, ésta es probablemente es una de las referencias bíblicas peor utilizadas dentro de los círculos cristianos. El pasaje de Mateo 7:1-14 es usado por muchos para afirmar que los cristianos no debemos juzgar a los demás en ningún sentido.
Los cristianos, según piensan algunos, debería de juzgar menos y amar más.
Esto es, sin duda alguna, una mala interpretación por parte de quienes usan este texto como pretexto para evitar corregir lo que está mal dentro de la iglesia.
Ahora bien, el pasaje en Mateo 7, no es una prohibición a juzgar, sino a juzgar mal. Los cristianos no debemos juzgar a la ligera ni rápidamente sin tener los hechos concretos, de hecho, dentro de los 10 Mandamiento, se nos dice que no debemos levantar falso testimonio, por tanto, no es pecado levantar testimonio contra alguien que ha hecho algo malo, sino el hacerlo falsamente.
Es lo mismo que nos enseña el Señor, en su contexto, Mateo 7 es un llamado a juzgar y corregir de una manera justa.
De hecho, la Biblia manda a los cristianos a juzgar todas las cosas. Especialmente, cuando se trata de la enseñanza y los maestros en la iglesia. Verás, en toda la Escritura, tanto en el Antiguo como el Nuevo Testamento, El Señor da a su pueblo instrucciones sobre cómo identificar falsos profetas o maestros. Si leemos rápidamente Deuteronomio 18:20–22 “Pero el profeta que hable con orgullo en Mi nombre una palabra que Yo no le haya mandado hablar, o que hable en el nombre de otros dioses, ese profeta morirá. Y si dices en tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que el Señor no ha hablado?. Cuando un profeta hable en el nombre del Señor, si lo que fue dicho no acontece ni se cumple, esa es palabra que el Señor no ha hablado; con arrogancia la ha hablado el profeta; no tendrás temor de él.”
Dios claramente mandó a su pueblo a ejercer un juicio sobre la profecía que se hablará en nombre de Dios, y no solo juzgar si provenía de Dios, sino también mandó a dar muerte a los falsos profetas.
Esto no es algo para el pueblo de Israel en el Antiguo Testamento solamente, sino que la iglesia en el Nuevo Testamento debía ejercer el mismo discernimiento y juicio sobre los falsos maestros, con la única excepción de que ya no son apedreados, sino que son llamados al arrepentimiento (hablaremos de esto más adelante en nuestro estudio de hoy).
Cuando leemos el Nuevo Testamento, observamos que en su gran mayoría las cartas representan una instrucción y corrección para las iglesias. Los autores bíblicos corrigieron tanto la doctrina como la conducta de los hermanos en las iglesias con el propósito de que vivieran conforme a la verdad.
Y tanto la instrucción como la corrección son partes fundamentales del juicio y discernimiento que los miembros de la iglesia deben ejercer sobre la enseñanza y los maestros. Esto es lo que la Biblia nos manda. De hecho, esto es lo que vemos en 1 Timoteo 1:18-20.
Por esta razón, mi argumento en esta tarde es el siguiente:
Argumento: “La iglesia debe ser instruida en la Palabra para poder ejercer discernimiento sobre la enseñanza y los maestros”
El título de este sermón es “Lidiando con los falsos maestros”, y mi intención es demostrar que la iglesia debe lidiar con los falsos maestros de tres maneras:
Discerniendo los espíritus.
Denunciando las falsas enseñanzas.
Defendiendo el testimonio (por medio de la disciplina).
I. DISCERNIENDO LOS ESPÍRITUS
I. DISCERNIENDO LOS ESPÍRITUS
CONTEXTO
En primer lugar, debemos recordar que Pablo encarga a Timoteo, su amado hijo en la fe, la importante misión de instruir en la sana doctrina y corregir la falsa enseñanza que algunos pastores estaban promoviendo en la iglesia en Éfeso.
1 Timoteo 1:3–4 “Tal como te rogué al salir para Macedonia que te quedaras en Éfeso para que instruyeras a algunos que no enseñaran doctrinas extrañas, ni prestaran atención a mitos y genealogías interminables, lo que da lugar a discusiones inútiles en vez de hacer avanzar el plan de Dios que es por fe, así te encargo ahora.”
Y sé que esto ya me lo habéis oído decir muchas veces, pero algo que he aprendido es que quienes somos padres y pastores, debemos repetir las mismas cosas muchas veces antes de que calen en las mentes de nuestros hijos y congregaciones. Así que, una vez más lo voy a repetir.
Esta situación que Pablo describe en 1 Timoteo 1:3-4 es precisamente la que él había advertido a los pastores de Éfeso cuando se despidió de ellos en Hechos 20:28–32 “Tengan cuidado de sí mismos y de toda la congregación, en medio de la cual el Espíritu Santo les ha hecho obispos para pastorear la iglesia de Dios, la cual Él compró con Su propia sangre. »Sé que después de mi partida, vendrán lobos feroces entre ustedes que no perdonarán el rebaño. También de entre ustedes mismos se levantarán algunos hablando cosas perversas para arrastrar a los discípulos tras ellos. Por tanto, estén alerta, recordando que por tres años, de noche y de día, no cesé de amonestar a cada uno con lágrimas. Ahora los encomiendo a Dios y a la palabra de Su gracia, que es poderosa para edificarlos y darles la herencia entre todos los santificados.”
Lo que Pablo con tanta claridad había profetizado, había finalmente acontecido. Algunos de los mismos pastores de Éfeso que habían sido entrenados por Pablo mismo, ahora estaban enseñando algo completamente diferente al evangelio.
LA IGLESIA DEBER DISCERNIR
En su misma profecía, Pablo nos da una de las claves para poder lidiar con los falsos maestros, y es la instrucción. Pablo les hace un llamado a recordar que por 3 años él los estuvo amonestando, que también puede ser traducido como exhortando, y que ahora los encomienda a la Palabra de Dios que los puede edificar.
Amados, la iglesia debe lidiar con los falsos maestros, en primer lugar discerniendo los espíritus, pero para ello, debe ser instruida en la verdad, debe ser enseñada en la sana doctrina para que pueda discernir la falsa.
Por eso Pablo manda a Timoteo que enseñe y corrija tantas veces en sus dos cartas. Y le anima a que se dedique a la doctrina y a ser buen ejemplo, porque solo a través del ministerio de la Palabra la iglesia será instruida y edificada con el fin de poder ejercer discernimiento.
¿QUÉ ES EL DISCERNIMIENTO?
Pero antes de continuar, debemos entender bien ¿qué es el discernimiento? Porque, lamentablemente, en las iglesias evangélicas hay una concepción del discernimiento que no tiene nada que ver con la realidad. Muchos piensan que el discernimiento es la habilidad de ver lo que no se ve. Como si la gente pudiera discernir pecados ocultos de los demás. Amados, eso es un claro ejemplo lo que Mateo 7:1-14 prohibe (juzgar sin conocer los hechos).
El discernimiento no tiene que ver con que Dios te revela algo que está oculto en el corazón o la mente de alguien. Esto suele ser más común en las mujeres, pero amados, también hay hermanos que llegan a conclusiones muy rápido sin realmente conocer los hechos y creen que eso es discernimiento.
El pastor y teólogo puritano Jonathan Edwards habló sobre esto diciendo:
Los verdaderos santos no tienen un espíritu de discernimiento tal que puedan determinar con exactitud quién es piadoso y quién no. Aunque conocen empíricamente lo que es la verdadera religión, mediante la práctica cotidiana de ésta, ello no les permite sentir ni ver lo que se encuentra en el corazón de los demás.
Jonathan Edwards
La Palabra de Dios nos manda a hacerlo.
1 Juan 4:1–6 “Amados, no crean a todo espíritu, sino prueben los espíritus para ver si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido al mundo. En esto ustedes conocen el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios. Y todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios, y este es el espíritu del anticristo, del cual ustedes han oído que viene, y que ahora ya está en el mundo. Hijos míos, ustedes son de Dios y han vencido a los falsos profetas, porque mayor es Aquel que está en ustedes que el que está en el mundo. Ellos son del mundo; por eso hablan de parte del mundo, y el mundo los oye. Nosotros somos de Dios. El que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de la verdad y el espíritu del error.”
Amados, discernimiento no es leer la mente ni las actitudes ni que Dios te revele algo que la persona esconde. No, el discernimiento es saber identificar el error tanto en la doctrina como en la conducta.
El apóstol Juan manda a la iglesia a discernir los espíritus, en otras palabras, a poner a prueba los espíritus. Y cuando se refiere a espíritus, se refiere a la enseñanza que alguien trae. Se refiere a poner a prueba el mensaje que escuchamos de esa persona. Pero acto seguido, les instruye en la sana doctrina, o lo que es lo mismo, después de exhortarles a que ejerzan discernimiento, les da el conocimiento doctrinal necesario para que ejerzan ese discernimiento.
Pero esto es una responsabilidad compartida, por una parte es la responsabilidad de los pastores instruir, enseñar y corregir para que la iglesia aprenda. Y por otra parte, es responsabilidad de los creyentes exponer sus mentes y corazones a la Palabra de Dios, para crecer en su conocimiento y poder discernir. Cuando Pablo y Silas fueron a predicar en Berea, los de esta región examinaron el mensaje de Pablo y Silas para ver si era cierto lo que decían.
Hechos 17:10–11 “Enseguida los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas a Berea, los cuales, al llegar, fueron a la sinagoga de los judíos Estos eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando diariamente las Escrituras, para ver si estas cosas eran así.”
Esta actitud mostrada por la gente de Berea es la que la iglesia debe tener. Amados hermanos, debemos conocer nuestra Biblia a tal punto que podamos identificar el error en la enseñanza.
Hebreos 5:13–14 “Porque todo el que toma solo leche, no está acostumbrado a la palabra de justicia, porque es niño. Pero el alimento sólido es para los adultos, los cuales por la práctica tienen los sentidos ejercitados para discernir el bien y el mal.”
EL TRIAGE TEOLÓGICO
Ahora bien, para poder ejercer discernimiento, debemos entender que hay doctrinas que son fundamentales para el cristianismo, y otras que no son tan fundamentales.
El Dr. Albert Mohler ha usado la terminología médica de Triage Teológico proponiendo que hay algunas doctrinas que son más importantes que otras por su gravedad. Esto, en referencia al triage médico que determina la gravedad de una enfermedad para determinar con cuánta urgencia debe atenderse y así dar prioridad a aquellos que están en peor estado.
De la misma forma, hay doctrinas que son fundamentales en la fe cristiana, doctrinas que no son negociables y que, de negarlas, estaríamos negando la fe misma. Esto no siempre ese sencillo. El pastor Sugel Michelén dijo en una oportunidad:
Si no sabemos distinguir doctrinas primarias de doctrinas secundarias, vamos a caer en extremos. Ya sea en el extremo del ecumenismo que no distingue absolutamente nada, sino que quiere atraer a todo el mundo a un gran movimiento donde todas las iglesias se unen; o podemos caer en el aislacionismo, donde lleguemos a pensar que solo nuestra iglesia con nuestras doctrinas es la única iglesia sana que hay en el mundo.
Sugel Michelén
Hay doctrinas como la escatología, los dones del espíritu, bautismo de infantes, incluso, me atrevería a decir que el calvinismo y arminianismo son doctrinas de segundo orden. Para entender mejor cómo funciona esto, una doctrina de primer orden es aquella que diferencia a un creyente de un no creyente, no tanto qué diferencia a un bautista de un presbiteriano, o a un calvinista de un arminiano. Lamentablemente, no tenemos todo el tiempo para poder profundizar tanto como me gustaría en este tema, pero en nuestro pasaje vemos claramente una de estas doctrinas fundamentales siendo atacadas, hablamos de la doctrina de la justificación.
Los falsos maestros en la iglesia de Éfeso estaban promoviendo una justificación por obras a través de la observancia de la ley. Por eso Pablo dice 1 Timoteo 1:9 “Reconozcamos esto: que la ley no ha sido instituida para el justo, sino para los transgresores y rebeldes…” Los falsos maestros estaban enseñando que por medio de la ley el hombre podía ser justificado.
Conexión con el evangelio: Y todos los que nos visitan hoy, y a aquellos que probablemente hayan asistido a iglesias donde no se predicaba bíblicamente, y que han creído un falso evangelio bien sea de la prosperidad, progresivo o moralista, quiero dirigirme a ustedes por unos minutos. No sé cuál ha sido tu experiencia con la iglesia o con la Biblia, es posible que hayas escuchado una versión distorsionada del evangelio, y que te hayan hecho creer que puedes ir al cielo haciendo buenas cosas, o uniéndote a alguna iglesia, pero la realidad es que ninguna obra que tú hagas te podrá salvar. Por eso Pablo corrigió a estos falsos maestros, porque enseñaban una justificación por obras.
Pero, nadie puede justificarse delante de Dios, por eso necesitamos la obra de Jesús que es contada a nuestro favor, así como nuestro pecado fue contado sobre Él en la cruz. A menos que pongamos nuestra esperanza exclusivamente en la cruz, entonces no tendremos ninguna salvación posible del infierno. Porque Cristo no vido a salvarte de una mala situación económica o de la crisis de tu matrimonio, sino de la justa ira de Dios por tu pecado. Si esto es algo que quieres hacer hoy, dímelo al terminar el culto, me encantaría hablar contigo.
Así que, amada iglesia, la justificación por obras es completamente opuesta al evangelio. Por eso Pablo instruye a Timoteo, y también a la iglesia en Éfeso para que puedan discernir la sana doctrina del error.
II. DENUNCIANDO A LA FALSA ENSEÑANZA
II. DENUNCIANDO A LA FALSA ENSEÑANZA
Y esto nos lleva a nuestro segundo punto. En primer lugar, para poder lidiar con los falsos maestros, la iglesia debe discernir los espíritus, o lo que es lo mismo, la iglesia debe discernir la falsa enseñanza.
En segundo lugar, después de discernir, debe denunciar. Denunciar la falsa enseñanza.
Pablo hace esto a lo largo de toda la carta, pero vamos a enfocarnos solo en el capítulo 1 por el momento:
1 Timoteo 1:3 - doctrinas extrañas.
1 Timoteo 1:4 - mitos y genealogías interminables.
1 Timoteo 1:6 - vana palabrería.
1 Timoteo 1:10 - cualquier cosa contraria a la sana doctrina.
1 Timoteo 1:19 - naufragaron en lo que toca a la fe. La fe es usada como sinónimo de la verdad.
Solo en el primer capítulo Pablo denuncia la falsa enseñanza cinco veces. Pablo juzgó lo que enseñaban estos hombres y lo denunció públicamente, y por lo que leeremos más adelante, entendemos que también lo denunció en privado con estos hombres.
Amados, la falsa enseñanza debe denunciarse porque no hacerlo evitará que peleemos la buena batalla de la vida cristiana. Cuando Pablo anima a Timoteo a Pelear la batalla de la vida cristiana, lo primero que le dice es que debe guardar la fe, y la fe en este contexto es usada como sinónimo de la verdad. En otras palabras, Pablo le está diciendo, guarda la sana doctrina.
Timoteo debía proteger la verdad del evangelio, y denunciar la falsa enseñanza públicamente. De esta manera, la iglesia sería instruida y protegida. La iglesia sabría a quién escuchar y a quién no.
La denuncia de la falsa enseñanza no es un ataque personal al individuo, sino que por el contrario es un acto de amor que llama la atención sobre el error teológico en el que se encuentra la persona. De hecho, el apóstol Pedro mismo fue denunciado públicamente por Pablo, porque predicaba una cosa distinta al evangelio. En este caso, Pedro estaba mandando a los gentiles a que vivieran como judíos por temor a los que eran judíos.
Cuando Pablo vio esta hipocresía por parte de Pedro en su enseñanza, lo confrontó en privado y en público. En privado en su conversación con él, y en público cuando lo puso en la carta a los Gálatas 2:14 “Pero cuando vi que no andaban con rectitud en cuanto a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: «Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como los judíos, ¿por qué obligas a los gentiles a vivir como judíos?”
Pablo no estaba atacando a Pedro personalmente, sino que estaba denunciando una enseñanza que no era correcta. Pedro, a pesar de ser apóstol, cayó en una práctica que no era acorde a la verdad del evangelio. Y esto nos lleva a nuestro último punto, pero no se preocupe que todavía queda bastante para terminar.
III. DEFENDIENDO EL TESTIMONIO DEL EVANGELIO (POR MEDIO DE LA DISCIPLINA)
III. DEFENDIENDO EL TESTIMONIO DEL EVANGELIO (POR MEDIO DE LA DISCIPLINA)
Para lidiar con los falsos maestros, la iglesia debe:
Discernir la enseñanza.
Denunciar la falsa enseñanza.
Defender el testimonio del evangelio (por medio de la disciplina).
En este último punto, es muy importante que entendamos lo siguiente, cuando una enseñanza falsa atenta contra una doctrina fundamental, el resultado es la impiedad (2 Timoteo 2:16). Por lo tanto, al denunciar la falsa enseñanza, también se está defendiendo el testimonio de la iglesia.
Lo que está en juego amados, no es más ni menos que el evangelio mismo. Pablo muestra la gravedad del asunto de dos maneras: 1) llama a los transgresores por sus nombres; 2) usa un lenguaje de disciplina eclesial.
1 Timoteo 1:20 “Entre ellos están Himeneo y Alejandro, a quienes he entregado a Satanás, para que aprendan a no blasfemar.”
Nombra a los falsos maestros por sus nombres: Hay algunas personas que creen que no es correcto hacer esto, sin embargo, aquí tenemos un ejemplo claro de que es bíblico hacerlo. De hecho, creo que es bueno hacerlo. Denunciar a los falsos maestros públicamente ayuda a que a la iglesia esté alerta y no preste su oído a las falsas enseñanzas de estos engañadores. Denunciarlos por sus nombres públicamente, protege a la iglesia.
Pero, ¿quiénes son Himeneo y Alejandro? Bueno, la verdad es que se sabe muy poco de ellos. Sabemos que eran pastores en Éfeso y poco más. Himeneo es mencionado nuevamente en 2 Timoteo 2:16–17 como un falso maestro junto con Fileto. En ese pasaje leemos: “Evita las palabrerías vacías y profanas, porque los dados a ellas, conducirán más y más a la impiedad, y su palabra se extenderá como gangrena. Entre ellos están Himeneo y Fileto”. Algunos relacionan a este Alejandro con el mencionado en 2 Timoteo 4:14–15 “Alejandro, el calderero, me hizo mucho daño; el Señor le retribuirá conforme a sus hechos. Tú también cuídate de él, pues se opone vigorosamente a nuestra enseñanza.” Aunque otros comentaristas piensan que se trataba de otro Alejandro.
En cualquier caso, el apóstol Pablo los identifica claramente para que toda la iglesia esté atenta y evite sus enseñanzas. Estos hombres que una vez fueron reconocidos públicamente por la iglesia como ministros de Cristo, ahora debían ser nombrados públicamente como falsos maestros.
Como pastores, es nuestra responsabilidad cuidar y alertar a la iglesia de aquellos falsos maestros que no enseñan un evangelio verdadero, hombres como Guillermo Maldonado, Cash Luna, Jesús Adrián Romero, Benny Hinn o Joel Osteen deben ser denunciados por sus falsas enseñanzas, y la iglesia debe ser alertada de no escuchar a ninguno de estos engañadores. Sin embargo, esta falsa enseñanza no siempre viene en forma de predicación, sino también a través de la música. Hay canciones que se denominan cristianas pero que al analizar las letras, vemos que son contrarias al evangelio.
Por esta razón, en Vide Nueva, los pastores trabajamos junto con quienes dirigen el ministerio de alabanza para identificar canciones que sean realmente bíblicas. Amados, debe ser un motivo de gozo para ustedes el que los pastores estén atentos a que lo que escuchan y leen. Eso quiere decir que se preocupan por sus almas y su salud espiritual.
Aplicar la disciplina en la iglesia: En segundo lugar, Pablo defiende el testimonio de la iglesia por medio de la disciplina. El texto nos dice lo siguiente: 1 Timoteo 1:20 “Entre ellos están Himeneo y Alejandro, a quienes he entregado a Satanás, para que aprendan a no blasfemar.”
La expresión: “a quienes he entregado a Satanás” no es nueva en las cartas de Pablo, y de hecho, siempre aparece en el contexto de la disciplina eclesial. Quiero que me acompañe por un momento a 1 Corintios 5:1–5 “En efecto, se oye que entre ustedes hay inmoralidad, y una inmoralidad tal como no existe ni siquiera entre los gentiles, al extremo de que alguien tiene la mujer de su padre. ¡Y ustedes se han vuelto arrogantes en lugar de haberse entristecido, para que el que de entre ustedes ha cometido esta acción fuera expulsado de en medio de ustedes! Pues yo, por mi parte, aunque ausente en cuerpo pero presente en espíritu, como si estuviera presente, ya he juzgado al que cometió tal acción. En el nombre de nuestro Señor Jesús, cuando estén reunidos, y yo con ustedes en espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesús, entreguen a ese tal a Satanás para la destrucción de su carne, a fin de que su espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.”
Esta expresión es usaba por Pablo para describir el proceso de disciplina en su última etapa, es decir la excomunión. Cuando una persona es excomulgada de la iglesia, ésta pasa a estar en el mundo, ya no es reconocida como parte del cuerpo de Cristo por lo que está bajo el dominio de Satanás en el mundo. Este es un proceso que es llevado a cabo por la congregación siendo guiada por los pastores de la iglesia.
Una vez analizados todos los hechos, y tras varios llamados al arrepentimiento, si la persona no reconoce su error y se arrepiente, la única alternativa es separarla del cuerpo y no tratarla como creyente. Más adelante, en este mismo pasaje de 1 Corintios 5:11 “Sino que en efecto les escribí que no anduvieran en compañía de ninguno que, llamándose hermano, es una persona inmoral, o avaro, o idólatra, o difamador, o borracho, o estafador. Con esa persona, ni siquiera coman.”
Esto es hecho, de nuevo, para defender el testimonio del evangelio.
EL PROPÓSITO DE LA DISCIPLINA
Sin embargo, el propósito de la disciplina no es machacar ni separar al transgresor, sino llamarlo al arrepentimiento. En 2 Timoteo 2:24–26 “El siervo del Señor no debe ser rencilloso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido. Debe reprender tiernamente a los que se oponen, por si acaso Dios les da el arrepentimiento que conduce al pleno conocimiento de la verdad, y volviendo en sí, escapen del lazo del diablo, habiendo estado cautivos de él para hacer su voluntad.”
La corrección es necesaria, sin embargo, no debe ser hecha con un espíritu duro sino con ternura. No confundamos la ternura con ser blando, la ternura puede ser firme. La ternura describe la actitud hacia el transgresor, no la firmeza de la corrección. El propósito no es quebrantar a la otra persona sino que se arrepienta. Ese llamado puede ser hecho con ternura y firmeza al mismo tiempo. De hecho, es lo que Pablo hace con Himeneo y Alejandro, los entrega a Satanás, los separa de la iglesia, los excomulga pero con un propósito muy claro: “para que aprendan a no blasfemar.”
Es curiosos que Pablo usa el mismo término para describirse a sí mismo en esos mismos términos en el versículo 13 (1 Timoteo 1:13 “aun habiendo sido yo antes blasfemo…”). Pablo tiene en mente que él mismo, aunque por ignorancia, fue blasfemo y tiene la esperanza de que Himeneo y Alejandro también lo dejen de ser y se arrepientan. Sin embargo, por lo que sabemos de 2 Timoteo, Himeneo siguió predicando un falso evangelio y se unió a Fileto, otro falso maestro.
Alejandro, no sabemos si realmente es el mismo que se describe en 2 Timoteo, de ser así, su falso evangelio lo terminó llevando a convertirse en un violento perseguidor del evangelio.
Estos dos hombres no se arrepintieron, en este caso, la disciplina eclesial demostró que no eran verdaderos creyentes en el Señor, sino que como dice 1 Juan 2:19 “Ellos salieron de nosotros, pero en realidad no eran de nosotros, porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros. Pero salieron, a fin de que se manifestara que no todos son de nosotros.”
Amada iglesia, Satanás siempre ha atacado al pueblo de Dios intentando infiltrar mentiras. Lo hizo con Eva, lo hizo con los falsos profetas en Israel, y lo hace con los falsos maestros en la iglesia del Señor.
Así que, con esto en mente, quiero darte algunas aplicaciones prácticas para poder discernir, denunciar y defender el testimonio:
APLICACIONES:
Crece en tu entendimiento de la Biblia: Es imposible tener discernimiento sin conocimiento de la Palabra de Dios. Quiero que leamos rápidamente Proverbios 2:1-15 (buscar en la Biblia). Examínalo todo como los cristianos de Berea. Los pastores no somos infalibles, si el apóstol Pedro fue corregido, nosotros también podemos serlo.
También es bueno estudiar algunas herejías, porque esto te ayudará a identificarlas con mayor facilidad (ejemplo del arrianismo y los Testigos de Jehová).
Aprende a diferencia doctrinas primarias de doctrinas secundarias: Profundiza en el evangelio, y separa las cosas que son secundarias. Aprende a que hay posturas que son diferentes y que la iglesia debe aprender a convivir y tolerarlas, temas como los días de la creación, los dones del espíritu, etc., no deben ser motivo de denuncia. Podemos conversar e incluso debatir de una manera sana, pero no deben ser tratadas como herejías.
Guarda tu conciencia: Lo que ocurrió con Himeneo y Alejandro es que no guardaron una buena conciencia delante de Dios. Tal como vimos en el sermón anterior, todo comenzó con un problema moral que terminó siendo doctrinal.
Ora por y escucha a tus pastores: Los pastores son un regalo de Dios para la iglesia, porque por medio de ellos Dios instruye a su pueblo. Ora por tus pastores para que Dios los mantenga fieles en el ministerio de la enseñanza. Escucha sus advertencias.
Que el Señor nos ayude a ser en el estudio de su Palabra, a fin de que podamos discernir, denunciar y defender el evangelio de la falsa doctrina.
Oremos - Filipenses 1:9–10 “Y esto pido en oración: que el amor de ustedes abunde aún más y más en conocimiento verdadero y en todo discernimiento, a fin de que escojan lo mejor, para que sean puros e irreprensibles para el día de Cristo;”