PASTOREANDO EL CORAZÓN DE NUESTROS HIJOS.

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Dios se interesa en el corazón , no sólo en la apariencia, y por eso nos llama a los padres a pastorear el corazón de nuestros hijos.

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INTRODUCCIÓN:

Muchas veces, los padres estamos interesados en enseñar principios de buena conducta a nuestros hijos y eso está muy bien, hablamos de valores, como el respeto, la honestidad, la disciplina, puntualidad, orden, la excelencia, etc.
Nos esforzamos y también buscamos el apoyo de la escuela, nosotros estamos buscando que nuestros hijos sean exitosos y nosotros como padres también.
Pero debemos preguntarnos, ¿Realmente tener nuestros hijos con estas cualidades nos hace padres exitosos?
Quizás como la mayoría de los padres estamos pensando que nuestra responsabilidad es entrenar a nuestros hijos a desarrollar un buen comportamiento, a distinguir entre aquellas cosas que deben hacer y aquellas que no deben hacer, considerando las normas y reglas de la sociedad o cultura donde nos desarrollamos.
Todo esto porque estamos buscando la aprobación de la sociedad, de la familia y de los amigos, pero hay algo importante que debemos preguntarnos:
¿Qué piensa Dios?, ¿Para Dios es suficiente que los padres nos esforcemos por cambiar el comportamiento de nuestros hijos?, O ¿Dios espera algo más de nosotros los padres?
La Biblia da respuestas a estas inquietudes.
Hay TRES respuestas bíblicas respecto a lo que los padres debemos priorizar respecto a la dirección, enseñanza e instrucción de nuestros hijos que todos debemos aprender y aplicar.

I. A DIOS LE IMPORTA EL CORAZÓN.

En Proverbios 4:20-27 encontramos una lista de reglas o expectativas de un padre hacia su hijo, estas podrían ser la lista o expectativas comunes de un padre haciasu hijo en la actualidad.
Proverbios 4:20–27 RVR60
20 Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones. 21 No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón; 22 Porque son vida a los que las hallan, Y medicina a todo su cuerpo. 23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. 24 Aparta de ti la perversidad de la boca, Y aleja de ti la iniquidad de los labios. 25 Tus ojos miren lo recto, Y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante. 26 Examina la senda de tus pies, Y todos tus caminos sean rectos. 27 No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; Aparta tu pie del mal.
Lo que el proverbista dice a su hijo es:
A. Está atento a mis palabras, escucha mis razones.
B. Míralas y guárdalas en tu corazón.
C. Guarda tu corazón, porque de él depende la vida.
D. Mira lo recto, mira lo que tienes por delante.
E. Examina la senda de tus pies y camina rectamente, sin desviarte.
Es interesante, que el padre, en esta lista, pone en el centro el corazón:
“De toda cosa guardada guarda tu corazón porque de él mana la vida”
Este es el mandato central de Dios, porque es el más importante para desarrollar una buena conducta.
De alguna manera lo que el padre ha determinado a través de la experiencia es que se necesita tratar con el corazón para que todo lo demás funciones.
Recordemos que, la palabra “Corazón”, en la Biblia, no se refiere al órgano vital, que bombea la sangre en el cuerpo, se refiere al centro de control de la vida, el lugar donde se encuentran la emociones, el conocimiento, y el entendimiento, el corazón es la vida en si misma. Allí es donde hacemos las decisiones que nos afectan.
De ahí que para Dios el corazón es importante porque impacta cada pensamiento, actitud y acciones de la vida.
Por eso también es importante para Dios que nosotros dirijamos nuestra atención al corazón de nuestros hijos. Todo lo que ellos dicen y hacen es reflejo de sus corazones.
Ahora, si es importante tratar las acciones de nuestros hijos, pero la necesidad de ellos, está más allá de lo que muestran su comportamiento.
Sea bueno o se malo el comportamiento de nuestros hijos, eso proviene del corazón, por eso nuestra tarea (Corregir, instruir y disciplinar), tenemos que hacerlo dirigido al corazón de nuestros hijos.
“Si el corazón cambia, también la conducta cambiará”
Nuestro enfoque entonces, no debe ser el comportamiento externo sino en lo que hay en sus corazones, cuando nos enfocamos en lo externo, lo que obtenemos es un comportamiento temporal, forzado e innatural.
Jesús condenó a los fariseos, cuya meta era portarse perfectamente según las reglas de la Biblia, pero que tenían y un gran problema, “Lo que había en sus corazones”
En Mateo 15: 7-9, Jesús les dice:
Mateo 15:7–9 RVR60
7 Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: 8 Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. 9 Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.
También Jesús enseñó, en Mateo 15:17-20
Mateo 15:17–20 RVR60
17 ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la letrina? 18 Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. 19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. 20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre.
Jesús enseña una lista de cosas que salen de un corazón natural, o pecaminoso, que son las que contaminan al hombre.
Los padres debemos observar el comportamiento de nuestros hijos, y ver qué es lo que está diciendo acerca de su corazón, y tratar bíblicamente el asunto.
Una vez más, no nos debemos enfocar en el comportamiento externo, antes bien debemos ver por qué nuestros hijos tienen ese comportamiento externo, y luego pastorear sus corazones.
Otra razón más por la que debemos enfocarnos en el corazón de nuestros hijos es porque Dios los pesa, los mira.
Importante, lo que usted no ve, lo que yo como padre no veo. Dios lo ve.
Proverbios 21:2 RVR60
2 Todo camino del hombre es recto en su propia opinión; Pero Jehová pesa los corazones.
1º Samuel 16:7 RVR60
7 Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.
La mala conducta tendrá que ver con un asunto importante en el corazón de nuestros hijos, los padres debemos atender el asunto del corazón de ellos, no solo el mal comportamiento.
La segunda respuesta que la Biblia nos enesña es:

II. LOS PADRES DEBEMOS IMPACTAR EL CORAZÓN DE NUESTROS HIJOS.

El estado del corazón es importante en la vida de nuestros hijos y en cualquier persona, por es importante que es nuestro deber impactar los corazones de ellos.
Pero, ¿Cómo podemos los padres impactar los corazones de nuestros hijos si no tenemos poder para cambiar el corazón de nadie?
Dios es el único que puede cambiar el corazón del individuo , según cada individuo obra y le permite hacer su obra en él.
Entonces, ¿Cómo podemos los padres impactar el corazón de nuestros hijos?
La Biblia nos enseña dos tareas, que nos ayudarán a hacerlo.
A. Instruyendo a nuestros hijos con principios bíblicos para la vida.
Proverbios 4: 2-4, nos enseña:
Proverbios 4:2–4 RVR60
2 Porque os doy buena enseñanza; No desamparéis mi ley. 3 Porque yo también fui hijo de mi padre, Delicado y único delante de mi madre. 4 Y él me enseñaba, y me decía: Retenga tu corazón mis razones, Guarda mis mandamientos, y vivirás.
El proverbista dice que su padre que también fué hijo, le enseñaba: “Retenga tu corazón mis razones, Guarda mis mandamientos, y vivirás”
Debemos enseña la palabra de Dios a nuestros hijos, esa palabra es la que va a impactar sus corazones.
Nuestra meta no debe ser cambiar el comportamiento de nuestros hijos, sinó cambiar su corazón que a su tiempo les dará vida.
Si la meta es impactar al corazón, nuestra forma de enseñar tiene que enfocarse en los problemas y remedios bíblicos para el corazón, no solamente en la conducta.
B. Los padres tenemos la responsabilidad de disciplinar a nuestros hijos.
Proverbios 22:15 RVR60
15 La necedad está ligada en el corazón del muchacho; Mas la vara de la corrección la alejará de él.
Otra vez vemos que la meta no es solamente cambiar el comportamiento de nuestro hijo.
La disciplina debe corregir la necedad de su corazón.
Los pastores, guiamos, corregimos el camino equivocado, protegemos del peligro de las influencias negativas, rescatamos del problema y proveemos para las necesidades espirituales de las ovejas.
Si los padres tenemos la responsabilidad de pastorear el corazón de nuestros hijos debemos hacer lo mimo con ellos:
Corregir el camino equivocado.
Proteger su corzón del peligro de las influencias negativas.
Rescatar el corazón de problemas.
Proveer para las necesidades de su corazón.
La tercera respuesta Biblica es directamente de Dios para sus hijos.

III. DIOS DEMANDA LA ENTREGA DE NUESTRO CORAZÓN.

Proverbios 23:26 RVR60
26 Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos.
Aquí tenemos un llamado fervoroso a los jóvenes para atender el consejo de sus padres.
Sin embargo es importante considerar este llamado como de Dios que es nuestro padre a nosotros sus hijos.
Una pregunta importente es , ¿Por qué Dios pide nuestro corazón?
Por que si el corazón es guiado, nuestros pasos serán guiados.
Las palabras dame … tu corazón ( 23:15, 17, 19) apelan a los pensamientos y valores del hijo de tal manera, que su estilo de vida (caminos) imita al de su padre.
Eso implica que el corazón del padre deb estar para Dios, y para con Dios.
El llamado de Dios, no es sólo para los que somos hijos físicamente hablando, sino también a los padres, de la madre de todo, porque es la única manera en que podemos enseñar y modelar su palabra a nuestros hijos.
Recuerde una vez más las palabras de Dios para con el pueblo de Israel.
Deuteronomio 6:6–9 RVR60
6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. 8 Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; 9 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.
No hay manera en que los padres podamos impactar el corazón de nuestros hijos, si, Dios no ha impactado el nuestro.
No hay manera en que los padres pastoriemos el corazón de nuestros hijos, si Dios no está pastoreando el nuestro.
Por eso el Señor también le dijo a Israel, Hebreos 3:7-9
Hebreos 3:7–9 RVR60
7 Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, 8 No endurezcáis vuestros corazones, Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, 9 Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, Y vieron mis obras cuarenta años.
No debemos endurecer nuestros corazones delante de Dios, antes bien debemos entregarlo para que Dios pastoree nuestros corazones.
Padres que obedecen y siguen la enseñanzas de Dios, pastorean el corazón de sus hijos.
Hijos que obedecen y siguen la enseñanza de Dios, se dejan pastorear por él y por sus padres.
Ahora en el caso Contrario, sería tener el comportamiento de la iglesia de Laodicea, donde el Señor le dice en Apocalipsis 3.20
Apocalipsis 3:20 RVR60
20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
¿Por qué?, porque ser una iglesia prospera, le llevó a creerse algo que no era, y el Señor afirma que no está en ellos.
Apocalipsis 3:15–17 RVR60
15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! 16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. 17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
No entregar nuestro corazón a Dios, nos puede llevar al engaño satánico de creer que no necesitamos de Dios y podemos hacer todo lo que queremos sin él.
Entonces tanto padres como hijos debemos tener muy claro si ya hemos entregado nuestro corazón a Dios, de lo contrario, estamos en peligro.

CONCLUSIÓN:

Estimados padres, ¿Queremos pastorear el corazón de nuestros hijos?
No olvides que:
A Dios le interesa tú corazón y el de tu hijo.
Debes corregir el mal comportamiento, sin dejar de impactar el corazón de tu hijo con la palabra.
No olvides que debes examinar si has entregado tu corazón a Dios.
Estimados hermanitos, adolescentes y jóvenes:
1. Tu corazón le interesa a Dios, no sólo tu comportamiento.
2. Debes dejar que tus padres te pastoreen.
3. Debes asegurarte que has entregado tu corazón a Dios.
Vamos a orar.
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