De la Malicia a la Pureza: La Vida del Creyente

EPISTOLA DE 1 PEDRO  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
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Introducción

1 Pedro 2:1–3 “1 Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, 2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, 3 si es que habéis gustado la benignidad del Señor.”
Estuve mirando la serie , la Corona que narra la historia Después de la inesperada muerte de su padre, la reina Isabel llegó al trono e inmediatamente luchó con todo lo que significaría la corona en términos de responsabilidad y deber.
Todavía afligida por la pérdida de su padre, recibió una carta de su abuela, la reina María, quien la animaba a asumir su cargo con determinación y dedicación.
La carta decía: “Queridísima Isabel, debes dejar estos sentimientos a un lado ahora que el deber te llama. Tu gente necesita tu fuerza. He vivido para ver tres grandes monarquías derribadas por no haber separado las indulgencias personales de su deber. Mientras lloras la pérdida de tu padre, debes llorar por ti misma; porque has sido reemplazada por una Isabel diferente. Las dos Isabeles estarán frecuentemente en conflicto entre sí; pero la corona siempre debe ganar.”
Las dos Isabeles estarán frecuentemente en conflicto entre sí, pero la corona siempre debe ganar.
Esa resulta ser una analogía fantástica con la vida cristiana. Creyebte , usted es un miembro de la familia del Rey. Ahora es un miembro real de Su Reino de Luz.
Ahora comienza la verdadera batalla. El Apóstol Pablo la describe como el conflicto entre la carne y el espíritu; entre el viejo hombre y el nuevo hombre (Romanos 7 y Efesios 4).
Hay un antiguo usted y una nueva versión real de usted (2 Corintios 5:17
2 Corintios 5:17 (RVR60)
17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
y ustedes dos estarán frecuentemente en conflicto; pero la versión real, la nueva creación en Cristo, la corona, debe ganar diariamente.
Tiene una pelea en sus manos… No contra otros creyentes, sino contra usted mismo (Romanos 7:23
Romanos 7:23 (RVR60)
23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
ILUSTRACION: Maia me corrigio al tirar la llanta del vecino.
Una guerra dentro de nosotros contra el viejo yo que no quiere ceder ante la corona,Una guerra que nos tienta a diario a apartarnos de nuestro deber para con el Reino al que pertenecemos, y el reino en el que un día reinaremos con Cristo.
Entonces, ¿cómo gana corona, y todo lo que representa para el cristiano… cómo gana la corona en nuestra vida diaria y en nuestra batalla diaria con el pecado, nuestra propia carne y el diablo? Esa es la pregunta.
Abra su Biblia conmigo en la primera carta del apóstol Pedro, capítulo 2 y exploremos la respuesta en los primeros versículos.
1 Pedro 2:1–3 “1 Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, 2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, 3 si es que habéis gustado la benignidad del Señor.”
Una cosa importante para señalar, gramaticalmente, es que toda esta oración gira en torno a un mandamiento del verbo desear v2 .
Puede traducirlo también como anhelar, antojar o ansiar.
La búsqueda de una vida santa en el creyente implica desarrollar un anhelo, un deseo .
Ahora, antes de que Pedro explique en detalle este deseo, él menciona 5 actitudes que, en este contexto, arruinarán aquel anhelo.
En otras palabras, para realmente anhelar lo que debería anhelar, hay cinco actitudes a las que necesita renunciar.

Actitudes que Debemos Desechar

1 Pedro 2:1 “1 Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones,”

Malicia

Note que la primera actitud a desechar, en el versículo 1 es la malicia.
Pedro escribe, Desechando, pues, toda malicia. Le invito a subrayar esa pequeña palabra que se repite 3 veces en el versículo 1: la palabra, toda. En la búsqueda de la victoria en tu caminar Diario, no hay lugar para excepciones pecaminosas. Desechando, pues, toda… y toda significa toda. Toda malicia.
Malicia, en general,
se refiere al mal comportamiento, un espíritu de odio, un deseo malo de lastimar a los demás. Seguramente los cristianos nunca hacen nada de eso, ¿verdad?
Evidentemente, los cristianos del primer siglo lo estaban haciendo, porque Pedro los exhorta aquí a demostrar su nuevo nacimiento y su estatus real.
Pablo dio prácticamente el mismo mandato a los creyentes en Éfeso cuando escribió:    Efesios 4:31
Efesios 4:31 (RVR60)
31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
La voluntad de dejar de lado la malicia es algo que distinguirá a los creyentes que están creciendo en su fe de los creyentes que simplemente están envejeciendo en su fe.

Desechando, pues, toda malicia.

La idea de la palabra desechar es bastante evidente.
Se refiere a arrojar algo o ponerlo a un lado – como cuando uno se quita la ropa sucia. De hecho, esta es la misma palabra que se usa cuando las personas estaban apedreando a Esteban hasta la muerte en el primer siglo, y Lucas nos dice que pusieron sus ropas a los pies de Saulo Hechos 7:58 . Se quitaron las túnicas para tirarle piedras a Esteban con más fuerza.
Hechos de los Apóstoles 7:58 (RVR60)
58 Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo.
Esta es la misma palabra que usó Pablo cuando exhortó al creyente a desechar las obras de las tinieblas, y vestirse las armas de la luz (Romanos 13:12
Romanos 13:12 (RVR60)
12 La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz.
El cristiano que busca la santidad está eligiendo diariamente, a veces momento a momento, deliberadamente quitarse las vestiduras de su vida anterior que todos los días intentan aferrarse a él, y ponerse, por así decirlo, las vestiduras de su estatus de realeza.
El cristiano que crece en santidad llega a odiar aún más esa ropa vieja.
Pedro nos recordó en el capítulo 1 que vamos de camino a nuestra herencia eterna, imperecedera y gloriosa porque aún ahora somos reyes y reinas en el Reino que pertenece al Rey de Reyes.
Entonces, incluso antes de que llegue ese momento en la eternidad cuando su cuerpo y su mente y su corazón y su personalidad sean glorificados en santidad completa y perfeccionada,
Pedro le está ordenando que elija deliberadamente ahora mismo, en todos los aspectos de la vida diaria, que la corona gane.
Deseche el vestido viejo de la malicia. Sea amable, no malicioso.
1 Pedro 2:1 “1 Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones,”

Engaño

Pedro añade otra actitud que debemos desechar. Desechando, pues, toda malicia y todo engaño.
La palabra traducida engaño significa manipulación astuta. Es una referencia a cualquier tipo de engaño.
Entonces, la pregunta es,
¿qué tan comprometidos estamos con la honestidad?
¿Qué hay de sus exámenes en el colegio o la universidad? ¿Es honesto en su informe de gastos o en su reporte en los impuestos?
Si cometiste un error en un proyecto, ¿lo reconoces inmediatamente o tratas de encubrirlo para no quedar mal?
En un juego o en el trabajo, ¿usas tácticas deshonestas para ganar o te mantienes dentro de los límites de la integridad?
¿Dices siempre la verdad a tu pareja o a tus amigos, incluso cuando es difícil?
Si te comprometes a ayudar a alguien, ¿cumples con tu palabra o buscas excusas para no hacerlo?
Pablo escribió que los creyentes que buscan la santidad deben preocuparse de hacer las cosas honradamente, no solo delante del Señor, sino también delante de los hombres (2 Corintios 8:2121 procurando hacer las cosas honradamente, no sólo delante del Señor sino también delante de los hombres.”
El engaño puede que no sea tan descarado como la malicia, pero el objetivo final es el mismo.
De hecho, esta palabra traducida engaño se usaba en el primer siglo para cebar un anzuelo para pescar; era una referencia al cebo.
Yo no pesco, así que no sé qué tipo de cebo poner en un anzuelo, pero cada vez que se quiere atrapar un ratón, se compra una trampa de raton , pones un quesito o una carnecita y simplente deben esperar.
Cuando lee la palabra engaño aquí, puede pensar entonces en ese concepto de poner queso en un ratonera.
Ahora volvamos al texto.
1 Pedro 2:1 “1 Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones,”

Hipocresía

Pedro continúa y dice, en tercer lugar, que desechemos o dejemos de lado la hipocresía.
Comentamos esta palabra en nuestro último estudio donde Pedro habló del amor no fingido, es decir, sincero, no-hipócrita – un amor que no tiene máscara.
Podría decirse de alguien que lo recibe con una cara que es diferente a lo que tiene en su corazón.[iv]
1 Pedro 2:1 “1 Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones,”

Envidia

Pedro añade, a continuación, que debemos desechar la envidia.
La envidia es el resentimiento por la prosperidad o las bendiciones de otra persona. La envidia lleva al rencor, la amargura, el odio y los conflictos (Santiago 4:1-3
Santiago 4:1–3 (RVR60)
1 ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? 2 Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. 3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
La envidia quiere tener lo que tiene la otra persona. Y, por cierto, eso empieza a una edad muy temprana.
Tengo noticias para usted: Según el apóstol Pedro, convertirse en cristiano no elimina automáticamente la nube de envidia.
Escuche, el mundo está envuelto en esta nube, estas prendas de envidia; pero para usted, esa es su ropa vieja y sucia. Así que no la use. Deséchela. Póngala a un lado. Tome la decisión hoy. ¡La corona debe ganar!
1 Pedro 2:1 “1 Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones,”

Detracciones

Pedro añade una actitud más – la quinta actitud a desechar – Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones.
La palabra detracciones hace referencia a las calumnias – chismes, rumores; un intento de destruir la reputación o el testimonio de otra persona.
Es como si Pedro les dijera a estos creyentes dispersos: “Así es como el mundo los está tratando. Dice todo tipo de cosas sobre ustedes; difundiendo todo tipo de rumores sobre la iglesia.
Así es como el mundo los está tratando; así que ¿por qué querrían tratarse de la misma manera entre ustedes?”
Deles a sus hermanos en Cristo el beneficio de la duda.
Piense lo mejor acerca de ellos. . . sea ​​lento para repetir cualquier cosa sobre alguien a menos que haya entendido todos los datos correctamente, y luego no lo repita a menos que sea parte del problema o parte de la solución.
Quítense las vestiduras sucias que al mundo le encanta usar, deshágase de toda calumnia.
Y Pedro nos indica que no es suficiente con desechar estas cosas… hay algo que necesitamos anhelar, al mismo tiempo.
Es como si dijera, estas cinco actitudes arruinarán tu apetito por lo que debería estar deseando.

Lo que el Creyente debe Anhelar

Note el versículo 2.
Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación.
El Mandato: Desee la leche pura de la Palabra
La descripción de la leche como no adulterada significa literalmente que no tiene engaño.
En otras palabras, la Biblia no está contaminada, no le va a hacer daño.
No hay imperfecciones ni defectos, no se diluye ni se mezcla con el error o el engaño, no se agria y no lo desviará.
Libro: DAN BROWN Y EL ENGAÑO DE EL CODIGO DA VINCHI
Así que desee este libro. Esta es la palabra clave en esta larga oración donde Pedro nos ordena a alimentarnos de este Libro… y a anhelarlo más y más.
Lo que nos lleva a pedirle a Dios que nos dé un mayor deseo de anhelar Su palabra… con mayor anhelo.
¿Notó que Pedro no ordena al creyente aquí a que lea la Palabra, estudie la Palabra, medite en la Palabra, enseñe la Palabra, escudriñe la Palabra o incluso memorice la Palabra? Todas esas cosas son esenciales y otros pasajes ordenan al creyente a hacer todo eso. Pero aquí Pedro busca algo mucho más básico y fundamental.anhelar deseas!!!
Él está preguntándole al creyente: ¿realmente quiere la Palabra? ¿Cuánto tiempo puede durar sin la Palabra? ¿Está desarrollando un apetito por la Palabra?
Y si no, ¿qué es lo que le está quitando el apetito?
Los niños a menudo no tienen apetito porque han estado comiendo las cosas equivocadas. A MIS HIJAS LAS RECOJO, LE COMPRO ALGO Y YA FUE LA COMIDA.Y LO PEOR ES QUE ME ACUSAN
Para los hijos de Dios, cosas malas… o incluso cosas buenas pueden estar estropeando su apetito por las mejores cosas, UN LIBRO, UN PODCAST, COMENTARIOS, ANHELA LA PALABRA DE DIOS.
Quizás esté pensando, “creo que tengo apetito por la Palabra. Es decir, la llevo a la iglesia conmigo todos los domingos y la leo durante unos minutos al menos una o dos veces por semana.” eso no es desear
Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación.
La Ilustración: El recién nacido
Note cómo Pedro ilustra un apetito genuino – versículo 2: Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada.
¿Cómo desea la leche un bebé recién nacido? Ruidosamente, obviamente, implacablemente, constantemente… No va a poder dormir hasta que se la de… y eso va para todo el vecindario también.
A los papas , quienes sono? probablemente recibió ese golpe en las costillas a eso de las 4 de la mañana y escuchó a su esposa decir las temibles palabras: “Es tu turno”. Eso no está en la Biblia.
Va tambaleando hasta la cocina para encontrar la lata de lecho y luego calienta la leche en una olla, baño maria; y luego, cuando está a la temperatura correcta, entra a la habitación del bebé donde no ha parado de comunicarle que ha estado anhelando su leche con un profundo anhelo implacable. La habitación está oscura, pero simplemente sigue el sonido, y luego mete la botella donde viene el ruido.
Y así, finalmente, se encarga del ruido. Eso es tener apetito.
Ahora, Pedro aquí no está sugiriendo que todos estos creyentes eran nuevos creyentes, o incluso cristianos inmaduros. No está haciendo una declaración despectiva aquí sobre la leche.
De hecho, él está escribiendo esto para todos los cristianos, sin importar dónde se encuentren o cuantos años o semanas de cristiano. Simplemente está señalando que un creyente nunca dejar de anhelar la leche pura de la verdad espiritual.
La falla de desear o de recibir esta leche espiritual es la razón por la cual surgen tantos problemas en la vida cristiana individual y en las congregaciones.
¿CUAL ES EEl Objetivo: Crecer en cuanto a la Salvación
Note ahora el objetivo de tal anhelo por la palabra – versículo 2: …
Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación.
La palabra de Dios es necesaria para el crecimiento del cristiano. Todos deberíamos desear la leche espiritual, a pesar de que Pablo reprende a los corintios por solo recibir leche.
el cristiano nunca debería cansarse de las verdades simples del evangelio presentadas de una manera simple.
No nos está diciendo que nosotros somos los que producimos el crecimiento en la fe, la palabra de Dios nos está haciendo crecer a nosotros.
No crecemos en la vida cristiana solo porque queremos o decidimos hacerlo; como en quinto grado que uno pensaba que podía crecer más solo porque quería o decidía hacerlo.
Mientras que siga comiendo y bebiendo lo correcto, probablemente seguirá creciendo. Y eso es porque algo está sucediendo internamente para hacerle crecer.
Esa es la idea aquí. Pedro está diciendo: cuando se alimenta de la palabra, la palabra de Dios lo hace crecer. Y obviamente bajo la dirección del Espíritu Santo que vive dentro de usted.
El objetivo de meterse en la Biblia es que la Biblia se meta en usted.
El Recordatorio: La Bondad de Dios en su Vida
Finalmente, aquí está el recordatorio de Pedro.
1 Pedro 2:1–3 “1 Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, 2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, 3 si es que habéis gustado la benignidad del Señor.”
…si habéis gustado la benignidad del Señor
En otras palabras: Pedro entonces concluye diciendo: Tienen este anhelo porque ciertamente ya gustaron de la bondad del Señor.
Permítanme recordarles que ya han probado Su bondad. ¿Han olvidado acaso cómo anhela a Dios al principio? Ilustracio helados del capricho.
Pedro les recuerda a estos creyentes, y a nosotros también, que recordemos esas muestras de la bondad de Dios en nuestras vidas… y volvamos por más. No es solo la Palabra lo que estamos conociendo, es el Autor de la Palabra.
Así que Pedro escribe: ya ha gustado Su bondad. . . ya ha probado Su benignidad. No hay ningún otro Maestro que lo satisfaga. De hecho, entre más prueba de Su bondad, más insípido se vuelve el mundo.
La corona ganará… siempre que desee las cosas correctas.

Conclusión

La enseñanza de 1 Pedro 2:1-3 nos lleva a reflexionar sobre la importancia de desechar las actitudes pecaminosas y anhelar la Palabra de Dios para crecer en santidad. Al igual que la reina Isabel tuvo que dejar de lado sus sentimientos personales para asumir sus responsabilidades como monarca, nosotros como cristianos debemos dejar de lado nuestro "viejo yo" y los deseos de la carne para vivir conforme a nuestra nueva identidad en Cristo.
Desechar Actitudes Pecaminosas: exhorta a deshacernos de toda malicia, engaño, hipocresía, envidia y detracciones. Estas actitudes son como ropa sucia que debemos quitarnos deliberadamente cada día.
Anhelar la Palabra de Dios: Este deseo debe ser intenso y constante, similar al anhelo de un recién nacido por la leche. La Palabra de Dios es pura y sin engaño, y es fundamental para nuestro crecimiento espiritual y para vivir una vida santa.
Ilustración Práctica: Cuando mi hija Maia me corrigió al tirar la llanta del vecino, me recordó la importancia de vivir de acuerdo con los valores del Reino de Dios, incluso en situaciones cotidianas. Así también, cada uno de nosotros debe estar dispuesto a corregir y ser corregido, buscando siempre vivir de acuerdo con la verdad de la Palabra de Dios.
En conclusión, la victoria en nuestra vida cristiana se encuentra en desechar lo viejo y anhelar lo nuevo, viviendo cada día bajo la autoridad de la Palabra de Dios. La corona, nuestra nueva identidad en Cristo, debe ganar en cada batalla diaria contra el pecado, la carne y el diablo. Que Dios nos conceda la gracia y la fuerza para vivir de esta manera, para Su gloria y nuestro crecimiento espiritual.
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