Amigos y enemigos de David

Introducción

David había abandonado su palacio en Jerusalén cuando se enteró de la rebelión de su hijo Absalón.

Decide huir para no poner en riesgo la vida de los habitantes de Jerusalén, darle una falsa esperanza de rendición a Absalón, tener tiempo y un lugar para armar una estrategia y obtener información de Absalón por medio de sus espías.

Ahora veremos que en este conflicto, se van a manifestar los verdaderos enemigos, falsos amigos que buscarán un beneficio y de fieles amigos que lo respaldarán.

La Mentira

2º Samuel 16:1–4 “1Cuando David pasó un poco más allá de la cumbre del monte, he aquí Siba el criado de Mefi-boset, que salía a recibirle con un par de asnos enalbardados, y sobre ellos doscientos panes, cien racimos de pasas, cien panes de higos secos, y un cuero de vino. 2Y dijo el rey a Siba: ¿Qué es esto? Y Siba respondió: Los asnos son para que monte la familia del rey, los panes y las pasas para que coman los criados, y el vino para que beban los que se cansen en el desierto. 3Y dijo el rey: ¿Dónde está el hijo de tu señor? Y Siba respondió al rey: He aquí él se ha quedado en Jerusalén, porque ha dicho: Hoy me devolverá la casa de Israel el reino de mi padre. 4Entonces el rey dijo a Siba: He aquí, sea tuyo todo lo que tiene Mefi-boset. Y respondió Siba inclinándose: Rey señor mío, halle yo gracia delante de ti.”

David había llegado a la tierra de Benjamín, de donde era Saúl.

A su encuentro sale Siba trayendo provisiones y asnos para el rey y su comitiva.

Siba aparece en 2 Samuel 9. Fue criado de Saúl y quien informó al rey la existencia de Mefi-boset.

Siba sale al encuentro de David con provisiones y asnos para montar pero sus intensiones no eran sinceras.

Siba pone en mal a Mefi-boset. Le dice que tiene la esperanza de recuperar el trono de su abuelo Saúl.

David cree las mentiras de Siba sin investigar y sin razonar. Toma una decisión apresurada, le quita las tierra a Mefi-boset y se las otorga a Siba.

El rey David fue engañado y Siba se sale con la suya (aparentemente)

Esto nos enseña que debemos ser prudentes cuando venga a hablarnos mal de alguien, no demos crédito sin antes investigar, podríamos cometer el error de señalar a un inocente.

Siba ahora tiene posesiones materiales pero no la gracia de Dios. Mateo 16:26 “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?”

Siba fue un falso amigo para David. La mentira de Siba sería descubierta rápidamente.

La maldición

2º Samuel 16:5–12 “5Y vino el rey David hasta Bahurim; y he aquí salía uno de la familia de la casa de Saúl, el cual se llamaba Simei hijo de Gera; y salía maldiciendo, 6y arrojando piedras contra David, y contra todos los siervos del rey David; y todo el pueblo y todos los hombres valientes estaban a su derecha y a su izquierda. 7Y decía Simei, maldiciéndole: ¡Fuera, fuera, hombre sanguinario y perverso! 8Jehová te ha dado el pago de toda la sangre de la casa de Saúl, en lugar del cual tú has reinado, y Jehová ha entregado el reino en mano de tu hijo Absalón; y hete aquí sorprendido en tu maldad, porque eres hombre sanguinario.

9Entonces Abisai hijo de Sarvia dijo al rey: ¿Por qué maldice este perro muerto a mi señor el rey? Te ruego que me dejes pasar, y le quitaré la cabeza. 10Y el rey respondió: ¿Qué tengo yo con vosotros, hijos de Sarvia? Si él así maldice, es porque Jehová le ha dicho que maldiga a David. ¿Quién, pues, le dirá: ¿Por qué lo haces así? 11Y dijo David a Abisai y a todos sus siervos: He aquí, mi hijo que ha salido de mis entrañas, acecha mi vida; ¿cuánto más ahora un hijo de Benjamín? Dejadle que maldiga, pues Jehová se lo ha dicho. 12Quizá mirará Jehová mi aflicción, y me dará Jehová bien por sus maldiciones de hoy.”

Luego sale a su encuentro Simei de la familia de Saúl, quien viendo la desgracia de David, desahoga su enojo maldiciéndolo.

Acusa a David de ser el autor de la muerte de Saúl y sus hijos: 2º Samuel 16:8 “Jehová te ha dado el pago de toda la sangre de la casa de Saúl, en lugar del cual tú has reinado, y Jehová ha entregado el reino en mano de tu hijo Absalón; y hete aquí sorprendido en tu maldad, porque eres hombre sanguinario.”

Simei estaba siendo injusto pues la familia real de Saúl murió por los pecados de Saúl: 1º Samuel 28:18–19 “18Como tú no obedeciste a la voz de Jehová, ni cumpliste el ardor de su ira contra Amalec, por eso Jehová te ha hecho esto hoy. 19Y Jehová entregará a Israel también contigo en manos de los filisteos; y mañana estaréis conmigo, tú y tus hijos; y Jehová entregará también al ejército de Israel en mano de los filisteos.”

La furia y resentimiento de Simei quizá estaban fundamentados en el echo de que no gozaba de los privilegios de ser de la familia real.

David por su parte no responde… en primer lugar porque sabía que merecía esto y más por su pecado: 2º Samuel 16:9–10 “Entonces Abisai hijo de Sarvia dijo al rey: ¿Por qué maldice este perro muerto a mi señor el rey? Te ruego que me dejes pasar, y le quitaré la cabeza. Y el rey respondió: ¿Qué tengo yo con vosotros, hijos de Sarvia? Si él así maldice, es porque Jehová le ha dicho que maldiga a David. ¿Quién, pues, le dirá: ¿Por qué lo haces así?”

David tenía clara su situación ante Dios, sabía que por sus pecados merecía esto y más. Reconocía que Dios en su misericordia le había permitido ser rey hasta ahora y que era una posición que no la había obtenido por sus meritos.

Por tanto, no le afectaban emocionalmente los insultos de Simei, tampoco espiritualmente porque sabía que tenía la unción de Dios.

Por naturaleza somos pecadores, merecedores del castigo eterno, esta es una verdad que mientras más clara la tengamos, menos nos afectará los desprecios o insultos de los demás, por que seremos conscientes que esto no es nada comparado con lo que realmente merecemos.

Pero también entender que por la misericordia de Dios somos rescatados de la condenación eterna por el sacrificio de Cristo, por tanto, si somos libres de la maldición y condenación del pecado, también lo somos de los desprecios o insultos de los hombre.

(“Si alguien dice cosas malas de ti, no te enojes, pues no está diciendo ni la mitad de lo malo que eres. Charles Spurgeon”)

Romanos 12:3 “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.”

Cuando comprendemos que por nuestro pecado íbamos rumbo a condenación eterna, pero por la gracia de Cristo somos salvos, un insulto, murmuración o maldición de hombre contra nosotros no tiene ninguna importancia.

Además, para David el insulto de Simei no era tan grave como la traición de su hijo Absalón. 2º Samuel 16:11 “Y dijo David a Abisai y a todos sus siervos: He aquí, mi hijo que ha salido de mis entrañas, acecha mi vida; ¿cuánto más ahora un hijo de Benjamín? Dejadle que maldiga, pues Jehová se lo ha dicho.”

Duelen más los insultos y desprecios de las personas que amamos que de nuestros enemigos, tenemos que tener claro que esto puede suceder, pero también de que Cristo nunca nos traicionará. Salmo 27:10 “Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá.”

Simei fue un enemigo abierto de David, y aunque lo maldijo, estas maldiciones no surtieron efecto en David porque estaba ungido por Dios. Simei pagaría con el tiempo este pecado.

El consejo de Ahitofel

2º Samuel 16:20–23 “20Entonces dijo Absalón a Ahitofel: Dad vuestro consejo sobre lo que debemos hacer. 21Y Ahitofel dijo a Absalón: Llégate a las concubinas de tu padre, que él dejó para guardar la casa; y todo el pueblo de Israel oirá que te has hecho aborrecible a tu padre, y así se fortalecerán las manos de todos los que están contigo. 22Entonces pusieron para Absalón una tienda sobre el terrado, y se llegó Absalón a las concubinas de su padre, ante los ojos de todo Israel. 23Y el consejo que daba Ahitofel en aquellos días, era como si se consultase la palabra de Dios. Así era todo consejo de Ahitofel, tanto con David como con Absalón.”

Ahitofel era un anciano que fue consejero de David, pero también abuelo de Betsabé.

La rebelión de Absalón fue el momento indicado para vengarse de lo que David le hizo a su nieta y a su esposo Urías.

Absalón le pide consejo, y le aconseja violar a las diez concubinas que su padre había dejado en el palacio. (2 Samuel 15:16).

Esto con el propósito de insultar a su padre y demostrar que se han roto las relaciones con él.

Con esto daba a entender al pueblo que debían ser fiel a él y no a su padre para que puedan vivir.

Absalón lo hizo así, cumpliendo la profecía de Natán: 2º Samuel 12:11 “Así ha dicho Jehová: He aquí yo haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres a la vista del sol.”

El pecado de David contra Betsabé contaminó al pueblo, primero Amnón viola a su hermana y ahora Absalón viola a las concubinas de su padre David.

Cuando se comete un pecado grave en plena conciencia, contaminará a otros, y las consecuencias serán terribles.

La gente consideraba que el consejo de Ahitofel era como la palabra de Dios: 2º Samuel 16:23 “Y el consejo que daba Ahitofel en aquellos días, era como si se consultase la palabra de Dios. Así era todo consejo de Ahitofel, tanto con David como con Absalón.”

Este es un peligro al que debemos estar alertas, no idolatremos a predicadores, toda predicación que escuche debe corroborarla con la Palabra de Dios, así como hicieron los de Berea (Hechos 17:11).

No seremos edificados con las palabras de los hombres porque estas pueden estar equivocadas, seremos edificados por la Palabra de Dios.

Conclusión

Somos seres sociables, no podemos evitar relacionarnos con otras personas, pero para nuestra salud emocional, debemos entender que en la vida tendremos:

buenos amigos a los que debemos apreciar. Estos serán honestos con nosotros y procurarán decirnos la verdad aunque sea dolorosa: Proverbios 17:17 “En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia.”

personas que se presentarán como amigos pero son falsos, estos nos dirán cosas bonitas que nos agraden pero tendrán malas intenciones. Proverbios 29:5 “El hombre que lisonjea a su prójimo, Red tiende delante de sus pasos.”

Enemigos abiertos que no esconderán sus malas intenciones contra nosotros, a estos debemos amar: Lucas 6:35 “Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos.”

Si entendemos estas verdades y seguimos el consejo de la Palabra de Dios, tendremos salud mental y emocional, tendremos paz y felicidad en nuestro corazón, pero sobre todo, al Espíritu Santo guiando nuestras vidas.