Efesios: Una iglesia - Un misterio
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Por esta razón yo, Pablo, prisionero de Cristo Jesús por el bien de ustedes los gentiles, me arrodillo en oración.
Sin duda se han enterado del plan de la gracia de Dios que él me encomendó para ustedes,
es decir, el misterio que me dio a conocer por revelación, como ya les escribí brevemente.
Al leer esto, podrán darse cuenta de que comprendo el misterio de Cristo.
Ese misterio, que en otras generaciones no se les dio a conocer a los seres humanos, ahora se les ha revelado por el Espíritu a los santos apóstoles y profetas de Dios;
es decir, que los gentiles son, junto con Israel, beneficiarios de la misma herencia, miembros de un mismo cuerpo y participantes igualmente de la promesa en Cristo Jesús mediante el evangelio.
De este evangelio llegué a ser servidor. Éste fue el regalo que Dios me dio por su gracia, conforme a su poder eficaz.
Aunque soy el más insignificante de todos los santos, recibí esta gracia de predicar a las naciones las incalculables riquezas de Cristo,
y de hacer entender a todos la realización del plan de Dios, el misterio que desde los tiempos eternos se mantuvo oculto en Dios, creador de todas las cosas.
El fin de todo esto es que la sabiduría de Dios, en toda su diversidad, se dé a conocer ahora, por medio de la iglesia, a los poderes y autoridades en las regiones celestiales,
conforme a su eterno propósito realizado en Cristo Jesús nuestro Señor.
En él, mediante la fe, disfrutamos de libertad y confianza para acercarnos a Dios.
Así que les pido que no se desanimen a causa de lo que sufro por ustedes, ya que estos sufrimientos míos son para ustedes un honor.
Pablo básicamente está hablando de su ministerio para con los gentiles (no judíos), pero a la vez está revelando el misterio escondido de Dios por siglos.
De manera que el misterio no es algo secreto, sino algo sagrado escondido en las edades pasadas, pero que ahora se ha revelado.
Esto fue posible por medio del evangelio: los creyentes judíos y gentiles están en el mismo cuerpo.
El misterio no es que los gentiles fueran salvos, porque el A.T. daba evidencia de eso, sino que los creyentes judíos y gentiles se reúnen y se unen en un sólo cuerpo, como una sola familia.
¡Ése sí que era un concepto revolucionario tanto para los judíos como para los gentiles!
Participes de la promesa en Cristo
Participes de la promesa en Cristo
es decir, que los gentiles son, junto con Israel, beneficiarios de la misma herencia, miembros de un mismo cuerpo y participantes igualmente de la promesa en Cristo Jesús mediante el evangelio.
Por lo tanto, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios,
Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús,
porque todos los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo.
Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús.
Y si ustedes pertenecen a Cristo, son la descendencia de Abraham y herederos según la promesa.
Libertad para acercarnos a Dios
Libertad para acercarnos a Dios
En él, mediante la fe, disfrutamos de libertad y confianza para acercarnos a Dios.
En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.
También por medio de él, y mediante la fe, tenemos acceso a esta gracia en la cual nos mantenemos firmes. Así que nos regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios.
Pues por medio de él tenemos acceso al Padre por un mismo Espíritu.
Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos.
Una responsabilidad ineludible
Una responsabilidad ineludible
El fin de todo esto es que la sabiduría de Dios, en toda su diversidad, se dé a conocer ahora, por medio de la iglesia, a los poderes y autoridades en las regiones celestiales,
Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en las regiones celestiales con toda bendición espiritual en Cristo.
Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales.
En tanto que las huestes angélicas son testigos de la iglesia, deben admitir que el tener a judíos y a gentiles en un mismo cuerpo es evidencia de la sabiduría de Dios.
A ellos se les reveló que no se estaban sirviendo a sí mismos, sino que les servían a ustedes. Hablaban de las cosas que ahora les han anunciado los que les predicaron el evangelio por medio del Espíritu Santo enviado del cielo. Aun los mismos ángeles anhelan contemplar esas cosas.
Según su “propósito eterno”, Dios, por la muerte de Cristo, reconcilió eternamente a personas de todas las culturas, lenguas, costumbres, razas y nacionalidades, personas que habían estado en conflicto de una u otra forma a través de la historia humana. Este plan perfecto manifiesta la bella sabiduría divina.
Cuando predicamos el evangelio se produce un movimiento espiritual sin precedentes. Cuando el evangelio es predicado se pone en conflicto el mundo espiritual, las regiones celestes entran en conflicto y batalla.
CONCLUSIÓN:
CONCLUSIÓN:
Así que les pido que no se desanimen a causa de lo que sufro por ustedes, ya que estos sufrimientos míos son para ustedes un honor.