FUNERAL - Andrés Duval Suárez Olivo

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INTRODUCCIÓN

Hoy nos encontramos reunidos en esta tarde para recordar la vida de Andrés Duval Suárez Olivo, quien en vida fuera padre de Andrybeth, XX y XX; y esposo de XX. Un buen hombre, amado y respetado por sus familiares. Seguramente cada uno de sus familiares presentes podría contarnos anécdotas y vivencias con Andrés que nos harían recordar su buen ejemplo en muchas áreas de la vida.
Y así como nos reunimos esta tarde para apoyarnos y consolarnos mutuamente en este momento tan difícil. También debemos recordar que un día una ceremonia como ésta será dedicada a nosotros. Cada uno de nosotros también partirá de este mundo, y es probable que sea de manera inesperada.
Las personas no tendemos a pensar mucho en el momento de nuestra muerte, pero la Biblia nos dice que la vida es como una flor del campo, hoy está y es hermosa, pero mañana es arrancada y deja de existir. Queridos, esta es una realidad tan grande, que podemos verla en la vida de Andrés, quien de manera inesperada también partió de este mundo, así es la vida.
Y es en estos momentos de dolor que debemos, no solo recordar a quien hemos perdido, sino meditar en la necesidad que cada ser humano tiene de prepararse para este momento cuando le toque partir de este mundo.
La Biblia nos habla mucho acerca de la muerte y de cómo podemos prepararnos para cuando llegue ese momento.

I. EL JUICIO POR EL PECADO Y LA MUERTE

Hebreos 9:27Y así como está decretado que los hombres mueran una sola vez, y después de esto, el juicio,
Cada uno de nosotros tendrá que dar cuentas a nuestro Creador por nuestra vida. Y la mala noticia es que no hay ningún ser humano que sea inocente delante de Dios.
Romanos 3:23por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios.
Cada uno de nosotros es pecadores. Si, es verdad que algunas personas peca de formas más visibles que otras, pero todos somos pecadores delante de Dios. Quizás podamos pensar, bueno, yo no robo ni mato ni hago mal a nadie. Pero el primer mandamiento es “amarás a Dios con todo tu corazón”, y ninguno de nosotros ama a Dios con todo su corazón.
Todos hemos mentido, hemos sido egoístas, hemos tenido resentimiento y falta de perdón contra alguien, hemos sido orgullosos, entre muchas otras cosas.
Es mucho más fácil justificarnos si nos comparamos con personas que han cometido crímenes atroces, pero cuando nos comparamos con la ley de Dios, nos damos cuenta que no somos tan buenos como pensamos.

II. EL PERDÓN Y ESPERANZA QUE NOS DA CRISTO

Sin embargo, a pesar de nuestro pecado, Dios nos mostró su misericordia al enviar a su hijo a morir por nosotros en la cruz.
Romanos 5:8Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Jesús vino a este mundo para tomar nuestro lugar, Él sufrió la muerte para recibir el justo castigo de Dios por nuestro pecado, y así poder pagar nuestra fianza y darnos el perdón que tanto necesitamos.
Ahora, el ser humano puede prepararse para el momento en el que le toque partir de este mundo y no enfrentar ese momento con temor sino con confianza, sabiendo que Cristo le ha otorgado por su pura gracia el perdón de sus pecados.

III. QUÉ HACER AHORA

La pregunta es, ¿cómo podemos acceder a esto? Jesús mismo dijo en Marcos 1:15«El tiempo se ha cumplido», decía, «y el reino de Dios se ha acercado; arrepiéntanse y crean en el evangelio».
En este mandamiento de Jesús vemos dos cosas:
Arrepentirse: Debemos reconocer que somos pecadores. Una persona que no reconoce que está enferma jamás irá al médico. De la misma forma, debemos reconocer que somos pecadores y que no hay nada que podamos hacer para cambiarlo por nosotros mismos. Y además de reconocerlo, debemos entender que nuestro modo de vivir es una ofensa contra nuestro Creador.
Creer en el evangelio: El evangelio es la buena noticia de que Cristo murió en nuestro lugar y que solo Él nos puede dar perdón. Creer esto no es solo de una manera intelectual, sino que debemos confiar en que lo que Jesús hizo en la cruz es suficiente para salvarme. La misma manera que todos ustedes están sentados, y están confiando en que la silla sobre la que están los sostendrá todo el tiempo que estén sobre ella, así también debemos confiar en Cristo. Creyendo que no es por mi esfuerzo sino por su obra en la cruz que puedo ser perdonado.
Amados, como he dicho al inicio, hoy recordamos la vida de Andrés Duval Suárez Olivo, pero también recordamos que, al igual que él, nosotros también partiremos de este mundo algún día. Quiero animarte a que te prepares para ese momento siguiendo lo que la Biblia nos dice.
Permítanme hacer una oración final.
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