Siempre con Gozo
I. Vivir con contentamiento no depende de otros
revivir ⇔ florecer otra vez — restaurar a un estado activo de un estado inactivo, no utilizado o de depresión; concebido como hacer que una flor o una planta florezca otra vez.
Su lenguaje aquí es bastante efusivo; “vuelto” (literalmente “reflorecido” [traducción literal del griego]), transmite una metáfora agrícola que describe la primavera, cuando las flores y los árboles florecen con brotes y retoños. Entonces, Pablo dice que su regalo había florecido, terminando su sequía con belleza y alegría
II. Vivir con contentamiento es algo que tienes que aprender
Para enfatizar su punto, Pablo agrega: “He aprendido el secreto de estar contento” [de la versión en inglés NIV]. El verbo griego traducido aquí como “aprendido” (myeō) es conocido por su asociación con antiguas religiones de misterio, se refiere a las personas iniciadas en ritos secretos; También se utilizaba como una metáfora para obtener información (o conocimiento interno) de una organización. Pablo dice que sus experiencias “internas” en los caminos de Dios lo han llevado al sorprendente descubrimiento de que Dios está presente en todos los eventos, ya sea que impliquen empobrecimiento o enriquecimiento.
El contentamiento, por lo tanto, implica la suficiencia de Dios para cambiar todas las cosas por el bien del reino. Lo que importa es no tener todo a tu manera, sino conocer a Cristo (Filipenses 3:8, 10).
III. Vivir con contentamiento no depende de las circunstancias
Cuando recitamos “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, a menudo consideramos que cualquier cosa que queremos hacer es una posibilidad real, como si nos volviéramos como Superman, capaces de saltar edificios altos. Tal comprensión lleva al error del triunfalismo, pensando que podemos tener o hacer lo que queramos. Este error se vuelve menos probable cuando consideramos la NIV [versión en inglés], que traduce correctamente el versículo: “Puedo hacer todo esto a través de aquel que me da fuerzas”. “Todo esto” (griego: panta) se refiere a “en cualquier situación” (ev panti kai en pasin; v. 12) y por lo tanto indica la gama completa de nuestras circunstancias, ya sea caracterizadas por la necesidad o la abundancia. El punto de Pablo es que cualquier cosa que la vida le arrojara podía tratarse a través de la fuerza espiritual que recibía de Cristo. El verbo griego (ischyō) significa “tener poder o fuerza”, por lo que Pablo dice: “en Cristo, tengo el poder de lograr todo esto”.