Partes de la Oración (Segunda Parte) Lección #4
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Lucas 11:1 “1 Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.”
Nuestro tema deriva de esta petición que le hicieron a Jesús y que consideramos debería ser una petición de todos. ENSEÑANOS A ORAR.
La enseñanza está en.
Mateo 6:9–13 “9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. 10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. 13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.”
Hace 15 días vimos las primeras partes de la oración vamos a repasarlas:
“Padre Nuestro que estas en los cielos” Que nos habla de posición (Dios en el cielo, nosotros en la tierra) y relación (Dios nuestro Padre Celestial, nosotros sus hijos).
“Santificado sea tu nombre” Una albanza y reconocimiento del carácter de Dios.
“Venga tu reino, hágase tú voluntad, así también en el cielo como en la tierra” La primera petición que enfoca nuestro corazón al lugar correcto, lo eterno; al mismo tiempo que somete nuestra voluntad a la de Dios.
Ahora en esta lección veremos las otras partes.
1. “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”
Esta es la segunda petición tiene que ver ahora con la dimensión terrenal o física, la petición nos enseña a depender de Dios ayudándonos a poner en perspectiva esta vida terrenal. Aquellos que aprenden que Dios es el proveedor de todas las cosas forman dependencia de Él lo cual es necesario para una vida espiritualmente exitosa, además, aprenden a vivir con contentamiento según la soberana mano de Dios sobre ellos.
1 Timoteo 6:8“8 Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.
Mateo 6:25–26 “25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?”
Todos debemos saber que cualquier cosa que tengamos viene de Dios. Pedirle a Dios es no dar por sentado que lo que hoy tenemos lo tendremos también mañana, sino que solo si Él quiere podremos tenerlo. RECONOCIMIENTO Y DEPENDENCIA
2. “Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”
Todos entendemos la petición de perdón y gloria a Dios que podemos con tal confianza llegar ante nuestro Padre y pedir perdón por las cosas malas que hemos hecho. “Deuda” aquí hace referencia al pecado algo que provoca una “deuda” con el ofendido. Tenemos confianza de perdón si nos arrepentimos, qué gran bendición.
1 Juan 1:9 “9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”
Sin embargo, otra enseñanza en este modelo de oración está en lo añadido a la petición cuando dice “como también nosotros perdonamos” esto significa “pérdoname de la misma manera que yo perdono al que me ofendió”
Bien agrega Jesús las palabras en:
Mateo 6:14–15 “14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; 15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.”
La gente pregunta cual es el único pecado que no tiene perdón, la respuesta es: EL QUE COMETIÓ AQUEL QUE NO PERDONA A OTROS PERO BUSCA EL PERDÓN DE DIOS.
Dios perdona pero a aquellos que perdonan a su prójimo. Tengamos eso en cuenta cuando vamos a confesar nuestros pecados a Dios.
3. “No nos metas en tentación, mas líbranos del mal”
La Biblia nos enseña que Dios no tienta a nadie.
Santiago 1:13 “13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;”
Sino que cada uno es tentado por sus propios deseos pecaminosos. Por lo tanto la petición expresa más el sentido de que solo Dios puede librarnos de caer en la tentación e incluso impedir que Satanás traiga prueba o tentación a nuestra vida. En fin lo importante es saber que ninguno de nostros puede por sus propios medios o en sus propias fuerzas no pecar, NECESITA DEL PODER DEL ESPÍRITU SANTO y la ayuda de Dios para lograrlo.
1 Corintios 10:13 “13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.”
Esta es la petición de alguien que quiere honrar a Dios y sabe que depende de Dios mismo para lograrlo.
Conclusión.
El final de la oración está en una alabanza a Dios, un reconocimiento de quién es Dios y un amén.
El amén es una palabra que usamos porque Cristo la usó, es una reafirmación de nuestra fe. Es un sincero ASÍ SERÁ. Es un grito de fe y confianza en Dios. Tanto de que Él nos escucha como de que Él cumplirá las peticiones de nuestro corazón conforme a su soberana voluntad.
Cada vez que vaya a orar a Dios recuerde estos principios y haga su oración cada vez más conforme a la escritura y ajustada a la voluntad de Dios.
Nota pa