LA PROMESA DE UN NUEVO PACTO

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Introducción

Hebreos 8:7–13 RVR60
7 Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo. 8 Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto; 9 No como el pacto que hice con sus padres El día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; Porque ellos no permanecieron en mi pacto, Y yo me desentendí de ellos, dice el Señor. 10 Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su corazón las escribiré; Y seré a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo; 11 Y ninguno enseñará a su prójimo, Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán, Desde el menor hasta el mayor de ellos. 12 Porque seré propicio a sus injusticias, Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades. 13 Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.
La palabra pacto aparece más de 300 veces en la Biblia.
En el Antiguo Testamento podemos encontrar algunos de los pactos que Dios instituyó en ciertos momentos de la historia.
Es por esta razón que algunos se refieren a Dios como:
“UN DIOS DE PACTOS”
Normalmente entendemos por pacto como
Un acuerdo entre dos o más partes.
En el Antiguo Testamento, la palabra hebrea berit tiene la connotación de un acuerdo que Dios establece con una persona o pueblo.
En nuestra cultura estamos mas familiarizados con el concepto de Contratos; donde de forma legal se formaliza el acuerdo entre dos o mas partes;
Pudiéramos decir que un pacto es algo similar; sin embargo, cuando nos referimos a los pactos divinos, es necesario definirlos a la luz de la Escritura;
Existe una gran diferencia entre un pacto que se establece entre hombres y los pactos que Dios establece con los hombres;
Un pacto humano se mantiene hasta que una de las partes lo quebrante.
Pero en el caso del pacto de Dios, es muy diferente;
Él ha establecido su pacto como una promesa garantizada con un juramento a manera de testamento.
De hecho EL SIGNIFICADO DE la palabra TESTAMENTO que usamos para referirnos al Antiguo y Nuevo Testamento ES PACTO.
Un aspecto que también debemos considerar, es el hecho de que en todos los pactos que Dios establece, es DIOS mismo quien siempre toma la INICIATIVA;
Dios siempre es el INICIADOR Y QUIEN ESTABLECE EL PACTO, en ninguna instancia se puede apreciar que el hombre tenga la libertad de crear o iniciar un pacto con Dios por iniciativa personal.
Esto nos demuestra el deseo de Dios de tener una comunión con su pueblo, porque en realidad, los pactos que Dios establece con el hombre siempre son con la finalidad de posibilitar la comunión entre el hombre pecador con un Dios Santo.
Recordemos que algunos de entre la audiencia a los que se dirige el autor de Hebreos, se encuentran al borde de apostatar de Cristo y regresar a su vida pasada, a sus tradiciones antiguas, donde no solo regresarían a un sistema obsoleto; sino a un pacto insuficiente; incapaz de proveerles de aquello que todo ser humano mas necesita, Salvación, el perdón de sus pecados.
Y es por eso que el en el verso 7 encontramos las siguientes palabras:
Hebreos 8:7 (RVR60)
7 Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo.
Como alguien dijo:
“Si tienes algo perfecto, no te deshaces de ello, sino que lo guardas con cuidado. Si te deshaces de algo es porque ya no sirve, o porque es inferior a aquello que quieres poner en su lugar.”
Con este argumento tan sencillo pero muy efectivo, el autor de Hebreos nos demuestra la INEFICACIA del Antiguo pacto, ya que aun; mientras todavía estaba vigente, El mismo da testimonio de la NECESIDAD DE UN NUEVO PACTO.
El mismo Antiguo Pacto da testimonio de esta verdad; es por esta razón que el autor de Hebreos cita al profeta Jeremias para recordarles esto:
Hebreos 8:8–12 RVR60
8 Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto; 9 No como el pacto que hice con sus padres El día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; Porque ellos no permanecieron en mi pacto, Y yo me desentendí de ellos, dice el Señor. 10 Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su corazón las escribiré; Y seré a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo; 11 Y ninguno enseñará a su prójimo, Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán, Desde el menor hasta el mayor de ellos. 12 Porque seré propicio a sus injusticias, Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.
Comparemos estas palabras con:
Jeremías 31:31–35 RVR60
31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. 33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado. 35 Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre:
Pudieramos mencionar otros pasajes
Isaías 59:20–21 RVR60
20 Y vendrá el Redentor a Sion, y a los que se volvieren de la iniquidad en Jacob, dice Jehová. 21 Y este será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre.
Isaías 61:8 RVR60
8 Porque yo Jehová soy amante del derecho, aborrecedor del latrocinio para holocausto; por tanto, afirmaré en verdad su obra, y haré con ellos pacto perpetuo.
Jeremías 32:38–40 RVR60
38 y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios. 39 Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para que tengan bien ellos, y sus hijos después de ellos. 40 Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí.
Ezequiel 36:22–32 (RVR60)
22 Por tanto, di a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el cual profanasteis vosotros entre las naciones adonde habéis llegado.
23 Y santificaré mi grande nombre, profanado entre las naciones, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas; y sabrán las naciones que yo soy Jehová, dice Jehová el Señor, cuando sea santificado en vosotros delante de sus ojos.
24 Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro país.
25 Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré.
26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
28 Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios.
29 Y os guardaré de todas vuestras inmundicias; y llamaré al trigo, y lo multiplicaré, y no os daré hambre.
30 Multiplicaré asimismo el fruto de los árboles, y el fruto de los campos, para que nunca más recibáis oprobio de hambre entre las naciones.
31 Y os acordaréis de vuestros malos caminos, y de vuestras obras que no fueron buenas; y os avergonzaréis de vosotros mismos por vuestras iniquidades y por vuestras abominaciones.
32 No lo hago por vosotros, dice Jehová el Señor, sabedlo bien; avergonzaos y cubríos de confusión por vuestras iniquidades, casa de Israel.
Moises mismo profetizó el fracaso del Antiguo Pacto:
Deuteronomio 29:2–9 (RVR60)
2 Moisés, pues, llamó a todo Israel, y les dijo: Vosotros habéis visto todo lo que Jehová ha hecho delante de vuestros ojos en la tierra de Egipto a Faraón y a todos sus siervos, y a toda su tierra,
3 las grandes pruebas que vieron vuestros ojos, las señales y las grandes maravillas.
4 Pero hasta hoy Jehová no os ha dado corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír.
5 Y yo os he traído cuarenta años en el desierto; vuestros vestidos no se han envejecido sobre vosotros, ni vuestro calzado se ha envejecido sobre vuestro pie.
6 No habéis comido pan, ni bebisteis vino ni sidra; para que supierais que yo soy Jehová vuestro Dios.
7 Y llegasteis a este lugar, y salieron Sehón rey de Hesbón y Og rey de Basán delante de nosotros para pelear, y los derrotamos;
8 y tomamos su tierra, y la dimos por heredad a Rubén y a Gad y a la media tribu de Manasés.
9 Guardaréis, pues, las palabras de este pacto, y las pondréis por obra, para que prosperéis en todo lo que hiciereis.
Y es por esta razón que unos capitulos mas adelante, Moisés profetiza el Nuevo Pacto:
Deuteronomio 30:1–6 RVR60
1 Sucederá que cuando hubieren venido sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y te arrepintieres en medio de todas las naciones adonde te hubiere arrojado Jehová tu Dios, 2 y te convirtieres a Jehová tu Dios, y obedecieres a su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma, 3 entonces Jehová hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte de entre todos los pueblos adonde te hubiere esparcido Jehová tu Dios. 4 Aun cuando tus desterrados estuvieren en las partes más lejanas que hay debajo del cielo, de allí te recogerá Jehová tu Dios, y de allá te tomará; 5 y te hará volver Jehová tu Dios a la tierra que heredaron tus padres, y será tuya; y te hará bien, y te multiplicará más que a tus padres. 6 Y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas.
El antiguo Pacto era de naturaleza condicional;
La bendición de Dios era garantizada siempre y cuando el Pueblo cumpliera con su parte de obedecer por completo la ley de Dios;
El Antiguo Pacto fue establecido sobre un sistema Sacrificial donde se derramaba la sangre de animales para expiar el pecado del pueblo y de esa manera posibilitar la comunion con Dios.
El nuevo pacto descanza por completo en la sangre preciosa del Cordero Perfecto que fue inmolado por nuestros pecados, la sangre de Cristo;
Por eso Jesús dijo en:
Mateo 26:26–29 (RVR60)
26 Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.
27 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos;
28 porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.
29 Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.
La promesa del nuevo Pacto es la promesa del Glorioso Evangelio de nuestro Señor Jesucristo.
Y la luz de todas las promesas que hemos podido considerar, podemos mencionar algunas de las gloriosas bendiciones que El nuevo Pacto ofrece para cada uno que por la fe esta en Cristo Jesús y es hecho participe de este Nuevo Pacto por la Gracia de Dios.
• Una nueva naturaleza con la capacidad de amar y obedecer a Dios
• La propiciación y el perdón de todos nuestros pecados
• La permanecía de su Espíritu Santo
• La capacidad dada por el Espíritu de entender su palabra.
• Una perfecta comunión con Dios
• La promesa de la entrada al verdadero y eterno reposo de Dios.
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