Buscadores de historias

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Sumarse a la misión de Dios en medio de la violencia

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La misión de Dios

Juan 5:16–17 NVI
16 Precisamente por esto los judíos perseguían a Jesús, pues hacía tales cosas en sábado. 17 Pero Jesús les respondía: —Mi Padre aún hoy está trabajando, y yo también trabajo.
Son curiosas las ideas que podemos entender de este texto Bíblico
Aquí el día tenía una importancia particular: era sábado habían tantas reglas para respetar el sábado que en lugar de ser un día de reposo era un día de carga.
Jesús deja claro que el padre trabaja y él lo hace también.
Jesús era un buscador de historias, él se movía a donde Dios se movía.
Dios iba adelante de él, Jesús seguía sus pasos.
Nuestra misión en la tierra no es diferente a la de Jesús.
Hechos de los Apóstoles 1:8 NVI
8 Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.
¿Sabe que el padre aún trabaja?
Hoy debes convertirte en un buscador de historias, porque Dios está trabajando a tu alrededor y quizás no te das cuenta.
Dios no es lo que crees, es más. Tu percepción reducida de Dios no debe limitar a Dios sino exponenciarlo.
Necesitamos empezar a creer que Dios se está moviendo incluso en las circunstancias más incómodas y difíciles de nuestras vidas.
Quiero compartirte tres pasos para que puedas ver a Dios trabajando y te conviertas en un buscador de historias.

Observar: ver con otros lentes

Éxodo 3:1–3 NBLA
1 Moisés apacentaba el rebaño de Jetro su suegro, sacerdote de Madián; condujo el rebaño hacia el lado occidental del desierto y llegó a Horeb, el monte de Dios. 2 Y el ángel del Señor se le apareció en una llama de fuego, en medio de una zarza. Al fijarse Moisés, vio que la zarza ardía en fuego, pero la zarza no se consumía. 3 Entonces Moisés dijo: «Me acercaré ahora para ver esta maravilla, por qué la zarza no se quema»
Una zarza ardiendo no era ninguna maravilla, pasaba siempre y Moisés había visto muchísimas en todos sus años de pastoreo.
Una zarza ardiendo que no se quema, eso sí era un suceso llamativo. Tuvo que pasar algo de tiempo para que Moisés observara y notara lo que pasaba.
Notarlo, observarlo, hizo que Moisés fuera atraído y comprendiera que algo interesante había ahí.
El mundo con todas sus distracciones han adormecido nuestra capacidad de observación, no tenemos curiosidad ni nos acercamos maravillados a casi nada.
A tu alrededor el padre está trabajando, lo que Dios hace siempre es maravilloso, ¿lo has visto últimamente?

Escuchar: aprender a callar

Éxodo 3:4–6 NBLA
4 Cuando el Señor vio que Moisés se acercaba para mirar, Dios lo llamó de en medio de la zarza, y dijo: «¡Moisés, Moisés!». Y él respondió: «Aquí estoy». 5 Entonces Dios le dijo: «No te acerques aquí. Quítate las sandalias de los pies, porque el lugar donde estás parado es tierra santa» 6 Y añadió: «Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob». Entonces Moisés se cubrió el rostro, porque tenía temor de mirar a Dios.
Como los cristianos tenemos un mensaje que dar, un evangelio que compartir, olvidamos que el contexto de ese mensaje es una relación.
Confundimos el mensaje con monólogo, creemos que solo se trata de ir y decir algo, pero olvidamos que también se trata de escuchar.
El mensaje siempre será más atinado a medida que aprendamos a escuchar.
Para ser buscadores de historias tenemos que aprender a conocer las historias.

Amar: el otro lado de la violencia

Mateo 5:43–45 NBLA
43 »Ustedes han oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo”. 44 »Pero Yo les digo: amen a sus enemigos y oren por los que los persiguen, 45 para que ustedes sean hijos de su Padre que está en los cielos; porque Él hace salir Su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos.
Vivimos en tiempos peligrosos, la vida vale un ataque de ira, cualquiera puede perder la vida en la calle porque alguien más no supo manejar sus impulsos.
Podríamos ser atacados en nuestra propia casa sin poder defendernos y perder la vida o nuestros ahorros.
Estamos envueltos en un sin fin de ataques de odio, racismo y rechazo que nos obligan a elegir un bando y a recibir ataques en medio de una guerra de ideologías.
Los cristianos también somos víctimas de rechazo, burla y menosprecio por defender la verdad, la moral, la familia y la adoración exclusiva a Dios.
Todas esas personas no parecen dignos de amor, pero cada una de esas personas tiene una historia. Hoy más que nunca necesitamos ser buscadores de historias.
Resulta que el padre está trabajando, pero nosotros nos vemos solo como víctimas de lo que pasa en nuestro entorno, en vez de vernos como protagonistas.
Estás aquí, en medio de este contexto de violencia, no como una víctima, sino como una respuesta, como una luz de esperanza.
La brigada de rescate para este mundo que se muere entre la violencia, los asaltos, las riñas y los balazos eres tú, Dios, el padre, ha estado trabajando desde hace tiempo, ¿tú trabajas también?
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