La ley de la siembra
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Querida congregación,
En estos tiempos modernos, en los que nuestras vidas están llenas de desafíos y cambios constantes, es vital que entendamos los principios eternos que Dios nos ha dado para vivir una vida plena y fructífera.
Hoy, quiero hablarles sobre los diferentes tipos de siembra y cosecha que encontramos en la vida cotidiana.
Este tema es tan relevante hoy como lo ha sido a lo largo de la historia, porque lo que sembramos en nuestras vidas, tanto en lo espiritual como en lo material, determina directamente lo que cosecharemos.
1. Siembra de Fe y Cosecha de Bendiciones
1. Siembra de Fe y Cosecha de Bendiciones
El apóstol Pablo nos exhorta a vivir de acuerdo con el Espíritu, recordándonos que la calidad de nuestra siembra espiritual determina la calidad de nuestra cosecha.
Sembrar en el Espíritu implica vivir una vida guiada por los principios de Dios, confiando en Su voluntad y Su tiempo
No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.
1. **Dios no puede ser burlado:**
- Pablo comienza con una advertencia clara: nadie puede engañar a Dios. Dios es omnisciente y ve todas nuestras acciones y las intenciones detrás de ellas. No podemos vivir de una manera que contradiga los principios divinos y esperar que no haya consecuencias.
2. **La ley de la siembra y la cosecha:**
- "Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará" es un principio que resuena a lo largo de la Biblia y en la vida en general. Así como en la agricultura, lo que plantamos (nuestras acciones y decisiones) determinará lo que cosecharemos (las consecuencias y resultados de esas acciones).
3. **Siembra para la carne vs. siembra para el Espíritu:**
- Pablo hace una distinción entre dos tipos de siembra:
- **Para la carne:** Esto se refiere a vivir según los deseos y pasiones humanas pecaminosas. La "carne" en la teología paulina a menudo alude a la naturaleza caída y pecaminosa del ser humano. Sembrar para la carne lleva a la corrupción y la muerte espiritual.
- **Para el Espíritu:** Esto se refiere a vivir de acuerdo con el Espíritu Santo, siguiendo los caminos y los mandamientos de Dios. Sembrar para el Espíritu lleva a la vida eterna y a una relación plena con Dios.
4. **Consecuencias de nuestras acciones:**
- Las decisiones que tomamos tienen consecuencias que van más allá de lo inmediato. Vivir para satisfacer deseos pecaminosos trae destrucción y alejamiento de Dios, mientras que vivir según el Espíritu trae bendiciones eternas y una vida en comunión con Dios.
Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.
Este texto nos asegura que cuando sembramos en buena tierra – es decir, cuando recibimos y entendemos la palabra de Dios con un corazón dispuesto – nuestra vida dará fruto abundante. Esta promesa nos alienta a invertir en nuestra fe y en nuestra relación con Dios.
2. Siembra de Amor y Cosecha de amor
2. Siembra de Amor y Cosecha de amor
Relaciones Saludables
Relaciones Saludables
El impío hace obra falsa;
Mas el que siembra justicia tendrá galardón firme.
Nos enseña que sembrar justicia – es decir, actuar con rectitud y amor – produce una recompensa duradera.
En nuestras relaciones, cuando sembramos amor y justicia, cosechamos relaciones fuertes y saludables.
La gente que triunfa en la mayoría de los casos es por recomendación
Se pasa la voz, el buen testimonio tiene una recompensa grande.
Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Y todo aquel que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
Refuerza esta idea, recordándonos que el amor genuino proviene de Dios y que, al amar a los demás, estamos reflejando la naturaleza de Dios.
Estas relaciones basadas en el amor divino son bendiciones que enriquecen nuestra vida cotidiana.
3. Siembra de Esfuerzo y Cosecha de Éxito
3. Siembra de Esfuerzo y Cosecha de Éxito
En toda labor hay fruto;
Mas las vanas palabras de los labios empobrecen.
Nos recuerda que el esfuerzo y el trabajo diligente producen resultados positivos.
Las palabras sin acción son inútiles, pero el trabajo arduo trae fruto.
Y todo lo que hagan, háganlo de buen ánimo como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibirán la recompensa de la herencia. ¡A Cristo el Señor sirven!
Pablo nos exhorta a trabajar con dedicación, como si lo hiciéramos para el Señor mismo.
Ejemplo de la ultima casa del un constructor.
Esta actitud no solo nos motiva a dar lo mejor de nosotros en todas nuestras tareas, sino que también nos asegura que Dios recompensará nuestra diligencia.
Así, al sembrar esfuerzo y dedicación, cosechamos éxito y satisfacción.
4. Siembra de Generosidad y Cosecha de Provisión
4. Siembra de Generosidad y Cosecha de Provisión
Y digo esto: El que siembra escasamente cosechará escasamente, y el que siembra con generosidad también con generosidad cosechará.
Pablo nos enseña que nuestra generosidad determina la abundancia de nuestra cosecha.
Una actitud generosa no solo beneficia a los demás, sino que también garantiza que recibiremos en la misma medida.
Den, y se les dará; medida buena, apretada, sacudida y rebosante se les dará en su regazo. Porque con la medida con que miden se les volverá a medir”.
Nos confirma esta verdad, asegurándonos que cuando damos, recibiremos de vuelta en abundancia.
La medida de nuestra generosidad será la medida de nuestra provisión.
Este principio no solo se aplica a nuestras finanzas, sino también a nuestro tiempo, amor y recursos.
Al ser generosos, no solo bendecimos a otros, sino que también abrimos la puerta a la provisión divina en nuestras propias vidas.
Abundante lluvia esparciste, oh Dios;
a tu posesión exhausta reanimaste.
Conclusión
Conclusión
Iglesia amada del Señor, en nuestra vida cotidiana, constantemente estamos sembrando y cosechando. Si sembramos fe, amor, esfuerzo y generosidad, cosecharemos bendiciones, relaciones saludables, éxito y provisión.
Recordemos siempre que Dios nos ha dado estos principios no solo para que tengamos vidas abundantes, sino también para que seamos una luz en el mundo, reflejando Su amor y gracia en todo lo que hacemos.
Oremos para que Dios nos dé sabiduría y fortaleza para sembrar en buena tierra y para que nuestras vidas produzcan frutos que glorifiquen Su nombre. Que cada uno de nosotros pueda ver la abundante cosecha de bendiciones que proviene de vivir según los principios de Su Palabra.
En el nombre de Jesus Amén.