Las tormentas y la fe
Dominical • Sermon • Submitted • Presented
0 ratings
· 22 viewsLa historia de Jesús calmando la tempestad nos enseña que es a través de las tormentas que conocemos a Jesús.
Notes
Transcript
Las tormentas y la fe
Las tormentas y la fe
Marcos 4:35–41 “35Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. 36Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. 37Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. 38Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? 39Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. 40Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? 41Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?”
Introducción
Introducción
Los milagros de Jesús hasta el momento habían consistido en sanidades y liberación de endemoniados, ahora manifiesta su poder reprendiendo la tempestad, algo que deja asombrados a los discípulos.
En el contexto: El Señor había estado enseñando todo el día desde una barca, al llegar el atardecer, ordena a sus discípulos pasar al otro lado del lago, su objetivo era llegar a la región de los gadarenos, tierra de gentiles.
Aprovechando las horas de viaje, El Señor decide descansar, pues el ministerio era muy agotador y debía aprovechar los momentos en que podía descansar. (Jesús acostumbraba orar toda la noche o de madrugada)
La tempestad
La tempestad
Marcos 4:37 “Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba.”
Jesús dormía en la popa, es decir en la parte posterior del barco donde está el timón.
Mientras dormía se levanta una fuerte tempestad, algo usual en el mar de Galilea.
No lo despertó la tormenta porque la paz de Jesús es fruto de su confianza en los propósitos del Padre. Confiaba que El Padre tenía todo bajo control.
Esa es la paz que puedes experimentar si depositas tu confianza en el Señor.
Es paz que se promete en Proverbios 3:24 “Cuando te acuestes, no tendrás temor, Sino que te acostarás, y tu sueño será grato.”
Los discípulos expertos en navegación y conocedores del mar de Galilea procuran estabilizar la nave, pero la tempestad era más fuerte de los normal.
Confiados en sus habilidades, al principio se olvidaron de Jesús.
Es un error que cometemos hoy en día. Cuando nos creemos capaces nos olvidamos de Jesús. Este error que nos alejará de Él. Romanos 1:21–22 “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.Profesando ser sabios, se hicieron necios”
Las tempestades siempre vendrán a nuestra vida, conforme las enfrentamos obtendremos experiencia y conocimiento, pero habrá alguna ocasión en que vendrá tan fuerte que ni la experiencia o el conocimiento podrán ayudarnos.
El milagro
El milagro
Marcos 4:38 “Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?”
Los experimentados discípulos cayeron en desesperación, no sabían más que hacer y les molesta la paz de Jesús.
Lo despiertan, no porque esperaban un milagro de Él sino porque estaban frustrados, les mortificaba ver la paz que había en Él.
Es muy posible que fuera Pedro que le reclama: “Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?”, ¿no te preocupa, no te aflige que vamos a morir? ¿Que diferencia podría hacer afligirse o alegrarse, si al final el resultado será el mismo?
Cuando caemos en la desesperación somos irracionales, queremos que los demás entren en crisis como nosotros, y si no lo hacen, nos enoja.
Marcos 4:39 “Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza.”
Jesús se levanta de su descanso, reprende al viento, y al mar mandó a callar.
Es interesante que reprendió al viento pero al mar lo hizo callar.
la palabra griega “epitamao” se usa para reprender demonios. Jesús reprende a los demonios que están en un hombre en la sinagoga de Capernaum: Marcos 1:25 “Pero Jesús le reprendió, diciendo: ¡Cállate, y sal de él!”
No sería extraño que satanás opere en la naturaleza, no es la primera vez que usa el viento.
Lo usó para matar a los hijos de Job: Job 1:19 “y un gran viento vino del lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para darte la noticia.”
Recordemos que Jesús se dirigía a la tierra de los gadarenos, donde lo esperaba un endemoniado con legiones de demonios. A ellos no les agradaba que Jesús se presentara en ese lugar, dominado por Satanás.
Jesús reprendió al demonio que controlaba los vientos, pero al mar lo hizo enmudecer. Por causa del viento el mar estaba agitado.
El Señor Jesús es Dios, y tiene poder sobre los demonios y sobre la naturaleza. Salmo 89:9 “Tú tienes dominio sobre la braveza del mar; Cuando se levantan sus ondas, tú las sosiegas.”
¿Podemos tener autoridad sobre la naturaleza? Según la Biblia solo bajo el poder, la autoridad y propósito de Dios, Josué hizo detener el sol y la luna: Josué 10:12 “Entonces Josué habló a Jehová el día en que Jehová entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas: Sol, detente en Gabaón; Y tú, luna, en el valle de Ajalón.”
Dios obrará milagros a través de nosotros solamente dentro de Su propósito y voluntad, bajo el poder del Espíritu Santo, no por capricho y no por nuestra voluntad.
Amedrentados
Amedrentados
Marcos 4:40 “Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?”
Jesús los reprende porque no tienen fe, Él les había dicho que pasarían al otro lado: Marcos 4:35 “Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado.” Si Jesús dijo que iban a llegar al otro lado es porque así sería, sin importar las adversidades.
Estaban amedrentados, acobardados, con miedo paralizante, porque aun no habían aprendido a conocer a Jesús.
Podemos sentir miedo pero la fe no permitirá que quedemos acobardados. Como aquella persona que se lanza en paracaídas, puede que tenga miedo pero se atreve porque confía en las cuerdas que lo sostienen, pero otros no confiarán y quedarán paralizados.
En la vida cristiana tendremos miedo pero la fe no permitirá que quedemos paralizados, avanzaremos sin temor sabiendo que todo lo que suceda está dentro de su propósito.
Conclusión
Conclusión
Marcos 4:41 “Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?”
La falta de fe de los discípulos es debido a que todavía no conocían bien a Jesús.
Pero esta experiencia les permitió conocerlo más, su poder y deidad, pues para los judíos el único que tiene poder sobre la naturaleza es Dios.
Las fuertes tormentas que azotan nuestra vida y que superan nuestra capacidad, son una oportunidad para conocer más a Jesús, fortalecer nuestra fe, devoción y convicciones.
Confía en Él:
Isaías 43:1–2 “1Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. 2Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.”
Esfuérzate en conocer a Jesús, no solamente cuando estes en dificultades, también en la abundancia y la calma ten comunión con Él para estar confiado y seguro cuando se presente la prueba.